Política – General – 2006

20060113. Golpes y golpes.

                                Los más jóvenes no recuerdan –hasta tal punto se desconoce ya la historia, por intereses tan evidentes como nocivos- que mientras que el ejército que iba a destruir su reino milenario estaba a las puertas de su capital, los intelectuales de Constantinopla se dedicaban a discutir sobre el sexo de los ángeles. Aquí se dedican a discutir el sexo del angelito recién nacido, y sobre la conveniencia de modificar un artículo de la Constitución para que, siendo de sexo femenino, ese angelito pueda reinar dentro de unos 50 años. En cambio, esos intelectuales se resisten a enfrentarse a la urgencia de modificar otro artículo de la Constitución que está siendo de nuevo invocado por un repetido y creciente ruido de sables, agigantado por conocidos medios de difusión, para justificar un “golpe de timón” en defensa de esa misma Constitución, como ya fuera esgrimido el 23-F.

                                Intentado tranquilizar a la ciudadanía contra un “absurdo alarmismo”, el portavoz del Gobierno de España declaraba, irónico: -“Hay rumores de un levantamiento militar. Yo, señores, me voy a acostar”; era el 17 de julio de 1936. Muchos años después me respondía tajante: -“Este Ejército no tiene nada que ver con el de España del 36; es constitucionalista” otro profesor de políticas y amigo personal, asesor entonces de Allende en Chile, poco antes del 11 de septiembre 1973. La pretendida diferencia total de circunstancias lleva al agnosticismo, a la ignorancia de la historia y, en modo distinto, pero siempre peor, al menos para los que deben sufrir de nuevo la irresponsabilidad de sus políticos e “intelectuales”, a repetirla. Es evidente que pueden dar un eficaz “golpe de timón” no sólo los golpes triunfantes (1936), sino los golpes “fracasados” (1981); e incluso, si encuentran un número suficiente de gente que “comprende” sus razones, los golpes “sólo” anunciados o insinuados (¿2006?).

20060119. Los mejores de España.

                         Explican la actual agitación ciertas circunstancias inmediata internas y externas al cuerpo, pero quizá la más importante es que durante mucho tiempo, para compensar la poca paga, los excesivos servicios reclamados, y conseguir una adhesión indebida a un grupo ideológico o a un dictador, se exaltó desmesuradamente el orgullo de los militares, proclamándolos como los mejores, los más patriotas, los salvadores de la patria.

                         Hoy mismo, en un conocido diario capitalino, un capitán de corbeta intenta imponernos a todos su –por lo demás, respetable- ideología, apelando a su sacrificio, a los meses que pasa en el mar lejos de su familia para defendernos. Pero ¿no pasan también meses en parecidas circunstancias los pescadores,  para darnos de comer? ¿No se rompen las pestañas durante muchos años, y muchas noches de guardia, muchos médicos para salvarnos la vida? ¿No se esfuerzan otros dirigentes políticos o intelectuales por mejorar nuestra hacienda y convivencia? La “aristocracia”, es decir, el gobierno de los mejores, que todos queremos para España, sólo es real cuando está abierta a todos los estamentos de la sociedad, que peligra cuando el corporativismo de un sector intenta imponerse; lo que, por razones obvias, ha sido más difícil en ciertos gremios, como los pescadores o médicos, que en los de ideólogos (laicos o religiosos), políticos o militares.

20060217. Locos como Aznar.
                     Hay que decir, en su honor, que el animal relativamente racional lo es ya lo suficiente para comprender que, para ser un día realmente equilibrado y feliz, no le bastaría llegar alguna vez a ser de verdad racional. De ahí que haya puesto ambiciosamente su meta más allá aún, y sueñe ser un día no sólo “animal racional”, sino “homo sapiens”. Pero la inmadurez de esa misma primera etapa de racionalidad hace que no pocos sueñen –esa es la palabra- con haber llegado e incluso superado ese ciclo, si no ellos mismos, al menos otros seres extraordinarios. Y la verdad es que no siempre es fácil distinguir a los sub de los supra racional, a los locos de los genios, y no pocos de los hoy reconocidos como genios en las artes, en lo filosofía, en las ciencias e incluso en las matemáticas han pasado por periodos, o terminado finalmente, en la más completa locura.

                      Es humanamente lamentable que algunas culturas marginen e incluso maten a los locos, o a los que consideren tales (herejes, disidentes políticos). Pero aún padece más la sociedad cuando les considera tan tocados por la divinidad, superioridad, que les otorga el mando de la comunidad, como a los chamanes o directores de sectas. En los grandes Estados modernos, ciertos filtros y especializaciones limitan algo el desastre haciéndoles “sólo” influyentes del poder, como Rasputín o López Rega. Cuando llegan directamente a mandar esos locos, la catástrofe es total, como con Hitler o Pol Pot.

