Tabaco

EL TABACO, HOY, ADICCIÓN MORTAL EPIDÉMICA Y ARMA POLÍTICA

1. EPIDEMIA MORTAL
Como pasó con el SIDA, muchos pretenden todavía negar la mortal peligrosidad del tabaco, que actúa, también como el SIDA, sólo a través de otras enfermedades (muchísimas más, más de 25), y lleva a un desenlace fatal sólo después de mucho más tiempo (muchísimo más, 20 o30 años y más).Al contrario del SIDA, el tabaco ya existía, pero ese veneno apenas mataba entonces a la gente:
1.Porque más del 90% de los fumadores morían por otras causas antes de los 20-30 años en que sus distintas dolencias matan a muchos fumadores.
2. Porque, al revés que antes, hoy fuman mucho más los más débiles (desnutridos, jóvenes, etc.)
3. Porque las dosis eran entonces muy inferiores, por el mayor coste del tabaco y su elaboración y porno haber la actual presión social y comercial para su consumo constante y obsesivo.
4. Porque antes predominaban modalidades de ingestión de tabaco (mascado, pipa, etc.)menos nocivas que el cigarrillo.
Así el tabaco se ha convertido en la principal causa de muerte en los países desarrollados, el 15% de todas ellas, acabando con un tercio de los fumadores, a los que arrebata 5, 10 y más años de vida, según dosis, vigor, etc., siendo el tabaco responsable de un tercio de los cánceres, ataques mortales al corazón, etc.; muerte precedida, muchos años antes, de fatiga prematura, mayor riesgo de anginas, constipados, tos, expectoraciones, pérdidas de apetito, arritmias, envejecimiento precoz, arrugas, disminución de la sexualidad, etc. El tabaco, esa “única justificación del error de Colón”, como -tomando a broma como tantos su peligrosidad- lo alababa S. Freud, le causó a él mismo la muerte, tras martirizarlo trece años con un cáncer en la boca. En España, hay más de 45.000 muertes por año, “más que el SIDA, los accidentes de tráfico, el alcohol, los homicidios, las drogas ilegales, los suicidios y los incendios juntos” (Dr. Víctor López). Datos confirmados por los tribunales de justicia, a pesar de los esfuerzos “científicos”, políticos y económicos de la poderosas Tabacaleras, que se han visto cada vez más obligadas a reconocerlo (como Liggett) y dar indemnizaciones multimillonarias a sus víctimas o deudos. Así nos lo advierten las principales autoridades sanitarias nacionales y de la Organización Mundial de la Salud: “El fumar es un suicidio a cámara lenta”, declaró el Dr. Mahler; “El tabaco asesina a la mitad de sus usuarios regulares”, subrayó su sucesor, H. Nakajima; y hoy GroHarlem, denuncia al tabaco, con el SIDA, como el principal enemigo a combatir. El actor Yul Brunner grabó antes de morir un testimonio impresionante: “¡Hola! Estoy muerto. Todavía estaría con vosotros si no hubiera fumado tanto”.

2. MÁXIMA DEPENDENCIA
“¡Si fumar les va mal, que lo dejen! ¿No es un veneno lento?” objeta una todavía difundida postura individualista y moralista. Esta opinión ha sido refutada por los más recientes estudios en EE. UU. y G. B., que “demuestran que la nicotina es de seis a ocho veces más adictiva que el alcohol, y puede generar una dependencia aún más fuerte que la heroína” (Ministerio de Sanidad. Madrid). Los últimos estudios han encontrado una predisposición genética a esta drogodependencia en no pocos fumadores. Esa adicción explica el increíble éxito mortífero… y económico del tabaco. Al disminuir, tras unas dos horas, la nicotina en su sangre, el fumador experimenta el síntoma de abstinencia, sufriendo, según los casos, añade el mismo Ministerio de Sanidad, “ansiedad, irritabilidad, insomnio, fatiga, dolor de cabeza, dificultad de concentración, mareos, aumento del apetito, deseo imperioso de fumar, etc. ”El fumador se hace así, en grado máximo, una dicto, un esclavo explotado por su droga, a la que entrega(junto con su salud y bienestar) incluso más de la mitad de sus asignaciones, como el 41% de los jóvenes fumadores españoles en 1998. Iniciado quizá en su adolescencia o en un momento de debilidad, en todo caso ya drogado, el fumador no controla, sino que es controlado por el cigarrillo, víctima de esa adicción que constituye una grave -incluso, insistamos, mortal- enfermedad (Teresa Salvador) ¿Quién dijo que se ha abolido la esclavitud? Datos de la OMS en1998 constatan que el 80% de los fumadores -casi mil millones de personas- son drogados que desearían dejar, y no pueden, esa dependencia que les explota, debilita y mata.

