Religión – 2006

20060103. Iglesia, un club privado.

                         La libertad de expresión que otorga a sus lectores EL CORREO permite conocer posiciones sorprendentes. Así la del señor J. L. Fernández, que cree que no tenemos derecho a criticar a un club privado si en su selección de miembros es sexista, racista o, en este caso, homófobo. No menos sorprendente es que se atreva a decir que la Iglesia católica es como un “club privado”, cuando ella pretende ser, por su mismo nombre, “católica”, universal, y afirma que fuera de ese club no hay salvación. No es de extrañar que, con esas razones y esos defensores, que pretenden aún incluso amordazar a sus críticos, la Iglesia católica sea la institución que, de una larga lista presentada en las encuestas, menos confianza inspira a nuestros ciudadanos.

20060114. Bautismo real religioso.

                         Es notorio el creciente esfuerzo de la Iglesia católica por volver a una mayor puridad evangélica, desprendiéndose del pesado laste acumulado durante tantos siglos. Hemos asistido así en pocos años a la eliminación de muchos santos, no sólo de segunda o tercera fila, como san Cucufate, sino de la categoría de un san Cristóbal, patrono de los automovilistas, acusado nada menos que de ser una leyenda pagana. La “purga” ha alcanzado incluso a los ángeles del cielo, como san Jorge, patrono de Cataluña y de Inglaterra. Los mismos cielo e infierno han sido “deslocalizados” de “arriba” y “abajo”, despojando a este último del fuego físico, amenaza terrorista mental que espantó y condicionó la vida de incontables generaciones.

                          Dentro de esa reforma modernizadora, destinada a hacer una fe más creíble y, repitámoslo, más conforme a sus orígenes, vemos hoy el desmantelamiento y demolición total del mismísimo Limbo, mítico lugar claroscuro de ultratumba, ni chicha ni limonada, donde durante muchos siglos la Iglesia nos hizo creer que quedarían aparcados para siempre los niños muertos sin bautismo. Consecuencia importante y feliz para una religión más profunda y personal de este hecho, como se ha subrayado, es que abre camino a que se acepte el bautismo, de un modo realmente consciente y libre, por una persona llegada a la edad de la razón, no de modo inconsciente y no libre, llevado en brazos por sus progenitores.

                           Sería quizá mucho pedir que pusieran ya en práctica ese progreso religioso los representantes de un mundo tan apegado al pasado, tan profesionalmente interesado en mantener lo tradicional, como es la familia real. Pero sí cabría pedir un cumplimiento explícito de nuestra Constitución, y que quedara claro que quien es bautizada es la hija de don Felipe Borbón y doña Leticia Ortiz, no la ”infanta” Leonor, posible sucesora en la jefatura de un Estado aconfesional, por lo que ese acto tendría que tener en el 2006 un carácter privado y religioso, no oficial y político, como en siglos pasados. Sin embargo, a medida que nuestro pueblo, en forma ya mayoritaria, según las encuestas, va considerando cada vez más la monarquía como “una institución del pasado”, estamos constatando un explicable –pero no justificable- intento de la Casa Real por mantener el apoyo de un sector ideológico de la población mediante el procedimiento de volver a los tiempos y prácticas del “rey católico”, como le pedía no hace mucho públicamente, de modo no menos explicable por sus propios intereses, pero asimismo no menos anticonstitucional, el cardenal Rouco a don Juan Carlos I.

20060116. Bautismo torpe.

                       Puede ayudar a concienciar sobre la gravedad de nuestra sequía el que la infanta Leonor haya tenido que ser bautizada con agua del Jordán. Pero, desde el punto de vista religioso, pueda inducir a creer que la así bautizada es más católica que nadie; como el aparato oficial con que se ha rodeado la ceremonia –y eso que se dice que no podía haberse escogido un edificio aún más lujoso y políticamente representativo- y la presencia en esa ceremonia religiosa  de las principales autoridades de la nación ha contribuido a fomentar la idea de que se bautiza, no ya a una persona, sino –como antaño, y haciendo tabla rasa de nuestra Constitución- a una futura Jefe de Estado. Torpezas que dañan tanto a la pureza de la religión como al debido respeto a las leyes.

20060116. Bautismo con respingo.

                       Quizás ayude a concienciar sobre la gravedad de nuestra sequía el que la infanta Leonor haya tenido que ser bautizada con agua del Jordán. Pero, desde el punto de vista religioso, puede inducir a creer que la bautizada es así más católica que nadie y líder natural, por tanto, de los católicos; como el aparato oficial con que se ha rodeado la ceremonia, incluida la asistencia de las principales autoridades, ha contribuido a fomentar la idea de que se bautiza, no ya a una persona, sino –como con las antiguas leyes- a una futura Jefe de Estado.   No sólo, pues, fue la infanta Leonor la que, dicen, dio un respingo ante esa agua simbólica; fue también un sobresalto, una ducha de agua fría, para lo que muchos pensamos y sentimos que deben ser la religión y la Constitución.

20060124. ¿A qué apóstol imita el Primado, y otros?

                                    Ahí están los Evangelios, negro sobre blanco. Jesús nunca se definió sobre la unidad y límites de Palestina. Más aún, rechazó ser proclamado rey temporal, encabezar el nacionalismo independentista judío contra la ocupación colonial romana. Proclamó que su reino era religioso, no de este mundo, y rechazó a militantes nacionalistas que, con una moneda en la mano, le tendían una trampa saducea para obligarle a elegir entre el estar o con Dios y los valores religiosos o con el César: “-Dar al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. Despechados, los nacionalistas le calumniaron e hicieron morir en la cruz. Casi todos sus apóstoles siguieron el ejemplo de Jesús, dieron testimonio de su doctrina, fueron mártires. Pero hubo uno, curiosamente el que cuidaba de la bolsa y veía con malos ojos los gastos en caridades, pues quería que todo fuera para el culto a Jesús –en realidad, denuncian los Evangelios, para lucrarse él- el que, asqueado de tanto espiritualismo, se fue acercando a aquellos políticos nacionalistas y aceptando su idea de que aquel demagogo religioso ponía en peligro la unidad del pueblo contra los romanos, pudiendo provocar una catástrofe, y terminó vendiéndole por treinta monedas.

                                     Hasta aquí, los hechos evangélicos, siempre actuales. Porque ahora nos encontramos aquí con un líder religioso que reclama cada día dineros para “el culto a Jesús” y que, para conseguirlos, al revés que Jesús, se arrima lo más posible a los políticos que más pueden darle, hasta el punto de que sus sermones parecen calcados de los mítines peculiares y exclusivamente característicos de un determinado partido nacionalista (de carácter centralista, como otros lideres religiosos parecidos hacen lo propio con los nacionalismos periféricos). Acaba, en efecto, de afirmar el Primado de España, arzobispo Cañizares, que “está en juego la unidad de España”, “la herencia de valores humanos y cristianos que representan el patrimonio más precioso del pueblo español, y la herencia de la fe”; y mostrado su desprecio hacia “el escapismo o fuga hacia  un espiritualismo que nos haga desentendernos de nuestro mundo y de las necesidades que urgen y apremian” que, son, como vemos, la unidad de Palestina, digo, de España, no el servir a Dios, ser honrado, socorrer a pobres o emigrantes, o amar incluso a los enemigos, es decir, la caridad que predicaba Jesús.

                                   A pesar de todo, no digo que este obispo (o los otros que hacen algo parecido en la periferia) alcance a imitar en todo al apóstol Judas, del que ahora, curiosamente, se anuncia desde Roma una cierta revisión positiva. Porque Judas, en efecto, se arrepintió pronto y mucho de su traición, hasta el punto de ahorcarse, sin que hayamos podido constatar hasta el presente el menor indicio en este sentido en los obispos implicados. Éstos, a lo más, han solido prestar asistencia espiritual a los ahorcados o fusilados por los nacionalistas, a los que han estado también tan unidos en otras épocas para defender Cruzadas en pro de la unidad de España. Duro es tener que recordarlo, pero peor fue padecerlo, y puede serlo el olvidarlo, máxime ante los actuales síntomas, y por parte de quienes siempre, impenitentes fariseos, se han negado en España a toda propuesta, incluso de entre sus mismas filas, para expresar su arrepentimiento formal por esa alta traición al mensaje de Jesús.

20060124. Clero drogadicto.

                         Los medios de difusión han reproducido una vieja blasfemia, ahora en forma de cartel: “Aquí se puede fumar, y sea lo que Dios quiera”. Y digo blasfemia, porque realmente lo es, y de la peor clase, la de tentar a Dios atentando contra la propia vida, suicidándose con un veneno de lenta actuación, y exigiéndole a Dios que opere un milagro. Y esto no lo afirmo yo, sino todo un Papa, no menos infalible que el actual, que proclamó que quienes fumaban pecaban mortalmente no sólo contra su cuerpo, sino contra su alma, con un pecado tan grave que los excomulgó. ¿Por qué el clero, que tanto se declara ahora Pro Vida, y estigmatiza el ponerse un preservativo para salvar la vida propia del SIDA, calla como un muerto ante aquella solemne proclamación papal, hoy que el tabaco es aún mucho más mortífero que antes, por los adictivos que le añaden las tabacaleras?

                          La respuesta es tan sencilla y conocida como escandalosa: porque el mismo clero se ha vuelto en esto drogadicto y corrupto hasta las cejas, y no sólo fuman en público hasta los obispos, sino que reciben muchísimo dinero manchado de sangre de los muertos por el tabaco por parte de las tabacaleras, para que sean, como dice la Biblia, “perros mudos”, que no cuiden de su desdichado rebaño. Más aún: aunque parezca increíble, ahí tenemos, a plena luz del día, un Vaticano que aprovecha los enormes privilegios de extraterritorialidad que ha obtenido para defender mejor, dice, la religión, para vender masivamente a bajo precio ese veneno a sus confiados seguidores.

                          A los hechos me remito: Al lado de estos, los fariseos del Evangelio parecen unos pobres aficionados; y los que, confundiendo la fe divina con la credulidad humana, aún siguen a estos guías ciegos, caen con ellos cada vez más, como pronosticó Jesús, en una fosa sin fondo. “Por el humo se sabe, donde está el fuego”, incluso el de ese infierno de enfermedades y muerte al que llevan esos desaprensivos.

20060130. Obsesión por el aborto.
Entre el clero se cita como ejemplo clásico de lo que no se debe hacer en un sermón: “Hoy es San José, que era carpintero; con la madera se hacen confesionarios. Hablaremos, pues, de la confesión”. Mentes no menos retorcidas –quizá una sola, con distintos pseudónimos-, nos da la paliza casi diaria elaborando, a partir de los temas más dispares e inverosímiles, traídos por los pelos, monótonos e interminables alegatos contra el aborto. Dado que Jesús no habló nunca de fetos o de abortos, pero sí, y mucho, en favor de los niños y de los hambrientos, de los que cada día mueren muchos más que el número de abortos, yo propondría al autor o autores de esas cartas que dediquen la mitad a defender a los niños hambrientos. Pero me temo que esa obsesión que le(s) mueve tenga que ver más con una fijación sexual y los psiquiatras que con la religión y el Evangelio, por lo que es o son inconsciente(s) de su problema y éste tiene, pues, difícil solución.

20060202. Terrorismo ideológico.

                                La blasfemia, “signo de fe” muestra una enorme falta de respeto y de incoherencia en un creyente… y también en un no creyente, que además suscita así la reacción emocional contradictoria del creyente, incluso hasta el fanatismo. Pero también el fanático intenta amordazar toda crítica como una provocación y ofensa personal intolerable.

                               Siempre ha habido críticas feroces a la religión… desde otras religiones.

“El enemigo, el de tu oficio”. El libro sagrado de los judíos criticaba los sacrificios humanos, pero consideraba el acto más meritorio de fe, fundador de su Alianza, el de un Abrahán, dispuesto a sacrificar a su hijo a Yahvé, y seguía ya entonces su mandato genocida de exterminar hasta las mujeres y los niños de los “idólatras”. Es algo muy distinto, contrario, al Dios del Evangelio o de Francisco de Asís, que manda amar a sus enemigos; Quien, a su vez, es muy distinto del Dios de los cruzados o de los inquisidores, antiguos o actuales. Si Dios crea al hombre, el hombre recrea, imagina a Dios a su imagen y semejanza, como una imagen paterna, familiar (Freud) y de la propia sociedad ideal (Durkheim). Por eso hay incluso tantos dioses como personas, e incluso épocas de su vida.

                               De ahí que, como se ha subrayado, nada cambia mientras no se cambia de (concepción de) dioses, y toda crítica social profunda ofende a la (concepción de) la divinidad de los partidarios del Dios antiguo, o de otra cultura. Una democracia no debe, pues, condenar toda crítica, todo “insulto” a una religión, sino sólo, como acaba de aprobar una ley en Gran Bretaña, la que directamente incite al odio religioso.

                                Los límites son, como en tantas cosas, difíciles de trazar en ocasiones. Pero las caricaturas de Mahoma publicadas en Dinamarca y, por solidaridad, en otros países, son relativamente inocentes, aunque hayan suscitado, por el caldo de cultivo integrista existente, tantas protestas y amenazas de boicot e incluso muerte, de lo que ya hay demasiados desgraciados precedentes. La considerada “peor”, la caricatura de Mahoma con una bomba por turbante, es la imagen fiel de la bárbara deformación del Islam de que son culpables los mismos que ahora protestan por ello, al reducirlo a una Guerra Santa, y a Mahoma a un vulgar guerrero imperialista. Ellos son los que han hecho esa caricatura, y los demás tenemos todo el derecho, en defensa propia, a denunciarla, para que se avergüencen y rectifiquen. Acobardarnos y desdecirnos, como algunos apocados en Dinamarca y Francia, sería otro vergonzoso Munich, que llevaría a peores desastres ante ese feroz terrorismo ideológico; por más que éste, como el terrorismo material, sea una respuesta a otras agresiones de Occidente que, esas sí, hay que combatir y hacer rectificar de raíz aquí, como también la intolerancia integrista ideológica que está detrás de la incalificable “Cruzada” a sangre y fuego de Bush.

20060202. Jesus NO iría.

                            No ha sido ningún “come curas”, sino el presidente de la Conferencia Española de Religiosos (64.000 personas) el que ha afirmado que “no es bueno que la Iglesia apoye manifestaciones contra alguien”, “Jesús no lo haría”, refiriéndose a la manifestación contra los homosexuales y después a la de la LOE.

                            Conviene recordar también este criterio evangélico en relación al actual referéndum del PP y su concentración del 3 de diciembre contra el Estatuto catalán. Porque el cardenal de Toledo ha pronunciado una encendidísima defensa de la unidad de España que INCLUSO supera el interesado y dañino alarmismo de Rajoy (y la posición del fundador del partido, Fraga, que acaba de declarar que esa unidad no está en peligro).

                             Más que fidelidad a una tradición, tan fuerte en 1936, cuando la adhesión a los salvadores de la unidad de España le dio muchos beneficios materiales a la jerarquía católica, sería de desear que ésta buscara, como debe, beneficios espirituales, mostrando fidelidad a la bimilenaria doctrina de Jesús, que proclamó que su reino no era de este mundo, y se negó a dirimir las disputas entre Galilea y Jerusalén, y los límites entre Palestina y el imperio romano.

 

20060205. Terrorismo pseudoreligioso.

                        Nos ponen unas bombas que matan masivamente a civiles los sectarios de Al Qaeda, se llaman a sí mismos terroristas, y que tienen la complicidad de centenares de miles e incluso millones de personas, incluidos algunos gobiernos, impulsados todos ellos por una interpretación de la “guerra santa” de Mahoma. Guerra santa que realmente existió y formó una parte fundamental de la vida de Mahoma, guerrero que derramó raudales de sangre, por más que hoy haya muchos mahometanos más pacíficos, a los que no les guste la violencia. Que lo demuestren, pues, ellos y sus Gobiernos, persiguiendo a los que matan hoy en nombre de Mahoma, no a quienes denuncian esa violencia ejercida en nombre del Profeta mediante un dibujo satírico. Perseguir a los críticos de los terroristas y no a los terroristas es confesar que se comulga con los violentos y con su visión del Islam.

                        Precisamente porque creemos que hay que respetar las ideas realmente religiosas, no debemos permitir que se utilice la religión para perpetrar con impunidad crímenes, matando indiscriminadamente a civiles. Nosotros estamos tanto contra la “guerra santa” de esos islamistas como contra la “cruzada” de Bush; una no justifica la otra, ni viceversa, reconociendo cada cual sus responsabilidades. A los árabes que ahora protestan con razón del injustificable colonialismo occidental y la agresión de Estados Unidos, hay que recordarles que ellos fueron los primeros que, al nacer el Islam, repetidamente invadieron y ocuparon, hasta donde pudieron, Asia, África y Europa, conforme a tendencias ideológicas de su tradición también inaceptablemente violentas, como en Occidente. Hay que cortar por ambas partes la espiral sangrienta e impía de destrucción con excusa de religión.

20060206. Barajas trucadas.


                             Me parece muy bien que el cardenal Rouco diera su bendición en el nuevo aeropuerto de Barajas a quienes se disponen a subir al cielo, aunque ni quiera sus fieles deseen quizá llegar en un vuelo al Cielo que él promete. Pero  echo de menos, conforme a nuestra Constitución, el apoyo anímico para ese ascenso celeste por parte de los representantes de la espiritualidad protestante, judía, musulmana y, siendo la segunda ya según encuestas, la laica. Están pues marcadas en cartas de estas Bajaras. Mal empezamos, también en este sentido, por jugar con truco, este viaje.

