Cartas a la prensa – Política – Madrid – 2006

20060308. La hora de Gallardón.

Todos queremos tener un mejor trafico, como todos queremos ser felices; pero los métodos empleados pueden ser muy contraproducentes. Se podría sostener que algunas o muchas de las obras emprendidas al efecto hoy en Madrid son pertinentes a largo plazo, pero lo que las crudas cifras nos dan, y ha tenido que ser, pues, reconocido por el mismo alcalde, es que la acumulación simultánea de tantas obras (incluso con excusa de unas posibles Olimpiadas) está produciendo un grave empeoramiento del tráfico y de un endeudamiento público (es decir, nuestro) innecesario hasta un grado; acompañado por añadidura hasta de un empeoramiento de salud de los ciudadanos por los embotellamientos y un agravamiento de la contaminación.

Sería difícil deslindar el porcentaje en que se mezclan en este monstruoso desaguisado la obvia incompetencia del alcalde al planificar, su corrupción política de ligar su nombre y el de su grupo a tales faraónicas obras, y la gigantesca corrupción económica que multiplican por todas partes nuestros obligados sacrificios económicos. Cornudos y encima apaleados. Pero ya va siendo hora de que ese político empiece a pagar el también lo hecho, lo mal hecho y lo deshecho, en cantidades, repitámoslo, sin precedentes.

La gota que puede hacer derramar el vaso puede ser la revuelta de algunos barrios madrileños ante la tan prematura inconsiderada masiva implantación –incluso contra explícitas promesas en contrario- de aparcamientos de pago en zonas hoy aún muy periféricas, realizada con inconfesables fines recaudatorios, y todavía con la burla de intentar justificarlo no sólo con el sempiterno “es para bien de todos” sino con el descarado añadido de que esa barbaridad se ejecuta “a petición de los vecinos”.

Acabando de abrir los ojos a muchos sobre lo que realmente es ese político, esos enormes perjuicios obras habrán servido al menos para resolver el monumental atasco, también en otros temas, que hoy representa para los ciudadanos de Madrid este nefasto administrador de la obra.

20060312. Gallardón déspota.

En las convenciones de su partido el señor Gallardón se viste de piel de oveja, y habla de moderación, de diálogo. Pero cuando consigue el poder, como en Madrid, se quita el disfraz y muestra su carácter tiránico. Este faraón olímpico nos ha endeudado ya para los futuros decenios e, intentado salir algo del pozo en que nos ha hundido, acaba de subir salvajemente –los números no permiten otro adjetivo- las multas de tráfico y, nueva alcaldada, extender la zona de parquímetros por todas partes; en el sur, como se ha dicho, casi hasta Toledo. Gallardón privatiza así hasta las calles, ya que cree, como Fraga, que “la calle es mía”.

Todo ello, por supuesto, “por nuestro bien”; más aún –como se atreve a afirmar con desparpajo- “a petición nuestra”; en realidad, a petición de unos amiguetes que comparten su negoción, con unos manejos turbios que cada día están más claros. ¿Cabe un despotismo menos ilustrado, tan coherente con tantos aspectos de su ideología, y de su talante personal? Incluso en el edificio del Ayuntamiento, cuando sale de su despacho, hace “barrer” primero de personas los pasillos por donde va a pasar, por si acaso alguna algún día pretendiera importunarle. Ese es una prueba palpable del interés y confianza que tiene en el pueblo que le ha elegido.

20060327. Motín en Madrid.

¡Qué sorpresa para algunos políticos; ahora, para Gallardón! Las modernas y poderosísimas técnicas de manipulación de masas no son infalibles, no los hacen todopoderosos. Tantas obras mal planificadas, tantos presupuestos multiplicados impunemente después, tantos trabajos adjudicados torticeramente a empresas tan amigas como incompetentes, acaban pasando factura no sólo económica, sino política.

La gota que ha hecho rebosar el vaso ha sido ahora la sangrante imposición de innecesarios parquímetros. Basta asomarse en Internet a las fotos sobre su implantación en Carabanchel par comprender la indignación de unos vecinos, a los que encima se les replicaba con el bofetón de que ellos mismos lo habían pedido.

Otros barrios víctimas de esa “hazaña”, e incluso muchas zonas amenazadas con la pronta implantación irracional de esos tragaperras (involuntarios, engorrosos, mal menor sólo comprensible en puntos muy concretos), se están sumando a ese tan explicable motín, que amenaza el despotismo poco ilustrado del PP en Madrid ciudad, y hasta en toda la Comunidad, como ya reconoce alarmada su “presidenta por accidente” económico-político, des-Esperanza Aguirre.

