A punto de terminar su presidencia, despechado tras su obligada renuncia y la derrota de Harris, Biden, que ya había roto las serias tratativas de paz entre Rusia y Ucrania al mes de empezar la guerra (al fracasar la invasión de uno y la defensa del otro) agrava ahora mucho más esa guerra al permitir a Ucrania el usar en territorio ruso las armas de mayor potencia que le dio para su defensa. También sigue apoyando al máximo el genocidio israelí, cuando el fanático Netanyahu agrede también como nunca a Palestina, el Líbano y otros países. Demente o sádico, Biden aún puede provocar la peor catástrofe mundial.