Propuesta de mejoras en los métodos de barrera contra el SIDA y la concepción no deseada

I. CONDONES MAS FUERTES, ECONOMICOS Y ASEQUIBLES.

Antes del SIDA, el condón era mal mirado por su conexión con las enfermedades venéreas y la prostitución, existiendo pues obstáculos para su difusión como anticonceptivo. Pero al considerarse ahora que es el único perservativo contra el SIDA (aunque ya veremos cómo hay más) ha aumentado mucho su aceptación, que podría ser aún mucho mayor si disminuyeran algunos problemas que frenan su adopción o su eficacia. Citemos entre los principales:

1) El precio. Este es un problema, incluso en los países desarrollados, para muchos de los grupos de mayor riesgo anticonceptivo y del SIDA. Y, por supuesto, el precio ha sido hasta ahora un obstáculo insalvable para la gran mayoría de los aún más necesitados habitantes de los países menos desarrollados.

2) La red de distribución. Es un problema casi anecdótico en su aspecto geográfico en los países desarrollados, en donde la distribución encuentra todavía dificultades en el aspecto moral, por los prejuicios remanentes en ciertas zonas rurales, y los tabúes que impiden el acceso del condón a jóvenes, mujeres, etc. Las redes de distribución son todavía mucho más problemáticas, como se sabe, en el resto del mundo.

3) La fragilidad del producto. La delgadez de los actuales condones lleva a fracasos mucho más frecuentes de lo que se reconoce de ordinario, con el consiguiente perjuicio para la lucha contra el SIDA y la concepción indeseada. Estos fracasos se deben a:
A) SU FABRICACION: incluso en Estados Unidos y Francia, por defectos en las máquinas o materiales, se han producido escándalos debidos a la fabricación de partidas millonarias de condones defectuosos.
B) SU TRANSPORTE Y ALMACENAMIENTO: por circunstancias de muy distinto tipo, los condones actuales se ven afectados a veces por altas temperaturas, en verano en muchos países desarrollados y por el calor permanente en tierras tropicales. Recordemos que también les afecta el aire, la humedad, la luz, las lámparas fluorescentes, etc.
C) SU UTILIZACION: el usuario, con lamentable frecuencia, daña irreparablemente el condón actual al sacarlo de su envoltorio, o al colocarlo en el pene, o durante su actividad sexual; riesgo este último agravado ahora, en la lucha contra el SIDA, por el coito anal, etc., lo que ha llevado ya a algunos intentos de reforzarlo, como los de Hero.

PROPUESTA 2

UNA ALTERNATIVA: TODOS esos problemas disminuirían mucho con la utilización de un tipo de condón que ya fue empleado durante muchas décadas en el mundo occidental: el condón, como entonces se llamaba, fuerte, reutilizable o lavable. En efecto: esta modalidad de condón, de entrada poco más costoso que los actuales, resulta mucho más barato al ser reutilizable; reduce también, por la misma razón, la red de distribución necesaria, y elimina casi por completo la fragilidad del producto, ya se deba a problemas de fabricación, o a su transporte y almacenamiento o bien a su manipulación por el usuario.

¿Por qué pues desapareció este tipo de condón? Por varias y convergentes razones: La más inmediata fue la aparición de los más modernos y «refinados» condones de usar y tirar, que sedujeron a la demanda solvente (y entonces casi única existente) de los países desarrollados: los clientes de prostitutas, o los protagonistas de amores esporádicos, que encontraban molesto recojer y lavar el condón, entonces objeto muy tabú. Por su parte, los fabricantes acogieron con entusiasmo el nuevo condón, como el pañuelo de papel, que por ser de un solo uso multiplica sus ingresos.

Por supuesto, el condón fuerte, reutilizable, es una alternativa, pero no una panacea. Requiere lavarlo, descontaminarlo. Pero esto no tendría que ser un obstáculo mayor en el hogar, como no lo es lavar los pañuelos, o los calcetines, como ss llamó eufemisticamente a los condones en la Inglaterra puritana. Fuera de la pareja estable, sus ventajas relativas, y el nuevo, vital argumento del SIDA,permiten prever su adopción masiva, no sólo entre los actuales usuarios del preservativo, sino entre quienes no tienen fe en el visiblemente más frágil condón descartable actual.

Una objeción más frecuente será sin duda que el preservativo fuerte, grueso, obstaculiza el placer sexual. Pero los estudios experimentales de Masters y Johnson (1966) muestran que la sensibilidad real de los órganos sexuales respecto al estímulo exterior es objetivamente muy pequeña en esos momentos. Recordemos como ya se esgrime esa objeción sin gran éxito contra el condón actual por parte de grupos puritanos disfrazados de defensores del erotismo, para combatir la anticoncepción y la lucha contra el SIDA. El mayor obstáculo al placer que pudiera ofrecer el condón grueso estará compensado por su mayor baratura, su mayor asequibilidad y, en el mismo plano hedónico, por la mayor seguridad que su solidez proporciona para gozar tranquilo el acto sexual: el miedo es el mayor enemigo del placer. Y a quienes estos datos y consideraciones no convenzan, sólo tienen que seguir con los actuales condones, que por supuesto no son, en este sentido, desechables, ni desaparecían por esta ampliación de las opciones que proponemos.

PROPUESTA 3

II. LOS CONDONES DE PLÁSTICO

«Los métodos de control de la fecundidad son arcaicos, una vergüenza en esta época de realización técnica». La indignación que refleja esta frase del dirigente de la Planificación Familiar francesa no puede menos de encontrar un eco agigantado treinta años después, y más de una década tras la irrupción del SIDA, si recordamos lo que acabamos de ver sobre el condón reutilizable, o lo que expondremos ahora sobre el condón de plástico.

