Política – Cataluña – 2004

20041023. Fascistas catalanistas.

                                 El que usa métodos fascistas, es fascista. Acaba de producirse un ataque fascista en la Universidad de Barcelona por parte de ocho cobardes, encapuchados como los etarras, que han destrozado el despacho del profesor Francisco Caja, acusándole de antipatriota por haber propiciado la visita de Fernando Savater, Alejo Vidal-Quadras y otros. En una tan lógica como contradictoria proyección freudiana, al estilo de los de su cuerda, ellos califican de fascista a esa víctima de su nacionalismo excluyente, según denuncia en la prensa otro profesor de la U. Rovira i Virgili.

                                  Yo también, como ciudadano y como catalán, quiero repudiar estos hechos vergonzosos para Cataluña, cada vez más dañada por una creciente espiral ultranacionalista que se impone por la violencia, pues nunca podría hacerlo de modo racional. Estos mismos días me he tenido que abochornar al de presenciar un acto muy significativo del grado de locura al que pueden llegar algunos de mis paisanos. En el Foro Social Europeo celebrado en Londres, uno de esos ultracatalanistas pregonaba a las puertas del local sus tesis; pero no en inglés, como sería lo lógico; o en francés, en que también pudieran entenderle muchos; o, “al menos”, como hacían los nacionalistas vascos, en castellano, sino en catalán (¡!). Es evidente que no pretendía ser entendido y aprobado, sino sólo autoafirmarse narcisistamente, en un insensato ataque de autismo mental masturbatorio. ¡Hasta qué punto se está perdiendo el “seny”, el sentido común, para no hablar ya de una civilizada convivencia o incluso de una solidaridad que ese Foro estaba destinado precisamente a promover, “seny” del que antes tanto presumíamos los catalanes!

20041021. Racismo discriminador.

                              Una familia puede legítimamente preferir no tener demasiados criados en su casa… a condición de que esté dispuesta a realizar ella misma los laboriosos y pesados trabajos domésticos. Pero cuando se queja de la pérdida de intimidad,  e incluso de identidad familiar, sin mover un dedo para hacer ella misma esas tareas, o prescindir de las comodidades que le proporciona su realización, está bien claro que lo único que quiere es discriminar a esos criados para escatimarle su ya escasa remuneración. Su “preciosa identidad” es la de un vulgar explotador y negrero. Máxime cuando se trata de una familia tan poderosa que consigue incluso destruir las fuentes de trabajo independiente de su entorno, obligando  así a los empobrecidos pueblos de su entorno a servirle por un mísero salario, como están haciendo ahora los países del Norte con los del Sur del planeta. Lamentaciones como las de un Pujol o las de la Falange esconden, pues, tras el manto de un aparentemente legítimo nacionalismo autárquico, un vulgar intento de esconder y agravar la más miserable y avariciosa opresión de los más débiles y empobrecidos por parte de los mismos que encima, y para autojustificarse, les menosprecian.

20040928. Burros catalanes.

                            Si nos hubiera llegado impulsada por Madrid la propuesta de hacer del asno el símbolo de los catalanes, hubiéramos tenido un (otro) estupendo motivo de agravio y reivindicación durante un futuro incalculable. Por desgracia, han sido algunos de nuestros indígenas catalanes los que han preferido hacer el burro, digo, hacer del burro su totem, en vez de escoger  un animal más parecido y prestigioso, con unos lazos más científicamente íntimos a nuestra humanidad, como son los del mono, aunque no fuera blanco, como el difunto “Copito de Nieve”, que representaría esa pureza racial que reclama cada día Pujol y cada noche su señora.

                          Claro está que el asno, como se ve, tampoco es un pariente muy lejano, aun sin recurrir a la famosa quijada ambigua (¿hombre? ¿burro? ¡qué vergüenza para el burro!) desenterrada en Orce, y así tenemos la tan explicable reivindicación del burro por los del Opus Dei y los “demócratas” estadounidenses.

                            Lo que no se debe es jugar sucio, e intentar favorecer a esa candidatura simbólica del asno catalán oponiéndola a la del toro ibérico, cuando ya la mayoría de los españoles están contra las corridas de toros que, bien a su pesar -y de tantas vacas viudas-, representa este magnífico y legítimo animal. Lo que sí consiguen esos maquiavélicos defensores del simbolismo del asno es que los catalanes dejemos en segundo lugar “problemillas” como la del desempleo, la vivienda o la disminución relativa de la productividad en Cataluña en los últimos 7 años en el conjunto “estatal”: es decir, que con esa campaña –sea ese su objetivo real, o no, contribuyen eficazmente a hacernos perder el tan reivindicado “seny” y a hacernos más burros.

