Cartas a la prensa – Política – Social – 2005

20050321. A Morniños y porno.

¡Qué inmenso amor a los niños parece desprenderse de esta nueva redada planetaria contra la pornografía infantil! Uno se sentiría inclinado a pedir a sus organizadores que emplearan también algo de los ingentes recursos económicos y humanos usados en esas redadas para medicinas y complementos alimentarios que salvaran de la enfermedad y la muerte a millones de niños de verdad. Lástima que esto no sea fácil de realizar, por tropezar con los intereses de poderosas multinacionales farmacéuticas y alimentarias. En cambio, estas redadas sirven para desarrollar el control policial general sobre las poblaciones, sueño de tantos políticos, incluso democráticos, como Nixon o McCarthy, para no hablar de Mussolini o Franco.

Para esos “altos intereses” políticos no importa, pues, que los obviamente perseguibles y punibles abusos sexuales reales e incluso asesinatos de niños sean mucho menos frecuentes entre los que usan pornografía infantil que entre los que se casan, sin que por eso nadie haya pensado prohibir el matrimonio. Ni que, como recuerdan los psicólogos, suele ser mucho mayor el daño que recibe el niño por la dramática actitud adoptada y angustiosos interrogatorios a que les someten después sus autoproclamados “protectores sexuales” que por los mismos eventuales contactos carnales con mayores, al ser –hasta que la sociedad le reprime- un “perverso polimorfo”, como tuvo que reconocer a su pesar, el aun tan puritano, según revela la misma terminología de ese su diagnóstico, el doctor S. Freud.

20050704. Mingote.

Entre tantas manifestaciones de uno y otro signo, que serían buenas, como expresión de pluralidad democrática, si no fuera por la crispación que en ellas provocan los extremistas, la gran manifestación por la Pobreza Cero, tan justa por su objetivo como noble por los sentimientos de quienes participaron en ella, parecía un oasis de paz y buena voluntad. Vimos a los representantes de todos los partidos parlamentarios, y de muchos más, a gente de todas las regiones y origen social, y a monjas y clérigos junto a agnósticos y ateos militantes.

Tanta y tan esperanzadora unanimidad no fue, por desgracia, completa. Incluso en ese momento no faltaron extremistas, propugnadores de dividirnos en dos Españas con excusa de salvar la suya, que pretendieron sembrar cizaña y mal decir, sí, maldecir a quienes participamos en ella, mostrándonos con esa proyección freudiana la mezquindad que anidan en sus corazones. Señalaré sólo un caso especialmente triste, porque en otra época parecía apostar realmente por la concordia entre los españoles, y así lo alabé yo entonces por escrito en los medios (véanse textos recogidos en mi Las mil Españas, pp. 65 y 259-261), por lo que hoy puede y hace más daño desde la tribuna de papel que utiliza ahora, con otros de su equipo, para intentar dividirnos. Porque ese otrora amable personaje no ha tenido empacho calumniarnos inventado un hecho inexistente para atribuirnos lo contrario de lo que somos, dibujando un coche de cuya ventanilla sale una pancarta “Pobreza no”, pero que, indiferente, salpica al pasar a un músico que pide limosna en la acera. ¡Ah, Antonio Mingote, quién te ha visto y quien te ve!

20050913. Juzgar a Bush.

¿Cómo es posible que el pueblo estadounidense, a quien antes teníamos como modelo de tantas cosas, aguante todavía ese ejemplo increíble de cinismo e inhumanidad que está dando su actual Gobierno? Porque, por una parte, Bush está reclamando la ayuda internacional, incluso de alimentos y mantas, ante un desastre que en su conjunto ha sido tan poco “natural” como el huracán Katrina, pues ya sabemos con todo detalle que la catástrofe ha sido provocada sobre todo por su política belicista, asocial y racista, al haber arruinado infraestructuras y sustraído personal para sus ilegales, mentirosas e interesadas guerras genocidas. Pero, simultáneamente, estos mismos días, Bush está exigiendo con todas sus fuerzas en la ONU la destrucción de las más elementales normas jurídicas para prevenir y minimizar los conflictos internacionales, y reclamando el suprimir a escala planetaria, como ya ha hecho en su país, las pequeñas migajas de solidaridad internacional a quienes, sin culpa propia, están padeciendo y muriendo por millones de hambre y miseria.
No basta ya, como dicen muchos estadounidenses, incluso de su mismo partido, sentir vergüenza de su propio Gobierno: hay que actuar eficazmente de inmediato para parar, juzgar y condenar a los culpables de esos múltiples e inmensos crímenes contra la humanidad. ¿Cómo comparar siquiera los estúpidos escarceos con una secretaria miserablemente calculadora o unas escuchas telefónicas ilegales que pusieron al borde o incluso obligaron a dimitir a otros presidentes de los Estados Unidos, con la masiva destrucción, sufrimiento y muerte, tanto de soldados como civiles, fuera como dentro de sus fronteras, de Irak a Nueva Orleáns, que perpetrada con atroz frialdad por Bush?.

20050916. GB y pobreza cero.

Hace poco se celebró en Madrid una gran manifestación, con el apoyo y presencia de todos los partidos políticos, para estimular el cumplimiento del objetivo mundial de Pobreza Cero y un comercio justo, aprobado hace cinco años por la comunidad internacional. Pues bien, ahora el Gobierno británico acaba de prohibir en su país una manifestación idéntica “por meterse en política”. ¿Estos son los valores occidentales, de democracia y justicia, que quieren imponer ellos y sus aliados a bombazos? ¿Cabe mayor terrorismo que el de Estado, sus guerras y su brutal amordazamiento a la libertad de expresión?

