En un manifiesto que han firmado dos sacerdotes se califica a F. Franco como “cristiano ejemplar”. No cabe duda que favoreció muchísimo a la jerarquía católica, que tanto bendijo y contribuyó a su cruzada; también recibió la principal condecoración del Vaticano. Un siglo después de su Cruzada sería interesante saber si hoy esa jerarquía católica no tiene nada que rectificar al respecto, cuando ya ha perdido la mitad de sus creyentes y más de dos tercios de los que aún van misa le son tan poco o casi nada fieles.