20190217. Una izquierda impresentable.
Xavier Sardà, tras interminables encuentros, acaba de romper “toda confraternización personal y política” para evitar que Esquerra dejara de parecer “impresentable”, lo que ya, concluye, “me importa un pito”. “Tenía la remota esperanza que esta vez sabríais desmarcaros de la derecha puigdemonista, pero “abocáis a un Gobierno español progresista al abismo, por miedo a que os llamen traidores y ‘botiflers’”. En el mismo Periódico la escritora Emma Rivarola denuncia a esa izquierda independentista que decía no ser nacionalista, pero está “desde el 2012 arrodillada ante una derecha heredera del ‘pujolismo”, sin denunciar los mayores recortes y echando a la papelera los Presupuestos del PSOE y Unidos Podemos.
En Madrid, -hablo por triste y salvajemente golpeada experiencia propia, que está en los juzgados- la situación de gran parte de la izquierda es aún más impresentable. Por una parte, no tiene la excusa de sufrir un lavado de cerebro creciente, desde hace dos generaciones, por parte de un Gobierno separatista. Por otra, no puede confundir un normal patriotismo solidario con un nacionalismo discriminador, como en Cataluña. Pero, aún así, para no hablar siquiera del caso increíble de Podemos, gran parte de ella se identifica con el feroz nacionalismo que tanto y tan claramente perjudica, otra vez en la historia, al resto de España, a las regiones donde esos filo separatistas -lo duro no es decirlo sino serlo- mal nacieron. 20190225. Manifestantes reaccionarios.
Fueron tres o cuatro docenas de izquierdistas “históricos”, con grandes banderas de mil batallas perdidas, los que todavía se reunieron el 24 de febrero en la Puerta del Sol para defender a Maduro, protegidos por un fuerte cordón policial. Enfrente, un número parecido, pero de rasgos venezolanos y sólo seis pancartitas hechas mano, denunciaba al régimen “bolivariano” que el día anterior había quemado en la frontera alimentos y medicinas, asesinando al menos a cuatro compatriotas y herido a más de cien. Tras una hora de enfrentamiento, los maduristas estaban rodeados ya de más de trescientas personas, en su gran mayoría españolas, que les increpaban por su defensa del tirano, teniendo que salir muy abucheados y escoltados por la policía.
Ya Marx tuvo advertir, contra sus dogmáticos imitadores, que él no era marxista. Pero estos no sólo sustituyen la teoría de “generaciones instrumento” por la de “países instrumento”, cuando no es el suyo, sino consideran como “enemigo principal” a EE UU, cuando hace tiempo que Rusia y China se han convertido a un capitalismo más primitivo, salvaje, brutal. Con su fe ciega, estos fanáticos son el más triste ejemplo del progresismo reaccionario. 20190415. Anarquista quinta columna del PP.
Acabo de leer que votar al PSOE -para no hablar de los demás partidos- ayudaría “a que continúe el crecimiento de la ultraderecha”. Su autor ya había conseguido, como estamos sufriendo, ese aumento de la ultraderecha al propugnar en los anteriores comicios la abstención contra Rajoy. Y cuando entonces denuncié por ello su abstencionismo anarquista, ese personaje, Manuel Cid, de Corriente Roja, se indignó conmigo, en vez de reivindicar su (funesta) influencia. ¿Cabe mayor irresponsabilidad? Peor que el Cid Campeador, ese mercenario hoy supervalorado que servía cuando le convenía a ambos bandos, él quizás hace gratis la guerra a los que presume ser los suyos.