Política – Madrid – 2017

20170509 Cruel, hipócrita cartel municipal.

                               Sin distinción de ideología o religión, todas las personas bien nacidas se alegraron cuando hace un año el ayuntamiento de Madrid, como muchos otros en Europa, colocó en su fachada un enorme cartel: “Bienvenidos refugiados”. Pasado un año largo, ¿Dónde están los refugiados? El cartel sigue ahí, ennegrecido, como la conciencia de sus responsables, que no han tenido siquiera un mínimo de vergüenza para retirarlo o sustituirlo por otro que intente justificar su incumplimiento.  Queda, pues, como testimonio de su impudor.

20190912 La línea roja de Carmena.

                                 La vez anterior, cuando la alcaldesa de Madrid cedió un espacio público a quienes querían la separación de Cataluña, acaudillados por dirigentes de perfil más que dudoso y contra el parecer de la mayoría de los catalanes y de casi todos los demás españoles, Carmena pudo excusarse argumentando la libertad de expresión, que ellos niegan a los demás. Pero ahora que el Constitucional lo ha declarado ilegal, el no cancelar ya el permiso para utilizar un local público para defender el referéndum separatista sería cruzar una línea roja, cometer un acto ilegal que exigiría que se le aplicara rápida, eficazmente, la sanción correspondiente.

20170104 Política basura.


                                   La alcaldesa de Madrid no es la santa de mi devoción, aunque predique sermones en la Plaza Mayor para atraerse a la parroquia. Sin ir más lejos –y a cosas mucho peores- hace pocos días me retuvo durante un cuarto de hora, sin poder moverme ni salir, -detención o secuestro, como se le quiera llamar- dentro de un autobús municipal. Y todo por su idea, ya antes probada como insensata, de eliminar uno de los carriles de la Gran Vía cuando más falta hace. Pero hay también algunos opositores que se pasan tres pueblos, como en mi barrio de la Concepción y otros que frecuento, donde –desde hace tiempo y cada vez más- se dedican a tirar trozos de periódicos y revistas que sacan de los contenedores de basura, demostrando que ellos son iguales o peores aún que Carmena.