20040921. CAIXA degenerada.

               No podemos olvidar que casi una cuarta parte de nuestra población está bajo el umbral de la pobreza, según datos de Caritas y otras instituciones solventes. Las Cajas de Ahorros constituyeron en su día eficaces organizaciones montadas por y para el pueblo para ayudar a los más necesitados, por lo que prosperaron mucho. Pero al prosperar han ido abandonando sus fines propios y sacan a su clientela popular unos «beneficios» (para las Cajas) desproporcionados. Sobre todo, según datos de este año, la Caixa de Barcelona, que da además a los más ricos «limosnas culturales» de miles de millones que saca de los más pobres, como cuando restaura el edificio privado de La Pedrera o el Liceo. Para disimular, lo hace mediante una Fundación-tapadera, a cuyo frente, como guinda, tiene como empleada desde hace años a un miembro de la familia real.

P.D. Por supuesto, el principal crimen de la Caiza ha sido hundir la economía de Cataluña y dividirnos a los catalanes con su delictivo apoyo a los separatistas.

20040921. BORRELL, UNA ESPERANZA.

                                   La elección de Borrell abre la posibilidad de que un catalán pueda gobernar España; pero legítimamente, desde Madrid, no desde Barcelona, como ahora Pujol, gracias -entre otras cosas- a unas normas antidemocráticas que dan un valor triple a un voto a los nacionalismos; y a su cómplice, Aznar, que «se volvió como un calcetín» para llegar a presidente nominal.

                                    Los catalanes que amamos desinteresadamente a nuestra tierra, y no queremos hacer de ella un negocio monopolista de unos aprovechados, una nueva -y aún más ruinosa a la larga- «Banca Catalana», como Pujol, sentimos que Borrell puede curar ese nuevo y grave brote de ultranacionalismo mezquino que está empequeñeciendo, empobreciendo y anquilosando a Cataluña y perjudicando de tantos modos a España entera.

20040907. El Barcelona y sus vírgenes.

                                               Hace poco me creí francamente transportado a épocas preconstitucionales cuando vi, por las calles de Málaga, a un grupo de legionarios, de riguroso uniforme, llevando en procesión a un Cristo crucificado. ¿Cosas del Sur? No: El Club de Fútbol Barcelona acaba de ganar también en esto, al ofrecer el título de Liga a la Virgen de la Merced (patrona de Barcelona, que, como se ve, ha ganado, a su vez, en esto a la de Montserrat, patrona de Cataluña, a la que consagraban antes sus triunfos; la próxima vez festejarán a la Virgen del barrio de Las Corts, en de acuerdo también con su lamentable y creciente miopía «nacionalista»).

                                               Claro está que, aunque «más que un club», el Barcelona no es un organismo oficial, como el Ejército y su Legión; pero sería más coherente, más decente, más auténticamente religioso incluso, que, para evitar abusos y reclamaciones, para ser socio de ese club se exigiera la fe de bautismo.

P.D. Dada la situación del club  cuando escribo estas líneas, tanto en lo económico como en lo deportivo, para no hablar de lo político, sugiero que la próxima vez se encomiende a la Virgen de los Desamparados.

20040826. El racismo de Pujol.

                                   Distintas dosis de la misma substancia curan o matan; incluso la misma dosis puede tener esos resultados tan contradictorios en distintas circunstancias del individuo. La exaltación de la propia tribu -que yo mismo practiqué como catalán contra los ataques del franquismo- se ha ido convirtiendo, al cambiar las circunstancias y aumentar la dosis, en una crónica y cada vez más dañina patología para Cataluña y sus vecinos. Como la cultura ateniense fue el pretexto que utilizó Aristóteles para justificar la esclavitud –unos debían trabajar para que otros pudieran pensar-, ahora Gaudí o Dalí han servido para justificar la explotación del foráneo andaluz o del extranjero ultramarino. El nacionalismo defensivo se ha ido convirtiendo en tapadera del cubo de basura de ese sucio negocio de discriminar para exprimir al máximo al no reconocido como próximo. El aprecio de la propia familia catalana ha derivado en un cada vez más descarnado racismo, que no se casa con nadie.

