20200124. Cuatro Campeones de la Supercopa.
El título de campeón del torneo de Supercopa no fue sólo para un equipo, al que un penalti permitió, eso sí, conseguir además un cacharro metálico. Fueron los cuatro equipos de fútbol españoles participantes los que ganaron, además de unos millones de dólares, el título de colaboradores de la feroz dictadura saudí. Sí, la que matado ya a más de 100.000 yemeníes en una guerra ilegal. La que, en proporción a su población, ejecuta más penas de muerte en el mundo y una de las que más conculca los derechos humanos en general, máxime de las mujeres. La que también tiene estrecha relación con grupos terroristas. Campeones por igual en complicidad con ese régimen, los equipos españoles han sido comprados para repetir su “hazaña” dos años más.
20200412. Números o fotos, no más colas.
A los enormes daños ocasionados por el Covid-19 hemos añadido las larguísimas colas que se forman, no de algunos para asistir a un espectáculo, sino de todos para comprar artículos de primera necesidad. Colas que encima implican peligro de enfermedad o incluso muerte a los ciudadanos, porque las distancias de dos o más metros entre ellos no garantizan contra el contagio.
Por supuesto, esas colas tendrían que estar ya rigurosamente prohibidas. La solución la conocemos hace mucho tiempo: dar números de orden, completados cuando haga falta con otro tipo de vigilancia, tradicional o moderno, como las fotos con el móvil.
20200414. Un saludo más sano.
Algunas pandemias han servido para implantar mejores medidas sanitarias. Esperemos que también ésta, ahora que conocemos mucho mejor el origen de muchas enfermedades y cómo podemos una epidemia anual, la gripe; aunque no sabemos aún cómo evolucionará la del coronavirus.
Entre otras iniciativas, se ha sugerido, por su transcendencia, la de cambiar nuestro gesto al saludar. Nada más chocante que chocar las manos para desear salud (eso significa saludar) con un acto con el que se está intercambiando con firmeza los 3.000 microbios del más diverso origen que cada cual lleva en la suya. La inclinación oriental no sólo es sana, sino que puede comenzar desde lejos y permite no perder el contacto visual entre las caras, que es lo fundamental para expresar los sentimientos.
También es muy saludable la costumbre oriental de ofrecer al visitante una toalla caliente húmeda (o el invitarle a pasar al aseo) para lavar las manos. Como el ofrecer, junto a la entrada de la casa, un calzado cómodo e higiénico, como ya hacen en algunos países nórdicos europeos. La salud propia y ajena mejoraría con estos pequeños gestos de desear salud, saludar con estos hechos destinados a mejorar la de todos.
20200422. La raíz de la difusión del coronavirus.
Se ha callado, como un secreto militar que en cierto modo fue, la difusión global del Covid-19. Porque en Wuhan terminaron el 28 de octubre de 2019 unos multitudinarios Juegos Militares Mundiales, con 9.603 deportistas de 104 países (163 españoles), 30.000 voluntarios y 50.000 espectadores en su inauguración, que acudieron también masivamente a sus 27 pruebas y 316 eventos.
Ya sabemos que los síntomas de la infección tardan en promedio 5 días en manifestarse y pueden retrasarse hasta 20. También que pueden pasar desapercibidos en los más jóvenes y fuertes (como los deportistas) o ser confundidos con una gripe, máxime en otoño. Contra la teoría extraoficial china de que fueron unos cinco estadounidenses afectados de “una extraña neumonía” lo que llevaron la infección a Wuhan, lo razonable es concluir que fueron quienes eran más de cien veces más y de todas las edades los que infectaran a los militares extranjeros. De ahí que explotara masivamente en primer lugar en Wuhan la pandemia, y así lo reconoció su Gobierno, amurallando el mercado donde declaró se había originado y haciendo dimitir a los funcionarios encargados de su vigilancia.
Se comprende ahora mejor el gran interés del Gobierno chino en ocultar que unas Olimpiadas destinadas a fomentar la confraternización entre los militares del mundo dieran lugar a una mortandad que ya es peor que la de muchas guerras. Es absurda la teoría conspiratoria de que aprovechó la Olimpiada para difundir una peste por la que su mismo pueblo se rebela, como el resto del mundo, por demostrar su mal hacer y secretismo mortal.
20200503. La fama le enloqueció.
“La perversión de lo mejor es lo peor”. El brío de “Spiriman”, que en un principio nos atrajo a muchos a luchar por la deteriorada salud de los andaluces acabó por endiosarle desacreditarle y desacreditarnos a cuantos le ayudamos entonces y, triste desenlace, empeorar la sanidad, hoy ahí en manos del PP.