20060208. Religión y democracia.


                            ¡Sí! ¡Yo estoy de verdad contra los que de verdad insultan al Islam! Son los que en nombre de Mahoma ponen bombas que matan masivamente a inocentes, aunque se escuden en agresiones occidentales también rechazables.  Y quienes manipulan a sus fanáticos seguidores para lanzarlos violentamente contra quienes denunciamos, con la palabra o la caricatura, esa manipulación de esa religión, como la de cualquier otra. Y los débiles que aquí dan por buena esa monstruosa visión del Islam, y que, por tanto, aceptan que son “insultos a la religión” nuestras críticas, yendo así directa o indirectamente contra nuestra libertad de expresión, que nos permite luchar contra el cada vez más peligroso fanatismo ideológico, allí y aquí.  Tenemos el deber, y ahora la imperiosa necesidad, de manifestarnos con claridad, en defensa de nuestros valores los que de verdad defendemos la religión y la democracia, contra esos terroristas y fanáticos, y los débiles que ceden y nos ponen en peligro ante ellos.

20060208. Caras caritativas.

El insulto y la blasfemia son contradictorios en el creyente, y en los ateos es, además, contraproducente, crea más fanatismo. Pero los fanáticos consideran insulto toda crítica a las religiones, crítica que es imprescindible, porque toda idea de la divinidad es la proyección de lo que los hombres creen que deben ser ellos y su sociedad. Cuando los terroristas de Al Qaeda ponen sus bombas indiscriminadamente en nombre de Mahoma, hay que criticar a ese su Mahoma dibujándole con una bomba, pues esa es su idea (y Mahoma, de hecho, propagó su religión con la espada, matando a muchos). También los cristianos, contra lo que dice un ignorante o embustero en este foro, han puesto muchas bombas, en España, Méjico, Irlanda y ahora mismo en el norte de la India, etcétera.

20060208. Unos, culpables; otros, cobardes.  

Dejémonos de cobardías, que cada vez nos dañan más, moral y materialmente. Digamos a los musulmanes que se sienten ofendidos por la imagen de un Mahoma terrorista que tienen toda la razón en quejarse… si su indignación es sincera. Pero que lo demuestren, persiguiendo a los terroristas musulmanes que se reclaman de Mahoma y de su “guerra santa”; no a quienes denunciamos, por escrito o con dibujos, esa sacralización del terrorismo. Son esos asesinos islámicos –y sus cómplices intelectuales, que falsamente nos achacan ese sacrilegio suyo- los que insultan a la religión, escudándose tras ella.
En vano intentan algunos ocultar su complicidad con excusas tan reveladoramente vacías como el que nosotros no debemos utilizar imágenes, costumbre suya contra la idolatría; tranquilos: nunca adoraremos la imagen de Mahoma. O achacándonos a nosotros el concebir a Mahoma con una bomba como turbante. Ese dibujo no hace sino reflejar muy bien (y por eso es tan escandaloso) la posición de los terroristas islámicos, que en modo alguno es la nuestra. Tampoco atribuimos en Occidente esa concepción a todos los musulmanes, a los que no “insultamos”, como pretenden esos cómplices objetivos de los terroristas, que se aprovechan de la prohibición de ver las imágenes por parte de los creyentes en el Islam para atribuirnos falsas ofensas con esos dibujos

20060207. Barajas trucadas.

Me parece muy bien que el cardenal Rouco diera su bendición en el nuevo aeropuerto de Barajas a quienes se disponen a subir al cielo, aunque ni quiera sus fieles deseen quizá llegar en un vuelo al Cielo que él promete. Pero echo de menos, conforme a nuestra Constitución, el apoyo anímico para ese ascenso celeste por parte de los representantes de la espiritualidad protestante, judía, musulmana y, siendo la segunda ya según encuestas, la laica. Están pues marcadas en cartas de estas Bajaras. Mal empezamos, también en este sentido, por jugar con truco, este viaje.

20060209. Quien respeta la religión.

                         No ha habido muertos, ni incendio de embajadas en la Feria Internacional ARCO, que exhibe un Jesús con un misil. La única pancarta sobre el tema en la calle decía: “Ni Jesús con misil, ni Mahoma con bomba. NI BUSH NI BIN LADEN. PAZ”. Su portador, profesor universitario, explicaba a quien quisiera oírle que cuando Bush quiso hablar de “Cruzada” los cristianos, indignados, le obligaron a tragarse esa pretendida excusa religiosa con la que Bush quería tapar su guerra imperialista por el petróleo; por eso nadie cree hoy que esa representación sea una ofensa a Jesús, sino una denuncia de Bush. Pero cuando Bin Laden y otros empezaron una “guerra santa” en nombre de Mahoma, matando miles de mujeres y niños, los creyentes en el Islam honestos no tuvieron la capacidad de hacer callar a esos blasfemos que asesinaban en masa en nombre del Profeta; por eso ahora protestan con hipócrita escándalo de que se insulta a Mahoma, no de que criticamos con esa caricatura la imagen sacrílega que pretenden dar del Profeta los terroristas y sus cómplices.

                        Un triste ejemplo muestra ese falso victimismo de quienes acusan a otros de insultar su religión, cuando fueron ellos lo que no supieron defenderla de su apropiación sacrílega por los terroristas. El mismo día en que se inaugura la Feria Internacional ARCO, y también en Madrid, una radio entrevista al representante islámico que va a hablar con Zapatero, el señor Herrera. Este señor muestra una ignorancia asombrosa de los hechos, incluso de que exista en Dinamarca una ley contra los insultos a los sentimientos religiosos, y de que el grupo islamista que representa allí sólo al diez por ciento de los musulmanes no quisiera acudir a los tribunales contra las caricaturas, sino que exigió, saltándose toda ley, que el Gobierno castigara de entrada a los presuntos culpables. No querían justicia, sino exigir un procedimiento imposible, para montar un “casus belli”, para fomentar el odio religioso, una pretendida “guerra santa” que sacralizara y adormeciera el rechazo frontal de toda persona decente contra sus inhumanos métodos terroristas.  Más aún, ese señor Herrera dictaminó que las caricaturas de Mahoma eran una clara provocación, digna de gran castigo, pero cuando le preguntaron sobre el Jesús con misil de ARCO él rechazo esa caricatura sólo como “antiestética”. ¡Qué dos varas de medir!

                     Con lobos disfrazados de piel de oveja víctima, con dirigentes islamistas que sólo hacen simulación de dialogar para exigir imposibles ¿qué acuerdo podemos esperar? Aquí respetamos la religión, ya no tenemos “cruzados”; se cometen también barbaridades, pero ya sin la cobertura “sagrada”, y muchos, muchos, nos manifestamos para echar del poder político a los belicistas. Pero, para que haya paz, se requiere asimismo que la gran mayoría de los musulmanes, realmente decentes, pacíficos y religiosos, se movilicen también para ir expulsando de sus puestos de dirigentes políticos y de sus mezquitas a quienes utilizan la religión para alcanzar el poder a costa de fomentar el odio y derramar sangre ajena, de los suyos y de otros.

20060215. Embajador del Vaticano.

                         La creciente injusticia en el reparto mundial de las riquezas, fríamente reflejada en las estadísticas de la ONU y reproducida crudamente por la televisión, hace cada día más lejana la esperanza de paz y democracia global que presidió la fundación de la misma ONU, tras la espantosa lección de la Segunda Guerra Mundial. El Norte, liderado por Estados Unidos, como éste por la industria de armamentos y sus derivados, está mostrando una decidida voluntad de continuar esa espiral de desigualdad, confiado en sus legiones.

                         Sin embargo, hasta el poder militar, como todo, tiene sus límites, no sólo en el aspecto de violencia física –como probó Vietnam y ahora Iraq- sino también económicos.

“Con las bayonetas se puede hacer casi todo, señor, menos sentarse en ellas”, advirtió Tayllerand a Napoleón, que –aun siendo hijo de la Revolución Francesa- tuvo que pedir apoyo moral y legitimidad para su Imperio al clero, como el emperador Constantino. Hoy, ante la rebelión mundial contra la injusticia del Norte, que toma cada vez más formas religiosas, especialmente islámicas, por su mayor número, cohesión y proximidad, estamos viendo como incluso los más poderosos y antivaticanistas países del mundo están rápidamente renunciado al laicismo y emprendido el humillante camino de Canosa. Los funerales del Juan Pablo II escenificaron ya, gráficamente, esta constatinización globalizada.

                          Renunciando a la antes estricta separación entre el Estado y la Iglesia, los Estados Unidos tienen embajador ante el Vaticano desde 1984. Y hace poco se ha nombrado por vez primera, como embajador en el Vaticano, a un inglés católico, cuando antes la norma –de sentido común- era que un protestante defendería mejor los derechos de su país, como un no comunista sería mejor embajador en la antigua Unión Soviética. Y aquí, en la misma España del autoproclamado laicista Zapatero, -que ya ha sido el primero en asistir a la ofrenda a Santiago, y ha dado a la Iglesia Católica más dinero, privilegios educativos que el PP-, acabamos de constatar el nombramiento para embajador en el Vaticano de un destacado militante católico, cuando el PSOE de González envió, como más adecuado, a un agnóstico.

20060217. Dos fanatismos.

                                        Algunos comentaristas españoles tienen el valor de felicitarse por el “interés que muestra por la religión” la violenta reacción islamista ante las caricaturas de Mahoma. Ya vemos lo que les gusta también aquí a algunos: una caricatura de religión, que acaba por dar la razón a sus críticos que denuncian su identificación de religiosidad con violencia –con bombas, como los terroristas que matan por Alá- amenazando de muerte e incendiando indiscriminadamente a enteros países. Su religión no es la equilibrada unión con Dios y con los demás, el perdón de sus enemigos, sino el excitar el salvajismo de turbas de fe ciega (su religión les impide hasta ver las caricaturas) para eliminar toda crítica. Ya tuvimos demasiados “religiosos” de ese tipo en 1936, y todavía quedan fanáticos muy peligrosos entre nosotros, como ahora se destapan con este motivo.

20060302. Terrorismo anticristiano en Madrid.

                          La historia, punto por punto, se repite. Un fanático terrorista acaba de poner una bomba dentro de un teatro abarrotado de Madrid, con intención de provocar una matanza, para defender su idea radicalmente equivocada de Jesús que, incluso cuando venían a matarle, prohibió a sus discípulos utilizar la espada, la violencia, el confundir la religión con la política.

                         ¿Cuáles eran, y son, los verdaderos enemigos de Jesús, y de toda persona decente? Él los describió con todo detalle, de modo inconfundible, incluso en nuestros días:

1) Los que se llaman santos, cuando “nadie es bueno sino sólo Dios”.  2) Los “sepulcros blanqueados” que “se visten de blanco”, como si no fueran pecadores, como los demás. 3) “Los que rezan en público largas oraciones”, intentando ganar prestigio con su “religiosidad”. 4) “Los que buscan los primeros puestos” y viven lujosos palacios, no el servir a los demás e imitar en lo posible a Quien “no tiene ni donde reclinar la cabeza” 5) Los que se hacen llamar Príncipes de la Iglesia, e incluso poseen Reinos y Estados, mientras que Jesús proclamó que “mi Reino no es de este mundo”. 6) Los que gritan “¡Paz, paz!”, pero después se apresuran a bendecir a los que promueven guerras preventivas, como Bush y Aznar. 7) Los que se tragan esos y otros camellos, pero filtran un mosquito, un semen en un preservativo, aunque así condenen a la enfermedad y muerte por SIDA a millones de personas. Incluso de otras religiones.

                             Al criticar a esos nuevos fariseos, al poner al desnudo su hipocresía y erosionar así su poder, Leo Bassi se ha mostrado de hecho muy cercano a los valores defendidos por Jesús, y por eso, como Jesús, ha sido también condenado a muerte por algunos de ellos, que le han intentado ejecutar con ese atentado en el teatro Alfil de Madrid. Por el contrario, los fanáticos que no admiten críticas a su caricatura de religiosidad – ya sean cristianos, o musulmanes, judíos, hinduistas, etcétera- siguen con inhumana irracionalidad las presuntas ordenanzas de ídolos de barro o libros sagrados mal interpretados, a los que ofrecen sin escrúpulos, peor aún, orgullosos, múltiples sacrificios humanos. Son ellos, los que desde dentro y en su nombre perpetran esas hecatombes, los que más desprestigian y deshonran la religión que pretenden defender. La gente racional y decente sabe que todo hombre vale mucho más que sus ideas y que, creyentes o no creyentes, deben estar unidos contra el único peligro real que les amenaza a todos: la intolerancia, la inhumanidad.

20060302. Horrendo atentado y espantoso silencio.

                         El 11-M murieron en atentado casi 200 personas. ¿Cuántas podían haber muerto de las 200 personas de un teatro abarrotado, de la explosión e incendio provocados por una bomba encontrada en su interior con la mecha encendida, si no se hubiera encontrado a tiempo y detenido a tan monstruoso criminal? Con todo, lo peor, con mucho, es el largo y significativo silencio de la jerarquía católica –tan rápida en contestar cuando se habla de limitar sus privilegios-  en  condenar ahora esa monstruosidad cometida en defensa suya y de un Jesús que, Él sí, enseñó a responder de un modo radicalmente contrario a las ofensas.

20060303. Ojo por ojo.
                         Yo estoy aún con vida, aunque he sido una víctima potencial del terrorismo, al haber asistido al teatro de Madrid dentro del cual se acaba de poner una bomba por representar una obra crítica respecto de la Iglesia católica. Pero yo no voy a poner otra bomba en una iglesia, porque creo, como los cristianos, que “el ojo por ojo deja al mundo ciego”. Sin embargo, exijo a las autoridades que protejan nuestra vida, y que, como ya han prometido vigilar a los imanes que predican el odio, vigilen también a los clérigos que predican un Cristo con pistolas y un Santiago Matamoros, el odio y el racismo, desde sus púlpitos, hojas parroquiales y emisoras de radio. Así se evitará a tiempo que reproduzcan los baños de sangre que sus innumerables cruzadas, la última todavía en vida de algunos de nosotros, han provocado en España.

20060305. Religiosidad politizada.

                         Los cargos tienen sus cargas, y hay que estar a las duras como a las maduras. Se comprende que un padre suelte a los periodistas curiosos un “-¡Mi hijo se casará cuando le dé la gana!”… excepto en el caso singular de que el casarse sea un elemento importante de su mismo cargo, el único incluso genéticamente hereditario en el caso de España. Tampoco sería importante que el representante de todos los españoles, el Jefe del Estado, asistiera o no a un espectáculo no conflictivo, como el fútbol; pero sí el que lo haga a otro que no sólo tiene ya la oposición decidida de la mayoría de los españoles –para no hablar de la UE y más allá- sino que además proclama a los cuatro vientos que deben seguir siendo “la fiesta nacional” las crueles, sanguinarias corridas de toros.

                         Ahora constatamos una vez más que, contra lo que dice Jesús en el Evangelio, negro sobre blanco, que hay que rezar a Dios en la intimidad y sin ostentación, al revés que los fariseos, la familia real se turna cada festividad–no se trata, pues, de una devoción personal, individual, y menos este año, que fue la reina, dado sus orígenes- para hacerse ver y suscitar el aplauso de los fieles el primer viernes de mes de marzo, rezando ante el Cristo de Medinaceli.  Es un gran ejemplo, sí, pero de religiosidad politizada, que los mismos cristianos mas coherentes con el Evangelio no pueden mirar con aprobación, y que todo ciudadano respetuoso con la Constitución debe lamentar como un claro quebrantamiento de su aconfesionalidad. ¿O es que algunos tienen bula para saltársela en lo que les convenga?

¿O es que, como dijo, y le fue políticamente muy bien, su antecesor y primer Borbón, Enrique IV, “París -hoy, Madrid- bien vale una misa”?

20060305. Jura o promete.

                           No es que yo sostenga que siempre “lo que mal empieza, mal acaba”, pero ¿por qué obligamos a nuestros cargos públicos a participar de entrada en un acto anticonstitucional, en el que se les fuerza a manifestar públicamente sus creencias, con el tristemente famoso y morboso “Jura o promete”?  ¿Por qué no dejar simplemente el “Promete”? O, si se quiere, el “Jura”, pero con una fórmula equivalente a la que se emplea en un país latinoamericano: “¿Jura usted por Dios o por la creencia o convicción que profesa?” Por lo menos en lo más fácil tomemos en serio y cumplamos nuestras propias leyes.

20060306. Injurias y blasfemias.               

                          Como asistente al teatro donde se puso una bomba contra Leo Bassi, reclamé  la vigilancia de las autoridades evitar en lo posible esos atentados, vigilando no sólo a los imanes islamistas que predican la violencia, sino –como es aquí el caso- a sus colegas católicos que desde púlpitos, radios, internet, etcétera, incitan a lo mismo. Pero desde la misma prensa se me ha reprochado de incoherencia, por asistir a ese espectáculo.

                          Vayamos por partes. Yo también creo que la blasfemia, en el creyente, es contradictoria, un pecado. Y en el no creyente es, además de ilógica, contraproducente, porque promueve fanatismos. Por lo demás, yo respeto “incluso” a la prensa y sus lectores. Por eso no hablo sin comprobar los hechos, “a pesar” de mis títulos universitarios sobre el tema, incluida una gran universidad católica… extranjera. De ahí que, al sentirme, como profesional y como ciudadano, inclinado a escribir sobre el tema, máxime ante el anuncio de una manifestación contra “La Revelación” de Leo Bassi, no me fié de sus declaraciones, incluso en su página de internet, de qué no era una obra injuriosa, y fui a verla como crítico.

                         Con mayor conocimiento de causa –y sin excluir, por supuesto, todo error personal u objetivo, en tema tan complejo- estimo ahora que LA REVELACIÓN es una obra muy crítica con la jerarquía católica, y con la Biblia, pero nunca blasfema, injuriosa o soez, como estamos demasiado acostumbrados en España, quizá –lo digo con vergüenza- por ser su autor extranjero, y muy premiado internacionalmente. Críticas mucho más violentas y hasta hirientes hicieron de la situación de la Iglesia católica no pocos santos, algunos reconocidos por la Iglesia después de haberlos perseguido a muerte.