20051007. Muro de Zapatero.

¿Cómo es posible tanto valor? Mientras por un lado predica untuoso la alianza de civilizaciones y la lucha contra el hambre, por otro levanta muros cada vez más altos contra los hambrientos, y apela contra ellos al Ejército e incluso a la Legión; esa Legión cuyo mismo nombre está indisolublemente ligada a la invasión, genocidio y saqueo de esos pueblos que ahora luchan desesperadamente, no contra nosotros, sino para conseguir ser tolerados aquí como esclavos económicos nuestros. Por lo menos no esa tan hipócrita quien decía: “Había un problema y se ha resuelto”, tras expulsar narcotizados, en muchos casos hacia su muerte, a 103 “ilegales” y declaraba al Chávez venezolano que abandonara su ayuda a esos pueblos del Sur “que están condenados a la extinción”. Contra Franco y Aznar luchábamos mejor.

20051015. Norte.

A nuestros dirigentes no se les cansa la boca de hablar de seguridad; y con razón, en un mundo que ellos han sido los máximos responsables de hacer cada vez más inseguro. Cuando las desigualdades aumentan cada día más, según datos oficiales de la ONU, a pesar de ser cada vez más fácilmente evitables por los progresos técnicos; y cuando esas cada vez más injustas desigualdades son más conocidas por los medios de difusión ¿qué otro recurso cabe a los que están en la miseria o, en alguna manera, se sienten representantes de los marginados, que luchar, y hasta morir, por el pan y la dignidad? Un mínimo gastado en prevención, una migaja que cayera del banquete del rico Epulón, bastaría para eliminar, como mínimo, el hambre del mundo. Pero ni eso se consigue: los señores dueños del planeta se levantan precipitadamente sin terminar la conferencia contra el hambre en la FAO para ver un partido de fútbol, como ocurrió no hace tanto en Italia, sin conceder ni esa mísera limosna. El negativo presente y peor porvenir de inseguridad se lo están ganando a pulso los Epulones del Norte… y sus fieles servidores, los que vivimos en su casa y contribuimos de uno u otro modo a crear ese desestabilizador sistema de creciente desequilibrio a escala mundial.

20051018. Problema resuelto.

¡Por qué me critican? se queja el actual Jefe del Gobierno, como en su día Aznar: “Había un problema, y está resuelto”. Con la agravante de que Aznar “sólo” envió 103 inmigrantes a un destino incierto, y nunca había hablado de “Alianza de Civilizaciones” e incluso de “Lucha contra el hambre” (sí, no contra los hambrientos), mientras que Zapatero, que cada día predica hipócritamente de “Lucha contra la pobreza”, ha enviado ya a muchos más desvalidos a un destino fatal, tras haber puesto en pie de guerra contra unos pobres civiles desarmados al Ejército e incluso la Legión, y gasta docenas de millones de euros en elevar aún más y multiplicar la valla de exclusión, tras entregar a Marruecos, en las condiciones que todos sabemos, a muchos de ellos.
La guinda ha sido su modo de tapar la boca a los críticos, aunque sea su compadre Llamazares, que participó en una manifestación de protesta ante el Ministerio del Interior. Después de jurar y perjurar que TVE sería ahora pluralista, los informativos de TV1 de Zapatero nos dieron tras esa notable manifestación una detallada y objetiva versión… del parricidio de un drogadicto valenciano.

20051206. El tiburón y la sardina.

Érase una vez una anciana pobre que, cerca de mi casa, subsistía vendiendo frutos secos y similares en las larguísimas colas de inmigrantes. Hoy la encontré llorando: los policías le habían arrebatado sus productos. ¡Pobre anciana pobre! Quizá alguno de esos guardianes del “orden” duerma peor esta noche, recordando su cara, por haber cumplido tan a rajatabla tales órdenes. Muy contento, en cambio, dormirá quien le dio ordenes tan justas, pues la ley debe ser igual para todos.

Este no es un cuento de Navidad, sino la clásica parábola del tiburón que le dijo a la sardina: “Libertad plena para ambos”, y haciendo uso de su libertad se la comió. Así también el tiburón negociante se ha comido el negocio de la abuela. Ésta seguramente pensará más que es una prueba que le manda Dios que en que entre los muy diferentes es la libertad lo que oprime, el llamado liberalismo. Y es más fácil que esto le haga recurrir a una oración que a aquella histórica queja: “¡Libertad, libertad! ¡Cuantos crímenes se cometen en tu nombre!”.

20051221. Insolidaridad.

Como miembro de los países desarrollados, me avergüenzo de la inmensa insolidaridad –y suicida egoísmo a medio plazo- que confirma de nuevo, tras una hipócrita palabrería en sentido contrario, su firme posición en Hong-Kong. Y como catalán, experimento un proporcional bochorno ante el autismo colectivo, hoy llamado nacionalismo, epidemia funesta a medio plazo que está apestando y descomponiendo a nuestra sociedad. Y como heredero de la tradición cristiana, me escandalizo de que su jerarquía esté ayudando… a esa insolidaridad global, hasta el punto sus portavoces -locutores notoriamente no cristianos- inventen en su radio hasta juegos (¡juegos!) para reírse de los pobres y hambrientos del mundo, como el de “saltar la valla” de Ceuta, mientras que los mismos obispos buscan también separarse, más que unirse al resto de sus colegas.