Sus injurias personalizadas en “Susana, hija de puta” que “lidera una organización criminal” la extendió a todo su partido, “socialistas de mierda, nazis de mierda”, gravísimos insultos que después trasladó también a periodistas, fiscales, médicos, personal sanitario y farmacéutico, hasta incitar ahora a romper el confinamiento de “un estado de alarma ilegal” “por parte de quien sólo busca el poder”. Otra voz a lo Vox. Médico de Urgencias, Jesús Candel, cúrate a ti mismo con urgencia.
20200512. La medicina se humaniza.
No sólo la técnica ayuda a mitigar muchos sufrimientos a los ahora, ya por eso, menos “pacientes”, sino también está triunfando una mentalidad más humanitaria, que no considera tan bueno el sufrir o incluso el hacer sufrir a los demás.
De niño el médico me recetó un purgante “a tomar con cerveza”; en vano pedí que fuera una gaseosa; de ahí nació un triste reflejo condicionado que me ha impedido gozar del dorado líquido. Adolescente, al operarme de sinusitis, quise ir al quirófano por mi pie; pero por narices, digo, por el protocolo, me obligaron a ir en camilla; después he visto que, al menos a los niños, hay donde se les invita a ir en un cochecito, aplaudiéndoles para darles ánimos.
Hoy mismo leo que una enfermera afirma que charla con los ancianos del coronavirus en cuidados paliativos y eso les tranquiliza y hace reposar mejor. Yo ya he pasado la pandemia, esperando que después- cuando llegue de verdad mi última hora, se me permita morir em paz, sin encarnizamiento terapéutico. De lo contrario, no lo dude, desde donde sea, escribiré otra carta quejándome de ese retraso en la humanización de la sanidad.
20200505. Nos jugamos vida y trabajo
Ni Sánchez ni Casado; somos los españoles los que con su enfrentamiento nos jugamos muchos, muchos muertos (del Covid-19 o de miseria) y puestos de trabajo. Sánchez, como otros 22 países y asesorado por 15 expertos, quiere prolongar en parte el confinamiento, aun jugándose el puesto; Casado, que quiere ser el presidente, pretende descalificarlo con un papelucho sin valor científico sacado nada menos que de Australia. Sánchez prioriza salvar vida y mejorar la Sanidad de todos. Casado sigue en la senda del PP de hundirla y “salvar la economía”. Sánchez se compromete y da los primeros pasos para mejorar la economía de los más necesitados, como hoy pide el mismo Papa, con la oposición de Casado y de “nuestros” obispos. Casado favorece a las grandes fortunas, reforzar la creciente brecha entre ricos y pobres que caracterizó el gobierno de su partido; esto les permitió manipular de los medios de comunicación, amordazando también con leyes antidemocráticas a los de abajo, dictadura de la que ahora quiere acusar a Sánchez. Esos son los hechos reales y decisivos con los que hoy nos toca a todos enfrentarnos.
20200513. Mortal boicot chino.
El Covid-19 ha infectado ya a millones de personas y matado a más de 300.000. Todo retraso en encontrar una vacuna puede multiplicar estas ya pavorosas cifras. El Gobierno australiano pidió hace semanas una investigación científica internacional de los orígenes del virus en China, dado el hermetismo y datos contradictorios de su Gobierno sobre sus orígenes y porque más ojos pueden descubrir más la solución que pocos y tan cerrados por ese régimen.
La falta de apoyo internacional a esa su capital y urgente petición provocó primero la amenaza las represalias económicas chinas y, continuando esa pasividad suicida, la suspensión de productos de Austria por 8 millones de dólares, junto con la amenaza de agravar el boicot.
¿Qué esperan los gobiernos y pueblos del resto del mundo, que no reaccionan ante esa diaria y quizá con el tiempo creciente mortalidad que esa investigación en origen podría hacer avanzar y quizá resolver? ¿El miedo a esa gigantesca dictadura es mayor ya que al perder la vida? ¿Daremos ese pésimo ejemplo de servidumbre a esa quinta parte de la humanidad que ya la padece plenamente, cuando, en parte por esa pandemia, empieza a reclamar, en cuanto puede, su libertad?