                         Lo que ocurre es, hablemos claro, que en España, educados las mentes y los sentimientos a lo contrario, mientras unos creen que la libertad de expresión les autoriza a cualquier exceso verbal, otros exigen “respeto” a sus opiniones para tapar la boca a todos sus críticos. Mientras unos y otros se educan mejor, habrá que recurrir a los tribunales… más ilustrados. En concreto: la blasfemia propiamente tal, la diga quien la diga, es una impresentable, grosera insensatez. Cuando se usa claramente como provocación, como en una obra de teatro, es lógico que haya manifestaciones de los afectados, y que se depuren responsabilidades ante los tribunales, incluidas las de la empresa teatral. Pero subir al tablado para agredir a los actores, o poner una bomba en los camerinos, es asimismo un gran atentado a la convivencia y, si se hace en el nombre del Evangelio, otra insensatez propia de ignorantes fanáticos y politizados.

20060309. Silencio del clero.

                           Algunos ingenuos han mostrado en la prensa su extrañeza por el silencio del clero ante un atentado con bomba, afortunadamente desactivada al encontrarla tiempo, en un teatro lleno de público, en el que se iba a representar una obra crítica respecto a la jerarquía católica; silencio interesado y cómplice, porque “quien calla, otorga”. Pero ¿acaso no hemos visto a los obispos tapando a clérigos pedófilos incluso cuando los buscaba ya la Justicia; más aún, destinándoles a donde podían seguir corrompiendo a menores? ¿Y no se apoderan indebidamente los obispos del dinero adelantado en demasía por el Estado, mientras todos debemos hacer lo contrario con los impuestos, y encima pagar entre todos eso y otras muchas cosas que ellos nos sisan con privilegios anticonstitucionales, algunos de los cuales ya han sido denunciados por la Unión Europea? Con razón, perdidas las ilusiones, máxime desde que existe la prensa libre que nos relata lo que realmente pasa, los españoles colocamos a esa Iglesia como la institución que menos confianza nos da, en una larga lista de las más conocidas por la ciudadanía.

20060311. Terrorismo sacro.

                                     Más de un milenio de estrecha vecindad con los musulmanes, la mayoría de él dentro de la misma Península, ha dejado una profunda huella en nuestro modo de concebir la vida y la religión.  Y como ahora los musulmanes han armado la marimorena con las caricaturas de Mahoma, aquí no han faltado quienes que han pretendido no ser menos. Y se han fijado en lo que tenían más a mano, una obra de teatro crítica con la jerarquía católica, aunque –quizá por ser extranjero su autor- lejana al carácter injurioso y blasfemo, tan grosero y contradictorio, de algunos anticlericales nativos. Dicho y hecho: bomba va, a teatro lleno, pudiendo haber provocado más muertos que el 11-M si no hubiera sido descubierta a tiempo, con la mecha ya encendida. 

                                    ¡No vamos a ser menos que los musulmanes! Poco importa que Jesús hiciera meter de nuevo la espada en la vaina a sus defensores, y predicara poner la otra mejilla. Así le fue, piensan por lo bajo estos reformadores del cristianismo, que consideran que ellos son más listos que Aquel al que por pacifista clavaron en una Cruz. Nuestros marranos, perdón por la palabra pero era la definición en su día legal de los mal convertidos al cristianismo,  judíos si no musulmanes, creen como ellos que su reino es también de este mundo, y están dispuestos a hacer guerras santas, incluido el genocidio indiscriminado de mujeres y niños )léase, por favor, la Biblia) y como tantos “cruzados” cristianos, a lo San Luis de Francia o “a lo Franco”  (“de la Orden de Cristo, máxima distinción vaticana moderna) que procuraron imponer el cristianismo por métodos más eficaces, en su opinión, que los de Jesús. Y de hecho, ni el Vaticano, ni la jerarquía católica española, se han desmarcado de ese peculiar amar al enemigo… muerto, de ese atentado masivo cometido explícitamente en su defensa; y aquí, por razones evidentes, más que en otros casos, “el que calla, otorga”.

20060312. Brazos españoles.

                          Volviendo un verano de París, en pleno franquismo, me asombré al ver publicado en España un libro sobre “Historia de Religiones”. Y más aún su explícita dedicatoria, en la que el autor, tras explicar que se acababa de enterar de que se rendirían honores de Capitán General a la reliquia del brazo de santa Teresa, que volvía a España, concluía: “Dedico, pues, este libro a la España católica, que tanto lo necesita”. Visité a su autor, quien me dijo que la censura había aprobado el primer tomo sin leerlo, “por ser de religión”, pero que el segundo tomo, ante el escándalo que suscitó en los bienpensantes, sólo lo autorizó para el extranjero.

                          Afortunadamente, hemos progresado mucho. Superando el unilateralismo franquista, nuestras autoridades restablecen hoy la justa paridad entre los sexos y el equilibro autonómico, y rinden honores oficiales al también importado brazo de san Francisco Javier de Navarra, no sólo al de santa Teresa de Jesús de Ávila. Lo único, pero tan importante que pudiera dar al traste con este equilibrio, es que este brazo de Javier resultara ser un miembro de la derecha. Por muy santo que nos lo pinten, por ingenioso y justificado que crean que es el talante con el que los disfracen, más de lo mismo, francamente, no.

20060315. Vázquez, el antiembajador.          

                         ¿Quién puede imaginar siquiera que el representante de una gran empresa ante otra, en vez de defender los intereses de quienes han confiado en él, difunda públicamente sus deficiencias reales o incluso imaginarias, debilitando su posición ante la otra? Lo menos que se merece es una destitución fulminante y el menosprecio de toda persona decente por esa traición y abuso de confianza.

                        Pues esto es lo que acabamos de padecer los españoles de verdad, los que defendemos la dignidad de nuestro país por encima de cualquier posible ventaja partidaria o ideológica, por culpa de la traición de Francisco Vázquez. Este político, no diplomático de carrera, recién nombrado sorpresivamente embajador español ante el Vaticano, en lugar de agradecer el escapar honorablemente así de una alcaldía de La Coruña en donde cada vez estaba más salpicado por sospechas de corrupción, parecería que quiere vengarse con esa traición de algunos miembros de su partido, como si eso le hubiera impedido culminar algún oculto negocio. No encuentro otro motivo, ya que, por respeto al cristianismo, me niego a creer que alguien considere esa baja politiquería suya como una defensa de la religión cristiana; aunque una elemental prudencia hubiera aconsejado al PSOE nombrar para ese cargo a una persona ideológicamente menos proclive a delinquir con esa excusa.

                             Porque, en efecto, acaba de declarar F.  Vázquez que promulgar la ley de los matrimonios gays a los dos días de la toma de posesión del Papa, “si no por el fondo, por el calendario”, fue “una ofensa gratuita” al Vaticano, afirmación que, además de una infame traición moral, es, en su intrínseca ridiculez, “una ofensa gratuita” a la razón. Si por una elemental dignidad se decía durante el Imperio que “Roma no paga traidores”, con mayor razón me niego a pagar un sueldo a ese traidor a nosotros mismos, “aunque” sea en favor de esa nueva Roma.

20060315. Vázquez descubierto.

                             Yo quiero agradecer al embajador en el Vaticano sus declaraciones de que la promulgación de la ley de matrimonio entre homosexuales dos días después de la entronización del Papa fuera una “ofensa gratuita”. Claro está que esto le descalifica ante el Gobierno de España, al que tan curiosamente representa, y también, y por eso mismo, ante el del Vaticano, con el que pretendía congraciarse, viendo que por tan mezquina ocasión queda en evidencia y así pierde el valor que tendría de haber sido realmente prudente y diplomático, y haberse reservado para una más larga e importante labor de “submarino” vaticanista. Pero por eso mismo, por su increíble torpeza, que ha dejado a Francisco Vázquez con el trasero al aire y hecho incapaz de seguir perjudicándonos al dejar al desnudo, incluso ante los más inocentes, su doblez, sus declaraciones nos han sido muy útiles.

20060315. Vázquez descubierto.

                             Yo quiero agradecer al embajador en el Vaticano sus declaraciones de que la promulgación de la ley de matrimonio entre homosexuales dos días después de la entronización del Papa fuera una “ofensa gratuita”. Claro está que esto le descalifica ante el Gobierno de España, al que tan curiosamente representa, y también, y por eso mismo, ante el del Vaticano, con el que pretendía así congraciarse, pero el que ya ahora no sirve ni como “submarino”viendo que por tan mezquina ocasión queda en evidencia y así pierde el valor que tendría de haber sido realmente prudente y diplomático, y haberse reservado para una más larga e importante labor de “submarino” vaticanista. Pero por eso mismo, por su increíble torpeza, que le ha dejado con el trasero al aire –poniendo en duda hasta su pertenencia al tan discreto pueblo gallego- Francisco Vázquez se ha mutilado, y autoincapacitado para seguir sirviendo a dos señores, e incluso a uno sólo, desengañando esa manifiesta doblez suya hasta a los más inocentes que todavía confiaban en él.

20060317. Libertad de criticar e injuriar.                           

                        Ser injusto es bien fácil… y popular, cuando las opiniones están muy polarizadas. Temo, pues, disgustar a la mayoría, de uno u otro bando, si digo que yo comprendo que se retire la subvención oficial a la obra de Leo Bassi “aunque” tolero e incluso comparto en general su contenido. Porque la libertad de expresión, o no es nada, o es la de decir lo que puede no agradar a la mayoría, incluidas las autoridades. Más aún, lo que puede parecerles falso o incluso injurioso, aunque en ese caso pueden recurrir en defensa propia a los tribunales. La crítica soez, y la blasfemia en el campo religioso, están siendo despenalizadas en los sistemas democráticos, cuya grandeza consiste también en tener la suficiente fuerza como para permitir, dentro de amplios límites, esos desahogos irrespetuosos, antidemocráticos. Límites que se superan pronto cuando tales conductas son apoyadas por instituciones sociales, culturales o políticas que agigantan la nocividad de tales conductas. No habría, pues, que penalizar al autor de una obra soez y blasfema en su mismo título, pero tampoco debería apoyar hasta representar dicha obra una institución cultural que se autocalifica de “Bellas Artes” y que incluso recibe subvenciones oficiales.

                            La obra de Leo Bassi es, en muchos aspectos, muy diferente. Autor y actor de larga trayectoria familiar y personal, avalado por muchos premios internacionales, representada su obra sin problemas en varios países y otras ciudades de España, sufrió en Madrid los ataques de prensa, la manifestación callejera y, finalmente, el salvaje atentado con bomba en el interior del teatro, de grupos ultraderechistas. Yo fui a ver esa obra con prevención, pero comprobé que no era ni soez ni blasfema, según reivindicaba ya en su defensa el mismo Bassi. Aunque también comprendo que los límites entre una fuerte crítica y la irrespetuosidad, máxime en un juglar, sean difíciles en ocasiones de discernir, y más para los criticados, y hubiera comprendido una protesta democrática… y sin bomba.

                            Por otra parte, dado el contexto real internacional –la controversia sobre las caricaturas de Mahoma- y el creado en torno a esta obra, estimo prudente, para evitar mayores males, no incluirla en una subvención con dinero público, que ni siquiera había sido dado nominalmente para esta obra, y cuya retirada no va a impedir tampoco su representación, por sus valores propios y el mismo ambiente creado por la controversia.

20060318. ¿Habría escrito Jesús esa carta?

                          La libertad de expresión permite que conozcamos como es cada cual. Agradezco a LA CLAVE la publicación de una carta que ya de entrada me chocó, por su abuso de mayúsculas que, como el exceso de gritos al hablar, ya dice mucho de la educación y del valor de las razones que puede aducir quien la escribe. Se trata del conocido político señor o, mejor dicho, aunque él no lo declara ni en temas en los que es parte, párroco Miguel Rivilla, que ahora se dedica a dar lecciones de cristianismo a sus mismos superiores jerárquicos, los obispos. Les exige, en efecto, que no toquen a la COPE, por su “MUY POSITIVA Y MERITORIA LABOR A FAVOR DE LA UNIDAD DE ESPAÑA, LOS VALORES CRISTIANOS, LA VERDAD Y LA DEMOCRACIA” (así, y con mayúsculas todas suyas), mientras que “MIENTEN COMO RESPIRAN”, “SIN FRENO NI CONSIDERACIÓN ALGUNA”, son “SECTARIOS” y “TOTALITARIOS”… los SOCIALISTAS (todo con mayúsculas también). ¿Habría escrito Jesús esa carta?

20060319. Modestia del Papa.

                         Sus “fans” han aplaudido, como es lógico, la modestia del Papa, que ha renunciado en su escudo (y en su cabeza) a la triple corona que simbolizaba su superioridad sobre los demás reyes de la tierra. Claro está que falta aún el pequeño detalle de que renuncie de verdad a ello, como representante de Quien dijo que su reino no es de este mundo, y deje de ejercer como jefe de un Estado… Vaticano, jugando a la doble baraja de ser jefe espiritual y laico, ambigüedad tan poco cristiana como proficua, desde su rango en la ONU hasta sus relaciones con los países no confesionalmente católicos.

                         Puestos a ser coherentes, al menos en su titulación, con el Evangelio, y dado que Jesús dijo claramente en él que a nadie llamemos padre ni bueno sino a sólo Dios, no estaría mal que renunciara asimismo el Papa a llamarse Santo Padre, doble chirrido en una sola tacada. Menos literalmente antievangélico, pero también conveniente, sería que renunciara a la pomposa y absolutamente vacía vanidad de proclamarse “Sumo Pontífice”, que correspondía al casi prehistórico cargo máximo ingeniero de los utilísimos puentes en el imperio romano, y que hoy tiene su eco más modesto en el título de “ingeniere” que los italianos adjudican todavía –la “titulitis”, lo que explica muchas cosas,  es un milenario achaque en ese país- a todo los que quieren adular, aunque no hayan pisado ninguna Facultad de Ingeniería.

                        Renunciando a esos antiguos e inútiles títulos, el Papa haría más creíble su prédica, y el título que también conserva de “Siervo de los siervos de Dios”. Aunque, lo que son las cosas, ahora recuerdo otro dato, el de un el agustino que proclamaba: “Los jesuitas son más sabios; los dominicos, más elocuentes; pero nadie nos gana en humildad a los agustinos”. Y me asalta la tentación de pensar que todos los extremos son malos, y de que convendría quizá revisar a fondo incluso ese mismo, en apariencia, tan modesto título papal.

20060321. Estafadores económicos e ideológicos.

                         Las abusivas dificultades que las Compañías de teléfonos móviles ponen a quienes quieren darse de baja están provocando ya la intervención del Gobierno en favor de los consumidores, y entran de lleno en lo que el Código Penal califica como delito de estafa: sacar dinero con falsos pretextos.  Por supuesto, esto es diferente de las dificultades que encuentran los ciudadanos para darse de baja de la Iglesia católica, que también ha provocado una iniciativa parlamentaria de IU. Porque aquí no se trata sólo del dinero, sino del engaño a la opinión pública y la violación de la libertad de conciencia individual, y eso por parte de una piadosa institución no lucrativa, es decir, que presume de dar ejemplo de lo contrario: es, pues, un delito mucho, mucho peor. Y, en lugar de indignarse porque se les reproche, como hacen todos los estafadores, quienes así delinquen bajo capa de religión deberían enmendarse ya y restituir lo robado o recibir el castigo legal que les corresponden por parte de unas autoridades a las que por fin no les tiemble la mano.

                          Por lo demás, los medios de difusión realmente imparciales y democráticos deberían dejar de usar esos adjetivos clericales, tan injustos y denigrantes, que prejuzgan y condenan a las víctimas de sus abusos. Así, proveniente de la época en que los inquisidores eran “los dueños del adjetivo”, – como el de “concubinato,”, “adulterio” y el todavía corriente de “prostitución”-, el usar para el darse de baja de esa institución el apelativo de “apostasía”. Porque esa palabra griega se empleaba para el soldado que desertaba en momento de peligro. Aquí, por el contrario, lo que está claro, al menos desde Constantino, es la deserción, abandono y renuncia de la Iglesia católica a los más elementales valores del Evangelio, que falsamente pretende aún detentar y defender, cobrando por ello. Lejos, pues, de ser una apostasía, ese acto de baja o separación debería ser calificado como lo que objetivamente es, una liberación de la engañosa hipoteca con la que esa “santa Mafia” se lucra del “negocio de la salvación”, constituyendo una “Compañía” o “Ejército de salvación” de Jesús (o incluso unos Legionarios de Cristo), como si el Evangelio no mostrara en cada página que no hay nada más contrario a las enseñanzas del Maestro que una Compañía comercial o un vocabulario militarista, que pervierte el lenguaje y la mente, hasta llegar a hacer creer que son naturales los conceptos más contradictorios, como los aquí denunciados.

20060415. Es para llorar.

                         Sí: es para llorar. Hemos visto las imágenes de “nazarenos” hechos y derechos llorando desconsoladamente por no poder salir a acompañar al Nazareno, por la lluvia.  Pero el Nazareno dijo que se le acompañara atendiendo a los pobres (ocho millones en España) a los hambrientos (30 millones mueren al año en el mundo), a los que sufren, no con procesiones lujosísimas y ostentosas. Llorar por no poder desfilar así, y no por los gravísimos pecados de no atender eficazmente a sus prójimos es una triste prueba de irracionalidad, inhumanidad, antirreligiosidad. Es, sí, para llorar.

20060529. ¿Falló Dios, o Ratzinger?

