20050128. Porvenir mundial.
Excepto para quien se empeñe en esconder la cabeza bajo el ala, no es pesimismo, sino el más crudo realismo reconocer que hemos de trabajar mucho más si queremos un futuro con un mínimo de paz y justicia. En Rusia ya no impera el comunismo sino, del modo más evidente y descarado, como acaba de proclamar el general Cherkésov, hombre de confianza de Putin, directamente el KGB, despreciando toda veleidad de propugnar el bien de todo el planeta a favor de un feroz autoritarismo nacionalista, diríamos ultra zarista. Y en los Estados Unidos, menospreciando como “blanda” a una C.I.A. que debía rendir algunas cuentas al Parlamento, se impone el nuevo servicio ultrasecreto al servicio directo y exclusivo del Ejecutivo, cuya reentronización acaba de ser financiada oficialmente por la industria de armamentos, cumpliéndose del modo más completo la profecía del general y presidente Eisenhower sobre la amenaza que representaba “el complejo militar-industrial” para su país.
La sintonía entre las dos superpotencias se traduce en una más despiadada opresión contra los países que caen en sus manos, que no pueden esperar apoyo reequilibrador por parte de la otra, como ya están experimentado, de un modo u otro, casi todos los demás países del planeta.
20050226. Democracia rusa y española.
Como Bush, me preocupa mucho la falta de democracia en Rusia, cuyo Gobierno, -formado por un equipo de la “antigua” siniestra policía secreta, la KGB, ahora descarada y oficialmente al mando del Estado, con Putin a la cabeza-, proclama cada día un “ucase”, un edicto zarista para abolir las últimas libertades, y hoy mismo ha sido condenado en el Tribunal de Estrasburgo por sus crímenes de guerra en Chechenia, esa guerra que sirvió a Putin para auparse al poder. Pero no puedo menos de denunciar a quien denuncia esa falta de democracia de otros para ocultar que ha arruinado la mucho más consolidada democracia de su propio país con su infame “Ley Patriótica”, su reforzamiento de los servicios secretos, su rotura unilateral de los tratados humanitarios de Ginebra para humanizarlas guerras, su feroz y repetido uso de guerras “preventivas” y sus Guantánamos, para reforzar su propio poder.
Siguen aquí ese funesto ejemplo de menosprecio de libertad quienes denuncian el menosprecio de los derechos humanos por Bush y Putin y, en el plano interno critican lo antidemocrático que sería un referéndum de Ibarretxe que pretenda realizar cambios substanciales sin tener una mayoría cualificada y una participación mayoritaria de la población, mientras que ellos consideran democrático, e incluso un triunfo “aplastante” (eso, sí), el de un referéndum en el que ni un tercio del censo electoral ha aprobado su plan constitucional.
20050328. Estadísticas políticas.
No se puede tener una idea adecuada de un país sin conocer sus cifras fundamentales. Y esto vale en particular de los estadistas, cuyo mismo nombre indica su conexión con las estadísticas. Sin embargo, con demasiada frecuencia los políticos falsifican o ignoran los datos que proclaman. He aquí un “ejemplo” en cada uno de los dos partidos mayores (¡no” mayoritarios”, como tampoco hay dos “sindicatos mayoritarios”, como se dice con total insensatez estadística, porque esto implicaría que tendrían en los dos, al menos el 102 por ciento los afiliados a sindicatos, otro ejemplo lamentable de analfabetismo estadístico!).
El parlamentario y portavoz de PSOE López Garrido, en una intervención reciente en TV1, afirmó y repitió que Franco había matado a “millones de españoles”. No hace falta exagerar los datos para condenar una dictadura. Los cifras calculadas varían, como es lógico, pero a unos 300.000 muertos en total que cita, por ejemplo, Tamames, habría que sumar los 200.000 exiliados y los no nacidos por la contienda para llegar a una cifra millonaria de ausencias en la pirámide de edad.