20200516. Ganar la guerra anterior.
No es un problema sólo nuestro. Es corriente en muchos países la queja de que en las academias militares enseñan a ganar la guerra… anterior. Esto en aún más grave cuando hoy la técnica obliga a estar mucho más actualizado que en la época de las ballestas y armaduras. Y cuando la guerra ha empezado ya y afecta a militares y civiles, como es la mortal invasión del Covid-19.
En efecto: los militares españoles fueron los primeros atacados por el virus en octubre, en los Juegos de Wuhan. Pero han hecho falta más de seis meses para que se filtrara al público su trágico papel y que tuvieran por fin que reaccionar sus mandos.
Lo primero que hicieron, es clásico, fue prohibir a los suyos hablar del tema. Semanas después dicen que empezarán esta semana -esperémoslo- a hacer exámenes a los participantes. Pero lo harán sólo lo a los voluntarios, es decir, con resultados pocos orientativos si son pocos los que quieran hacérselo.
Se podría haber hecho todo peor, pero habrían tenido que esforzarse mucho; lo denuncio como víctima que soy del coronavirus que podría haber evitado quizás si se hubieran tomado cuando debían las medidas sanitarias pertinentes. No es así como me gustaría haber tenido que pasar, a mis 84 años, por el peligro de morir por “fuego amigo” de mi Ejército.
20200807. Inhumanidad en el deporte.
Un nuevo desastre. El ciclista Jakobsen en la UCI, tras arrinconarle un compañero, mejor dicho, un feroz rival, provocando un accidente múltiple. Circuitos peligrosos, esfuerzos excesivos, rivalidades insolidarias, en ciclismo, como en motos, autos y otros muchos deportes, los convierten en fuente demasiado frecuente de actos extremosos, que deforman, hieren e incluso matan a sus participantes, dando un ejemplo muy dañino a la sociedad, según denuncia comenta el periodista Guillermo Ortiz. Autoridades, entrenadores, deportistas y público deben tomar conciencia y poner límites a esa inhumanidad en el deporte.
20200819. Manifestación suicida y homicida
Desde 1980 he participado en España en miles de manifestaciones. Siempre de modo activo, con pancartas, como guardo pruebas fotográficas. Siempre en favor de la paz, por la concordia, la justicia y el bienestar público, según mi mejor, aunque, como todos, falible entender, como ciudadano y doctor en ciencias sociales.
Algunas veces he sido insultado, amenazado e incluso agredido atacado por nacionalistas totalitarios en San Sebastián, Barcelona y Madrid; también me hirió a cuchillo un fanático en la visita de Benedicto XV a Madrid, hechos denunciados en las respectivas Comisarías de policía. Pero nunca vi que una concentración que degenerara en una reivindicación y práctica de acciones suicidas y homicidas como la del 23 de agosto 2020, en la ya tan famosa como triste plaza de Colón de Madrid.
Fui y estuve en primera fila ante sus organizadores, con una pancarta lo más dialogante que pude concebir: “Nada es verdad 100% ni es mentira 100%”, a lo Calderón de la Barca. Los medios ya han informado del feroz dogmatismo que allí exhibieron los asistentes que llevaron la voz cantante y chillante, crispada hasta el histerismo, el odio y la rabia.
Recordaré sólo dos temas, los más coreados. Su rechazo a las vacunas, suicida e incluso homicida respecto a los menores a quienes se les negaba, y el -no indicado en la convocatoria- suicida rechazo a la mascarilla, homicida también con a los que tropezaran sin querer con esos descerebrados; como yo, hasta que pude salir de esa turba enloquecida, agresiva hasta con escupitajos, contra los periodistas que reflejaban, como era su deber, sus palabras y gestos, es decir, su barbarie, vergüenza y perjuicio de España y de la humanidad.
20201030. Herejes de la sanidad.
No todos los herejes han sido malos, pues algunos han conseguido enormes avances para nuestra sanidad y vida, aunque fueran quemados, como Miguel Servet, descubridor de la circulación de la sangre. Pero, por desgracia, la inmensa mayoría, como los brujos o brujas, tenidos como salvadores o quemados también, han perjudicado a quienes les hicieron caso.
Ahora que se ha proclamado el estado de alarma por tanto tiempo debido al coronavirus, hemos de precavernos más aún de no pocos “salvadores”, muchos de ellos de buena fe y por tanto más persuasivos. Hace poco, al pasar por la Puerta del Sol, varios jóvenes, con carteles, abordaban a los ciudadanos condenando las vacunas, las mascarillas contra un “falsa” peste, etc.