                     El destino llevó a protagonizar a un antiguo soldado alemán de Hitler la reconstrucción del peor crimen nazi, el del campo de concentración de Auschwitz. Procedente de las juventudes hitlerianas, reclutado en la sección antiaérea del ejército, combatiente en Austria, prisionero de los estadounidenses en (otro) campo de concentración, él siempre se había excusado, como casi todos… los que no arriesgaron su libertad e incluso vida por no participar en esos crímenes, pretendiendo que lo había hecho obligado, por miedo. Ahora, llegado a la jefatura de la Iglesia católica, se esperaba que pidiera por fin ahí perdón personal y, sobre todo, en nombre de su Iglesia y del entonces Papa, Pío XII, cuyo silencio, por decir lo menos entre los hechos históricamente más tristemente comprobados, tanto contribuyó a aquella tragedia sin precedentes.

                     Sin embargo, no sólo no hemos oído ahora tampoco ni una palabra de arrepentimiento al respecto, sino que incluso ha intentado, como para alejar aún más si fuera posible toda responsabilidad personal y de su organización, crear nuevos muros defensivos. Para ello no ha dudado en contradecir así a los legítimos representantes oficiales, políticos, del pueblo alemán, que sí han tenido el mínimo valor real de reconocer su responsabilidad y pedir perdón. Porque ahora Ratzinger ha intentado disminuir la responsabilidad alemana hablando de que fueron “fuerzas oscuras” (¿hubo algo menos oscuro, más descarda y desvergonzadamente gritón e inhumano desde el principio que el nazismo?) las que “abusaron de los alemanes” (como si el nazismo no hubiera subido al poder por métodos democráticos, y mantenido mucho tiempo un masivo respaldo popular). No contento con esa total falsificación de la historia, de los hechos más recientes e incontrovertibles, y para reforzar su pretendida exculpación de la responsabilidad de su Iglesia y de su nación alemana, el Papa ha llegado al extremo increíble, objetivamente blasfemo, de echarle la culpa de esos crímenes a la pasividad… de Dios, teniendo el valor de preguntarle dónde estaba Él, por qué se calló entonces. ¿A quién pretende engañar a estas alturas, y hasta ese punto sacrílego? Todos sabemos muy bien donde estaba entonces Ratzinger, en que cayó y sigue cayendo. La historia ha conocido a Papas lujuriosos, simoníacos e incluso asesinos, entre ellos, el más conocido si no el peor, el Papa Borgia. Pero no habíamos tenido aún que sufrir a un Papa que, para excusar sus pecados y los de su Iglesia, achacara la responsabilidad de los peores crímenes a Dios.

20060530. Omisión.

La prensa ha destacado en titulares la pregunta del Papa sobre donde estaba Dios, y su silencio cuando la tragedia de Auschwitz. Y los diarios más importantes y defensores de la democracia del continente, como Le Monde o La Repubblica, han destacado también un interrogante aún más grave, la omisión  en ese momento crucial del Papa al clamoroso silencio entonces la Iglesia católica, de Pío XII, y a que él mismo en persona, Ratzinger, combatía entonces en Austria con el uniforme del ejército alemán. Y que mientras se silencien las propias faltas, y no se pida concreta y sinceramente perdón por sus pecados, toda llamada a la paz y a la reconciliación esta viciada de raíz, es estéril, e incluso ha de ser interpretada como una falsa tapadera de los propios fallos, objetivamente contraproducente. Los pecados de omisión –y bien ha hecho la Iglesia católica al incorporarlos a su oración del “Yo, pecador”- son tan graves y dañinos como los de comisión.

20060602. Dioses peligrosos.

                         Cada dos por tres este Papa, como el anterior, nos amenaza a los europeos con la decadencia y la ruina si no seguimos al pie de la letra su concepción de la divinidad. Pero ahora se le ha escapado, ante la brutal realidad del campo de exterminio de Auschwitz, una reveladora queja ante el silencio y la pasividad de su divinidad suya, actitud tan coherente –aunque eso ya no lo ha dicho el Papa, por su propio interés- con lo que predican e intentan imponer los representantes de ese “Dios de los ejércitos”, ferozmente exclusivista, que ordena el genocidio de las infieles en la Biblia… y hoy también. Silencio elocuente ahora el de Ratzinger, a pesar, o precisamente porque conoce muy bien tales hechos. Él es, en efecto, el heredero oficial de un Pío XI que bendijo los ejércitos de Mussolini. Y de un Pío XII que calló cuando emprendieron su genocidio los ejércitos de Hitler, llevando incluso escrito en sus uniformes –incluido el del mismo Ratzinger, joven soldado alemán entonces- un “Dios con nosotros”; y que también dio la máxima “Orden de Cristo” al general rebelde dispuesto en su “Cruzada” genocida a “matar media España”, Francisco Franco. Y heredero también de un Juan Pablo II, del que fue principal colaborador y directo sucesor, al que ahora quiere canonizar enseguida, quizá por haber defendido en Chile la dictadura de Pinochet, o por, tras condenar, presionado por el pueblo, la guerra de Irak, apresurarse a salvar sus intereses, intercambiando grandes distinciones con Bush y Aznar.

                            Sólo cuando Europa ha ido abandonando, lenta pero firmemente, esas concepciones excluyentes y belicosas de la divinidad, y ha dejado de obedecer ciega y oficialmente a esos predicadores de la vida… en el más allá, de Cruzadas por la paz perpetua… de los cementerios, como las de Hitler y Franco, y ha ido adoptado un credo más tolerante, de convivencia democrática de las ideologías, ha empezado nuestro Continente a disfrutar de una paz duradera.  Porque, a “imagen y semejanza” de su propia soberbia, de su orgullo que les hace autoidolatrarse e impide respetar otras personas y opiniones, esos catastróficos profetas proyectan y convierten en sagrada su intolerancia en forma de dioses exclusivistas, judíos, cristianos o islámicos, muy peligrosos, como demuestra una sangrienta historia milenaria: “por sus frutos los conoceréis”. Muy diferentes son los frutos de otras concepciones religiosas más “primitivas”, o del budismo, o, simplemente, del laicismo europeo contemporáneo. Sólo oponiéndonos eficazmente a la pertinaz y agresiva propaganda y maquiavélicas campañas de esos feroces monoteísmos contemporáneos conseguiremos conservar la prosperidad, la paz o incluso, como no pocas veces en el pasado, la libertad y la misma vida.

20060603. Papa ciego.

                         “Una buena conciencia es señal de mala memoria” o, en términos religiosos “la buena conciencia es la obra maestra del diablo”. según observó el cardenal Newman. Pocos espectáculos más tristes y sobrecogedores que el que hemos presenciado estos días: la visita oficial al peor campo de exterminio nazi, no con la sotana negra de luto y penitencia, o al menos el traje rojo que recordara los ríos de sangre inocente derramada, sino el vestido blanco del ser inmaculado del Jefe de la Iglesia católica. Éste ha completado ese disfraz de blanca pureza ya usado por los fariseos, y expresamente prohibido por Jesús en el Evangelio, como el llamarse Padre o Santo, no sólo no ha reconocido la grave responsabilidad de la Iglesia católica al callar ante el nazismo, sino que incluso ha querido –a lo que pocos antes se habían atrevido, y nadie en Auschwitz- negar la culpabilidad de todos los alemanes, “engañados” por cuatro criminales. Con la agravante de que el mismo Ratzinger fue soldado miembro de las juventudes hitlerianas, y soldado de su ejército invasor en Austria, aunque lo fuera por miedo, como dicen ahora casi todos los cómplices del nazismo. Y encima Ratzinger ha atribuido esa pasividad y silencio nada menos que a Dios. Son expresiones, dicen sus partidarios, “de resonancias bíblica”; sí, pero a las blasfemias de Job, abrumado por mil desgracias recibidas, todo lo contrario de lo que entonces, con las armas en la mano, y hoy, con palabras que son seguidas acríticamente por tantos millones de creyentes suyos, está causando este Pastor, cuya buena conciencia perpetua los males del pasado y prepara un futuro desesperanzador.

20060604. Una buena conciencia.

                         “Una buena conciencia es señal de mala memoria” o, en términos religiosos “la buena conciencia es la obra maestra del diablo”. según observó el cardenal Newman. Pocos espectáculos más tristes y sobrecogedores que el que hemos presenciado estos días: la visita oficial al peor campo de exterminio nazi, no con la sotana negra de luto y penitencia, o al menos el traje rojo que recordara los ríos de sangre inocente derramada, sino el vestido blanco del ser inmaculado del Jefe de la Iglesia católica. Éste ha completado ese disfraz de blanca pureza ya usado por los fariseos, y expresamente prohibido por Jesús en el Evangelio, como el llamarse Padre o Santo, no sólo no ha reconocido la grave responsabilidad de la Iglesia católica al callar ante el nazismo, sino que incluso ha querido –a lo que pocos antes se habían atrevido, y nadie en Auschwitz- negar la culpabilidad de todos los alemanes, “engañados” por cuatro criminales. Con la agravante de que el mismo Ratzinger fue soldado miembro de las juventudes hitlerianas, y soldado de su ejército invasor en Austria, aunque lo fuera por miedo, como dicen ahora casi todos los cómplices del nazismo. Y encima Ratzinger ha atribuido esa pasividad y silencio nada menos que a Dios. Son expresiones, dicen sus partidarios, “de resonancias bíblicas”; sí, pero a las blasfemias de Job, abrumado por mil desgracias recibidas, todo lo contrario de lo que entonces, con las armas en la mano, y hoy, con palabras que son seguidas acríticamente por tantos millones de creyentes suyos, está causando este Pastor, cuya buena conciencia perpetua los males del pasado y prepara un futuro desesperanzador.

20060605. Falsificadores del Evangelio.


                       Estoy de acuerdo con el Papa, que acaba de denunciar a los que falsifican el mensaje evangélico. Y propongo la obvia solución: leer atentamente, como si fuera la primera vez, sin dejarse influenciar por los comentarios y prejuicios del propio grupo, los cuatro Evangelios, comparando lo que allí se dice y hace con lo que hacen quienes pretenden hoy hablar en su nombre. El resultado de tal comparación puede ser un shock, una medicina amarga, pero curativa. Quizá disminuiría así el número de ingenuos que creen que quienes gritan en las aglomeraciones “-¡Cuidado con los rateros!” son los ciudadanos más honrados, y no quienes entonces aprovechan el instintivo impulso de muchos de tocar el lugar donde tienen guardado su dinero para actuar después conforme su real verdadera intención.

20060617. Homosexualidad.

                             La mayor cultura religiosa de nuestro pueblo ha evitado que se reprodujera aquí el escándalo que en otros países ha originado el que el Papa no pidiera perdón por el silencio del Vaticano ante los crímenes que, contra homosexuales como contra judíos, se cometieron en Auschwitz. Es cierto que Ratzinger se quejó, como Job, de lo duro y difícil de entender de los designios y silencios de Dios en casos como éste genocidio nazi. Pero ya sabemos como Dios castigó arrasándolas a Sodoma y Gomorra, y como la Iglesia quemaba a su vez los cuerpos de los homosexuales para salvar sus almas; incluso los nazis apelaron a ese precedente eclesiástico cuando se les reprochaba su comportamiento. Claro que quienes no tienen el don de la fe no pueden entender los misteriosos planes de la Providencia.

20060621. Defensa antigay.

                            ”-Empezó mi hermanito –gritaba llorosa la niña mayor- que me devolvió la bofetada”. Lo que a esa edad puede aún hacernos sonreír, en los adultos revela una desvergüenza intolerable. Porque nos encontramos ante una organización ideológica que pretende ser la que tiene la única idea válida de la familia, y que insulta constantemente a quienes no comparte sus opiniones como “pervertidos”, “desvergonzados”, “indignos”, ahora que no puede encarcelarlos, como en tiempos de Franco, o quemar a esos “concubinos”, “adúlteros” o “invertidos”, como hacía antes. Se trata, por supuesto, de la Iglesia católica.

                             Estos días  organiza un gran congreso internacional para hacer propaganda de su visión estrecha e intolerante de la familia, reunión propagandística a la que el conjunto de los españoles, por disposición de las autoridades, vamos a tener que aportar unos 30 millones de euros, a pesar de que su Iglesia es la institución en que menos confiamos, según confirman las encuestas. Pero ellos tienen encima tienen el valor de quejarse, como si fuera un “abuso”, y “provocación”, de que las autoridades dediquen también una miseria, menos de, menos de veinte mil euros, a un conjunto de organizaciones que van a realizar un congreso alternativo en defensa de su visión de la familia, así insultada y agredida constantemente por aquellos fuera y dentro de su tan provocador congreso, presidido por el Papa. ¡Que razón tiene el Evangelio contra esos fariseos que ven la posible paja en ojo ajeno, pero no la viga en el propio!

20060624. Consecuencias de la visita papal.


                       Yo estaría encantado de que viniera el Papa si tuviera alguna esperanza de que después los católicos practicaran más lo que Jesús dijo debería ser su distintivo: amar al prójimo. Es decir, si pudiéramos esperar que después se distinguieran por trabajan mejor por los demás, dar más ayuda al prójimo, saltarse menos semáforos, etcétera. Pero mucho me temo que el jefe de la jerarquía católica les impulsará más bien a subrayar lo que les diferencia de los demás, y a considerase por ello superiores. Es decir, que como ya es clásico, el Papa les instará a negarse a usar un preservativo que serviría para salvar la vida de su prójimo del SIDA, a no divorciarse aunque se lo ruegue su prójimo(a) infelizmente casado con ellos, a menospreciar a los “herejes”, “invertidos” o pecadores de cualquiera de los mil tipos que, según una milenaria casuística, sirve para distinguir, separar y enfrentar a su grey del resto de los ciudadanos. Es decir, como ya denunciara el Evangelio, les ofrecerá una vez más el gran negocio de adquirir una buena conciencia a bajo precio, colando mosquitos, mientras se tragan camellos como los arriba señalados. Por eso, por ese aumento tantas veces constatado en circunstancias parecido del integrismo separador y agresivo en una parte importante de sus seguidores, lamento esta visita papal, que de suyo debería alegrarme o dejarme, al menos, indiferente.

 

20060629. Ruego a los obispos ante la visita del Papa.

                      Yo quisiera hacerles un ruego a los señores obispos, ante la inminente visita del Papa a Valencia. Comprendo que se sientan nerviosos ante la proximidad del Jefe. Pero, por favor, que no les pille la televisión, como la última vez, fumando en grupo a algunos de ellos.  No hagan como el jefe de C.C.O.O., oficialmente encargado de cuidar de la salud en el trabajo, que no tuvo empacho este mismo año, el primero de mayo, en salir en televisión, en primera fila de la manifestación, fumando un cigarrillo; y encima, siendo Fidalgo médico. Esperemos que los médicos del alma respeten mejor el derecho a la salud y a la vida, y den ejemplo de abstinencia, recordando a aquel Papa que prohibió fumar como grave atentado que es a la propia salud, un auténtico suicidio.

20060705. Papa oscuro.

                     El destino llevó a protagonizar a un antiguo soldado alemán de Hitler la reconstrucción del peor crimen nazi, el del campo de concentración de Auschwitz. Procedente de las juventudes hitlerianas, reclutado para la fuerza antiaérea alemana, combatiente en Austria, prisionero de los estadounidenses en (otro) campo de concentración, él siempre se había excusado, como casi todos… los que no arriesgaron su libertad e incluso vida por no participar en esos crímenes, pretendiendo que lo había hecho obligado, por miedo. Ahora, llegado a la jefatura de la Iglesia católica, se esperaba que pidiera por fin ahí perdón personal y, sobre todo, en nombre de su Iglesia y del entonces Papa, Pío XII, cuyo silencio, por decir lo menos entre los hechos históricamente más tristemente comprobados, tanto contribuyó a aquella tragedia sin precedentes.

                     Sin embargo, no sólo no hemos oído ahora tampoco ni una palabra de arrepentimiento al respecto, sino que incluso, como para alejar aún más si fuera posible toda responsabilidad personal y de su organización con nuevos muros defensivos, aun a costa de contradecir así  a los legítimos representantes oficiales, políticos, del pueblo alemán, que sí han tenido el mínimo valor real de reconocer su responsabilidad y pedir perdón, Ratzinger ha intentado disminuir la responsabilidad alemana hablando de que fueron “fuerzas oscuras” (¿hubo algo menos oscuro, más descarda y desvergonzadamente gritón e inhumano desde el  principio que el nazismo?) las que “abusaron de los alemanes” (como si el nazismo no hubiera subido al poder por métodos democráticos). No contento con esa total falsificación de la historia, de los hechos más recientes e incontrovertibles, y para reforzar su pretendida exculpación de la responsabilidad de su Iglesia y de su nación alemana, el Papa ha llegado al extremo increíble, objetivamente blasfemo, de echarle la culpa de esos crímenes a la pasividad… de Dios, teniendo el valor de preguntarle dónde estaba Él, por qué se calló entonces. ¿A quién pretende engañar a estas alturas, y hasta ese punto sacrílego? Todos sabemos muy bien donde estaba entonces Ratzinger, en que cayó y sigue cayendo. La historia ha conocido a Papas lujuriosos, simoníacos e incluso asesinos. Pero no habíamos tenido aún que sufrirla de un Papa que, para excusar sus pecados y los de su Iglesia, achacara la responsabilidad de los peores crímenes a Dios.

20060705.No calle Zapatero.