En las anteriores elecciones vascas –y esperemos que ahora no lo repita- el portavoz del PP, y entonces delfín de Aznar, Mayor Oreja, habló de “millones de votos vascos”. No existen millones de electores vascos: precisamente ese darse demasiada importancia, pretender estar todos los días –por la razón o la violencia- hasta en la sopa, favorece al ultranacionalismo vasco que el PP dice querer combatir, y perjudica el tratamiento y solución de los problemas que también tenemos los demás integrantes del Estado.
¡Más seriedad, más responsabilidad, señores estadistas!
20050520. Dos extremos.
Los extremistas de izquierda se alegran: “Cuanto peor, mejor”. Se sienten satisfechos de que Rajoy se ponga a su misma altura intransigente y absolutista en el debate del estado de la nación, imitando, en sus peores aspectos y momentos, a Aznar. Yo, que antes que ser fiel a un partido –voto a uno u otro, según las circunstancias- pretendo modestamente ser equilibrado, demócrata, patriota, no puedo menos que protestar con todas mis fuerzas contra el inmenso daño que nos causa a todos el comportamiento de esos fundamentalistas de ambos bandos extremos, que intentan resucitar, en lo posible, en pleno siglo XXI, las dos Españas cainitas. ¿Cuándo, unos y otros, serán más real y consecuentemente patriotas, democráticos, racionales?
20050520. Otra derrota de Trafalgar.
Sería de desear el que todos hubiéramos comprendido por fin que nadie gana una guerra, sino que la perdemos todos, y que por tanto nunca hay que “celebrar”, si no es con vergüenza y contrición, el aniversario de ninguna batalla. Pero mientras llegamos a ese grado de elemental sensatez, no se sabe qué admirar más: si la destreza inglesa en hacer que los vencidos participen en la celebración de los doscientos años de su victoria en Trafalgar, o la torpeza de éstos en rendirse de nuevo con esa nueva celebración; máxime si se trata de España, cuyo imperio fue el que cedió ahí el paso al inglés.
Por si esto fuera poco, y en lógica consecuencia con esa inconsecuencia y derrotismo patológico, resulta que no sólo participa en esa celebración de nuestra derrota (¡!) nuestro Jefe del Estado en persona, sino que ni siquiera lo hace en los barcos oficiales de nuestro ejército que fueron a ese acto, sino en el yate personal que le regaló La Caixa que emplea a su hija. Y aunque no lamentáramos, como un conocido periodista, la publicidad que eso supone para “la estrella financiera del tripartido soberanista catalán”, ni estemos totalmente de acuerdo en que con ese menosprecio de nuestra Armada “vamos listos y camino de un nuevo Trafalgar”, no cabe duda que el mismo nombre de ese yate de regalo, completamente inadecuado a la seriedad que impone el cargo de Jefe de Estado, “Bribón” es en cierto modo aún menos aún menos afortunado que el de la otra nave de regalo con la que el rey hace también propaganda de empresas privadas, y en este caso nada menos que de la que comercializa la droga que mata a sus súbditos españoles más que ningún otro producto comercial, la (pésima) “Fortuna”. En suma, con múltiples vergonzosos fallos, otra derrota real de Trafalgar.
20050707. Contra todo terrorismo.
¿Hay algo peor que los enloquecidos terroristas que siembran la muerte y el terror en Londres, como antes en Madrid y Nueva York? Desgraciadamente, sí: los dirigentes públicos que mantienen, contra toda humanidad y racionalidad digna de ese nombre, una organización social que produce cada día muchos más muertos y disminuidos físicos y psíquicos que todos esos terroristas juntos. Y que “curiosamente” descuidan elementales medidas de seguridad ciudadana, como ya está probado en el 11-S y el 11-M, lo que permite que ocurran esas matanzas, y les sirve para orientar a la indignación ciudadana pública sólo contra esos terroristas, no contra el peor y originario terrorismo económico y militar (incluido incluso el tráfico ilegal de armas) que es la raíz principal de los apoyos que permiten a esos “terroristas de ocasión” perpetrar también sus propios crímenes.