20060405. Alcaldadas rechazadas.

”Un gato no tiene cinco patas, aunque le llamemos pata al rabo”, observó Lincoln. Haciéndose el listillo, en una enorme alcaldada, nuestro lamentable administrador municipal impuso, contra viento y marea, el nombre de “calle” a la M-30, para evitar el estudio de impacto ambiental. Como si esto fuera un detalle de lujo sin importancia, la salud y calidad de vida de los ciudadanos fue deliberadamente pisoteada por las ambiciones personales del Faraón Gallardón. Ese grosero y visible embuste ha sido, como es obvio, rechazado, a un coste enorme para todos nosotros, por la Unión Europea.

No contento con esa faena, para cubrir algo los disparatados gastos de esa tan mal llevada Obra, nos ha subido hasta extremos abusivos los servicios, las multas, e incluso ha invadido con parquímetros de pago lugares tan lejanos, que esa nueva obra constituye un completo desafío a la inteligencia. Y, por supuesto, todo eso lo ha hecho –ya puesto a perder todo rubor- “a petición del público”, que perdemos a raudales el dinero y hasta el tiempo con esa su pésima planificación del tráfico durante sus obras.

¡Quién me iba a decir que iba yo a añorar la mezquindad e inoperancia de Álvarez del Manzano, tan contento con sus innumerables procesiones, acompañado por una banda –musical- de la Falange!

20060505. Estériles lamentos en la izquierda.

Lo muestra una larguísima experiencia y las más recientes encuestas de intención de voto. El único camino que nos queda a cuantos consideramos negativo para Madrid y España el predominio del PP es una muy seria reflexión y rectificación de nuestro proyecto para Madrid. De lo contrario, con peores obras aún que el adversario político, seguiremos edificando impenitentemente el más insensato Muro de Lamentaciones: el que echa las culpas de la derrota no al adversario, sino al compañero, y no –al menos, en parte- a nosotros mismos, con lo que, tan cómoda como estérilmente, no tenemos nada que cambiar.

20060828. T4, monumento a la incompetencia.

He utilizado la mayoría de los grandes aeropuertos del mundo. Ahora, de acuerdo con las otras personas de aquí y de fuera que he consultado sobre el tema, puedo asegurar que la nueva Terminal 4 de Barajas gana a todos por el tiempo que hace perder a los obviamente apresurados y cansados viajeros, obligados en Madrid a recorrer distancias increíbles cargados con sus equipajes de mano. Al tener que lidiar a la fuerza con él y sufrirlo en sus carnes, ese modernísimo monumento a la más molesta, barroca, pretenciosa e irracional incompetencia provoca una primera y duradera impresión negativa de nuestro país y de sus habitantes, que “obsequiamos” a nuestros visitantes con ese recibimiento.

Mucho peor aún es nuestra situación, la de los nativos, que nos encontramos así condenados permanentemente a aumentar nuestro trabajo y acortar nuestro descanso en cuantos viajes emprendamos por vía aérea. Esperemos que pronto lleguen nuevos administradores que, en lo posible, y sin duda lo es (y sin demasiado coste, comparado con el evidente dispendio de recursos y espacio que hoy contribuyen a hacerlo antifuncional), remedien en parte esa indescriptible insensatez.

20060928. Dañinos Dráculas.

Dos veces me tropecé aquella mañana, en los alrededores de El Rastro, con un grupo de jóvenes vestidos de Drácula, que iban dando saltos e intentado asustar a los peatones. Pensé que era la leve gamberrada de los restos de una fiesta nocturna, o de una representación teatral de la anterior Noche Blanca. Por los medios de difusión me he enterado después con estupor que habían sido programados para hacer propaganda de las transfusiones de sangre. No sólo no se entendía ese mensaje, sino que la imagen de Drácula es, consciente e incluso inconscientemente, directamente negativa para ese loable objetivo. ¿Cómo se puede permitir tanta superficialidad, tan nociva iniciativa en un tema tan importante, incluso de vida o muerte, como las transfusiones de sangre? ¿En manos de qué ineptos ponemos nuestros recursos económicos y nuestra misma salud?

20061023. Botella animadora.

No le gustó la pregunta de una periodista, y por toda respuesta el señor Aznar le metió el bolígrafo por el escote; pero su mujer dice que eso no es machismo. Compró a sabiendas un ático ilegal, pero su mujer dice que eso es un tema menor. Con esos ejemplos en menos de una semana queda aún más claro quien ha contribuido desde dentro a que el señor Aznar sea así, y en qué estado se encuentra la Concejalía de Asuntos Sociales (¡!) de Madrid, dirigida por la misma señora, Ana Botella.