                       El presidente Zapatero deberá tener muy en cuenta estos días que la democracia no es el imperio de las mayorías, que hasta Hitler consiguió, sino el respeto a las minorías, a los derechos humanos. Y no deberá ceder, por intereses políticos u otros, en esa reivindicación, cuando se encuentre con el presidente de otro Estado que no ha firmado ni el diez por ciento de los tratados internacionales a favor de esos derechos humanos. Un Estado en el que no existe el menor atisbo de democracia, que hasta hace poco explícitamente condenaba como un “error moderno”, contra sus propios orígenes. Un Estado en donde se discrimina oficialmente a la mujer, hasta el punto de prohibirle el acceso a todos sus cargos de importancia. Donde impera de hecho el racismo hacia los pueblos de color. Donde se condena a la muerte eterna en hogueras inextinguibles a los disidentes ideológicos o sexuales, ahora que ya no se les puede quemar, amordazados, en hogueras físicas. En donde el mismo Jefe de Estado actual, antaño soldado de Hitler capturado por los estadounidenses, se ha atrevido a ir hace pocas semanas a Auschwitz vestido de blanco, sin pedir perdón por su colaboracionismo y el de su organización en el exterminio de judíos y gays, e incluso exculpando a su pueblo alemán, víctima -¡los alemanes!- de los engaños de cuatro locos nazis.

                       Ese Jefe de Estado, disfrazándose de representante de una religión, a pesar de que su Fundador expresamente afirmó que su reino no era de este mundo, y sucesor de muchos dirigentes de infausta memoria, como el español Papa Borgia, no menos “Santo Padre” (¡!) ni menos infalible que hoy Ratzinger, viene ahora a España ha dividirnos, a impugnar nuestras leyes, a denunciar los derechos humanos que hemos por fin reconocido a grupos que ellos siempre han perseguido y aplastado cuando han podido, como los homosexuales. No calle, señor Zapatero, no calle la justicia y la democracia, como, blasfemando contra su propia ideología –como en su día, Job- pretendía que había callado Dios ante esa tragedia de Auschwitz que pasiva y aun activamente, con su ideología y actos de no pocos de sus seguidores –aquí, el franquismo, tan bendecido por la jerarquía católica, con Pío XII al frente- tanto contribuyeron a agravar.

20060708. Genocidios y genocidios.

                       La protesta contra EL ROTO del embajador de Israel es la más triste confirmación del racismo genocida a que lleva todo nacionalismo exasperado: ahora el israelí, como ante el nazi, del que aprendió, por desgracia, demasiado este Israel contemporáneo. “Sólo” su causa es la buena “sólo” sus muertos cuentan, y es “antisemita” (¿no son semitas los palestinos?) comparar el genocidio de judíos con cualquier otro.

                       Sin embargo, ¿es culpa de los palestinos no haber muerto (aún) en tanta cantidad en Palestina como los judíos en Europa nazi? Y, en cuanto a las “circunstancias monstruosas” del genocidio, como si no lo fueran todas, quizá convenga recordar que los nazis cometieron su genocidio –de judíos, gays, y otros disidentes, a los que estos “semitas” olvidan en su racismo, que proyectan en los demás- cuando estaban inmersos en una guerra mundial, y en modo clandestino, durante unos pocos años, mientras que los israelitas están matando a plena luz del día, oficialmente, en periodo de relativa paz internacional, y durante decenios.

                       No se trata de justificar todas las acciones de los palestinos actuales, como tampoco las de los judíos de entonces. Pero no puede haber paz mientras exista esa división maniquea entre “buenos” y “malos”, esa buena conciencia nacionalista que lleva a cualquier grupo a creerse el pueblo elegido y cometer como una buena acción –lo vemos ya en la Biblia- los peores genocidios.

20060708. Espantosa pesadilla.

                       Esta noche he tenido una espantosa pesadilla, en la que se me aparecieron miles y miles de fantasmas ensangrentados de niños que denunciaban: “-Morimos porque quienes decían defender la paz, corrían después a hacerle a foto con los más crueles genocidas”. Venían después aún más fantasmas de niños deformados que denunciaban: ”-Morimos porque quienes debieren defendernos de las enfermedades decían que era pecado revestir un órgano enfermo para evitar el contagio, mientras ellos ocultaban su verdadera naturaleza bajo riquísimos ropajes pseudoreligiosos”. Esa espantosa manifestación terminaba con una muchedumbre de niños esqueléticos, que denunciaban que quienes deberían predicar una eficaz caridad permitían que murieran hoy mismo de hambre por millares, mientras que eran agasajados con unos gastos multimillonarios que podrían haber evitado su muerte. Y que, por supuesto, todo esto era posible porque por miedo, superstición o cálculo, había demasiados políticos, intelectuales y medios de comunicación que se hacían cómplices de quienes se proclamaban sacrílegamente seguidores de la obra de Jesús, mientras que, en realidad, “por sus obras los conoceréis”, lo eran de Herodes.

20060709. Alarmantes contradicciones.

                       Definir al hombre como “animal racional” dijo un célebre autor inglés, es por lo menos la definición más prematura que se pueda imaginar. Pensemos, por ejemplo, que hoy consideramos un día para hacer bromas el 28 de diciembre, en que se recuerda un despiadado genocidio de niños. Y que quienes dieron involuntariamente el soplo que lo provocó, cuya fiesta se celebra el 6 de enero, contra lo que popularmente se dice, ni eran tres, ni eran reyes, ni eran magos. Y que la fiesta del 25 de diciembre no corresponde a la del nacimiento de Jesús, que nadie conoce, sino al competidor rito pagano de celebrar el renacimiento del sol, el solsticio de invierno. Y que, si bien Jesús nos advirtió para que no rezáramos en lugares ostentosos, ni nos vistiéramos de blanco como si no fuéramos también pecadores, y de que a nadie llamáramos padre” ni “santo”, sino a sólo Dios, estos días ha venido a visitarnos su representante oficial y exclusivo, vestido de blanco, rezando en público, proclamado “Santo” “Padre”.

                      Quizá no haga falta que me alargue en las respectivas posiciones que Jesús y este señor recién mencionado han tenido respecto a los pobres, a las riquezas, a los poderosos, etcétera. Para creer en muchas de las cosas que dijo Jesús hace falta, sin duda, una gran fe divina. Pero para creer que este señor le representa fielmente a ese Maestro baste este cúmulo directas contradicciones para mostrar que hace falta una cosa muy distinta, según denuncian los verdaderos discípulos de Jesús: mucha credulidad, mucha ignorancia de los Evangelios, que con razón la jerarquía católica prohibió leer, o permitió sólo en latín, durante tanto tiempo. Y que conste que tampoco soy de ninguna otra agrupación cristiana, algunas de las cuales también eliminaban físicamente en la hoguera a sus oponentes, como los del Papa; sino un ciudadano laico, alarmado por tanto integrismo como todavía pone en peligro nuestra democracia, que reclamo mi derecho a disentir y denunciar como nocivos ciertos montajes que con frecuencia amenazan y hasta destruyen con “cruzadas” nuestra convivencia.

20060710. Papa desmemoriado.

                            Muestra una lamentable falta de memoria, probable consecuencia de su avanzada edad, que debería aconsejarle no aceptar un cargo en plena vejez, cuando sus colaboradores más cercanos, los cardenales, tienen que jubilarse. Pero no podemos recordar sin un estremecimiento la pregunta del Papa en Auschwitz, sobre dónde estaba Dios durante aquel genocidio.

                             Aquí en España ya se le ha recordado cómo fueron las cosas. Con fino sentido teológico, se ha notado que Dios estaba en las cámaras de gas. También, otros, han subrayado donde estaba entonces el mismo Papa: con uniforme militar del Ejército de Hitler, hasta que fue capturado por los estadounidenses. Detalle que sin duda se le olvidó, y de pedir perdón por el silencio, no de Dios, sino de Pío XII y de gran parte de la Iglesia, ante aquel genocidio. Desmemoriado hasta un extremo muy peligroso, Ratzinger olvidó también la entusiasta colaboración de la mayoría del pueblo alemán con Hitler, y quiso exculparlo –como pocos se han atrevido a hacerlo- por haber sido engañado por unas “fuerzas oscuras”, como si hubiera habido algo más claro, oficial y brutal que el nazismo. Esperemos que esta visita a España, y las observaciones que desde tantos puntos de dentro y fuera de la Iglesia se le están haciendo al respecto, le sirvan para recuperar su memoria histórica y actuar mejor.

20060711. Visita rentable.


                       Visto lo visto, a mí los 30, 60 o más millones de euros empleados en la visita del Papa a Valencia no me parecen un dispendio, sino una prudente inversión. La espantosa tragedia del metro-tren lo ha revelado de inmediato. El mismo Papa en persona ha ido al lugar de la tragedia a consolar al pueblo, inculcándole el valor redentor del dolor, sin tener que recurrir siquiera a la retórica protesta sobre “la pasividad” divina como hizo, perdiendo un poco los pedales, en el campo de concentración nazi de Auschwitz. La fe, la entrega (“islam”, dicen los musulmanes) a la voluntad divina mantiene al pueblo  bendito, bendecido, tranquilo y contento incluso con su suerte, es decir, tantas veces, con su desgracia.

                         De ese modo, aparte de unos pocos incrédulos, pronto acallados por las autoridades y los medios de difusión afines, no ha habido petición de responsabilidad, revuelta contra esa malversación de los caudales públicos para fomentar esa ideología popular, digo, populista, que no duda en condenar demagógicamente a los ricos, “porque tienen su consolación en la tierra”, prometiendo su programa todo a los pobres, incluso  el cielo (en el otro mundo) y exigiéndoles que para ello, como mandaba san Pablo, que “el que sea esclavo no quiera dejar de serlo”. Nada más rentable, pues, que ese grupo ideológico vaticano, que tan admirablemente sustenta a esa Familia, no ya sólo siciliana, sino consolidada ya como santa Mafia globalizada, mundial.

20060712. Clero metido en política.


Al salir de misa, el Rey comentó: “El sermón ha sido muy completo; si el capellán hubiera tocado la religión, nos habría hablado de todo”. La historia se repite, y es de temer que de nuevo se intente meter a fondo, y casi en exclusiva, la cuchara política, en el discurso que se avecina del Papa a las autoridades en Valencia. ¿Acaso no tuvo el Papa no hace tanto el valor de sermonear a nuestros representantes políticos cuál era el Plan Hidrológico mejor, casualmente coincidente con el del partido que defiende sus intereses? ¿Y no han estado a punto los obispos de dictarnos cuál debe ser el tipo de unidad y límites de España? Aunque la culpa no es sólo de quien así abusa bajo capa de religión, sino de quienes así se inclinan por temor y conveniencia ante esos abusos, sin hacer respetar el cargo para el que han sido elegidos por los ciudadanos.

20060712. Religión y política.

                          Quiero felicitar al Presidente de la Conferencia Episcopal porque, desmintiendo a su mismo portavoz, haya afirmado que ni ahora ni después habrá una declaración de esa Conferencia episcopal sobre la unidad de España, porque no es un tema religioso. Nada más obvio para los seguidores de Quien dijo: “-Mi reino no es de este mundo” y “-Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”.

                           Porque yo quiero creer que el Obispo de Bilbao ha dicho eso por ser cristiano, no por mero oportunismo político, dada la sede episcopal en que ahora está, nada propensa a declaraciones encendidas por la unidad del Estado. Por eso espero que siga siendo consecuente e impida tantas salidas de tono, tanto entrometimiento clerical como últimamente hemos vuelto a sufrir, tanto los auténticos cristianos como los demás, como en el régimen franquista; hasta el extremo de que la presión de parte de la jerarquía llegó al colmo de mover a que el Papa definiera cual era el Plan Hidrológico más conveniente para España, algo que debiera llenar de vergüenza a todo cristiano y a todo español. Esperemos que en la próxima visita del Papa a Valencia no se produzcan intromisiones tan lamentables. Aunque hay que reconocer que esos tremendos fallos no son culpa sólo de la jerarquía católica, sino también de aquellos malos políticos que, inclinándose por miedo o ambición ante ellos, hasta extremos indebidos en un Estado aconfesional, les tientan casi irresistiblemente a abusar de quien se coloca en esa situación humillante.

20060714. Epitafio para Suquía.

                    Enterrarán al cardenal Suquía en la catedral de la Almudena, por cuya terminación, se dice, será recordado, habiendo sacado para ello dinero público presionando a tres políticos socialistas “descreídos”, Tierno Galván, Leguina y Felipe González.

                    Es corriente el que algunos acomplejados pseudolaicistas otorguen más privilegios abusivos que nadie a la jerarquía católica, mientras que católicos corrientes, normal, como el anterior alcalde franquista de Madrid, Arespatochaga, rechacen el gastar ahí el dinero público, requerido ”para cosas más necesaria”.

                     En todo caso, lo cierto es que Jesús no será recordado por edificar templos, sino pedir que se atienda a los templos vivos de Dios, los pobres y necesitados. Suquía, en cambio, tuvo el valor de denunciar ante los medios de difusión la falta de “sentido social” de los españoles en el mismo día y hora en que, a las puertas de la Conferencia episcopal que estaba él presidiendo y sermoneando a los demás, se manifestaban antiguos miembros del clero y de las religiosas a los que, al abandonar los hábitos, la jerarquía católica dejaba sin la menor protección social.  En su sepulcro catedralicio habría que grabar, pues, con toda justicia, que encarnó a la perfección a un personaje evangélico: el untuoso fariseo, sacerdote de aquel primer templo.

20060728. Liberticidas.

                      Hablemos claro y alto y denunciemos la gravedad del ataque que sufrimos, si somos demócratas. No podemos permanecer en un silencio cómplice cuando personalidades públicas con influencia en una parte importante de nuestra población exigen a sus afiliados que impongan por la fuerza de las leyes sus convicciones morales o religiosas a los demás, o se alejen de la sociedad hasta que puedan imponerlas de uno u otro modo.

                       Si el juez católico no puede decretar un divorcio, ni el farmacéutico católico despachar un preservativo, ni el médico católico recetar una píldora anticonceptiva, ni, entre mil otras pretendidas incompatibilidades, el político católico, como Gallardón, certificar un matrimonio homosexual, según le exige hoy el cardenal Rouco Varela, se rompe radicalmente la convivencia entre los ciudadanos, al pretender un grupo ideológico impedir el normal funcionamiento de las leyes, administración y comercio en nuestra sociedad.

                        La teoría de la pretendida “ley natural” lleva directamente al enfrentamiento social y a la imposición integrista de esos fanáticos autoproclamados depositarios de la verdad absoluta y obligatoria contra todos los demás, a los que imponen siempre que pueden la más despiadada dictadura, llevando a la cárcel y al fusilamiento a los disidentes, como todavía han sufrido las generaciones de mayores en nuestra sociedad. Esos dogmáticos piden libertad en nombre de nuestros principios para negárnosla después en nombre de los suyos, como tenía el descaro de reconocer Veuillot. Mucho nos está costando recuperar nuestros derechos y libertades, y sólo una constante vigilancia y esfuerzo nos permitirá mantenerlos, ante ataques tan graves y reiterados como el que hoy encarna, una vez más, ese funesto representante de la más negra España del franquismo.

20060728. Jura o promete.

                           No es que yo sostenga que siempre “lo que mal empieza, mal acaba”, pero ¿por qué obligamos a nuestros cargos públicos a participar de entrada en un acto anticonstitucional, en el que se les fuerza a manifestar públicamente sus creencias, con el famoso y morboso “Jura o promete”?  ¿Por qué no dejar simplemente el “Promete”? O, si se quiere, un juramento, pero con una fórmula equivalente a la que se emplea en un país latinoamericano: “¿Jura usted por Dios o por la creencia o convicción que profesa?” Por lo menos, en esto tan fácil de cumplir, tomemos en serio y cumplamos nuestras propias leyes.

20060805. Organización transgresora.

                        ¿Pertenecería usted a una organización que discriminara a la mujer oficialmente en sus cargos directivos superiores, fuera asimismo homófoba, prohibiera los sindicatos en su empresa, se negara a firmar la declaración de derechos de las Naciones Unidas, no devolviera el exceso de financiación que le adelantara el Estado en previsión de aportaciones de sus miembros, pidiera y obtuviera no rendir cuentas como las demás del dinero público recibido, etcétera, etcétera? Pues todos estamos colaborando con una organización así, muchos ya a la fuerza, porque, al igual que ciertas compañías de móviles, hace casi imposible el que nos demos oficialmente de baja, para seguir cobrando más del Estado.

                          Por si todo ello fuera poco, y como la mejor defensa es el ataque, a los que denunciamos esas múltiples y graves agresiones a nuestro bolsillo y a nuestra libertad de conciencia nos tratan de demagogos y antirreligiosos, sin que gobiernos débiles o cómplices pongan coto a tantos, tan continuos y tan graves abusos de la jerarquía católica. Lo asombroso y noticioso sería que las encuestas no revelaran que es la institución en que menos confían los españoles.

20060817. Grass, Ratzinger y el nazismo.


                      Hablemos claro, porque todavía hay quienes tienen el valor de compararlos falsificando sin pudor los hechos. Tanto Günter Grass como Joseph Ratzinger fueron llamados a filas por el ejército nazi, y no se escondieron ni se negaron como otros, terminando por ser hechos prisioneros de los aliados. Pero el escritor ha confesado libre y espontáneamente este hecho, desconocido hasta ahora, después de haber pasado toda su vida denunciando fuertemente en la culpabilidad del pueblo alemán por el nazismo, y su necesidad de reparar los daños ocasionados, lo que le ha costado enormes disgustos y perjuicios. Por el contrario, Ratzinger, a pesar de que su pertenencia al ejército nazi y su captura por el ejército aliado ha sido siempre conocida, y de que ha vivido siempre profesionalmente de predicar la confesión de los pecados, ni siquiera cuando le hubiera sido más fácil y obvio hacerlo, como en su reciente visita al Campo de exterminio de Auschwitz, ha confesado ni pedido perdón por su debilidad, ni por las muchas de su organización, la Iglesia católica; mucho peor aún: ha intentado, al contrario de Günter Grass, exculpar en lo posible al pueblo alemán, víctima,  se ha atrevido ahora incluso a afirma, de los engaños de cuatro locos nazis y del silencio de Dios.

