Vasconia – 2005

20050123. Vivir de los muertos.

Yo me he manifestado contra el terrorismo de ETA, activamente, con pancartas, docenas de veces en Madrid; incluso he viajado en cinco ocasiones al País Vasco para otras tantas manifestaciones en el mismo sentido, siendo amenazado por ello por los etarras. Sin embargo, tras una larga y dolorosa reflexión, me abstuve de ir a la manifestación del sábado en Madrid, previendo las bochornosas manipulaciones políticas que desgraciadamente se produjeron en ella
. Ya hace tiempo que los hechos prueban hasta qué punto algunos que se presentan como portavoces de quienes sufren las agresiones de ETA fomentan o toleran en su entorno la misma repugnante tendencia que justamente denuncian en los etarras: la de aprovechar los cadáveres humanos como abono para su respectivo fanático nacionalismo; los de ETA lo hacen como carniceros; los otros, como carroñeros. Los extremos se tocan. ¡Dios nos libre de ambos extremismos nacionalistas, que no vacilan en intentar medrar con los muertos!

20050124. Alcaraz se revela.

“Por la boca muere el pez”. Las declaraciones del presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Alcaraz, al diario ABC son muy reveladoras. Nadie niega que las víctimas del terrorismo (todas, no sólo las de ciertas asociaciones) merezcan nuestro apoyo. Pero exigir –no se contenta con decir que hubiera sido conveniente- que el mismo Zapatero encabezara una manifestación organizada y dirigida por algunas de esas asociaciones es no sólo pretencioso, sino, en cuanto que esa manifestación pedía determinadas medidas al Gobierno, hubiera sido del todo incoherente, incluso grotesco. Y hay que ser muy ignorante o, a esos niveles de responsabilidad, muy demagogo, para querer comparar esa presencia del Gobierno en su manifestación con la que, como todos los Gobiernos dignos, hace en señal de duelo en las tragedias que ninguna Administración ha conseguido plenamente evitar.
No contento con eso, Alcaraz llega al extremo de achacar a esa ausencia de Zapatero la crispación que llevó a los violentos y repetidos ataques al ministro del Defensa. No menos significativamente, no ha tenido ni una palabra para deplorar la ausencia del principal jefe de la oposición, Rajoy, a pesar de que su presencia sí hubiera sido coherente con su reivindicación.
Por todo ello estoy de acuerdo con la conclusión de Alcaraz de que “no nos sentimos manipulados”, puesto que sus declaraciones muestran que su mentalidad es fundamentalmente la misma que la de los protagonistas de esos que llama “incidentes aislados” de la manifestación que dieron ese carácter al acto, y que habían sido ya preparados abiertamente por ciertos dirigentes políticos y medios de comunicación días antes. Ese acto transcurrió, pues, como demuestran estas declaraciones de Alcaraz, al que agradezco ser tan claro, por los cauces realmente previstos y deseados por una parte importante de sus convocantes, que sólo de boquilla y para salvar sus responsabilidades pueden ahora decir que “deploran” las vergonzosas consecuencias de la crispación que ellos mismos han provocado.

20050223. ¡Señor Ibarretxe, no se aproveche!

¡Ojo, lehendakari Ibarretxe! Para aprobar una ley fundamental se requiere una mayoría, y una mayoría adecuada, cualificada, que distintos organismos y Estados cifran en los dos tercios o tres cuartos de los votantes. Y, por supuesto, la adhesión de la mayoría de los posibles votantes, exigencia moral o incluso legal en muchos países, en donde las elecciones o referéndum que no consiguen ni la mínima adhesión que supone el ir a votar, llegando la abstención a un 50% o más, son lógicamente considerados nulos. ¡Señor Ibarretxe, no se aproveche! No vale escudarse en el fresco precedente de políticos que se felicitan y autoproclaman triunfadores cuando consiguen que apruebe su plan constitucional menos de un tercio del censo electoral. Ese “ejemplo” nunca le justificaría a usted. No debemos tolerar que se rebaje el listón de la democracia a cotas ridículas, sino tener el valor de exigir un mínimo de coherencia y decencia política a todos los políticos.