                                          Tras muchos lustros de soterrada labor, una vez que ha conseguido imponer esa ideología y práctica, incluso entre los grupos políticos antes opuestos -, y como ya antes su mujer- el señor, el “amo” Pujol, tiene cada vez menos empacho en proclamar, como lógica consecuencia de su cada vez más desaforado nacionalismo, un racismo que antes negaba en nombre de sus tan rentablemente pretendidos principios cristianos; estrategia maquiavélica que le ayudó a inocularlo mejor, de modo más inconsciente, profundo y generalizado en la sociedad e instituciones catalanas. Ahí está hoy su obra, su sistema catalán de apartheid, que tanto tiempo y trabajo costará sanear, aún en el caso de que la adicción colectiva no sea ya tan fuerte que acabe de imponer la “solución” –en un tan frecuente como catastrófico círculo vicioso- de buscar la salvación en un aumento progresivo de la dosis de esa misma droga nacionalista-racista. Y ya son demasiado mis paisanos, partidarios o adversarios de Pujol, que han llegado al punto de difícil retorno de negar en absoluto su racismo, de considerarse, al revés que los demás mortales, impecables al respecto, y afirmar con gran convicción que lo que ocurre es que los otros son así y que ellos tienen todo el derecho, e incluso el deber, de “ponerlos en su sitio”.

20040907. Felicitación a Azúa.

«Ladran, luego caminamos». Si otros «le han reñido tanto» por sus columnas anteriores, yo, en cambio, le felicito y agradezco, como catalán, en particular la valiente y documentada columna dedicada a Cataluña. Si después de la riña «hablaré hoy del tiempo», estoy seguro que no olvidará que hoy es tiempo también de hablar, como ya hace con frecuencia, para evitar mayores males a nuestro país.

20040127. Error en Cataluña.

                            ¿Quién a metido un gol a quién? Grave error es menospreciar la inteligencia del adversario político. ¿Cómo atribuir a Carod-Rovira la insensatez de pensar que sus contactos con ETA iban a permanecer ocultos, y que no tendrían las repercusiones que hemos visto? Máxime cuando sus contactos previos con ETA ya suscitaron, en años anteriores, una reacción proporcionalmente parecida. Lo que ocurre es que quienes son sus socios de gobierno no pueden reconocer hoy que el error lo han cometido ellos al introducir ese caballo de Troya, que tan pronto y tan eficazmente, apenas elevado a conseller en cap de Cataluña, y ante las elecciones generales, ha hecho lo más que podía para dinamitar el PSUC y el PSOE, ya que, en palabras del mismo Rovira, confirmadas por la práctica,  el proyecto político de ERC, como el de ETA, encuentra un mucho más favorable caldo de cultivo cuando gobierna el PP.

                               Cuanto más tarde la ciudadanía en abrir los ojos ante la realidad, más difícil y doloroso será curarnos de los males que nos están agravando tanto estos separatistas sin escrúpulos por un lado como sus aliados objetivos, esos bomberos incendiarios del PP, que provocan y separan los pueblos de España para ofrecerse después como imprescindibles salvadores de la patria, siguiendo, con métodos adaptados a los tiempos, tácticas aprendidas por el fundador de su partido cuando era ministro clave del régimen anterior.

20040115. Prohibir los votos nacionalistas.

                          Ejemplo impactante de la reconquista que está realizando entre nosotros la mentalidad antidemocrática es la propuesta de Rodríguez Ibarra –quien, por supuesto, ha tenido que retirarla- de negar representación en el Parlamento a los nacionalistas que no llegaran al 5% de los votos en todo el Estado. ¡A los que no me gustan, los elimino, aunque sea “sólo” mediante leyes de exclusión! Puede estar orgulloso el PP de haber hecho escuela, hasta en las filas de la oposición, con su  exclusivismo feroz, tan claro en su reciente ley anti referéndum.

                           Lo peor, porque tiende a agravar aún más el problema de fondo, por culpa de la polvareda que suscita esa su metedura de pata, es que Rodríguez Ibarra tiene toda la razón en opinar que hay que tomar medidas contra una injusta excesiva representación de los nacionalismos, que fomenta institucionalmente nuestra desintegración territorial. Bien reciente está el caso de las elecciones catalanas, en las que CiU, con diez mil votos menos que el PSC, tuvo cuatro escaños más, y posee en el Parlamento español el doble de parlamentarios que IU, a pesar de tener prácticamente los mismos votos. Es remediando esos injustos privilegio a favor de los nacionalistas, contabilizando los votos con más democracia, y no con menos, con lo que hay que contribuir en ese terreno a remediar los males que nos aquejan.