Cartas a la prensa – Política – Vox – 2020

20201014 Vox, cada vez más coherente.

      Nacido a contracorriente, Vox se va desprendiendo de los restos que le quedan de la ideología hoy predominante. Entre ellos, la elección por los ciudadanos de sus jefes, las primarias, que van desapareciendo, no sin sonoros escándalos, en su partido. Para Vox, como para otros grupos con su ideología, la autoridad va de arriba abajo, partiendo de un Duce, un Führer, un Caudillo. Es el ideal de formar un “Partido Único”, por contradictoria que sea en sus mismos términos esa expresión.

      En sus diferentes formas, son avatares del antiguo ideal de “Un dios, una ley, un rey”” que todavía añoran mentes educadas para no caer en el infierno de dudar de los primeros conceptos que se les inculcaron; se sienten horrorizadas ante la posibilidad de analizar o poner en duda en serio alguna “verdad”, duda que, en realidad, constituiría el nacimiento de un pensamiento propio, personal, libre.

20200708 De qué vive Vox.

                  Se ha comentado con humor en las redes el que exista en Japón un bar que acoge a los gays y se llama, literalmente “Vox”. Mucho más grave, porque no es casual, sino deliberado y mucho más contradictorio el que tenga un nombre latino, y nada menos que de unos imperialistas romanos que nos oprimieron durante tantos siglos, un partido que presume como ninguno de ser español, a pesar de haberse criado también con dinero venido del extranjero. Que tiene un jefe, Abascal, que exalta al máximo los valores militares, pero que no ha hecho ni el servicio militar. Que se proclama cristiano, pero no se casó por la Iglesia y, cuando le conviene, critica al papa.  Que despotrica contra las ayudas estatales y ha chupado de ellas sin dar golpe hasta que se fue del PP cuando se le acabó ese chollo. Vive, pues, a bases de contradicciones, como algunos todavía creen que decía Marx.

20200620 Quienes están por la tortura.

    Los ciudadanos deben tener muy en cuenta lo ocurrido. En el Congreso se ha votado retirar las medallas a título póstumo al considerado máximo torturador del franquismo, Billy el Niño. El hijo unigénito del PP, el partido Vox, se ha opuesto a ello. El mismo PP “sólo” de repudiar a ese sádico torturador, e incluso Suárez Illana (el segundo por Madrid, tras Casado, en las elecciones) ha roto la disciplina de voto de ese partido y ha votado también en contra del rechazo a ese inhumano martirizador. Más claro, imposible.

20200525 Su manifestación, como Vox mismo.

    Su manifestación puso al desnudo lo que es el mismo Vox: falso, ilegal y totalitario. Falso, porque con un pequeño número de partidarios en coches y motos su marcha pudo ocupar, como ninguna, más de tres horas el centro de Madrid, utilizándolo como si fuera un circuito de carreras, lo que recuerda, como se ha dicho, la trampa de Sanjurjo para apoderarse de Sevilla, al hacer creer que tenía más tropas.

     Ilegal, porque Vox no sólo ocupó el espacio público y sus alrededores mucho más tiempo del permitido, sino que atronó ilegalmente con sus continuos bocinazos y arranques de coches y motos durante tres horas el centro de Madrid, contaminándolo, según datos oficiales. Y no pocos, contra lo dispuesto, sacaron sus brazos e incluso medio cuerpo por las ventanillas.

       Totalitario, porque impusieron a un número muy superior de vecinos sus bocinazos, su contaminación, su dificultar con sus vueltas la circulación de vehículos privados y públicos durante mucho más tiempo y espacio del que tenían derecho.

        Todas estas barbaridades los de Vox las cometieron al grito de “¡Libertad!”; claro está, sólo la suya para imponerse falsa, ilegal y aplastantemente a los demás, empuñando como arma legitimadora de sus abusos bandera de todos. No puede extrañarnos esa conducta, como parte lógica de la estrategia de quienes hablan de dar un golpe militar de Estado.

        . ¿Y la policía? “¡Esta es nuestra policía!” les gritaban con razón los de Vox a los agentes que, a las órdenes de los partidos derechistas que gobiernan de nuevo en Madrid, les permitían cometer descaradamente durante tanto tiempo sus ilegalidades y sus abusos contra la inmensa mayoría de sus ciudadanos.