20060510. El terrorismo de Fraga.

Yo quiero agradecer a Fraga el coraje que ha tenido al amenazar a sus paisanos con el terrorismo de ETA si él, Fraga, no gana las elecciones; aunque, asustado de su misma barbaridad, haya pretendido después rebajarla atribuyéndola a sus acólitos, como si una afirmación política no adquiriera su significado en función de la máxima autoridad política que la asume y le otorga “toda la razón”. Ese “o yo o el caos” muestra hasta qué punto sigue siendo de máxima actualidad para Fraga –zorro viejo no aprenda mañas nuevas- su lema de “salvador de la patria” del terrorismo judeo-masónico-comunista en el régimen franquista al que debe su relieve político, y del que jamás renegó. Y hasta qué punto hoy suscribe el lema de otro de sus acólitos de esta misma campaña electoral: conseguir votos por cualquier medio.
No menos patente es la fidelidad a estos métodos a escala española por parte del partido que Fraga fundó, el P, que está acudiendo cualquier maniobra antes que permitir que otros consigan el triunfo de acabar con el terrorismo de ETA, dejándoles sin “demonio” del que salvar ellos España. Y no duda en ser el único grupo parlamentario que se niegue a que el Gobierno emprenda las acciones destinadas a acabar con ETA, llenando las calles de fieles manipulados, indignados por supuestas concesiones que el Gobierno, no sólo no ha hecho, sino explícitamente ha negado vaya a hacer nunca a ETA.
Esperemos de la creciente mayor libertad de información y madurez democrática en Galicia y en toda España que esa baja apelación al miedo o incluso a la venganza, y la tan vieja como lamentable adhesión a un clientelismo y caciquismo político, dejen de tener un peso decisivo en nuestra sociedad.

20050910. Carácter vasco violento.

Es un pobre y triste consuelo, pero consuelo al fin: los masivos y violentos incidentes en el Alarde de Hondarribia, como en otros Alardes vascos, y como ocurre monótonamente año tras año, muestran bien a las claras que en realidad no la tienen tomada con nosotros, el resto de los españoles, sino que muchos vascos son así. “Es nuestro carácter”, reconocía no hace mucho Arzallus, en una entrevista a un periódico alemán. Intolerantes y violentos, deben aprender primero a saber convivir civilizada y educadamente con sus vecinos antes de e incluso para solucionar después los problemas que –por mucho que se crean “únicos”- tienen como tantos otros seres humanos con otros grupos. Sus malos modales nos tienen aburridos y hartos a demasiados españoles, de entre los que no sería extraño, después de tan interminables “hazañas”, que surgiera un movimiento que exigiera –con menos violencia, pero quizá con más eficacia- el separarnos de quienes tanto daño se empeñan en seguir haciéndose entre sí y a los demás.

20051106. Tortura y terror.

“Traición a Occidente” tituló el mismo diario ABC su comentario ante las torturas en Abu Ghraib. Porque utilizar el mismo código ético de los terroristas destruye la legitimidad moral para combatirlos, equivale a darles la razón. Sin embargo, todavía hoy, tras el interminable caos en Irak, que demuestra el rotundo fracaso de toda esa política, según reconocen ya la mayoría de los estadounidenses “-los mártires son semilla de cristianos”-, todavía quedan quienes consideran justificadas, patrióticas aquellas torturas
Lo que vemos tan claro en el ojo ajeno, no tenemos el valor de aplicárnoslo a nosotros mismos. Provenimos de una larga y sangrienta dictadura, que empleó masivamente hasta el última día la tortura, tanto entre los prisioneros “comunes” –recuérdese el testimonio de “El Lute”- como entre los políticos. Sin embargo, no sólo no se exigieron después responsabilidades a ninguno de los torturadores franquistas, sino que muchos siguieron en sus cargos, y algunos incluso fueron condecorados. Como denuncian desde fuera los más imparciales organismos internacionales, la tortura ha llegado así hasta nuestros días, máxime contra el terrorismo de ETA, con un silencio cómplice “patriótico”, excepto en casos muy puntuales de intereses partidistas, no humanitarios, como el del PP con el GAL. Prácticamente todos, desde los políticos o dueños de medios de difusión hasta los ciudadanos de a pie, hemos callado porque los terroristas “se lo merecían” y “había que luchar contra ellos”, sin querer comprender tampoco aquí hasta qué punto esas torturas han ayudado a mantener tanto tiempo a un grupo tan irracional y sanguinario como ETA, que vivía en gran parte precisamente de nuestros errores, como esas torturas con las que tan neciamente creíamos combatirlo.
Más aún: ahora que por fin parece que nos acercamos a la solución de ese problema, nos encontramos estos días con un nuevo “triunfo” contraproducente contra el terrorismo. La Justicia (una parte sólo, pero, por ahora, la decisiva), acaba de negar en cierto modo la existencia, presente incluso pasada, de torturas, lo que, obviamente, impediría de entrada cualquier lucha contra ellas, dando así un nuevo asidero, un triunfo, a ese terrorismo que sin duda esos magistrados creen ingenua y patrióticamente combatir al condenar a Otegui por afirmar que el rey es el jefe de los torturados. Porque si es evidente que el rey no manda torturar a nadie, no lo es menos que, como Jefe del Estado, es en alguna manera responsable de cuanto hacen sus Cuerpos. Negar, pues, que, aunque sea sin saberlo y a su pesar, sea jefe de torturadores equivale en definitiva a negar la existencia de cualquier tortura en el Estado español, lo que impide toda lucha contra esa práctica nefasta y, paradójicamente, constituye uno de los mejores regalos que se puede hacer a la causa de los terroristas.