                        Ante la inminencia de las elecciones en Italia, algunos pudieran pensar que estas reflexiones se encaminan a encuadrar las declaraciones del candidato que ha proclamado ser “el Jesucristo de la política”, Berlusconi. Pero éste no es un loco, sino un pillo; los locos son los que le votan. Muchísimo más grave, y por eso siempre debemos tenerlo presente, es el problema del iluminado que ha declarado tener una misión divina para atacar al mundo, el Bush hijo… de Bush. Aquí y ahora, por tocarnos más de cerca, conviene también estar alerta ante el relacionado problema del ex (por ahora) gobernante español que, desde el exilio voluntario en que de ordinario vive tras inmensos fracasos por sus antológicas mentiras en guerra y consiguiente atentado, ahora se declara dispuesto a ser nada menos que un nuevo Napoleón… americano, un Bolívar. Esperemos, para bien de América (del Sur) y nuestro, que no encuentre ningún otro de su cuerda, que haya un mínimo de cordura ambiental para que esto no pase de un ser un desahogo normal en su actual situación anímica, y no cause aún más daños.

20060302. El sistema oligárquico español.

                       Una foto, portada de algunos diarios en toda España, debería hacernos reflexionar sobre la verdadera naturaleza de nuestro sistema político. Se trata de una dura carga policial contra doscientos jornaleros que protestaban por la condecoración impuesta por Chávez, como “Hija Predilecta de Andalucía”, a la duquesa de Alba. Las cifras están ahí: posee 34.000 hectáreas, en sus cortijos no se cumplen los convenios, tiene inmigrantes sin papeles y recibe millones de euros pagados por todos nosotros en subvenciones europeas (incluso su palacio en Madrid reclama subvenciones nuestras para mejorar su calefacción), mientras que en Andalucía hay 500.000 jornaleros sin trabajo ni tierras, y en España ocho millones de pobres.

                        Mi madre, catalana afincada en Sevilla, observaba sonriente –hasta que le salió un hijo sociólogo- que “Sevilla es el pueblo más grande del mundo: todos se conocen”.

Tan limitada era, y es, su clase dirigente.  España entera es una monarquía, pero muy limitada, podríamos decir simbólica. También es una democracia, en un grado algo mayor, pero asimismo limitada y simbólica. Lo que predomina, en la economía, como en la política, como en la cultura, son unas docenas, cientos o incluso miles –según el sector- de apellidos famosos, de una autodenominada aristocracia del dinero, del saber, de las comunicaciones, etcétera. Esas familias con frecuencia se dividen estratégicamente, para estar siempre en el poder político, sea cual sea el partido gobernante de turno. Sus partidarios le llaman el gobierno de los mejores, de los técnicos, de los experimentados; sus enemigos, el sempiterno caciquismo; los sociólogos, entre la monarquía fantasma del pasado y la democracia que intenta consolidarse, no podemos menos de constatar que nuestro sistema es preponderantemente oligárquico.

20060314. Gratuitos y funestos referéndums.

                         Acabamos de pasar como de puntillas, en un silencio forzado por tanta mala conciencia individual y colectiva, por el veinte aniversario de un hecho que cambió profundamente la historia de España, “mi mayor error”, según reconoció el jefede Gobierno de entonces, González. También fue el último y definitivo error del jefe de la oposición, que perdió su puesto y tuvo veinte años de endulzado destierro en su tierra natal, Fraga, por haber propugnado un absurdo abstencionismo en ese referéndum de la OTAN. Más que el contenido aparente del tema, la pertenencia a la OTAN, que de un modo u otro se hubiera realizado, lo más funesto fue el modo chapucero, antidemocrático, con el que el Gobierno de González impuso con múltiples chantajes, su tesis de ese momento, quebrando un PSOE que ya nunca se ha podido reponer de ese golpe, y desvirtuando el juego democrático del país.

                          De manera, por desgracia, demasiado parecida, el nuevo jefe de Gobierno del PSOE ha impuesto un referéndum gratuito no era necesario (bastaba la aprobación parlamentaria), para una torticera Constitución europea, cuya desaprobación tampoco habría modificado nuestra situación en la Unión. Y también Zapatero ha utilizado un rodillo antidemocrático para acallar a la oposición interna y externa a su partido, imponiendo incluso un lema “institucional” judicialmente reconocido como anticonstitucional (“Los primeros en Europa”), para terminar por calificar de victoria “aplastante” (aunque aplastante, en realidad, sí que lo fue) un mísero y casi ridículo resultado de tanto chanchullo, inferior a un tercio del censo electoral, con un porcentaje casi idéntico a la también pírrica –para España y para el PSOE- “victoria”  gubernamental del referéndum OTAN, y eso que ahora tenía el apoyo nominal del PP. ¿Será verdad que lo único que se aprende de la historia es que no se aprende de la historia, y que, por olvidarla, nos vemos forzados a repetirla?

