20060129. Respirar tabaco.
Como practicante del yoga, y como ciudadana atenta a una mejor calidad de vida, soy muy consciente del valor de la respiración para el equilibrio personal. Hoy contemplo estupefacta cómo al final de todo un artículo dedicado al parecer a exaltar la importancia de la respiración para la salud, Joseph Maria Espinàs tiene el valor de añadir dos líneas para afirmar que a él le ayuda a respirar el meter en sus pulmones el humo cancerígeno de una pipa.
¿La libertad de expresión llega a la de predicar impunemente en la prensa el valor saludable de prácticas que de hecho son tan demostradamente letales? Como la “libertad” de gritar falsamente “-¡Fuego!” en un cine lleno de gente, esa caricatura de la libertad de expresión es la que ha servido siempre a los fascistas para menospreciarla y abolirla, según tenemos muy claro quienes realmente estuvimos contra el franquismo.
20060328. Abuso intervencionista.
Millones de españoles, de los más débiles y desprotegidos, están padeciendo estos días, y no pocos lo padecerán durante semanas, un sensible daño a su salud, en ocasiones grave. Los culpables de esa deliberada agresión a la salud de sus compatriotas ancianos, niños enfermos, débiles, y gran parte del resto de la población, son una serie de políticos ambiciosos. Se autoproclaman “liberales”, pero no tienen empacho en obligarnos a todos, dos veces al año, a cambiar nuestro ritmo de actividad y descanso. Su excusa es la ridícula cantidad de dinero que dicen que así ahorran las familias, teniendo el descaro de “olvidar” el mucho mayor gasto económico que les provoca esos perjuicios a su salud, y las pérdidas de tiempo y energía que les supone la doble adaptación a esos cambios. De ahí que esos políticos “demócratas” se hayan negado siempre a un referéndum imparcial en que los ciudadanos pudieran decidir sobre esos cambios que tan íntimamente les afectan. Y siguen en con su impertinente y antidemocrático intervencionismo, mientras que en nombre de la libertad regalan a sus amigos los ahorros colectivos de varias generaciones en forma de empresas y bancos estatales.
20061206. Dieta totalitaria.
La Unión Europea, como otros países mínimamente preocupados de la salud de sus habitantes, está restringiendo al máximo la mendaz y letal propaganda de las Tabacaleras, sin que, por ello, excepto algunos dependientes de esas Tabacaleras o de esa droga, les acusen de “totalitarios”. En modo parecido, nuestras sociedades van denunciando y restringiendo la propaganda embustera sobre dietas “milagro” y comida insaludables –dirigidas de preferencia, como la del tabaco, a los más jóvenes e inexpertos-, dado que pronto el número de muertos por ingerir esos falsamente atractivos preparados alimentarios producirán aún más muertos que el tabaco.
Pero vemos que, sobre el tema de las hamburguesas, un señor Hurtado intenta declarar “totalitario” estos primeros intentos de regular la publicidad de tan dañinos sistemas de alimentación, como seguramente habrá tachado de totalitaria la regulación de la propaganda del tabaco, ya que se declara fumador y, por si fuera poco, aficionado al boxeo, ese salvaje espectáculo cuya publicidad nuestra sociedad está también restringiendo por espeto a la salud y la dignidad humana.
Estoy de acuerdo con ese señor de que él sabe lo que quiere, y que tiene su “pequeña sabiduría”. Pero me alarma, y mucho, su deseo de transmitirla a sus hijos, educándoles, dice, en exclusiva, sin permitir que nadie pueda darles otros consejos sobre su salud. La comparación, desde luego, sería demoledora. Y lo menos que puedo añadir es que agradezco a Dios que no me haya hecho hijo de quien da esos consejos y ejemplos tan poco saludables, que me recuerdan el famoso: “¡Niño, dos y dos son cuatro si a tu padre le da la gana!”.
20061219. Libertad para perjudicarnos.
Desde luego, hay que presumir de entrada a todos la buena voluntad. Por eso cuesta de comprende, que el señor Cuesta escriba una carta expresando su “desconcierto” por las que califica de imposiciones del Ministerio de Sanidad a una empresa de hamburguesas –lo que no es real, ni legalmente factible- ignorando que lo único que hace es señalar que está infringiendo las normas de salud que esa misma empresa suscribió en su día. Y que ignore también que el Ministerio sí ha hecho ya campañas de prevención contra la obesidad. También tiene un fuerte tufo demagógico decir y repetir, como Cuesta, que la sociedad española ya es suficientemente “madura” para saber todo sobre su salud, cuando tanto en su conjunto cuanto, y más aún, sus niños, son los más obesos, es decir, en este importante aspecto, insanos de la Unión Europea. Por último, resulta enternecedor advertir contra la pérdida de empleos que esa actuación podría suponer en esa empresa. Es el argumento que emplean las Tabacaleras y fabricantes de otros productos nocivos para la salud, que exigen una total libertad… para envenenarnos; tenga compasión primero ese señor de las numerosísimas víctimas de esos productos insanos, y no tema por los empleos, que ya se crearán empleos para elaborar otros de productos menos dañinos para todos.