20061028. Nariz empinada.

Cuando va por la calle, va blindado por un impresionante servicio de seguridad; más aún, incluso dentro del edificio de la alcaldía, hace desalojar los pasillos cuando sale de su despacho para que nadie se le pueda acercar. ¿Cómo, pues, tiene el valor Gallardón de decirle a Sebastián que salga la calle a hablar con la gente? ¿Cabe mayor proyección inconsciente, mayor lapsus freudiano que éste de Gallardón? Defectos tendrá Sebastián, como todos, pero difícilmente podrá ser más “nariz empinada” y faraón endiosado que Gallardón, que por lo visto se ha puesto nervioso ante la primera estocada de Sebastián, dirigida certeramente al enorme problema que ha creado al multiplicar varias veces la deuda de todos los madrileños con unas obras excesivas y muy molestas, cuya terminación provocará asimismo un nefasto receso económico y de empleo artificialmente elevado durante este período de desmesurada y tan mal planificada actuación municipal.

20061122. Aguirre, la empleada respondona.

De entrada, dan ganas de reír, como en la célebre redacción escolar del niño rico: “Era una familia pobre. El padre y la madre eran pobres. El mayordomo era pobre. Los criados eran pobres. El jardinero era pobre. El chofer era pobre…”. Pero, tratándose de un adulto rico, no cabe sino una reacción posible: porque ¿qué haría usted con una empleada que, recibiendo cien mil euros al año, se fuera quejando públicamente y por escrito de que “no llega a fin de mes”, de que es “una mártir”?

20061123. Embustes Esperanza-dores.

Muy feo es calificar a otro de embustero, sin pruebas. Esperanza Aguirre, por evidente interés personal, se ha puesto a descalificar fríamente por escrito a sus mismos colegas, apuñalándonos por la espalda, al declarar falsamente (según las encuestas imparciales, y las de su mismo partido, el PP) que las encuestas le daban a ella una gran ventaja sobre Gallardón. Más aún: esta “señora” no ha tenido empacho en llamar embustera, arruinando así su reputación, a la periodista que le ayudó a montar su autobombo en su panfleto “La Presidenta” (¡!), negando ahora que hubiera hecho unas declaraciones tan sonrojantes que sólo a “señoras” tan nobles como ella pudieron siquiera ocurrírseles, como que su sueldo de presidenta no le permitía llegar a fin de mes. Lo que ocurre es que no se puede comprar siempre a todos, señora Aguirre, y la escritora le ha desmentido también con indignación.

Por todo ello no cabe sino calificarla a ella, y no a los demás, de lo que es, embustera y requeteembustera, con embustes que en definitiva le agradecemos porque revelan su total falta de escrúpulos, su deseo de medrar aunque sea pasando por encima de los cadáveres políticos de miembros de su mismo partido y de sus más fieles y entregados servidores personales. Son, por tanto, embustes muy esperanza-dores, porque sin duda harán abrir los ojos de muchos y evitarán que esta “señora” pueda seguir emponzoñando nuestra vida política y social.

20061208. Lo peor para Madrid.

Lo peor para Madrid, con serlo tanto, no son las innumerables obras públicas realizadas casi simultáneamente, con la única planificación bien pensada de enriquecer a los amigos y tener beneficios electorales entre los que consiga engañar, que han entorpecido nuestro tráfico hasta convertirlo en un infierno.

Ni siquiera es lo peor el coste económico de esas obras, no pocas inútiles, agravado por las prisas que ha multiplicado su monto, y cuya deficiente cualidad esa falsa urgencia obligará a costosísimas reparaciones posteriores, triplicándose así la deuda pública que ya pesaba sobre cada uno de nuestros bolsillos.

No: todavía peor que todo ello, e irreparable, es el tremendo perjuicio a la salud de los ciudadanos que está provocando no sólo la sustracción de los recursos debidos para mantener y aumentar los elementos de higiene y salud de todos, sino el ataque directo a la salud que supone ese agravado tiempo de desplazamiento y la contaminación provocada por esas obras públicas desmesuradas, habiendo superado ya Madrid, en un récord “olímpico”, uno de cada cinco días, niveles de contaminación legalmente permisibles. Vamos, que estos políticos ya no nos dejan literalmente ni respirar, y hacen siniestramente verdad el “De Madrid al cielo”.

20061211. Liberal con la vida ajena.

¿Cómo es posible que aún no haya organizado un concurso, en nombre del liberalismo, para tomar hamburguesas gigantes “La Presidenta” Esperanza Aguirre? ¿Acaso no se ha repuesto aún de los palos que le han llovido por no llegar a fin de mes, o dar tantos golpes bajos a su colega Gallardón poco antes de las elecciones? Porque enfrentarse en nombre de la libertad y el comercio al Ministerio de Sanidad tiene que ser para ella –nunca mejor dicho- ya pan comido, cuando no ha tenido el menor empacho en enfrentarse a la ley del Ministerio contra el tabaquismo para favorecer la libertad de envenenar a otros, el libre comercio a costa de la salud de los demás. Por sus ideales liberales, por su partido, Aguirre ha demostrado de sobra ser capaz de dar hasta la vida… ajena.