                       ¿Cuál de los dos ha mostrado ahora –que es cuando más importa, en la cumbre de su respectiva influencia- mayor entereza, con cuál de esos dos ejemplos morales podemos dormir más tranquilos? ¿EL de quien espontánea y libremente confiesa y pide perdón, o el de quien en incluso en el momento más debido y solemne calla su pecado y minimiza el de su organización y su nación? Sin embargo, todavía hay quien, tergiversando radicalmente los hechos, pretende sostener lo contrario, basándose en que el cuerpo del ejército en que escogió pasar su servicio militar obligatorio Günter Grass era más sanguinario, cuando él estuvo mucho menos tiempo –sólo tres meses- en el ejército de Hitler que Ratzinger, ¡y sin disparar ni un tiro! Ojo a quienes, por fanatismo político pseudoreligioso, no dudan en poner en peligro nuestra seguridad, además de traicionar el auténtico mensaje evangélico, como desgraciadamente también hicieron tantos Papas Borgia, tantos Judas –o peores, porque éste se arrepintió- como ha conocido la historia.

20060826. Papa manso.

                                         Ante la proximidad de un probable otoño caliente por parte de la jerarquía eclesiástica, no hay que descuidarse, confiando en la “sorprendente” poca agresividad del Papa en Valencia. Varias razones coyunturales lo explican:

                                        1. Es difícil llegar a mayor crispación que la que ya exhibían los obispos españoles, y no le interesa al clero romper del todo con un Gobierno que les proporciona aún más ingresos que en ningún país europeo.

                                         2. Por primera vez, y en parte debido a esa crispación eclesiástica, la visita papal se enfrentó a una gran y organizada oposición por parte de la sociedad española, máxime en Valencia, y también por el importante y tan atacado en sus derechos grupo gay, cuya manifestación anual, una semana antes de esa visita, rechazó frontalmente su ingerencia.

                                         3. El anterior viaje del Papa y, en particular, sus lamentables excusas ante el papel de la Iglesia y del pueblo alemán ante el nazismo, en Auschwitz, provocaron ya una crítica mundial contra el Vaticano; y el terrible accidente con 42 muertos en Valencia pocos días antes de su visita sólo puede ser considerado hoy como una bendición de Dios por un sádico, mientras que no pocos lo han conectado a la disminución de la debida atención y de recursos para la seguridad ciudadana por las autoridades locales del PP, utilizando dichos recursos para una ostentosa y poco evangélica visita papal.

20060830. Un perfecto Abad de Montserrat.

                             El Abad de Montserrat, en unas amplias declaraciones, critica con gran dureza la paja, e incluso la viga, muy real, por cierto, en ojo ajeno. En este caso, el apoyo radical de la jerarquía eclesiástica “mesetaria” al nacionalismo centralista del PP. Pero no encontraremos ahí ni un atisbo de autocrítica a su propia conducta. Incluso rechaza como “reduccionista” la sugerencia de que los monjes de Montserrat fomenten el nacionalismo el catalán. ¡Como si Montserrat, como el Barça, no fuera mucho más que un monasterio! Y lo dice –hay que ver las fotos de la entrevista- con cara de quien nunca ha roto un plato. Más aún, sabiendo muy bien de donde le vienen las “pelas” (hoy, euros), ni siquiera se le ocurre reconocer que quizá, si no sus propios monjes, al menos parte del clero catalán pueda estar a su vez también demasiado ligado al nacionalismo local, a los políticos de CiU y afines, como denuncia que hacen con el PP los centralistas. Todo él rebosa de satisfacción consigo mismo, con la buena conciencia del perfecto fariseo, que da gracias a Dios de no ser como los demás clérigos.

20060906. Sociedad o Estado cristiano.

                          Sólo como prisionero fue Jesús “de Herodes a Pilatos”. No buscó la amistad del César de turno para imponer por ley su moral ni sus creencias, no quiso hacer una religión de Estado. Sólo la perversión del espíritu evangélico, la imitación de la religión politizada del paganismo romano, permitió la “constantinización” de la Iglesia, hasta el punto que los Papas quisieron coronar y destronar reyes, ser “Rey de Reyes”, doctrina encarnada en su ambiciosa triple corona y en el residual Estado Vaticano.

                         Muchos siglos, muchas revoluciones, mucha sangre derramada en defensa de la libertad de conciencia ha costado el recuperar la democrática convivencia de las distintas ideologías políticas, morales y religiosas. Todavía vivimos quienes tuvimos que sufrir una nueva Cruzada de esos heterodoxos cristianos que reinstauraron sobre montañas de cadáveres un antievangélico Estado católico. Y aún ahora, aprovechando las fiestas en las que su ansia de poder puede disfrazarse mejor de una apariencia inocente, el jefe de los obispos españoles reclama mantener o ampliar incluso los privilegios exclusivos de su grupo sobre el conjunto de la población.

                       En realidad, nadie sueña en una sociedad democrática y pluralista en prohibir a ese grupo cristiano la expresión privada o pública de su fe. Lo que exige la equidad es defender que ese derecho lo sea realmente de todos, sin que nadie pueda, reclamando el conservar los residuos una tradición totalitaria, seguir imponiendo sus signos de identidad en las escuelas públicas, en los tribunales de Justicia, ni en los demás ámbitos del Estado de todos.  Esos malos, ambiciosos, politizados cristianos piden seguir teniendo libertad… para seguir avasallando como antes a los demás. Son, como demuestra una historia tan larga como triste, los peores enemigos de la doctrina evangélica y de una justa convivencia en paz y libertad de todos los hombres de buena voluntad.

20060907. Inocentada de la Cope.

                     Por un momento creí que obispo de Bilbao, Blázquez, quería anticiparse, en una original superinocentada, a la cristianísima fiesta del 28 de diciembre. Pero parece que quería hablar en serio cuando, en una organización tan jerárquica como la suya, afirmó que “la Iglesia no es la COPE”; añadiendo como guinda el que la Iglesia “es muy respetuosa con el ejercicio de la libertad de cada organismo”. Por favor: la fe de los creyentes ya tiene que ser muy grande para creer en tantos misterios bíblicos; no les añada ahora, monseñor Blázquez, la gotita que puede hacer rebosar el vaso.

20060911. Ni asesinos.

      Una niña colombiana de 11 años, violada repetidamente por su padrastro, se ha acogido a la allí vigente despenalización del aborto en casos de violación. Como en otros países, la jerarquía católica, desconociendo que el Evangelio condena al infierno al que insulte a su prójimo, y ordena no juzgarlo, ha excomulgado a cuantos han participado en ello (menos al violador), calificándoles de malhechores y “asesinos”, “porque han segado una vida”. Una campaña parecida ha emprendido en Argentina la Conferencia de Obispos, sobre dos deficientes mentales violadas.

      Por supuesto, el que come o roba un huevo no come o roba una gallina, y bien claro lo tenía hasta el siglo diecinueve la misma Iglesia católica, no menos infalible que ahora, permitiendo el aborto hasta los 30-60 días de la concepción. Lo menos que se le puede pedir hoy al clero es que respete a quienes tienen unas ideas que compartió hasta ayer.

      Si la jerarquía católica, con esa máxima agresividad (in)civil, ahora que ya no puede asesinar de verdad a personas hechas y derechas, como hacía antes –con la ayuda del “brazo secular”, el Estado- con quienes abortaban, podría llegar el momento en que no sólo le abandonen masivamente por sus seguidores, como está ocurriendo ya por ese y otros motivos, hartos de tanta irracionalidad e incomprensión poco caritativa, sino que los falsamente calificados de “asesinos” le respondan calificándoles, con más verosimilitud, a partir de su misma doctrina y confesión,  de “antropófagos”. Sus fieles, en efecto, como los antiguos caníbales, para conseguir las virtudes de su fundador, se dedican a devorar ritualmente la carne y la sangre “real y verdadera, bajo apariencias de pan y vino” del mismo Jesús, conforme a su creencia en la transubstanciación.

      Rechacemos, por caridad o, al menos, por civilización, esos insultos extremistas, y no creamos, ni por tanto califiquemos a nuestros prójimos, por tener otras concepciones, discutibles, como todas, ni de “asesinos”, ni de “antropófagos”. Seamos todos civilizados.

20060919. Paz.

                         No puede dejar de ir cada vez a peor la creciente crisis entre Occidente y Oriente si nuestros dirigentes no hacen ni la más mínima autocrítica. Hace quinientos años que el Papa dio su bendición para que españoles y portugueses se apoderaran del mundo entero, en una, tan antievangélica como las demás, “cruzada mundial”con la excusa de predicar el evangelio, justificando así los las interminables guerras y genocidios de la colonización y, la esclavitud de los indios (encomiendas) y de los negros; procedimiento que emplearon después otros países europeos para apoderarse de Asia y de esa África saqueada y rota que hoy muere hasta en nuestras costas europeas. Por hacer una “cruzada mundial” y ser “el pueblo elegido”, como acaba de repetir, Bush destruye ahora enteros países musulmanes, e intenta hacerlo con otros.

                        Sin embargo, cuando el Papa dice querer predicar la paz sólo pone como ejemplo de mala guerra santa… la de los musulmanes; y por si quedara alguna duda, retrocede –en más de un sentido- seis siglos para dar la razón y repetir con el emperador Bush, digo, el entonces de turno, Miguel Pale…., enqueque Mahoma no ha traído…

¿cabe mayor parcialidad y provocación, mayor daño a la causa de la paz y de todos? Pero, dictador absoluto e infalible, autodenominándose “Santo Padre”, e incluso, por añadidura personal, “Bendito”, sólo amenazado de muerte por otros fanáticos y forzado hasta por sus más incondicionales defensores ha dado por fin unas pobres excusas personales, de boquilla. Se repite a escala aún mayor el escándalo de hace pocos meses, cuando visitó el campo de concentración nazi de Auschwitz, donde, en vez de reconocer sus pecados personales, como soldado de Hitler, y los de su Iglesia, tuvo el valor de querer exculpar a casi todos los alemanes, “víctimas también –se atrevió a decir- y engañados por cuatro locos”.

                       Disfrazándose de un blanco inmaculado, como aquellos personajes evangélicos a los que Jesús denunció como sepulcros blanqueados, Ratzinger es la encarnación misma de la más dogmática buena conciencia, esa “obra maestra del diablo”, en palabras del Cardenal Newman. Uno más de esos guías ciegos contra los que nos advertía el Evangelio, y como no hace tanto lo fuera el Cardenal Spellman al afirmar que la guerra de Vietnam era “una cruzada por la civilización”, este mal pastor, más que el Papa Borgia, nos lleva a todos, creyentes o no, hacia el abismo.

20060919. Las vigas en los ojos.
                         No puede dejar de ir cada vez a peor la creciente crisis entre Occidente y Oriente si nuestros dirigentes no hacen ni la más mínima autocrítica. Hace quinientos años que el Papa dio su bendición para que españoles y portugueses se apoderaran del mundo entero, en una pseudoreligiosa -tan antievangélica como las demás- “cruzada mundial”, con la excusa de predicar el Evangelio, justificando así los las interminables guerras y genocidios de la colonización y, la esclavitud de los indios (encomiendas) y de los negros; procedimiento que emplearon después otros países europeos para apoderarse de Asia y de esa África saqueada y rota que hoy muere hasta en nuestras costas europeas. Por hacer una “cruzada mundial” y ser “el pueblo elegido”, como acaba de repetir, Bush destruye ahora enteros países musulmanes, e intenta hacerlo con otros.

                        Sin embargo, cuando hoy el Papa Ratzinger dice en Alemania querer predicar la paz sólo pone como ejemplo de mala guerra santa… la de los musulmanes; y por si quedara alguna duda, retrocede –en más de un sentido- seis siglos, a una Constantinopla asediada, para dar la razón y repetir con el emperador Bush, digo, el entonces de turno, Manuel II Paleólogo, la maniquea barbaridad de que Mahoma “sólo ha traído de nuevo cosas malvadas e inhumanas”. ¿Cabe mayor parcialidad y provocación, mayor daño a la causa de la paz y de todos? Pero, dictador absoluto e infalible, autodenominándose “Santo Padre”, e incluso, por añadidura personal, “Bendito”, sólo poco a poco después, amenazado de muerte por otros fanáticos y forzado hasta por sus más incondicionales defensores, ha dado por fin unas pobres excusas personales, de boquilla. Se repite a escala aún mayor el escándalo de hace pocos meses, cuando visitó el campo de concentración de Auschwitz, donde, en vez de reconocer sus pecados como Ratzinger, soldado de Hitler, y los de su Iglesia, que tanto colaboró con los nazis, tuvo el valor de querer exculpar a casi todos los alemanes, “víctimas también –se atrevió a decir- y engañados por cuatro locos”.

                       Disfrazándose de un blanco inmaculado, como aquellos personajes evangélicos a los que Jesús tanto denunció como “sepulcros blanqueados”, Ratzinger es la encarnación misma de la más dogmática buena conciencia, esa “obra maestra del diablo”, en palabras del Cardenal Newman. Incapaz de ver la viga también en el propio ojo, siendo uno más de esos guías ciegos contra los que nos advertía el Evangelio, y como no hace tanto lo fuera el Cardenal Spellman, al afirmar que la guerra de Vietnam era “una cruzada por la civilización”, este mal pastor alemán, más que el Papa Borgia, nos lleva a todos, creyentes o no, hacia el abismo.

20060920. Puntería del papa.
                         Unas caricaturas, difundidas por las televisiones árabes y después aquí, muestran al Papa anterior soltando palomas de la paz, que Ratzinger mata después  a escopetazos. ¿Cómo se puede decir eso del Papa?  Claro que ya Juan Pablo II pidió la paz contra la guerra de Irak, para correr después a hacerse la foto de familia con Aznar, y recibir con todos los honores al mismo Bush en el Vaticano. Ahora Benedicto XVI pide solemnemente la paz, criticando fuertemente la guerra santa… pero apuntando sólo a la de los musulmanes, y rematándolo con la cita de que Mahoma sólo inventó  “cosas malvadas e inhumanas”. Vistos los hechos, no se sabe si admirar más su puntería o la de ese crítico.

20060920. Discurso difícil.

                           Confieso que, por respeto a EL PAÍS y a sus lectores, yo no me atrevería a hablar de lo que reconozco que no entiendo, como hace una señora, que encima intenta burlarse de quienes con ligereza –¡qué proyección freudiana! – opinan de algo tan “denso” como el discurso del Papa en Ratisbona. Pero es que “no hay peor sordo que el que no quiere oír”. Aparte de ciertos detalles del contexto, no hace falta ser teólogo como yo para concluir que todo el discurso está dirigido a identificar el cristianismo con la razón, y el Islam con la sinrazón, lo que haría caer a esa religión en el extremo de la ”guerra santa”, perversión de  cuya presencia en el cristianismo el Papa no dice ni pío. Más aún, para remachar el clavo, el Papa cita  el tan famoso como injusto juicio de que Mahoma “no ha traído d e nuevo sino cosas malvadas e inhumanas”. Pero esa señora está dispuesta a no oír sino lo que le interesa, y por eso,  pretende que el Papa se ha excusado, cuando sólo forzado hasta por sus amigos ha lamentado que haya dolido a otros lo que él dijo, sin desdecirse o completar  su discurso, como si ellos fueran tontos que no entienden nada. No contenta aún con eso, esta señora, al condenar los “discursos incendiarios” “que acaban convertidos en bombas” acusa  de pronunciarlos sólo a los de los musulmanes. Necesita una urgente relectura del Evangelio, empezando por aquellos pasajes en que Jesús denuncia a los “sepulcros blanqueados” que dan gracias a Dios “por no ser como los demás hombres, pecadores”.

20060925. Pacifistas contraproducentes.

                       Por intereses ideológicos, por cobardía, o por un contraproducente intento de quitar hierro al asunto, son demasiados los que se empeñan en ocultarnos la gravedad de los hechos y sus consecuencias, que pueden estallar, por ejemplo, con la cercana visita del Papa a Turquía. Porque, contra lo que tantos dicen, el Papa no se ha excusado de su discurso en Ratisbona, sino que, cinco veces ya al escribir esas líneas, ha lamentado que se haya interpretado sus palabras, lo que es exactamente lo contrario de rectificar, es  reafirmar lo que sostuvo entonces: que el Islam emplea la fuerza porque es irracional. Es decir, ha repetido una y otra vez que los musulmanes son, violentos y encima tontos que no le entienden, con lo que no cabe con ellos sino emplear, muy a nuestro pesar y en defensa y seguridad propia, la fuerza. Es reivindicar para el Papa la dirección intelectual de la “cruzada” que Bush está efectuando en nombre propio y de su Iglesia Evangélica.

                        Ante la enorme presión internacional, a la quinta vez, en lo que podría parecer una excusa, y sólo es un paso atrás estratégico  para salvar lo fundamental de su mensaje, el Papa ha dicho con la boca pequeña que no comparte la cita del emperador que presenta las cosas “de una manera que para nosotros es incomprensiblemente brusca”. Más claro, agua: retira la expresión, pero no el fondo de todo el discurso: la inferioridad intelectual del Islam que le lleva sólo a él –pues el cristianismo, por el contrario, es racional- a emplear la violencia. La brutalidad de la cita corresponde a la de todo el discurso. Como su argumentación corresponde a toda la vida y obras de Ratzinger, con una tan exacta como amenazadora coherencia: recordemos que, persuadido como nadie de tener él toda la verdad, no sólo ha roto el diálogo y pluralismo dentro de la Iglesia católica, desde su puesto de Inquisidor mayor, sino también los puentes del ecumenismo con las demás Iglesias cristianas, y toda convivencia real con otras religiones, pronunciándose abiertamente contra la inclusión de Turquía en la Unión europea por ser mayoritariamente islámica. Incluso en lo político, este mismo año, en Auschwitz, no hizo ni la menor autocrítica de los pecados de su Iglesia al cooperar con el nazismo, ni de haber sido soldado nazi, exculpando incluso al pueblo alemán, víctima, dijo, de cuatro locos. Por desgracia, la educación totalitaria recibida, aunque sea en parte a la fuerza, marca a casi todas sus víctimas, que la reproducen después, cuando están en el poder, contra quienes no comulgan plenamente con ellos, como estamos viendo también tan trágicamente en el caso de Israel.

