Apenas ha perdido el principal apoyo suyo y también de Israel, Biden y Harris, el Papa ha pedido “investigar con atención” si la ofensiva militar israelí “encaja con la definición de genocidio”. No cabe mayor hipocresía por parte de quien, en lo suyo, el Evangelio, tenía que haberla condenado desde el primer día, -como al ataque desesperado de Hamas-, oponiéndose al genocidio de docenas de miles de niños, mujeres y civiles. Pero eso no convenía a los intereses del Estado Vaticano, tanto en EEUU como en la “Tierra Santa”. Así, el primer jesuita papa ha confirmado a la perfección la segunda acepción de “jesuita” en los diccionarios no censurados, como sinónimo de hipócrita.