Salud – 1999

31081999. Suicidios místicos.

     El suicidio a pistola en plena basílica de San Pedro del Vaticano ha despertado los ecos de la mística teresiana española: «Y tan alta vida espero / Que muero porque no muero», traducción a su vez de las ansias agustinianas y del acentuado escatologismo de las primeras comunidades cristianas. Siguiendo esta lógica, no pocos grupos cristianos a través de la historia propugnaron el suicidio como vía al paraíso. Pero, como también es lógico, esta misma práctica ayudó a su extinción.

Los «pastores de almas» no podían lógicamente tampoco ver buenos ojos una práctica que mermaba su rebaño, por lo que acudieron al expediente de declarar sagrada la vida… por decisión individual propia, permitiendo «sólo» (pero muy liberalmente, por desgracia) quitarla a los demás en las (muchas) guerras justas y hasta santas, o en las (muchas, hasta hace pocos años) penas de muerte justificables y hasta necesarias.