20050329. Dioses sádicos.
Tras esta Semana Santa tenemos que constatar qué poco mejoramos en el alivio de nuestros problemas reales ante el dolor y la muerte. Tanto detrás del conflicto de la enferma irreversible desde hace 15 años en EEUU como el de la sedación terminal en un hospital español sigue vigente y amenazante la mística milenaria del “dolor redentor”.
Es cierto que el mismo Vaticano ha mitigado mucho su rigor moral en esos puntos concretos. Pero seguimos considerando el eje central del Nuevo Testamento, y de la Semana Santa, la salvación por el dolor hasta la muerte, una “satisfacción vicaria”, como la Alianza del Antiguo Testamento estuvo basada en el sacrificio de Abraham, concepciones apenas mitigadas de los masivos sacrificios (in)humanos de religiones prehistóricas, que conservan sus trágicas consecuencias y funcionan con su radical dureza hasta en el lecho de muerte, quizá mañana la nuestra.
“Nada cambia mientras no se cambia la concepción de los dioses”, nos advertía un gran escritor, con gran escándalo de algunos fariseos bienpensantes que se escandalizarían tanto de ver criticadas ciertas concepciones del cristianismo como de verlas puestas en práctica, según denunciaba ya W. Blake.
20050721. Curas fuman piadosos.
Un puritano anticlerical criticaba hace poco en la prensa las largas colas que había visto en el Vaticano para comprar tabaco a un precio más barato, al ser más bajos ahí los impuestos que en Italia; a ese crítico le parecía poco caritativo que el clero hiciera negocio envenenando masivamente al pueblo, y recordaba mejores tiempos, cuando los Papas excomulgaban a los fumadores como suicidas. Yo creo que se puede tener una visión más positiva, religiosa, casi mística, de ese comportamiento actual del Vaticano, en la línea del “muero porque no muero” de santa Teresa. Porque se puede considerar también que lo que esos piadosos clérigos están haciendo en realidad, incluso a riesgo de ser malinterpretados, es acercar más pronto a los fieles al paraíso, y con más méritos, por los achaques y enfermedades tan diversos a que ese procedimiento, como un santificador Vía Crucis, les proporciona; y todo ello a un precio no demasiado caro, dada la seguridad con que esa práctica les despacha para el paraíso, y el buen puesto que allí les da, por los méritos conseguidos con los sufrimientos adjuntos. ¿Qué más puede pedirse a esos guías espirituales, que en esto incluso dan a veces ejemplo, fumando como condenados, digo, como unos benditos?
20051211. Doble mortalidad por fumar.
Persisten en dura y cínica lógica de enviar deliberadamente a la muerte a innumerables personas, ahora hasta los más jóvenes, con tal de sacar más dinero aún, antes de que se les acabe el negocio, al menos en Europa. En efecto: vemos que Madrid está plagado de carteles legales, incluso oficiales, por estar en soportes del Ayuntamiento, incitando a una serie de adolescentes a conducir motos de modo temerario para su vida y la de los demás, todos ellos con la marca del producto cuyo consumo lleva a la mitad de sus adictos, y también a algunos de los que estén cerca de ellos, a una muerte prematura: el tabaco manipulado para producir más adicción, y por tanto enfermedades y decesos, incluso de quienes tropiecen en su camino con sus usuarios directos, por esas multinacionales de la muerte que son hoy las tabacaleras. ¿En qué sociedad vivimos en el 2005, en la que, con el perfecto conocimiento de la gravedad de los resultados de estas acciones, todavía dejamos que sigan impunes, y las autoridades que los toleren o incluso les alquilen espacios públicos de publicidad para que puedan más fácilmente provocar esa enorme mortandad, la primera causa de muerte evitable en nuestro país, el tabaco, y otra de las más frecuentes en los jóvenes, los accidentes de tráfico?