Cartas a la prensa – Política – Mundo en general – 2017

20170906. Poder chino en Asia.

Exagerar el poderío militar de un país puede ser nefasto, ya sea por suscitar una coalición y “guerra preventiva” contra él, o por incitar a otros países a someterse al poderoso. A una u otra cosa contribuye, en mi opinión, el analista Eugene Chow, exaltando el “arma visible” que le permite “mantener como rehenes a un cuarto del mundo sin un disparo”, pues con más de 87.000 presas y el control de la meseta tibetana posee “un arma de destrucción masiva”, que puede originar inundaciones catastróficas, afectando a dos mil millones de personas.

Este analista, tan alarmista por las razones que sean, tiene que reconocer que es muy improbable que China use esa arma. Desde luego, porque más que invisible- conocida esa posibilidad hace ya mucho- es un arma inviable; más aún, contraproducente para China. En efecto: es absurdo imaginar que esa avalancha de agua no desborde los cauces de los ríos en su lago recorrido por la misma China. Y que los vecinos sean tan tontos que no hayan previsto esa eventualidad y no pudieran proceder a rápidos bombardeos estratégicos que provocaran inundaciones catastróficas en China antes que las aguas llegaran a sus países. Lo que si es cierto es el creciente poder no militar que China tiene sobre sus vecinos, como controladora parcial de sus riegos, lo que irá siendo más importante a medida que crezca la necesidad de agua.