                De este modo, los “pacifistas” que ocultan la peligrosísima agresividad de Ratzinger no hacen sino trasladarla injustamente a la reacción defensiva de los musulmanes (con injustificables excesos), y facilitan las futuras agresiones armadas de Occidente contra ellos.

20060926. Robo y violación legalizados.

                         Si de los impuestos que yo pago, como todos, se me permitiera, por debilidad o complicidad del Gobierno, sacar una cantidad para sostener, con la excusa de que realizan una gran labor social, a los dirigentes de mi partido político, esto obligaría a los demás contribuyentes a pagar más para cubrir la sangría que así hago de los ingresos del Estado, y violaría además su libertad de conciencia ideológica. Pues exactamente lo mismo ocurre con el “impuesto religioso” (¡!), en realidad, clerical, destinado casi todo a pagar a los clérigos. Ahora, mucho peor aún, pues este Gobierno “laico” ha hecho permanente esa sangría anticonstitucional, y aumentado esa sustracción a mano armada estatal del 0,5 al 0,7. No se puede ir más directamente contra la libertad de conciencia, contra la Constitución y contra el bolsillo de los ciudadanos. Y es difícil saber quien es más indigno: si un Gobierno que así traiciona su deber constitucional y busca la complicidad de una Iglesia cada día más insaciable y corrupta, o una Iglesia tan farisaica que predica moralidad mientras se vende por 30 monedas.

20060929. Estafa.

                      “Salimos ganando todos” tiene el valor de decir la jerarquía católica ante el nuevo acuerdo con el Gobierno, que aumenta brutalmente el mal llamado “impuesto religioso”. Por supuesto, no se trata de una multiplicación milagrosa de los panes y de los peces, sino de todo lo contrario. Aquí, los únicos que comen, y mucho más, son todos… los obispos. A sus fieles les dicen por lo bajito que no duden en marcar ese inflado 0,7 “porque no van a pagar más” impuestos que los demás, al revés que en países serios, como Alemania, donde los católicos pagan los mismos impuestos que los demás… y añaden el porcentaje para su clero.

                      Aquí en España, como Dios no quiere contribuir con un milagro a ese engaño y no crea de la nada el monto del 0,7 sustraído, lo debemos hacer entre todos. O sea, que los católicos que ponen esa señal, un tercio de los contribuyentes, sí que pagan: los obispos les mienten hasta a ellos; pero pagan, como corresponde a su proporción en la población, sólo un tercio del dinero desviado, debiendo aportar los otros dos tercios los demás contribuyentes, que no ponemos esa señal pero nos vemos obligados así a pagar a fuerza al clero.

                       Esto es lo que el Código Penal califica de delito de estafa, que la Iglesia “acepta” para que se anime a aceptarlo la minoría de ciudadanos católicos poco conscientes o demasiado “listos” que aún contribuye directamente a ese fraude, y que, como el clero, encima pretende hacerse el ofendido cuando les gritamos al encontrarles metiendo mano a nuestros bolsillos. Pero también contribuyen a perpetuar esa “cadena milagrosa” muchos de esa mayoría de ciudadanos totalmente forzada y estafada, que ignora o prefiere ignorar y no denunciar, por si se enfada su mamá, su santa esposa, su jefe, o quizá vaya a tener mala suerte por ello, aunque ya ni la cuarta parte de los españoles crean en el infierno.

20061001. Clero corrupto.

                       En épocas de más fe, el miedo al infierno y los bienes incautados por la Inquisición a los “herejes” permitieron al clero apoderarse de gran parte de los bienes de España, hasta la desamortización de Mendizábal, que ellos llamaron, -en clara proyección freudiana de lo que ellos habían estado haciendo demasiado bien durante tantos siglos-, “el inmenso latrocinio”. Sin embargo, hoy ya no tienen la Inquisición, y menos de la cuarta parte de los españoles creemos en el infierno. De ahí que tengan que sacar tajada chantajeando al gobierno de turno, incluso con manifestaciones callejeras. Así consiguen incluso aumentar el dinero que aún le “quieren” dar sus fieles de sus impuestos, pero que,  como no aflojan en realidad ahí ni un euro, seguimos pagando entre todos.

                      Yo no veo sino dos soluciones a  esta tan antievangélica y anticonstitucional como oficial y legalizada corrupción del clero: la natural o la milagrosa. La natural sería que bajara un ángel del cielo y fulminara a esos pecadores. La milagrosa, que se arrepintieran y devolviera al menos parte de lo que nos están sisando.

20061003. Toros y clero.

Yo me pregunto si hay algún cristiano tan sacrílego como para imaginarse a Jesús pegando a un perro, despeñando una cabra o martirizando a un toro. Sin embargo, aunque  un Papa infalible excomulgó a quienes asistieran a esos espectáculos tan anticristianos, de extrema crueldad, como son los toros, hubo otro no menos Papa que no sólo lo permitió, sino que lo  bendijo, y hoy tenemos en España más de cuatrocientas capillas en plazas de toros, con sus correspondientes y bien pagados capellanes, e incluso se hacen corridas de toros para construir Iglesias y otros fines no menos sacrílegamente calificados de evangélicos. Su dios es el dinero, y en vano, como hace poco, han peregrinado personas de bien de toda España para manifestarse ante la Conferencia Episcopal contra esa antigua barbarie. Poderoso caballero es Don Dinero, que diría Quevedo.

20061009. Fotos reveladoras.
                        Hay detalles cuya cercanía hace más reveladores que largos y abstrusos discursos o maquiavélicos actos de efectos lejanos. En la galería de fotos oficial del Vaticano sobre la visita del Papa a Valencia aparecen, en sus 118 imágenes, Rajoy, Camps y hasta la fallera mayor; pero no el presidente Zapatero, que se desplazó de Madrid a Valencia para verle, le fue a recibir al aeropuerto por la mañana, y tuvo después una entrevista con él por la tarde.

                        El Papa aparece así bien retratado como cada día más parcial, valedor incondicional de una secta política cada día más extremista, prestándose el Vicario de Cristo a dictarnos incluso como se debe hacer el Plan Hidrológico o relacionarse las Autonomías; profanando el mensaje evangélico, entregado a una facción política  que la gran mayoría de los españoles ni quiere ni ha votado jamás, con un servilismo que le hace conculcar, como aquí, no digo ya la caridad cristiana, sino la más elemental cortesía y educación. En su toma de partido, interpreta todo intento de convivencia y diálogo por parte del Gobierno que nos hemos dado los españoles como una muestra de temor, aumentado sus pretensiones de dictar por ley obligatoria nuestras normas de conducta –como durante el franquismo- y de seguir viviendo como hasta ahora parasitariamente a costa de todos. La justicia y la democracia nos obligan a denunciar ese clericalismo que viola nuestra libertad y nuestro bolsillo.

20061018. Robo sacrílego a todos.

                            ¡Buena la han hecho los obispos! Su codicia les ha impulsado a mover a muchos millones de sus fieles a pecar ahora mucho más, y más gravemente. Porque la doctrina cristiana dice que sacar a la fuerza dinero a otros, aunque sea con ayuda del Estado, es robar (el séptimo, pero no menos importante mandamiento). Y que el montante de esos robos se acumula moralmente, pasando de ser veniales a mortales. Al aumentar de 0,5 al 0,7 lo que han exigido en el IRPF agravan y hacen antes mortales los robos que invitan a sus fieles a realizar a los demás contribuyentes, ya que los creyentes que dicen que se entregue el 0,7 al clero no dan ni un céntimo más para ello, por lo que ese 0,7 está de hecho pagado por todos, incluidos a la fuerza los más de dos tercios que no quieren pagarlo. Eso es un robo bajo sacrílego manto de religión, y lo duro no es denunciarlo y protestar de que nos lo saquen a la fuerza de nuestro bolsillo los que no queremos, sino que sea así. Y el que encima tenga el descaro de protestar porque no me calle por su expolio, que me denuncie en los tribunales.

                             Ese pésimo ejemplo ha hecho escuela, en perjuicio de todos. Pero a ese mayor robo se junta ahora el mayor pecado cualitativo que es para un católico contribuir al auge de “falsas religiones”, como para él son el judaísmo, el islamismo o los evangélicos, que ahora también han caído en la desvergüenza de aprovecharse de ese truco y pedir a sus fieles que marquen el 0,7 y nos roben también así a los demás, con los que hasta los mismos católicos (falsos) contribuyentes a su Iglesia se verán ahora obligados a sufragar otros grupos religiosos con dirigentes no menos deshonestos. Con esos “ejemplares” religiosos no es de extrañar que cada día abunde más el número de laicos, agnósticos y ateos.

20061029. Religiones agresivas.

                          No puedo menos que estar de acuerdo con el señor Almirall cuando afirma en la prensa que no se puede admitir una interpretación de la religión que “llama mártires a sus asesinos, que condena a muerte a sus disidentes, que declara la guerra al resto de credos y que comete actos de terrorismo contra ciudadanos indefensos”. Pero me quedo estupefacto cuando veo que se refiere sólo al Islam. Porque mucho más cerca hemos visto, bajo capa de religión, calificar de mártires del Evangelio a quienes han ido con ejércitos a conquistar América o los Santos Lugares en múltiples Cruzadas (y dentro de España algunos todavía hemos vivido una Cruzada con centenares de miles de muertos bendecida por los obispos); también se han matado innumerables disidentes durante siglos con la Inquisición y caza de brujas, y se ha declarado  mil y una vez la guerra a los infieles, y este mismo año hemos sido testigos de que un terrorista católico ha puesto una bomba en un teatro de Madrid, con doscientas personas que estaban presenciando una sesión anterior a la que se iba a criticar al clero, sin que éste haya pronunciado ni una palabra de rechazo a ese salvaje terrorismo.

Cierto que hay interpretaciones más aceptables y humanas del cristianismo, como la de san Francisco de Asís o la del papa Juan XXIII, como el Islam ha sido en diversos lugares y siglos foco de cultura y convivencia. Y resulta muy farisaico echarle las culpas de todos esos males sólo al Islam, cuando Europa ha invadido a sangre y fuego el mundo entero en los últimos siglos y, en cien años, Estados Unidos ha intervenido cien veces militarmente en otros países, sin contar las dos guerras mundiales, provocadas también por los europeos “cristianos”.

20061102. Escándalos clericales.

Me parece muy bien que el Papa diga que hay que ponerse de parte de las víctimas de la pederastia de los sacerdotes; demasiado le ha costado ya a la Iglesia, y no sólo en términos económicos, los tradicionales intentos del Vaticano por tapar como fuera esos escándalos.

Pero en ese tema, como en el de la homosexualidad con adultos, hay que ir a la raíz del problema y solucionarlo. “Aunque eches a la naturaleza con un tridente volverá al galope” decía ya el autor clásico. Y la historia prueba que Dios no ayuda a tantos que le tientan a que haga milagros con esas penitencias antinaturales e innecesarias, imposibles de hecho para casi todos los que no tengan un natural frígido o compensado por otra tendencia extrema. El matrimonio –no obligatorio- del clero es la vía natural para eliminar tan frecuentes escándalos, y para darle un equilibrio y experiencia que le permita conocer, sentir y orientar mejor la vida sexual y familiar de sus fieles.

20061116. Delitos sexuales del clero.

                         En todas partes hay ovejas negras. Por ello, en principio, no tendría especial relevancia social la noticia de que un cura de Madrid que ha sido condenado a dos años de cárcel por abusar de un menor, aunque al delito en sí se añada aquí su carácter continuado durante años, y el aprovecharse de la confianza de su familia. Pero resultan especialmente graves dos circunstancias que facilitan el que otros clérigos cometan el mismo o parecidos delitos, lo que hay que denunciar bien alto y claro para prevenirlos.

                         Una de ellas es de carácter local, madrileño. Contraviniendo incluso a las recientes normativas del Vaticano, que por vez primera ordenan lo que debería ser obvio, ponerse de parte de las víctimas, el Arzobispado de Madrid estudia recurrir la sentencia que le señala como responsable civil secundario en caso de que este cura condenado no indemnice como debe a su víctima. Apenas cabe pensar en una conducta más sórdida y repugnante, además de contraproducente, puesto que esa actitud llevará sin duda, en un régimen de libertad de información, a que los fieles ilustrados se alejen de esa antievangélica jerarquía eclesiástica y ésta pierda sus donativos.

                         La otra circunstancia que facilita la comisión de estos delitos sexuales y muchos otros es la prohibición del matrimonio a los clérigos, tan antinatural y antievangélica, e incluso antipaulina, que recomienda, pero no exige el celibato, pidiendo modestamente sólo que los obispos sean “hombres de una sola mujer”. “Quien quiere hacer el ángel, hacer el bestia”, nos advertía Pascal. Mientras siga vigente esa prohibición –o, como ahora, sólo se discuta en vacío sobre ella- seguirán existiendo esa y otras muchas desviaciones sexuales en los clérigos, que “enseñando a nadar sin saber”, continuarán inculcando a sus seguidores una visión negativa de la sexualidad, con su interminable secuela de infelicidad y delincuencia al respecto.

20061116. El PP, contra el impuesto antirreligioso.

                                       Por una vez, estoy plenamente de acuerdo con el PP. Aunque parece que lo que hizo ha sido sólo un claro ejemplo más de su actual política de oponerse ciegamente a cualquier cosa que proponga el Gobierno, aunque la juzgue útil para España. Así el PP ha rechazado, en la votación de los Presupuesto del Estado, el aumentar la asignación de la Iglesia católica hasta el 0,7 por ciento. Decisión que es la única objetivamente decente, esa suya de negarse a aumentar el dinero que, como los que lo señalan en su declaración de la renta no dan ni un céntimo más, tenemos que pagar a la fuerza entre todos al clero. Impuesto realmente antirreligioso que, a pesar de que se nos quiera vender como una aportación voluntaria, los ciudadanos –tanto laicos como católicos honrados-, alertados del contenido real de ese “impuesto revolucionario” y violación de conciencia por la prensa libre, se niegan cada vez más a ser cómplices, ya que constituye lo que técnicamente no puede calificarse sino como una estafa legal.

20061117. Cuando riñen las comadres…

                         Algunos ingenuos creyeron encontrarse ante un espíritu evangélico cuando, hace pocos meses, el Abad de Montserrat denunció la anticristiana identificación de algunos obispos “mesetarios” con los políticos del PP, pues Jesús dijo que su reino no era de este mundo, que había que dar al Cesar lo que es del César, y nunca se metió a definir los límites de Palestina. Pero después hemos visto a ese celeste angelito montserratino apoyando una y otra vez, en largas entrevistas televisivas, a los nacionalistas… catalanes, incluido el Carod-Rovira del tan republicano ERC. Tenía razón ese Abad al criticar a otras figuras eclesiásticas: sólo le faltó aplicarse el cuento. “Cuando riñen las comadres, se saben las verdades”.

20061118. Epidemia psíquica.
                       ”Aunque expulses a la Naturaleza con una lanza, volverá al galope”, nos advertía ya Horacio. El Vaticano haría bien en respetar más esa ley natural a la que con tanta frecuencia recurre cuando nos quiere imponer manías suyas tan extrañas y dañinas -como su prohibición del preservativo- también en su recién renovada prohibición del celibato eclesiástico para su clero en Occidente (¡es como para emigrar!). Con ello no consigue apartar a ese clero del sexo, excepto en raros casos de extrema frigidez y similares, sino que le impide tener una visión sana, equilibrada y experimentada de su sensualidad y de la vida familiar, epidemia psíquica que esos sacerdotes y religiosos en general transmiten –guías ciegos- a sus seguidores, y éstos intentan imponernos a todos. ¡Qué cruz!

20061124. Santa alarma económica.

                        ”Barcelona es bona, si la borsa sona”. Por eso ahora suena la santa alarma del clérigo delegado de economía de la diócesis de Barcelona, que ha visto caer radicalmente sus ingresos. Descubriendo América, achaca esa pérdida a las tan agresivas campañas de la emisora de los obispos, la COPE, cuando ya hace tiempo que asociaciones de cristianos de base están movilizándose para que los católicos no entreguen a la jerarquía eclesiástica, en donativos o declaración de la renta, un dinero que puede servir para financiar esa emisora tan politizada y tan poco caritativa, tan anticristiana.

20061120. Analfabetos o anticristianos.

                 ¡Que mala sombra! Las Sagradas Escrituras dicen, negro sobre blanco, que se conocerán a los discípulos de Jesús por su amor al prójimo, por darle al otro más de lo que le pida, y por no acudir contra él a los tribunales. Pero durante años y años los dirigentes católicos han recurrido sin razones, de juzgado en juzgado, hasta el mismísimo Tribunal Constitucional, buscando en vano su complicidad para con su abusiva construcción ilegal de una iglesia que da sombra, quita la vista y la ventilación a un edificio de prójimo próximos. Esos jerarcas de la Iglesia, o no saben leer, o son falsos cristianos. En todo caso, como dicen los andaluces, unos “mala sombra”.

P.D. La Justicia laica obligó a esos clérigos abusones a respetar a sus vecinos.

