19980107. Crueles como su idea de Dios.
En épocas difíciles es un problema creer en una divinidad que sea, a la vez, bondadosa y omnipotente. Así, ante genocidios como los de Ruanda, dudan que exista tal divinidad hasta el 40% de los encuestados en Francia. Y lo mismo ocurre ante la magnitud, multiplicidad, frialdad y refinados tormentos de tantos asesinatos masivos en Argelia, observa A. Gluckmann.
Mayor desconfianza aún inspiran esos fariseos que reclaman estar hechos «a imagen y semejanza» de Dios, e incluso ser sus representantes, pero que se dedican más, según denuncia también Gluckmann, a luchar contra los preservativos que a intentar detener esas matanzas. Si acaso, representarían a la divinidad tribal personificada por Yahvé, que mandaba matar a todos, incluidos mujeres y niños, con un feroz fanatismo que imitan demasiado bien muchos judíos en Israel, tantos cristianos de distinto signo de ayer y de hoy, como están haciendo los musulmanes integristas de tantos países.
19980615. Los jerarcas católicos y los pobres.
Un universitario que tuvo la ingenuidad de pedir, en una librería marxista, libros de economía, se vio rechazado con indignación:»-Pero, señor: ¡esta es una librería marxista!». Recordé ese ejemplo de «perversión del espíritu primitivo» al ver lo que les pasó a los miembros de la Plataforma 0,7%. Como Jesús dijo que quien daba de comer al hambriento, acogía al peregrino, etc., se lo hacía a Él, tuvieron la ingenuidad de acogerse a sagrado, en pacífica protesta porque las autoridades no cumplen sus promesas respecto al 0,7, ocupando una pequeña parte lateral exterior de la catedral de la Almudena. Pero el obispo de Madrid, que iba a recibir ahí con todos los honores a esas autoridades tan poco cristianas para festejar el «Corpus Christi», les ha hecho desalojar por la policía.
Nada más lógico ni coherente con la conducta real y actual de esos jerarcas eclesiásticos, que reciben cientos de millones ilegalmente -contra nuestra Constitución- de esas autoridades para adornar esa catedral, pretendiendo incluso un enorme parking eclesiástico; sin contar los muchos más millones que, para salarios de ese mismo clero, debemos pagar entre todos en una aún más gigantesca e ilegal extorsión, en la declaración de la renta, donde lo único voluntario es poner una cruz, pero sin poner un céntimo, con lo que indirectamente seguimos pagando entre todos a ese clero tan anticristiano y entregado al gobierno de turno. ¡Qué falta haría que Jesús volviera a echar a tantos fariseos y mercaderes que profanan su templo!
19980907. Aquelarre contraproducente.
Vimos por televisión cómo el diablo, al terminar el Aquelarre de Cervera, anunció que iba a poner una página de Internet para responder a quienes se oponían a su celebración «por ser contrario a la ciencia y al espíritu racional y técnico que marca la cultura occidental».
Algunos se asombran de que los treinta intelectuales que firmaron esa crítica fueran sacerdotes católicos. En realidad, nada más natural. Los historiadores recuerdan que los demonios son los dioses de los vencidos, cuyas religiones son calificadas por los vencedores de «sectas»; y sus ritos, de «supersticiones». Los economistas, porque el peor concurrente y enemigo es el de tu oficio. Los filósofos, que la Iglesia romana adoptó con santo Tomás el racionalismo de Aristóteles, rechazando la versión más mística de san Agustín y Platón.
El catolicismo romano tiene, pues, una cierta razón en considerarse más moderno y racional, y esos intelectuales podían haber recordado que Cervera ya fue sede de aquella universidad oscurantista que recibió a Fernando VII con el famoso: «Lejos de nosotros, Señor, la peligrosa manía de pensar». Pero resulta poco prudente meterse por eso vía… Porque si «el espíritu racional y técnico que marca la cultura occidental» no ha perdonado, ni retocadas, a ideologías mucho más recientes, como el marxismo, no es difícil calcular -ni hace falta, pues lo vemos ante nosotros- lo que puede quedar de hecho de ideologías milenarias como la católico-romana. Algunos piensan que la mejor defensa es el ataque; pero quien tiene tejado de vidrio no debería lanzar piedras contra el de su vecino.
19980920. La Cruzada católica contra el aborto.
En épocas de corrupción la política deja de ser la justa (equitativa y limitada) administración de las cosas públicas para multiplicar su intervención abusiva en muchos campos. En modo parecido, en épocas de corrupción y decadencia religiosa, los jefes religiosos multiplican abusivamente sus intervenciones desviadas en otros campos para mantener o adquirir más poder.
El ejemplo hoy más relevante de ese abuso (ir)religioso es cruzada integrista emprendida hace unos lustros por la que ya se conoce en algunas partes como «Iglesia del aborto», la jerarquía católica dirigida desde el Vaticano. Algo asombroso para quien utilice algo su razón y no solo una fe cegadora, puesto que 1) Casi siempre, diecinueve de sus veinte siglos de existencia, esa jerarquía admitió hasta las 40-80 semanas ese aborto que hoy califica siempre de «horrendo crimen». 2) Que esa «defensa de la vida» del feto es tragicómicamente incongruente con su menosprecio de la vida de los niños reales y nacidos, ya que podría salvar del hambre y la muerte a muchos millones cada año con el esfuerzo que dedica a intentar salvar fetos.
