Sexualidad – 2017

20170315. Por qué Messi mea sentado.

                            Messi acaba de conseguir un gol histórico, al defender a un compañero y afirmar que él también orina sentado. Modesto, sólo comenta que lo hace por comodidad, razón sobrada para disfrutar del alivio de toda evacuación, como ya santo Tomás Moro preveía que gozarían los ciudadanos de su Utopía. Pero gol histórico también para la sanidad, para no manchar, como ocurre demasiadas veces, el que debe ser “sanitario” y “aseo”, suciedad demasiado frecuente hasta donde hay aparatos para mear de pie. En China, por ejemplo, hay encima de ellos cartelitos que piden “dar un gran paso adelante” por la sanidad a los varones que presumen de “tenerla más larga” y la embarran. Y un famoso juicio en Alemania constató los daños también económicos que a la larga producen en su entorno esas salpicaduras del ácido úrico.

                           Reliquia de tiempos en que no había sanitarios, cuesta acabar con esa costumbre, hoy insana, del mear de pie, por culpa de la resistencia de algunos machistas. Pretenden así su virilidad, pero sólo consiguen ensuciar los aseos. Y cada vez más, porque, acabando con ese apartheid sexual, los aseos empiezan a ser ya mixtos, -como en los transportes-, lo que constituye un paso más hacia la igualdad entre hombres y mujeres, tan justa como conveniente para todos.

20170423. Puritanos hipócritas contra la prostitución.

                                  Tras publicar un reportaje sobre “la trata de blancas” (y negras, amarillas, etc.) le ha caído a un conocido diario de este país un aluvión de críticas por publicar también anuncios por palabras de trabajadoras del sexo (vulgo, putas). Lo notable del caso es que no ocurra lo mismo cuando, tras publicar reportajes contra otra esclavitud laboral, como en el sector textil – que afecta a cien veces más personas-, no le lluevan protestas por publicar anuncios, estos a toda página, de las empresas que las explotan.

                                No puede estar más clara la sucia y enfermiza mentalidad puritana que considera que el sexo es malo, en vez de ser una necesidad saludable; morbosos fariseos que consideran que nadie pueda dedicarse profesionalmente a cubrir esa necesidad porque le gusta el sexo, como es la segunda razón que dan esas trabajadoras para dedicarse a ello.

20170501. La libertad de expresión, para todos.

Se quejan las clínicas de abortos que a sus puertas se concentran grupos antiabortistas repartiendo sus folletos e intentando impedir que entren las pacientes “porque van a cometer un asesinato”. La solución es muy sencilla: ejerzan ellas también su libertad de expresión y concéntrense ante las iglesias folletos e intentado impedir que se entre. Aclaren a los ingenuos que ya Jesús, que nunca vivió de impuestos, denunció a quienes convertían su templo en una cueva de ladrones, y que ahí dentro van a intentar robarles con el falso milagro de que poniendo una cruz en  su declaración de la renta no van a pagar más cuando, sacándose el impuesto “religioso” del total de los impuestos, no sólo van a tener que pagar ellos, sino que obligan a los demás a pagarlo, haciéndose cómplices de ese robo que ellos han hecho legalizar a gobiernos débiles.

Yendo al su tema en concreto, aclaren a los concurrentes ignorantes de otra estafa monumental, pues ahí dentro les van a intentar venderles que un huevo vivo es ya una gallina, un embrión o feto ya una persona, como antes decían lo era ya has un esperma, para prohibir como asesinato la masturbación; porque los dueños del local viven de eso, de prohibir cosas naturales para “salvar” después de esos presuntos pecados, cobrando por ello muy caro para vivir, sin curar nada, “como un cura”; aunque ya menos, porque el negocio, con la mayor cultura, se les va yendo a pique, como muestra la ya casi insignificante cantidad de gente que aún practica lo que ellos predican.

20170702. Por qué crece la homosexualidad. 

                                   Un cura de un barrio barcelonés ha armado un escándalo al criticar ferozmente la homosexualidad, “pecado gravísimo, que se está llegando a creer natural”. Imita así a los antiguos curas “de Misa y olla”, como si estuviéramos todavía en la época en que Yahvé mandaba a Adán “Creced y multiplicaos”, ahora que ya somos más de siete mil millones, con enormes problemas de distinto tipo, y el mismo papa Francisco acaba de advertir que “no hay que multiplicarse como conejos”. 

                                  Maestros ignorantes son los que hoy desconocen que, en todas las especies, -desde las moscas hasta las personas-, surgen conductas sexuales no reproductivas cuando hay superpoblación. La homosexualidad, pues, es una práctica no sólo natural, sino adecuada y beneficiosa para toda la sociedad.  Eso explica –más que el respeto a la diversidad, en que avanzamos aún poco- la creciente aceptación de la homosexualidad en un mundo tan poblado y hacinado en gigantescas ciudades como es el nuestro. Y el incremento es mayor donde otros prejuicios pseudoreligiosos impiden el uso de anticonceptivos eficaces en las relaciones heterosexuales.