20061127. Visita conflictiva.

                       Los hechos y las palabras hay que juzgarlos en su contexto, y por su misma repetición. La línea seguida por el Papa no puede ser más firme y directa. Identificado siempre con la corriente de mayor apego a la literalidad de sus dogmas, al “fuera de la Iglesia no hay salvación”, ha combatido el ecumenismo entre los cristianos, y el contacto entre las religiones. Ya desde su época de Cardenal se opuso a la entrada de Turquía en una Europa “suya”, cristiana; pocos meses antes de visitarla, hizo un largo y denso discurso en Ratisbona describiendo al cristianismo como sinónimo de racionalidad y de paz, contraponiéndolo a un Islam todo irracionalidad y guerra, lo que provocó un tan fuerte como lógico rechazo entre los musulmanes, discurso del que no se desdijo, lamentando sólo que no les gustara, es decir, que no lo aceptaran(¡!). Precisamente ese discurso tenía como lógico resumen una cita insultante del emperador cristiano contra el Islam, cuando éste se iba a apoderar de Constantinopla, que se convertiría en Estambul, capital de Turquía. Ese es hoy el país que va a visitar el Papa, a pesar de la oposición del noventa (90) por ciento de sus habitantes, según las encuestas, ciudadanos que se han manifestado por docenas de millares contra su llegada, considerándola ahora como una enorme provocación personal por todos estos precedentes, y por ser representante espiritual de los nuevos “cruzados” que matan por millares y centenares de millares a musulmanes en Palestina, Afganistán e Irak. ¿Qué se puede esperar sensatamente de bueno de esa visita tan indeseada, tan irrespetuosa respecto a los sentimientos del pueblo turco, como humanamente imprudente, para no hablar de la caridad cristiana auténtica que debiera orientar la política vaticana?

20061128. Maquiavélico plan ideológico.

                       Un Jefe de Estado europeo se ha opuesto públicamente al ingreso de Turquía en la Unión europea, en beneficio de la influencia de la ideología que representa, y que está poco difundida allí. Recién alcanzado el mando, pone en práctica un maquiavélico plan para reforzar su política. Anuncia un viaje para fomentar la concordia y paz con ese país; pero primero lanza un discurso destinado a denunciar la ideología predominante en Turquía como irracional y agresiva; y presenta, personalmente y por sus acólitos, las indignadas reacciones a su provocación como prueba del carácter incivilizado de los turcos, que “lamenta”, no los refinados insultos que primero él les dedicó. Con ese abono, y pasando de los dichos a los hechos, no duda en aterrizar en Turquía, seguro que el rechazo que él reciba le servirá para consolidar su política de interesado rechazo a Turquía en la Unión Europea.

                     Esta conducta maquiavélica, que suscitaría el rechazo indignado de todas las personas honestas en cualquier otro político, es ignorada e incluso defendida por no pocas de las que se consideran como tales cuando ese jefe de Estado de llama Ratzinger, y su ideología es pretendidamente la cristiana, a pesar de que Jesús dijo que se reconocería a sus discípulos por su mayor amor al prójimo. ¿Es que el fin justifica los medios, y la religión exige todavía sacrificios humanos? 

20061129. Una Iglesia con mala sombra.

                          ¡Que mala sombra! Las Sagradas Escrituras dicen, negro sobre blanco, que se conocerán a los discípulos de Jesús por su amor al prójimo, por darle al otro más de lo que le pida, y por no acudir contra él a los tribunales. Pero durante años y años la jerarquía católica ha recurrido sin razones, de juzgado en juzgado, hasta el mismísimo Tribunal Constitucional, buscando en vano su complicidad para con su abusiva construcción ilegal de una iglesia literal, físicamente oscurantista, cegadora y opresora, es decir, que ensombrece, quita la vista y no deja ni respirar, impidiéndose su debida ventilación, a los residentes de un  edificio de vecinos, que ni siendo hasta demasiado cercanos son considerados como sus prójimos por esos “edificantes” dirigentes religiosos.

                         Tales jerarcas de la Iglesia, por mucho que hablen de las Sagradas Escrituras, no las saben leer, o las conculcan de modo permanente y oficial; es decir, en todo caso, son malos cristianos. Con razón el Tribunal Constitucional ha dictaminado que, sin poder presentar ya más excusas -por cuya patente falsía han sido ya multados por otro tribunal anterior, esos malos religiosos deben derribar en un mes esa ilegal construcción, esa iglesia con tan mala sombra.

20061130. Fiestas asumibles.

                         Tan caritativos, no han denunciado que en España hemos convertido las celebraciones religiosas cristianas de Navidad y Reyes en unas fiestas super consumistas, gastando mucho más en ellas que el resto de Europa, mientras tenemos aquí aún ocho (8) millones de pobres. Tan piadosos, no han salido a la calle a protestar de que tantos millones de prójimos mueran en el Sur de hambre, mientras que la gran preocupación aquí estos días son los kilos que vamos a engordar. Tan preocupados por la vida, no se les ha oído ni mencionar el destrozo insostenible, incluso de la vida vegetal y animal, que esos días se acrecienta y resplandece hasta en la iluminación eléctrica “navideña”, este año presente un 30% más, desde un mes antes, en Madrid.

                          No. Lo que les preocupa a esos fariseos es el poder, mantener y acrecentar su poder. Y, como en tiempos de Franco, quieren que todos, TODOS, tengamos que pasar por el aro de sus creencias y mandamientos. Y que incluso en los colegios públicos los alumnos tengan que cantar sus villancicos y participar en otros ritos confesionales. Y arman un escándalo farisaico nacional cuando en alguno de ellos, como el C.E.I.P. Hilarión Gimeno de Zaragoza, se intenta cumplir con lo que manda la Constitución, respetando las creencias de TODOS los alumnos, invitando desde sus púlpitos mediáticos a lapidar por infractores a quienes cumplen con lo que debería ser la norma.

                         Por supuesto, la culpa no es sólo de esos interesados fariseos ni de sus seguidores más fanáticos. También, en gran medida, lo es de un Gobierno que, en lugar de facilitar, conforme a su deber, el cumplimiento de nuestras leyes más fundamentales, y tomar la iniciativa, organizando celebraciones asumibles por todos, se muestra “sorprendido” de que alguien lo haga.

20061201. Devotos macrotrapicheos.
                          La técnica es muy vieja, precisamente por su eficacia para quien la usa con astucia. Si es un negociante hábil, nos pedirá de entrada mucho más por su mercancía, de modo que al final le quedaremos agradecidos por sus generosas rebajas, a pesar de que le paguemos, en definitiva, bastante más del valor normal del producto. Si es un negociador, pondrá condiciones imposibles, para conseguir al final un pacto mucho más favorable para él de lo que cabría esperar.

                         Así el Papa Ratzinger viajó a Valencia habiendo preparado cuidadosamente el terreno, cuando el límite de exigencias, hasta en la calle, de sus representantes jerárquicos, los obispos, había llegado a un grado de crispación sin precedente, con lo que él, pidiendo menos, como moderado y pacificador. Ahora, después de haber contribuido -incluso personalmente, en Ratisbona- a hacer casi insoportable la tensión con otro país, incluida también una enorme manifestación en la calle, el Papa triunfa de nuevo en su visita a Turquía, alabándole todos, para no parecer ir de mala fe, como un ángel de paz y concordia. ¿Cómo no recordar aquí el famoso dicho, tan ligado hoy también a la política vaticana: “El matrimonio ayuda a resolver algunos de los problemas que él mismo crea”? ¿Cuándo madurarán la sociedad y sus dirigentes el mínimo necesario para evitar caer en estos devotos macro trapicheos?

20061203. Dos varas de medir.

                               Experimenté una gran alegría. Ya nuestro Pío Baroja había dicho, sobre la nueva religión laica, que “el nacionalismo se cura viajando”; como el absolutismo, el dogmatismo y cualquier “ismo”, que sólo puede sobrevivir con la censura, la cerrazón de fronteras físicas o intelectuales. Por eso me pareció verosímil que, después de viajar, el Papa se hubiera decidido a dar un notable golpe de timón a la nave de san Pedro, cuando proclamó en Turquía que la Iglesia “no quiere imponer nada a nadie” y sólo pretende “poder vivir libremente para revelar a Jesús”.

                              En mi primitiva alegría sólo hubo una sombra: que a esa declaración no siguieran de inmediato, como un disciplinado eco, según la costumbre, las adhesiones inquebrantables de nuestros obispos, que todavía se empeñan en imponernos por ley –es decir, a la fuerza y a todos- su modo de regular la natalidad, el matrimonio, la educación, el modo de Estado y hasta, hasta el Plan Hidrológico. Y según van pasando las horas en un inquietante silencio, ya no entiendo ni papa. Empiezo a sospechar lo peor: que esas declaraciones papales son sólo válidas ese país Turquía, donde los católicos son menos del dos por mil turcos. Y que siga en otras partes vigente el clásico sistema de dos varas de medir, descaradamente expuesto en el Parlamento por el político católico Veuillot: “Pedimos libertad es nombre de vuestros principios, para negárosla después en nombre de los nuestros”, cuando tengamos la fuerza suficiente. ¡Dios nos libre!

20061203. Vergonzoso proceso. 

                                Es triste que tenga que ser buena noticia lo que debiera de siempre haber sido normal: que los profesores de religión pagados por el Estado no pueden ser expulsados de sus cargos por defender sus más elementales derechos humanos, como el de sindicación. Yo me pregunto como es posible que a los señores obispos no se les caiga la cara de vergüenza al pretender representar a Jesús, que pone explícita y repetidamente como primordial el amor al prójimo, cuando el Gobierno tiene que imponerles así un mínimo de justicia decencia al tratar a sus empleados.

20061212. Benditos dictadores.

                        Los pueblos que olvidan su historia se ven obligados a repetirla dolorosamente. Acaba de morir el dictador Pinochet. Hasta los Estados Unidos han pedido perdón por haberle apoyado. Pero tengo ante mis ojos la foto de Pinochet recibiendo la comunión de manos del Papa, quien entonces incluso tuvo el valor de defender la dictadura pinochetista, “como la romana”, con clara falsificación de la historia, pues el dictador romano era elegido, y sólo para y durante una guerra. Juan Pablo II seguía la línea de muchos Papas, que habían condenado duramente la democracia como funesto “error moderno”; Pío XII favoreció al nazismo, e incluso Pío XI bendijo los cañones fascistas, recibiendo en pago de Mussolini un Concordato que les ha permitido hasta ahora a los Papa disfrutar de su increíble “Estado Vaticano”. En España, llevando bajo palio y dándole la máxima condecoración vaticana, la Orden de Cristo, al dictador Franco, el Vaticano consiguió un Concordato que, prácticamente intacto, sigue siendo uno de los principales obstáculos para nuestra democracia, y sus obispos han rechazado repetidamente los intentos de los católicos más decentes para que pidiera perdón por su apoyo irrestricto a la dictadura.

20061214. Chantaje o respeto.

Siguen empleando parecidos “argumentos”: antes inculcaban el temor de perder la paga del “18 de julio”, fecha del golpe de Estado franquista, en su desesperado intento de seguir manteniendo el antiguo régimen dictatorial. Ahora tienen el valor de chantajearnos con el que vamos a perder la paga de fin de año, las fiestas, y hasta el sorteo de lotería y los juguetes de los niños si un colegio público de Zaragoza no sigue con la celebración confesional –y, por tanto, en ese lugar, inconstitucional- de la Navidad católica; participando en esas burdas presiones para mantener el nacionalcatolicismo más rancio incluso algunos obispos. Pero esos nostálgicos de la dictadura ya no tienen detrás las pistolas falangistas, ni la policía franquista, ni la censura de un Fraga ministro de Información, por más que sigan con sus procedimientos, cuando pueden, algunos de los miembros del partido que él ha fundado, cómo él sigue alabando a Pinochet y a Franco.

La España democrática respeta tanto el cristianismo de verdad, el que respeta todas las creencias, como a todas las demás ideologías democráticas, y acepta y fomenta su expresión en sus lugares y momentos adecuados, sin admitir imposición de ninguna de ellas. Y la libertad de expresión permite a los españoles discernir lo que es respeto y lo que es chantaje, imposición, atropello a quienes no piensan lo mismo.

20061223. Derecho a todos.
                          Como las basílicas cristianas se construyeron sobre los recién arrasados templos paganos, la fiesta del nacimiento de Jesús se impuso sobre la que, en Roma como en todo el hemisferio norte, celebraba el renacimiento del dios solar, fuente de toda vida.

                           En esta sociedad tan pluralista, tan secularizada, el intentar seguir imponiendo de modo exclusivo a todos, como hacen algunos talibanes azuzados por sus clérigos, el “Feliz Navidad”, sería sólo ridículo si no tuviera tan siniestros como cercanos antecedentes de violación de conciencias, constituyendo hoy una grave falta de respeto por parte de quienes, atropellando la conciencia de muchos, pretenden hipócritamente convencernos que desean a todos paz y bien. Y como ahora ya no pueden emplear otras armas, esos fanáticos no dudan en usar argumentos terroristas, como si quienes no aceptamos su exclusivismo dogmático fuéramos a robar a los demás el descanso, la fiesta, la paga extraordinaria y hasta los juguetes de los niños, proyectando freudianamente en nosotros su “religiosa” agresividad.                        

                          Todos tenemos derecho a celebrar estas fiestas de renacimiento del sol y la vida:  chinos, hindúes, musulmanes, cristianos o laicos nos sentimos profundamente unidos por esta máxima fiesta realmente global, planetaria, de renacimiento del sol, de la luz, del calor, de la vida. Es la fiesta de la paz y fraternidad entre todos los hombres de buena voluntad de verdad. Por eso mismo hemos de desenmascarar a quienes pretenden secuestrar es entrañable fiesta, queriendo monopolizarla en beneficio de su grupo. Y el colmo es que tengan el valor de emprender esa nueva cruzada invocando el nombre de Jesús, quien dijo que sus discípulos se distinguirían por su especial, real, amor al prójimo; son los nuevos fariseos, que de nuevo quieren crucificarlo y crucificarnos. Tengamos y exijamos un respeto verdadero a todos. Aparte de muy respetables celebraciones de distintas creencias, que cada cual debe reservar a los de su grupo, dirijámonos a los demás deseándoles “Felices Fiestas”, sin apellidos confesionales; o, como sugiere un diplomático inglés, “feliz solsticio”. Tengamos la fiesta en paz.

20061224. Inocentada de la COPE.

                     Por un momento creí que el ilustre presidente de los obispos quería anticiparse, en una original superinocentada, a la cristianísima fiesta del 28 de diciembre. Pero parece que quería hablar en serio cuando, en una organización tan jerárquica como la suya, afirmó que “la Iglesia no es la COPE”; añadiendo como guinda el que la Iglesia “es muy respetuosa con el ejercicio de la libertad de cada organismo”. Por favor: la fe de los creyentes ya tiene que ser muy grande para creer en tantos misterios bíblicos; no les añada ahora, monseñor Blázquez, la gotita  que puede hacer rebosar el vaso.

20061224. Derecho de todos a las fiestas.
                          Como las basílicas cristianas se construyeron sobre los recién arrasados templos paganos, la fiesta del nacimiento de Jesús se impuso sobre la que, en Roma como en todo el hemisferio norte, celebraba el renacimiento del dios solar, fuente de toda vida. Hoy, en un mundo globalizado, vivimos en una España que ya no es la de Franco, que intentó reimplantar uncristianismo politizado como “instrumento del reino”, en donde los Reyes Católicos manipulaban una Inquisición que enviaba a la hoguera al hereje. Aparte de los millones de inmigrantes y turistas, la mayoría de nuestros jóvenes ya se declaran no católicos, menos de un cuarto de los españoles creen en dogmas como el infierno, y sólo un sexto cumple con la obligatoria misa dominical.

                           En esta sociedad tan pluralista, tan secularizada, el intentar seguir imponiendo de modo exclusivo a todos, como hacen algunos talibanes azuzados por sus clérigos, el “Feliz Navidad”, sería sólo ridículo si no tuviera tan siniestros como cercanos antecedentes de violación de conciencias, constituyendo hoy una grave falta de respeto por parte de quienes, atropellando la conciencia de muchos, pretenden hipócritamente convencernos que desean a todos paz y bien. Y como ahora ya no pueden emplear otras armas, esos fanáticos no dudan en usar argumentos terroristas, como si quienes no aceptamos su exclusivismo dogmático fuéramos a robar a los demás el descanso, la fiesta, la paga extraordinaria y hasta los juguetes de los niños, proyectando freudianamente en nosotros su “religiosa” agresividad.                        

                          Todos tenemos derecho a celebrar estas fiestas de renacimiento del sol y la vida:  chinos, hindúes, musulmanes, cristianos o laicos nos sentimos profundamente unidos por esta máxima fiesta realmente global, planetaria, de renacimiento del sol, de la luz, del calor, de la vida. Es la fiesta de la paz y fraternidad entre todos los hombres de buena voluntad de verdad. Por eso mismo hemos de desenmascarar a quienes pretenden secuestrar es entrañable fiesta, queriendo monopolizarla en beneficio de su grupo. Y el colmo es que tengan el valor de emprender esa nueva cruzada invocando el nombre de Jesús, quien dijo que sus discípulos se distinguirían por su especial, real, amor al prójimo; son los nuevos fariseos, que de nuevo quieren crucificarlo y crucificarnos. Tengamos y exijamos un respeto verdadero a todos. Aparte de muy respetables celebraciones de distintas creencias, que cada cual debe reservar a los de su grupo, dirijámonos a los demás deseándoles “Felices Fiestas”, sin apellidos confesionales; o, como sugiere un diplomático inglés, “feliz solsticio”. Tengamos la fiesta en paz.