20250316. Musk recibe su merecido.

“¡Empezó mi hermanito, que me devolvió la bofetada!” Si en un niño ese descaro puede hacernos reír, en el cogobernante de EE. UU., que tanto daño ha hecho ya a vidas y haciendas en el mundo, tanta desvergüenza por un ataque a “su X” supera lo imaginable. No sólo ha utilizado sus negocios, como el de Tesla, para atacar los intereses de gran parte de sus clientes, sino que incluso pone en peligro la libertad y la vida misma de muchos más; y todavía tiene el valor de quejarse de que se proteste por ello. ¿Cabe peor y más peligroso endiosamiento que el de eso mal genio?