20210230 Manifestaciones contraproducentes.
Cayéndose del burro, el Gobierno ha autorizado, privilegiándola incluso respecto a otras -que han protestado por ello- la nueva manifestación de los negacionistas del Covid y su vacuna, este sábado en Madrid.
Todos recordamos su primera, tan numerosa como bárbara manifestación en la Plaza de Colón, así como la prohibición de la segunda. Sin embargo, echando cuentas, el Gobierno ha comprendido que sus enormes excesos en lemas y hechos (sin mordaza, su insano hacinamiento, etc.) genera un rechazo mucho más fuerte a sus teorías -y por tanto un mayor apoyo a las patrocinadas por el Gobierno de turno- que todas las recomendaciones a la sensatez que éste pueda hacer.
Se confirma, una vez más, el que las manifestaciones física o ideológicamente extremistas, tienen, también por su mayor impacto mediático y como está bien estudiado, -incluso con una tesis consultable en Google-, todas las de hacer perder credibilidad a las causas que dicen defender.
20210516. Colombia y España, amordazadas.
El 15 de mayo, entre otras noticias, y casi sin excepción, los principales medios, siguiendo a la letra los intereses de sus verdaderos dueños, informaron algo sobre la raquítica conmemoración del décimo aniversario del 15M, así como de dos manifestaciones por dos guerras, de Sahara y de Palestina, que son “de actualidad”… desde hace más de medio siglo, enquistadas por jefes ya casi tan fanáticos y dañinos para sus propios pueblos como sus respectivos adversarios. De ahí que ya ninguna reuniera ni 200 personas, contra lo que ocurría antes, cuando yo mismo las apoyaba (ahí están las hemerotecas y mi web mimejor.info), aportando gran número de pancartas.
Por el contrario, la manifestación por todo el centro de Madrid de más del mil personas por la crisis sin precedentes de Colombia ha sido silenciada porque va contra los tan grandes como corruptos intereses de miembros del PSOE y del PP. Baste recordar el 10% robado en la construcción del Metro de Medellín en que, está involucrado F. González, que adquirió esa nacionalidad para sacar más tajada aún. O el público contubernio con Uribe y Cía. del PP, cuya real mandamás, Aguirre, organizó una manifestación triunfalista en la Plaza Mayor, con un altísimo tablado de protección rodeado de tupidas banderolas aún más altas, que impedían se vieran las pancartas de la oposición, a la que intimidaban policías secretos fotografiándoles, como a mí mismo, a pocos centímetros de su cara. Así se sigue amordazando no sólo a los ciudadanos colombianos, sino también a los españoles, intentando taparles la verdadera catadura de sus respectivos Gobiernos.