Más allá, en Callao, había una joven que discutía con dos pacientes guardia urbanos. Al acercarme para oírla, vino a mi encuentro el único ciudadano mayor del grupo, con una gran carpeta de documentos, que parecía ser el jefe. Le advertí de entrada que yo era demógrafo, y me respondió: ”¿Qué tiene que ver eso con la sanidad?”¨: comprobado así lo inútil que es discutir con un tan persuadido como ignorante creyente – la ciencia siempre está dispuesta a analizar y cambiar por una hipótesis mejor la suya- le saludé y me fui.
20201211. El Rastro, seguro.
Los últimos estudios sobre el COVID acaban de confirmar que el Rastro es más seguro que otras calles aún más céntricas, pero más abarrotadas y menos controladas en las horas de comercio, en las que las personas suelen entrar en establecimientos cerrados, en donde se multiplican los contagios.
Por otra parte, el Rastro es un resumen vivo de la riquísima historia de Madrid, a nuestra vista e incluso propiedad, a precios de lance, con sus libros, pinturas, trajes y una infinidad de objetos incesantemente renovados, que recorren muchas personas muchos dejando también, como acaba de señalar un conocido publicista- rastro de su propio ser. Seguro que volveré con frecuencia los domingos al Rastro, más seguro – con las debidas precauciones personales, por supuesto-, que otras ferias y comercios de nuestra capital.
202000415. Homicidio programado de los mayores.
La primera norma en las catástrofes es atender a los que están más peligro. Nadie que lo haya recordado ha salido aún en los medios, dado que el 96% de los muertos por coronavirus tenía más de 65 años. En cambio, muchos, demasiados, han discriminado a los mayores literalmente a muerte, es decir, -con el más grave y eficaz delito de odio-, propugnando el curarlos los últimos, con el INRI insultante de “que ya no sirven”. ¿Cabe mayor y más descarada discriminación por edad, edadismo?
Los mayores los enviaremos pronto a los juzgados. Empezando por los políticos que han desmantelado la Sanidad, como un Rajoy que llegó a afirmar que: “Los pensionistas han vivido demasiado bien hasta ahora”, al que ya conseguimos entre todos echar del Gobierno. Y también a la “liberal” y feroz Aguirre, cuyas miserables palabras denunciamos ya en miles de carteles en nuestras manifestaciones como pensionistas en toda España: “Si todos los pensionistas se murieran se ahorraría muchísimo dinero”.
20200910. Atentado a médicos y madrileños.
En plena segunda ola de la pandemia, de la que Madrid padece un tercio de los afectados, Ayuso se niega a dialogar, como hace desde tres meses, con los médicos abrumados por su trabajo, obligándoles a ponerse en huelga para que los reciba. Es difícil imaginar hoy un atentado más grave a la salud y vida del conjunto de los madrileños, de la que no sólo es culpable ella, sino, visto hasta que extremos literalmente mortales es capaz de llegar por arruinar la sanidad pública, hay que pedir sin tardanza -cada día aumentan los enfermos y muertos- responsabilidades a su jefe, Pablo Casado.
20200309. Autoridades poco saludables.
Un médico amigo me ha confiado en Madrid este lunes 9 de marzo 2020 que -hoy, que el número de infectados se duplica aquí- ni el Gobierno central, ni el autonómico, ni el local, ni tampoco el Colegio de Médicos les ha hecho llegar la menor información sobre el coronavirus. Que el pretendido teléfono de información sólo sirve para descartar la inmensa mayoría de las llamadas, con preguntas excluyentes como “¿Ha estado usted o un familiar recientemente en Italia?”.
La ética me impide citar el nombre de mi confidente. Por ello debo dar el mío. Tengo dos títulos en demografía -la ciencia que estudia las epidemias- conseguidos en la Universidad de París (Sorbona), amén de varias licenciaturas y un doctorado en la misma Universidad, como puede comprobarse en Internet, así como decenas de libros. Si mi nombre no le suena en esos temas quizá sea porque en últimos años muchos medios de difusión escrita, algunas incluso ya en manos extranjeras, han vetado mis artículos e incluso cartas; y porque tampoco apoyo sin reservas a ningún partido ni empresa. Nunca lo hice; menos aún hoy, que estoy bien jubilado.
20200817. Bosé, ya, al hospital o al juzgado.
Veo la foto de Bosé yendo de compras con mascarilla el sábado 15 de agosto. Al día siguiente por la mañana invita a todos a una manifestación contra ella, a la que promete asistir, pero no va. O está desequilibrado y debe ser internado de urgencia en un hospital para que no dañe más la salud pública, o debe comparecer ya ante el juez por su deliberada, gravísima y tan traicionera contribución a expandir la enfermedad y muerte por Covid-19, máxime entre sus seguidores aquí y en otros lugares.