Ese cambio radical de posición y esa brutal incongruencia tienen, por supuesto, profundas razones de conveniencia, que la jerarquía católica tiene buen cuidado en ocultar:
1. La represión de la sexualidad ha sido siempre uno de los pilares fundamentales para mantener sometido, castrado, a su rebaño; como hoy ya hay tan pocas incluso entre sus ovejas que crean en el infierno, debe insistir en los castigos «aquí abajo»; y ya que no puede impedir como antes que se curen las enfermedades venéreas (aunque sigue condenado el condón, incluso ante el SIDA), y casi ninguno de los suyos le hace caso en su prohibición de la anticoncepción, se concentra en prohibir el aborto como última trinchera para que el temor a tener un hijo no deseado reprima los instintos sexuales naturales de los suyos.
2. En épocas de más fe, «los cristianos no nacían, sino que se hacían» (por conversión), como decía Tertuliano. Hoy, que cada vez se «desconvierten» más los pocos que quedan, la prohibición de todo aborto -como de la anticoncepción- hace que esos pocos fieles tengan, a su pesar, más hijos.
3. El descrédito generalizado, incluso entre los suyos, de la vida del «más allá», no sólo respecto al infierno, sino al mismo Paraíso, Purgatorio y Limbo (que ya ha tenido que quitar ella misma por el total descrédito en que había caído) le hace intentar también aquí crear otro mundo lleno de personas, no tan increíble como después de la muerte, sino antes del nacimiento; menos fantasmagórico, más real, biológico, considerando ya como personas a los fetos como antes a los despojos de los muertos, y medrar así con de lo que saca de esa creencia, en cuanto guardiana de ese nueva versión del Limbo, procurando que se crea con fe ciega que los fotos son ya personas cuyo porvenir depende fundamentalmente -como ante el de los muertos- de seguir las órdenes de los jerarcas católicos.
19981207. Catedrales construidas con abusos.
Atribuyendo el descenso en la recaudación al miedo que tienen sus fieles a llevar dinero, por la inseguridad ciudadana, la catedral de la Almudena ha inaugurado un “cepillo electrónico” para tarjetas de crédito. Los que no somos católicos, precisamente por eso, le deseamos que recupere y amplíe incluso su recaudación entre los suyos. Porque así esa Iglesia dejará de exigir y conseguir de Gobiernos débiles del Estado y del Ayuntamiento subvenciones anticonstitucionales que violan nuestros bolsillos y nuestra libertad de conciencia. Esa catedral madrileña se ha construido en buena (mala, malísima) parte a base de esa sangrante injusticia; como la iglesia Catedral primada, la de San Pedro de Roma, se construyó en gran parte también contra los principios en que dice basarse la Iglesia: con impuestos a las prostitutas y venta simoníaca de indulgencias, provocando la división de la cristiandad.
Más que pedir perdón por barbaridades cometidas por la Inquisición hace siglos, sería bueno que la Iglesia se mojara pidiendo perdón por los abusos actuales, restituyera lo arrebatado con tan malas artes, y siguiera –al menos, en lo posible- los consejos de su Fundador. Entonces tendría más credibilidad, más seguidores y menos certeros críticos.
19981207. Financiación de La Almudena.
Atribuyendo el descenso en la recaudación al miedo que tienen sus fieles a llevar dinero, por la inseguridad ciudadana, la catedral de la Almudena ha inaugurado un “cepillo electrónico” para tarjetas de crédito. Los que no somos católicos, precisamente por eso, le deseamos que recupere y amplíe incluso su recaudación entre los suyos. Porque así esa Iglesia dejará de exigir y conseguir de Gobiernos débiles del Estado y del Ayuntamiento subvenciones anticonstitucionales que violan nuestros bolsillos y nuestra libertad de conciencia.
Esa misma catedral se ha construido en buena (mala, malísima) parte a base de esa sangrante injusticia; como la iglesia Catedral primada, la de San Pedro de Roma, se construyó en gran parte también contra los principios en que dice basarse la Iglesia: con impuestos a las prostitutas y venta simoníaca de indulgencias, provocando la división de la cristiandad.
Más que pedir perdón por barbaridades cometidas por la Inquisición hace siglos, sería bueno que la Iglesia se mojara pidiendo perdón por los abusos actuales, restituyera lo arrebatado con tan malas artes, y siguiera –al menos, en lo posible- los consejos de su Fundador. Entonces tendría más credibilidad, más seguidores y menos críticos.
19981213. Impuesto clerical muy abusivo.
¿Qué diríamos de un comunista que pretendiera que nuestros impuestos financiaran a su partido, aunque es sólo de unos pocos, como financia a los asientos de los parques, “aunque son pocos los que van a sentarse en ellos”? Pues “confundir” una infraestructura abierta a todos con una organización ideológica partidaria es la rueda de molino con la que nos quiere hacer comulgar D. Cortés para defender sus intereses particulares: el “impuesto religioso” a su Iglesia.
También él pretende que es “voluntario” ese impuesto, cuando en realidad, los que dicen que se pague no ponen ni un céntimo a sus impuestos, detrayendo en cambio de ellos una parte que debemos reponer entre todos. Y yo SÍ sé – en contra de lo que también pretende vendernos ese señor, que la Iglesia NO dedica “importantes cantidades a los más necesitados”; al contrario, reclama indebidamente mucho para sí; y lo que “da” es proporcionado por los particulares y por el Estado, por nosotros los “paganos”.
Los católicos en cuanto tales dan tan poco que ni los mismos curas se fían de que les den esos sus (poco) fieles lo suficiente para mantenerles, como hacen los católicos en países con más fe, más honradez y más democracia, sino que siguen chantajeando y consiguiendo de los sucesivos gobiernos que, como en los tiempos del franquismo, sigamos manteniéndoles a la fuerza, anticonstitucionalmente, entre todos. Sobre opiniones, se puede discutir: pero quien no quiere reconocer de qué bolsillo salen realmente las pesetas no es sino otro vulgar estafador. Lo repito: si no es verdad mi denuncia, que me demande por calumnias.