20190201. Víctimas culpables.
Una joven a la que “su hombre” tenía encerrada en un sótano ha agredido al policía que iba a liberarla. Por desgracia, no es infrecuente que quienes intentan evitar el maltrato a una mujer en la calle sean agredidos por él y por ella. Demasiadas víctimas del patriarcado son también cómplices de sus males. “No habría amos si no hubiera esclavos” nos recordaba Hainchelin. También quien consuela y exculpa de entrada y sin más al esclavo es cómplice del esclavista.
20190621 ¿Justicia y paz?
Durante la deliberación del Tribunal Supremo en el caso de “La Manada” un manifestante pedía en un cartel “Justicia y Paz”. Con el minucioso conocimiento de los hechos que dieron los medios, la lectura de la primera sentencia y las reacciones posteriores, mucho me temo que esta nueva justicia no sea más equilibrada ni independiente del impacto de ciertos grupos de opinión tan pequeños que sólo el extremismo de sus posiciones ha conseguido imponer en este terreno su voz.
20191125 Injusticia de género.
Seguí con interés la exposición de los hoy implicados en combatir el maltrato de género, por estarlo yo también -como prueban mis obras- desde hace más de cuatro décadas. Compartí, por supuesto, su justificación de dedicar un esfuerzo especial al maltrato del hombre a la mujer, por ser éste el 85% de todo tipo de maltrato en el hogar.
Sin embargo, ningún ser racional y decente podrá aceptar nunca que lo que para una persona es delito no lo sea para otra. Esa, como las anteriores machistas, también injusta ley, ese brutal cambio pendular, otro insensato “zapatazo” de ZP, perjudica sobre todo al sexo hoy, a su vez, “privilegiado”; el lógico rechazo a ese abuso retrasa de nuevo la igualdad que sólo el respeto al derecho ajeno de todos, repito, de todos, podrá proporcionarnos.
20191126 Las mujeres y la Iglesia católica.
Un hecho clave que demuestra hasta qué punto va en serio la lucha de las mujeres por la igualdad ha sido el acto realizado por grupos de ellas en distintos lugares de España el 25 de noviembre -como hace poco hicieron otros grupos de mujeres en Argentina-para renunciar a la Iglesia católica por haber sido la ideología que más ha justificado su maltrato a través de los siglos. Mientras otras iglesias cristianas, incluso tan cercanas a la católica como la anglicana, han admitido ya a las mujeres en lo más alto de su jerarquía, esta confesión, por su machismo y puritanismo, parece añorar a veces incluso aquellos concilios en que se discutía si las mujeres tenían o no alma inmortal. Y así le va.