3. UNA ADICCIÓN CRECIENTE
El tabaco crea cada vez más dependencia:- porque, teniendo más dinero siendo más barato el tabaco (mejora de las técnicas agrícolas, de su proceso de elaboración, de la fabricación de cigarrillos, de su comercialización, etc.), hoy fuman mucho más los desnutridos, débiles y marginados, más propensos por su menor salud a contraer esa adicción y morir. La producción mundial de cigarrillos aumentó de 1950 a 1997 de 1.686 miles de millones a 5.743, ya casi mil cigarrillos por persona.- porque, también por tener hoy más ingresos y ser más barato el tabaco, se empieza a fumar a una edad mucho más temprana.- porque, por las mismas razones, las mujeres van fumando más, e inoculan la adicción, incluso antes de nacer, a sus hijos (que nacen más débiles y mueren más; también el aborto espontáneo es de un 30 a un 70%más alto en las fumadoras, y las mujeres son casi dos veces más proclives al cáncer de pulmón que los varones).- porque han disminuido las presiones sociales, religiosas, morales o familiares que antes frenaban mucho el hábito de fumar.- porque el ritmo acelerado de la vida moderna, tanto en sí mismo (“la prisa”) como en el rápido cambio ideológico, social, familiar y hasta local, crea tensiones e inseguridades, frustraciones y depresiones de todo tipo, que facilitan-máxime en la presente “intemperie ideológica” (O. Paz) ya citada- el uso de las drogas; se empieza de ordinario por la más aceptada, barata y asequible; por lo general, el tabaco.- porque las Tabacaleras, cada vez más poderosas, han hecho gigantescas campañas (las más costosas en EE.UU. después de las del automóvil) para imponer su consumo, con mil falsas promesas, que harían sonrojar a un charlatán; su dinero ha silenciado con mordaza de oro en forma de anuncios a los medios de difusión los datos en su contra.- porque el tabaco es el producto más fácil de comprar día y noche en más lugares, lo que ha creado también una inmensa red de “camellos”, cómplices mercenarios de esta droga.- porque el simple hecho de que haya tanta gente que fume induce a muchos a fumar, en trágico círculo vicioso.- porque hay una inoculación física -mediante el humo- de ese veneno, por parte de fumadores en activo a sus hijos, amigos, compañeros de trabajo, etc.- porque su carácter adictivo -esa base de su éxito acumulativo, con pocas posibilidades de escape- ha sido reforzado criminalmente con aditivos químicos, como el amoníaco.

4. “VÁLVULA DE ESCAPE” DEL SISTEMA
A nivel inmediato, el éxito del tabaco se explica por ser un próspero negocio económico. Pero no hubiera podido llegar a adquirir ese predominio si no hubiera encajado dentro de los objetivos políticos de un sistema que, para fomentarlo, eliminó objeciones morales, importó masivamente esclavos a América, mantuvo una tributación adecuada, favoreció la expansión de esa droga y que sólo hoy, perdida en parte su funcionalidad al ir tomando conciencia los ciudadanos de sus consecuencias, va transmitiendo, como otras armas ya obsoletas, esa maquinaria de dominación social a los “países periféricos”, del “Tercer” Mundo. Pero todavía las mafias tabacaleras son capaces de seguir corrompiendo las democracias más consolidadas. Recordemos el vergonzoso proceso del fiscal Starr, que hizo su fortuna como abogado del Big Tobacco, al presidente de los EE. UU. que más ha combatido -junto con su vicepresidente Al Gore- contra el tabaco, Clinton. Y en la U. E., el lobby de las tabacaleras hizo disminuir mucho los votantes contra la publicidad del tabaco y retrasar su aplicación; todavía hoy la U. E. dedica 115 veces más dinero a fomentar el cultivo del tabaco que a combatir el cáncer. El tabaco es un pésimo negocio económico para un país desarrollado, si a los ingresos por tabaco se les restan los costes de todo tipo evaluables en dinero: sanitarios, absentismo laboral, incendios, accidentes, etc. El cálculo se ha hecho con frecuencia, y el saldo negativo es evidente…al menos, mientras no se tenga el “valor” de poner como ventaja el ahorro -en jubilaciones y similares- que resulta dela “oportuna” muerte acelerada de los fumadores próximos a su jubilación. Pero si el tabaco es tan malo para la economía(excepto la de las Tabacaleras) es peor aún en el campo político, por su función de válvula de escape, alivio de tensiones que permiten disminuir los roces y funcionar mejor al injusto sistema imperante. El tabaco quita pesares, como todos los estupefacientes, pero “el fumar embota e incapacita para pensar” (Goethe). La nicotina viene a ser, pues, hoy, a nivel subjetivo, “el opio del pueblo” más difundido en Occidente, como antes el alcohol. Según dijera del vino Carlos Marx, el fumar es ahora “el modo más rápido de salir de Manchester”, de las insoportables tensiones provocadas por la ciudad industrial. Con la inestimable ventaja(para los explotadores) que este gran sacadineros -a diferencia del vino y de otras drogas- permite seguir trabajando todo el día… en favor de otro explotador, durante muchos años, antes de morir envenenado por él. El tabaco “tranquiliza”, doma al trabajador, al mismo tiempo que le arrebata gran parte de sus escasas energías físicas y de sus pocos ahorros económicos, que pudieran impulsarle a resistir a su patrono. ¿Con qué droga más útil puede soñar, no digamos ya el capitalismo, sino una China que es, con mucho, la mayor productora mundial, para consumo interno, de tabaco? El tabaco hace literalmente humo gran parte de la oposición al sistema. Si antes fumaban incluso quienes criticaban al sistema, de Marx al “Ché” Guevara, hoy, más consciente del problema -a pesar de la importancia del tabaco para Cuba- Fidel Castro ha denunciado ese despiadado orden imperante, ha dejado de fumar y ha apoyado las campañas de la OMS contra esa droga (a)socialmente inducida.

