20070713. España, servil ante otro dictador.
Pocas veces, desde tiempos de Franco, me he avergonzado tanto de mi Gobierno como cuando éste quiso que el siniestro dictador guineano firmara en el libro de honor de nuestro Parlamento, monstruosidad que fue evitada por el rechazo de los diputados, incluidos los del PSOE. Ahora, el mismo ministro Moratinos no ha tenido escrúpulos en ir a homenajear en Guinea Ecuatorial a Teodoro Obiang, presidente, osó decir, de un país “moderno y próspero”. ¡Hasta donde puede ensuciar hasta las conciencias ese chapapote inmundo, esa “maldita sed de petróleo”!
20071217. Manifestarse contra Gadafi.
Un diario de Madrid resaltaba que, al revés que en Francia, no se esperaban protestas por la visita del dictador Gadafi. Previsto o no, yo puedo atestiguar que, pasando por la céntrica Plaza Colón a las ocho y a las trece horas del diecisiete de diciembre, pude ver a un hombre que exhibía una pancarta: “Democracia en Libia. Petróleo sin sangre”. ¿Aprenderán por fin los políticos a respetar los derechos humanos, y los pueblos, a exigírselo?
20071227. La múltiple corrupción por el petróleo, un chapapote moral.
A pesar de tantos aditivos como se están echando al petróleo, es posible que sigan funcionando un cierto tiempo nuestros sistemas mecánicos, e incluso un precario sistema ecológico. Lo que está causando un daño ya insoportable a nuestro sistema social es el irresponsable aditivo de tanta sangre, como ha puesto de manifiesto la triunfal visita de Gadafi, tras la de Obiang, cuando todavía estamos padeciendo tanto las secuelas aquí del monstruoso trueque de tanta y tan inocente sangre por tan poco y tan caro petróleo en la guerra de Irak.
La corrupción e ineptitud de los políticos dominantes en España resulta aún más indignante cuando la comparamos con el saber hacer de otros países sin petróleo para conseguirlo sin provocar daños de ese calibre, ese omnipresente e insufrible chapapote moral.