Cartas a la prensa – Política – Mundo en general – 2002

20020510. Disolver la ONU.

¿No sería absurdo, contraproducente, querer acabar por la democracia basándose en que Hitler subió democráticamente al poder? Porque sólo la mejora de los métodos democráticos puede librarnos de los dictadores. En forma parecida, ante su incapacidad para juzgar el ataque de Israel al campo de refugiados de Yenín, algunos piden, incluso en España, disolver esa organización, en vez de reformarla y reforzarla hasta que pueda vencer la resistencia de los poderosos.

Su indignación mal enfocada sirve en realidad a aquellos contra quienes protestan que, si no existiera ese aún tan débil federación de Estados, podrían imponer aún más fácilmente a los demás la ley del más fuerte, en vez de tener, como ahora, y no siempre con éxito, que manipular la ONU.

20020703. EEUU contra el Tribunal Penal Internacional.

Entre tantas malas noticias, hay que felicitarse de la instauración del Tribunal Penal Internacional, para lo que España ha contribuido en más de un sentido, y que constituye una pieza clave para un orden internacional más justo, objetivo central de las Naciones Unidas. Sin embargo, mucho queda todavía por hacer, dada la cantidad y calidad de los Estados que aún no lo han firmado. En particular, aquel país máximo impulsor de la fundación de las Naciones Unidas y de la democracia que fue Estados Unidos, que hoy no sólo no lo suscribe, sino se opone fuertemente a él, rompe muchos otros tratados internacionales en pro de los derechos humanos, aumenta su ya increíble presupuesto bélico, y sostiene cada día más su “libertad” de imponerse, con las razones del lobo de turno, en cualquier lugar del planeta. ¡Hasta tal punto los gases tóxicos del atentado a las Torres Gemelas el 11 de septiembre -tolerado si no promovido en favor de sus intereses por los halcones de Washington, según se va conociendo ahora- dañaron hasta convertirla en un monumento fúnebre a su vecina Estatua de la Libertad!