20040421. Malo, señor Bono.
El señor Bono ha querido garantizarnos hasta la caricatura la continuidad en el ministerio de Defensa. Si el señor Trillo hablaba de virilidad en la “reconquista” de la isla de Perejil, Bono se ha apresurado a acusar de falta de virilidad a quienes no acudieron a su toma de posesión del cargo. Expresándose encima en lenguaje no menos agresivo y chulesco, Bono cometió la increíble falta de hospitalidad y de educación de declarar ante los invitados sindicalistas Méndez y Fidalgo, y de forma extemporánea y fuera de contexto, que no admitiría sindicatos en el Ejército. Y si Trillo y los suyos menospreciaron la Constitución en lo de Iraq, Yak-42, el euro lanzado a la periodista, y otros temas, Bono ha comenzado ya por menospreciar la laicidad que reclama la Constitución invitando a su toma de posesión al representante del Vaticano, sin tener encima ni la sensibilidad de invitar a otras “fuerzas espirituales” que pudieran elevar eventualmente la moral de las tropas. Por lo demás, toda la pompa y folclore –¡no faltó ni el cantante Raphael!- de su entrada en escena muestra un ridículo intento de autobombo y un total alejamiento de la humildad y cercanía a la población recién prometida por Zapatero y cumplida por los demás ministros.
Sin duda, en dialéctica coincidencia con su mismo nombre, el señor Bono ha decidido asumir, desde el antiguo ministerio de Guerra, el papel que en su día adoptara Guerra y, en el PP, Álvarez Cascos y después Trillo, de “malo” de la película, es decir, de alternativa al “bueno” y “blando” Zapatero, como pretendió un día en el PSOE y, tan afortunadamente para todos -como vemos ahora- no pudo conseguir.
Se ha querido disculpar a Bono, diciendo que la variedad hace la riqueza del PSOE. Pero no se trata aquí de distintas posiciones políticas, sino de “talantes” diametralmente opuestos, dialogante y democrático en unos, autoritario y mal educado en otros. Y de estos últimos talantes broncos y desabridos ya hemos tenido bastantes con los del PP, y hemos votado para que no pervivan en el Gobierno, ni en forma minoritaria y como posible alternativa. Esos aires resultan especialmente dañinos en quien está a cargo del Ejército, haciéndonos recordar con añoranza a otro ministro del ramo del PSOE, cuyo talante y finura tanto contribuyó a mejorar la clase militar y, por ende, a la sociedad española. Malo, pues, señor Bono.
20040921. Borrell, una esperanza.
No sería ninguna panacea, pero sí una esperanza para mejorar el PSOE y la democracia en general el que Borrell ganara las primarias a Almunia, continuador demasiado claro, a dedo, de Felipe González y todo lo que fue su Gobierno.
¿Sabrán comprenderlo así los electores del PSOE? El mismo Almunia ¿preferirá quedar para la historia -apretando al máximo, o no, su aparato-, como el que reforzó el atasco y fracaso (moral y político) del PSOE, o como quien se atrevió a abrir, aun a costa suya, las vías a su renovación y democratización?
20040921. Borrell apartado, el PP ya ha ganado.
En su funeral político, la cúpula del PSOE alaba a san Borrell, «mártir de dos falsos amigos», para que ocultar lo evidente, que lo liquidó sobre todo el largo martirio al que le sometió ese grupo dirigente. El mismo que ahora lo presenta como ejemplo por dimitir, «al contrario de algunos miembros del PP», mientras que están cerrando filas, «poniendo orden», para continuar mandando, incluso de modo oficial, los mismos máximos responsables políticos de Rojo y Roldán, FILESA y GAL, etc., etc. Con ese equipo, la competición política pierde todo interés en cuanto a sus resultados. Aznar y los suyos podrán dedicarse tranquilos a sus familias y a otros asuntos privados.