En los preservativos, en efecto, no hemos llegado aún ni a la era del plástico. Ya hace un cuarto de siglo que recibimos en la sede del Consejo de Población, en Nueva York, algunas muestras de esos condones, y fotografías de las sencillas máquinas que los producían. Los prototipos y patentes han seguido multiplicándose hasta nuestros días, incluso por prestigiosos laboratorios internacionales.

Estos preservativos son simplemente unas pequeñas bolsitas de plástico, transparente o no. En la boca de estas bolsas hay una goma que sirve para fijar la bolsa a la base del pene. Su falta de elasticidad se compensa fabricándolos en unos tres tamaños, para ajustarse a los de los penes (como los diafragmas en el caso de las mujeres). Su coste es increíblemente bajo, y también es reducido el costo de las máquinas que los producen, lo que soluciona el problema de importación que tienen hoy muchos países, sin una demanda suficiente para poder tener las costosísimas máquinas de los condones actuales. Son muy resistentes al calor y a otros factores que afectan negativamente a los condones actuales de latex.

Sin embargo, se ha privado hasta el presente al mundo, superpoblado y atacado por el SIDA, de este medio seguro, económico y asequible de paliar esos males. Y todo por las conocidas alianzas contra todo cambio, desde la inercia hasta, y sobre todo, los mezquinos intereses económicos a corto o medio plazo. Y en realidad, hoy plazo la empresa que lanzara estos nuevos condones de plástico (como los de goma reutilizables) podría obtener en breve plazo enormes beneficios, aunque no tuviera apoyos exteriores.

Esos mezquinos intereses económicos se disimulan con frecuencia con mitos contra el condón, alguno de los cuales ya hemos analizado Incluso se ha inventado la nueva excusa «ecológica» de la dificultad de reciclar esos condones de plástico, ¡Como si, la superpoblación que fomenta su ausencia no multiplicara miles de veces la contaminación que provocaría su uso!

Reclamar la urgente fabricación y masiva difusión de los preservativos de plástico, junto con la de otros medios en la lucha contra la muerte por el SIDA y la superpoblación, constituye, pues, una elemental exigencia humanitaria.

PROPUESTA 4

III. EL PRESERVATIVO FEMENINO

Aunque se adoptaran las propuestas precedentes para mejorar los actuales condones, los preservativos masculinos no son ya, afortunadamente, la única solución de barrera aceptable contra el SIDA y la concepción no deseada: Hay también métodos de barrera femeninos que cubren ambas necesidades, lo que permite tener soluciones para, por ejemplo, el número, relativamente elevado, de varones que se niegan a emplear el preservativo masculino. No olvidemos que, como se ha dicho, la poca frecuencia en sus orígenes del SIDA heterosexual hizo descuidar el papel de la mujer en la prevención de la enfermedad. Analizaremos aquí, de entre los métodos de barrera de la mujer, el preservativo femenino, dejando para el último capítulo los demás métodos femeninos.

El Más reciente de los métodos de barrera, el preservativo femenino o femidon ha sido aprobado a finales de 1992 en Estados Unidos (y distribuido por Wisconsin Pharmacal Co, Inc.), después de haber sido fabricado en Gran Bretaña por Chartex Internacional, y aprobado también en Suiza. Consiste en una funda de poliuretano, con dos anillos flexibles, uno de ellos en el interior de la funda en su extremo cerrado, sirviendo como instrumento de inserción y manera de fijarlo en el lugar, adaptándose en forma parecida al diafragma. El otro anillo constituye el límite externo de la funda y permanece fuera de la vagina, de modo que la funda se extiende sobre los labios.

En su versión actual es de un sólo uso, como el actual condón masculino. A diferencia de los otros métodos de barrera que analizaremos después, el femidon puede prevenir el SIDA y la concepción por sí solo, sin la ayuda de cremas que potencien químicamente su acción. Constituye el primer método contra el SIDA patentado después de la aparición de la enfermedad, y merece obviamente todo el apoyo que podamos ofrecer a su difusión. Subrayemos su ventaja, respecto al preservativo masculino, de no interrumpir el acto sexual, y su conveniencia para un grupo tan importante para la difusión del SIDA como son las prostitutas. También hay que impulsar su adaptación a la modalidad de reutilización, que lo abarataría y multiplicaría el número de usuarias, como vimos en el caso de su homónimo masculino.

IV. EL DIAFRAGMA Y LA ESPONJA VAGINAL

El diafragma (incluida la cápsula cervical) y la esponja vaginal, ambas con espermicidas, no sólo han probado tener una eficacia (85-90) parecida a la del condón como métodos anticonceptivos, sino que algunos estudios han mostrado que eran más eficaces aún que el condón para la prevención de ciertas enfermedades venéreas.

El uso del diafragma y la esponja con nonoxinol-9 o cloruro de benzalconio ha demostrado asimismo su eficacia contra el SIDA, si bien esta eficacia parece ser algo inferior a la del condón. Aunque este último punto se confirmara plenamente, no se puede dejar de reconocer este hecho, tanto por respeto a la verdad como porque, en la práctica, algo es mejor que nada; la actitud contraria caería en la misma deformación de quienes denuncian como propagadores del SIDA a quienes propugnamos el condón, ya que lo único seguro es la abstinencia sexual.

Estimamos de particular importancia señalar que, de la misma manera que una esponja casera (natural o artificial), con espermicidas caseros (limón, agua salada, etc.) ha hecho independientes en planificación familiar de las redes sanitarias y farmacéuticas a muchas mujeres de países subdesarrollados, así un viricida de fabricación casera que eliminara el SIDA constituiría, de ser difundido y aplicado, un avance importante en la prevención del SIDA en África negra y otras regiones marginadas de la tierra. Mejor todavía sería conectar esa utilización con tapones para la menstruación.