¿Quiénes son esos dirigentes? Los que –desvelando así sin querer sus manejos- insisten en que no hay que analizar las raíces del terrorismo, y que todos los terrorismos son iguales. No señor, no: hay algunos mucho peores, tanto por ser los primeros, como por ser planificados fríamente, como por perpetrarse permanente y oficialmente, por utilizar maquiavélicamente como pantalla justificadora el terrorismo de respuesta –contraproducente- a sus injusticias, y por tener resultados aún mucho más catastróficos. Mientras no tengamos una opinión pública mundial más ilustrada y valiente, que se oponga con eficacia a ambos terrorismos, que no se deje engañar por el montaje de la ejecución de algunos opositores al régimen –antes en el circo romano, hoy en espectáculos televisivos-, el rechazo que exprese contra ese segundo terrorismo puntual no hará sino reforzar el primer y permanente terrorismo que provoca ese y otros aún peores males de nuestra sociedad.
20050719. Atentado y elecciones.
No se justifican esa unanimidad de los comentaristas, tras las reflexiones de “el Chino”, de que el atentado del 11-M intentaba influir en las elecciones del 14-M actuando sólo contra el PP. Porque si en vez de cometer la locura, a primera vista improbable y hasta impensable, de aferrarse cada vez más a la autoría de ETA, Aznar se hubiera vestido de “cruzado”, como Bush tras el 11-S, el atentado podría haberle asegurado la victoria al PP.
También hay otros hechos que casan muy poco, e incluso nada, con esta hipótesis del ligar el atentado fundamentalmente a las elecciones. El primero es que un atentado tan preparado, a tres días de la votación, con el tiempo tan justo, no es reivindicado sino muchas horas después, y eso por un medio de difusión muy poco fiable, en Londres, y sin pruebas. Más aún: al no ser considerada creíble esa reivindicación, no se hace otra sino la misma tarde anterior a las elecciones, por un medio tan rocambolesco y sujeto a poder ser manipulado por un Gobierno opuesto a esta hipótesis como es un mensaje en una papelera de la calle. Es asombrosa la diferencia entre los medios empleados en el hecho y la escasez de ellos en esa reivindicación. Lo lógico hubiera sido, como en otros casos, empezar desde el primer minuto a reivindicarlo por diferentes canales e internacionales, aportando detalles que probaran su autenticidad.
Otra prueba indiscutible, por los hechos, y también dejada de lado por los comentaristas, de que el atentado no estaba fundamentalmente destinado a propiciar el cambio de gobierno, es que después de perder las elecciones el PP los terroristas intentaron por dos veces provocar atentados que hubieran podido producir incluso más víctimas, como el del AVE, aparte de que por último se suicidaron colectivamente en lugar de dejarse coger como prisioneros, como suelen hacer quienes ya han conseguido su principal objetivo. Si su interés fundamental hubiera sido cambiar de gobierno, lo lógico hubiera sido el que esos terroristas, indignados al ver que se quería atribuir a ETA su atentado para que el PP siguiera en el poder, hubieran organizado un nuevo y peor atentado en esos tres días, incluso en aquella manifestación sin precedentes por su número, su grado de manipulación y también por la imprudencia de convocarla sabiendo que estaban sueltos unos asesinos capaces de provocar la mayor matanza posible.
La mentalidad de esos terroristas no es la nuestra, y su guerra no es fundamentalmente contra uno de dos partidos concretos -entre los que en la práctica ni siquiera aquí vemos a veces demasiadas diferencias-, sino contra un país integrado en un Occidente que desde hace siglos ha invadido y devastado económica, política y hasta militarmente sus países. Y es un cambio a fondo de civilización, no sólo de partido, lo que se requiere aquí como en sus países, para que podamos alcanzar de verdad –todos o ninguno- la seguridad y la paz.