20200514 Abascal mama a España.

                 Toda persona bien nacida ama a su madre que le da vida y de cuyos pechos mama y con cuya solicitud se hace un hombre. Pero hay algunos parasitarios que, en vez de apoyarla después a su vez, siguen chupando. Son unos despreciables mamones, que le quitan fuerzas y encima presumen de ser los que más le aman, los más “apegados” a su madre.

                  Formado en la escuela de los más chupones, del único grupo cuyo partido fue echado democráticamente del Gobierno de España por corrupción, y entrenado de modo especial por Aguirre, cuando ya no pudo chupar más Abascal estableció su propio negocio, Vox, como si supiera latín.

                  Quien no hizo el servicio militar alaba ahora al Ejercito, el que nunca trabajó se apoya en empresarios que sólo viven del trabajo ajeno, quien no cumple con la Iglesia la manipula para pedir a los demás sacrificios y resignación en el altar de la patria, profanando la bandera española al utilizarla como tapadera de su gran cubo de basuras.

                    Hoy, en plena pandemia y crisis económica, Abascal intenta pescar en río revuelto de casi 30.000 muertos, y ha organizado un festival de banderas, un alarde de Vox, que su portavoz, el tan espinoso Espinosa, ha tenido el descaro de comparar con el triunfo futbolístico español en Sudáfrica. El truco, esta vez, fue hacer que unos pocos miles de los que comulgan con su estilo circularan una y otra vez por distintas ciudades en vehículos, casi todos de alta gama, trampa que ya hizo con camiones de soldados el general franquista Sanjurjo, para hacer creer que era poderoso y apoderarse y aplastar Sevilla, como estuviéramos todavía un siglo atrás.

20200523 La manifestación contra Sánchez Madrid.

        Como sociólogo especializado en el tema he observado durante tres horas la manifestación de coches convocada por Vox   este sábado en Madrid. Aunque muchas veces coincido con el cálculo de la policía sobre el número de participantes, siempre muy inferior al exagerado y a veces delirante de los convocantes, esta vez me fue imposible. Muchos coches y algunas motos venían con más de un participante. Pero lo peor y decisivo fue que conforme lo que la derecha ha hecho en las manifestaciones peatonales en Núñez de Balboa y ante el PSOE, a las que también he asistido, las mismas personas volvían a pasar diez y hasta veinte veces por el mismo sitio. Ahora, los coches, por los atascos, quizá no pudieron pasar ni diez veces, aunque comprobé que alguno conseguía pasar de nuevo al cuarto de hora. Sólo un control efectivo de las matrículas podría haber dado cifras aproximadas de participantes.

            En su aspecto cualitativo, predominaron, como es lógico, los lemas políticos, sobre todo los de “¡Libertad!  y “Gobierno, dimisión”. En cambio, ahogadas en un mar de banderas de España, no se vieron apenas la relativas al partido convocante, Vox. Abascal, para asegurarse cabecera, esperó sobre un autobús descapotable la llegada de los vehículos que salían desde Cibeles. Apenas se oyeron algunos gritos extremistas. Unos coches pilotados por chinos criticaban a Sánchez por su debilidad con China en esta pandemia. Un par de coches aislados aclaraban, “No soy fascista. Soy autónomo”. Y un ciudadano mayor reivindicaba “Salud, pan, paz y libertad”.

20200730 Abascal, el irresponsable.

                          Una guerra justa, dicen los expertos, sólo se da cuando se han agotado los métodos pacíficos y hay una razonable probabilidad de ganar. Lo mismo debe suceder en un golpe de Estado o en una moción de censura.

                          Después de pocas semanas del nuevo Gobierno -y con una crisis sanitaria cuyos grandes posibles errores han sido cometidos, incluso peores, por muchos oros países-, es muy difícil de justificar la insinuación de Abascal, primero, de intervención del Ejército y, visto su fracaso, su anunciada su moción de censura, sin ni siquiera hablar antes con el PP, cuyo tajante rechazo la hace ya imposible. De la imprudencia e incompetencia al ridículo fue su afirmar que es urgentísima esa censura por la situación del país… y posponerla para septiembre al menos, quizá para no perderse las vacaciones, como ha ironizado Sánchez.

                            No podíamos esperar sino otra indigna payasada de quien predica disminuir impuestos y ha vivido siempre de subvenciones, se dice católico y se casó por lo civil, pavonea de valores castrenses y no ha hecho ni el servicio militar, mente cada minuto a España para tapar sus basuras, pero pone a su partido un nombre latino, etc. Visto lo cual, lo raro es que la disminución del número de seguidores de ese irresponsable no sea aún mayor.