20241126. No pudo perdonarles.

En su lecho de muerte, el cura le advirtió al dictador que si no perdonaba a sus enemigos no podría ir al cielo; pero este le respondió que no podía perdonarles, porque los había matado a todos. Como dicen en Italia, esto, “si no es verdad, se ajusta a la realidad”. Buena ocurrencia ha sido también la de un asturiano que reina hace tiempo en Madrid gracias en gran parte -y no es broma- al haberse hecho antes independentista catalán en Barcelona, e incluso tener tamaño bigote que va a conseguir estos días su tercer y -por los estatutos de su Sindicato- último mandato, al haber eliminado a todos que los que en los últimos años han intentado competir con él.