20200910. Codo con codo.
La OMS ha recomendado saludarse llevando la mano al corazón (al propio, señores, por supuesto). Esto puede molestarnos a los españoles, a los que nos gusta tanto empinar el codo en compañía; pero hacerlo ahora y con esa sequedad no respeta la distancia de seguridad, como objeta la OMS; además es molesto y poco estético e incluso nos asemeja demasiado a quienes se abren camino en la vida a codazo limpio. Por ello parece aconsejable que todos, codo con codo, sigamos este consejo de la OMS.
20200404. Cuánto durará el coronavirus.
Quizás un antivirus eficaz o un aerolito nos libere de golpe -nunca mejor dicho- de esta pandemia. De lo contrario, un estudio con dos experimentos en Japón indica que durará bastante, máxime si no adoptamos más precauciones.
El hecho es que se ha comprobado que las partículas que emite un afectado (que quizás aún ni sepa que lo está) cuando estornuda o simplemente eleva algo su voz una vez no caen al suelo a uno, dos o cuatro metros, como se estimaba, sino que quedan flotando hasta una hora en el aire. En una habitación del tamaño de una clase, con varios grupos y un total de 20 personas, en veinte minutos todas resultan infectadas. En la calle, el peligro es, pues, también bastante mayor que el que se creía, por lo que recomienda el uso de mascarilla. Asimismo, el estudio aconseja el cambiar de calzado al volver a la vivienda, medida general de higiene adoptada ya hace muchos años por algunos países europeos.
20200217. Detrás del coronavirus.
Detrás del coronavirus unos ven, como casi siempre (y a veces incluso aciertan) la mano de la CIA, para frenar la competencia que China hace a los EE UU. Otros temen que sea una argucia de Xi Ping para fomentar una espantada que lleve a emigrar a los chinos a los lugares del planeta (si queda alguno) en donde aún no están. No faltan religiosos pesimistas que creen que esta epidemia es, por fin, la del fin del mundo. Ni políticos optimistas que opinan que tras la gran crisis de la contaminación y la de la peste porcina, el coronavirus abrirá los casi cerrados ojos chinos contra su Gobierno, por lo que en pocos años China será una democracia. Ya veremos quien acierta, si queda alguien para contarlo.
20200623. Autoritarismo, comodidad o cobardía.
Pocas cosas pueden interesarnos más que la adecuada formación de los médicos que pronto nos atenderán a nosotros y nuestras familias. La inauguración de su práctica médica se realizaba hasta ahora mediante una entrevista personal con el nuevo médico para asignarle su primer destino, el llamado MIR, que sería con frecuencia decisivo para determinar su práctica en el futuro.
Sin embargo, contra el parecer de estos hoy 4.000 médicos noveles, que se han manifestado en Madrid y anunciado huelgas al respecto, el Ministerio de Sanidad quiere establecer, obviando todo diálogo, el decidir telemáticamente los destinos de cada cual. Es difícil concebir un caso más puro de autoritarismo (tan frecuente en los ineptos o novatos en el cargo), o de culpable comodidad para obviar el diálogo, o incluso, pues esa novedad coincide con la pandemia, puede constituir un acto de cobardía, para evitar el cara a cara con los candidatos. Sea cual sea el o los motivos, conscientes o no, de esos funcionarios, actúan en perjuicio de todos los ciudadanos.
20200420b. Ciudadanos solidarios.
El morbo vende; por eso recibimos noticias detalladas sobre cuatro miserables que, de forma anónima y pretendiendo representar a todos los vecinos para ocultar su cobardía, piden al personal sanitario que busque otro alojamiento. La realidad es la contraria.
Sin salir de mi casa, tengo el testimonio de una vecina que ha puesto un anuncio en la entrada ofreciéndose a hacer la compra a quien no pueda salir; un enfermero usa una mascarilla que le ha hecho su vecina y hay quien ha puesto en su ventana y un cartel recordando que hoy el salvavidas es la mascarilla y los guantes.
A escala global, baste recordar que después de tantas semanas de pandemia, centenares de miles de ciudadanos, millones en toda España, se asoman a la calle a las ocho de la tarde para aplaudir largamente a quienes, arriesgando su vida, procuran salvar la nuestra.