5. ARMA DE DOMINACIÓN DEL NORTE
El tabaco oprime y debilita sobre todo a los países del Sur. Ahí se concentran 800 de los 1.100 millones de fumadores del mundo, cantidad sin precedentes de drogadictos que va aumentando mucho, a medida que las Tabacaleras del Norte, cada vez más acosadas por el rechazo popular que obliga a los Gobiernos adoptar medidas limitadoras de su envenenamiento, les lleva a desembarcar en un Sur donde no hay legislaciones que restrinjan su mortífera expansión, incluso entre los preadolescentes. En una década, las exportaciones de tabaco europeo y americano al Sur se ha duplicado, llegando a ser en 1998 el 30% de la producción total en los EE. UU., y el 60% en G. B.; política tan agresiva y dañina que debe ser considerada como una nueva guerra del opio a nivel mundial del Norte contra el Sur, como la de 1839-1842 de Inglaterra contra China, para imponerle el “libre mercado” de esta otra droga. Y, de hecho, Philip Morris, la primera multinacional de las siete que controlan la mitad del mercado mundial, ha aumentado el porcentaje de sus ingresos proveniente del exterior, del 43% en1992 al 57%; y Reynolds, la tercera multinacional, del 32 al44%. En diez años se ha duplicado en África el número de fumadores. Si hoy todavía la mayoría de los tres millones de muertos anuales por tabaco son del Norte, dentro de veinte años la inmensa mayoría de los muertos, ya más de tres veces más, unos diez millones de muertos, serán del Sur. A esas muertes directas por el tabaco se irán sumando también las debidas al colapso de los débiles servicios de salud del Sur por esa epidemia tabáquica, que le impedirá atender a otras enfermedades de orígenes muy diferentes; como ocurre ya hoy, por la epidemia de SIDA, en algunos países del África subsahariana. Como antes Guatemala, ya Nicaragua ha demandado judicialmente por sus gastos sanitarios a las Tabacaleras de EE. UU., que “han conspirado para ocultar, con ánimo de lucro, informaciones médicas y científicas sobre los riesgos asociados al tabaco”, con lo que, concluye el Procurador general de Nicaragua, “el consumo de nicotina equivale para nuestro país a a una plaga permanente como el huracán Mitch”. El variado e importante papel del tabaco en la explotación del Sur comenzó con el descubrimiento de América. Recordemos sólo, por su especial transcendencia para nosotros, que el monopolio o “estanco” del tabaco sacado de América (justificado, como el mismo fumar, por razones de “salud”), fue enseguida, con el cacao, la explotación más rentable de las colonias por parte de la Corona española, como lo sería también después para la inglesa. Recogiendo y difundiendo por todas partes (deformada y ampliada a todos y sin límites temporales) esa costumbre de fumar de algunos grupos indígenas americanos, España contrajo una gravísima responsabilidad a este respecto ante el mundo entero que, lejos de saldar, está todavía agravando tanto por la creciente intervención de las empresas tabacaleras españolas en el exterior, en particular en América Latina, como por ser el gobierno español, servidor de las tabacaleras, el peor lastre para la aplicación de las medidas de la Unión Europea contra la difusión del tabaquismo.