Salud – 2015

20150201. Ministro insano.

                                  “¿Qué queremos ser, Suecia o Grecia” ¿El país con menos fumadores, o el que más, el más atrasado? Por supuesto, este mensaje del ministro de Sanidad era un poco disimulado ataque a Syriza. La prueba de que a Alfonso Alonso sólo le importa su interés político, y no la sanidad pública, ni incluso la propia salud, son las imágenes televisivas en las que se le ve fumando, y fumando en público, y –contra la ley- fumando dentro de un bar cercano al Congreso, por lo que ni siquiera se ha excusado.  No cabe duda que tenemos un dirigente peligrosamente insano. Pero aquí no pasa nada, aunque se atente contra la salud ajena, “porque me llamo león”, porque soy del Gobierno.

20150421. Madrid, insano.


Ni siquiera en proximidad de las elecciones ha tenido Madrid un somero lavado de cara.  Sigue igual la ilegal contaminación ilegal, mil veces reclamada y cien veces prometida. La suciedad reina por doquier, habiendo perdido la mitad de los barrenderos en poco tiempo, a pesar de una huelga histórica, apoyada por la ciudadanía. Y a quienes esos ataques a nuestra salud le parezcan lentos, no necesita sino que pasearse por el centro de la ciudad para presenciar tropezones y caídas por el mal estado de sus principales plazas –Sol, Callao- y calles, como Preciados y Arenal, donde los literalmente centenares de losetas desnivelada son un peligro para todos. Hasta curarse es difícil, porque las listas de espera se prolongan durante meses, proponiendo ahora de nuevo para Madrid el PP a la misma que prometió reducirlas a un mes o dimitir, sin cumplir, por supuesto, ninguna de las dos cosas: Esperanza Aguirre.

20150510. Envenenar EE.UU.

                                     No todos los resultados de la paz entre Cuba y EE.UU. son tan buenos como lo deseamos. La prensa señala que la isla se está preparando para “colonizar” EE.UU. con su industria tabaquera. A estas alturas del siglo XXII ningún interés, económico o ideológico, puede ocultar que esa es la droga que mata –tras debilitarle durante muchos años- más que ninguna otra en el mundo, incluidas las cultivadas en Asia. El mismo Fidel Castro dejó de fumar para preservar su salud, pero le importó poco, por decir lo menos, en ese su régimen que tanto presume de sus adelantos sanitarios para tapar sus enormes recortes en casi todos los campos, lo que pudiera ocurrirle a los demás cubanos. ¿Qué escrúpulos cabe esperar de ese régimen respecto a los extranjeros? Urge tomar desde fuera las medidas para que la actual liberalización en Cuba no sea la de la muerte por esa tan adictiva droga, en los EE.UU. y en el resto del mundo.

20151027. Demasiada carne.

                                  Son muchos los alimentos que, en distinto grado y según su dosis y modo de preparación, producen cáncer. El reciente estudio de la Organización Mundial de la Salud no ha hecho sino concretar más algunos aspectos suyos en lo relativo a la carne, rompiendo –y eso es muy importante- el muro de intereses que intentaban disimularlo.

                                    La industria cárnica ha mas cuadriplicado su producción en cincuenta años, a costa de “cultivar” una carne con productos muy perjudiciales para la salud, tanto respecto al cáncer como a otras enfermedades. Ha propagado la idea insana que hay que comer carne en cantidades antes impensables. Esto produce una erosión acelerada de los suelos, obliga a labrar otros nuevos y desgasta nuestra única Tierra. Un mismo terreno produce de diez a veinte veces más proteínas vegetales que animales.  La cría de ganado consume la mitad de los cereales y agua del mundo. Una dieta a base de carne cuesta el tripe. También agrava la desnutrición de una gran parte de la humanidad.

                                  De ahí que, por mi salud, por mi economía, por mi Planeta y por solidaridad con los demás y también con los animales -criados en forma bárbara para el matadero- procuro, desde que fui tomando conciencia de estos hechos, consumir menos carne que la que mi ambiente me habían inducido a comer y que de tantas maneras nos perjudica, directa o indirectamente, a todos.