20060316. Democracia, políticos y periodistas.

                               Sin demasiada diferencia entre sus colores, heredera inmediata de una dictadura cuyos monumentos han usurpado hasta nuestros días lugares de honor, una engreída clase política ha seguido creyéndose también ella representante total y exclusiva de los ciudadanos, en otra modalidad de despotismo ilustrado, al que han incorporado ahora de modo populista, para disimular, a algunos dictadores de papel de periódico o de micrófono. Y tienen el descaro de pretender que son ellos y sólo ellos, los políticos, los que cambian los gobiernos, siendo los ciudadanos sólo sus ovejas, o los cabritos engañados por los malos pastores de la competencia. Todos recordamos la pretensión de Ansón de haber sido él, con un puñado de otros conspiradores de su cuerda, de nuevo activísimos en su campaña de desestabilización gubernamental actual, quienes acosaron al anterior gobierno del PSOE, como antes Alfonso Guerra se quejaba públicamente de que “media España se había vuelto loca” cuando no votó… Guerra.

                                Un grupito de dirigentes políticos, cada vez más autoritario, a medida que va perdiendo las esperanzas de seguir con su dictadura de hecho bajo capa de democracia, ha emprendido desde hace ya dos años una guerra psicológica, al fracasar su torpe intento de golpe de Estado mediático del 11 al 13 de marzo del 2004. Lo inconfesable de su delito le lleva a intentar paralizar la vida social de España, deslegitimando a cada momento, y con las más peregrinas y variables excusas –que a veces no tienen vigencia ni 24 horas- el cambio de gobierno que votamos los españoles, atribuyendo freudianamente el vuelco (ya realizado, por lo demás, en las anteriores elecciones municipales y europeas) a una mera conspiración de los políticos del PSOE y sus medios de difusión afines, y no a los ciudadanos. Y eso a pesar de que ahora conocemos de sobra que en la cúpula del PSOE hubo mucha indecisión y divisiones sobre el intervenir y cómo en esos días, con una pasividad que asombró a muchos ciudadanos y políticos de terceros partidos y se reflejó en su tan tardía y parcial actuación; y cuando los mismos medios afines al PSOE reflejaron esa ambivalencia y pasividad, llegando a desaconsejar públicamente las movilizaciones ciudadanas del 13-M, que múltiples testimonios de sus protagonistas, y estudios imparciales han mostrado ser determinantes para explicar los hechos, no sólo a los famosos mensajes en los móviles, sino en los medios de difusión digitales, consignas, pancartas, etcétera. ¿Cuándo aprenderán los políticos el ABC de la democracia, el reconocer y respetar los distintos medios de expresión de los ciudadanos, no sólo su voto cuadrienal… y eso sólo cuando les es favorable personalmente a ellos?

20060323. Demócratas de arroz.

                         Los Estados Unidos acaban de obtener una nueva resonante victoria, no ya en Irak, sino en toda Europa, contra los más elementales derechos humanos, como es el derecho a no ser torturado, y serlo sistemática, colectiva, promiscua y, en una palabra, gratuitamente. Si el día en que se descubrieron las torturas en Abu Ghraib hasta el más pro estadounidense diario madrileño tuvo la honestidad de denunciarlo en titulares como “Traición a Occidente”, hoy ese Occidente, esa Europa que se enfrentaba al imperio como el último bastión de la justicia ha renunciado en gran parte, por boca de indignos políticos, a seguir siéndolo.

                        En efecto: Europa acaba de aceptar colectivamente ante la emisaria del imperio, no sólo el que este no se comprometa a no torturar en el futuro, sino, retirando sus recientes protestas, se ha doblegado a asentir a su propia complicidad para tener en suelo cárceles torturadoras estadounidenses o, al menos, a colaborar, siendo escala de tantos y tan siniestros vuelos con torturados, y ha admitido como buenas unas vagas explicaciones estadounidense. Aceptación rápida y total para que, como se ha escrito, no estalle en las caras de esos mismos políticos su ya larga y vergonzosa complicidad con esas otras, lo que conocemos en gran parte gracias a la prensa europea, reducto de una libertad que nuestros políticos han prostituido hasta ese punto.

                        En la China del pasado se llamaba despectivamente “cristianos de arroz” a los que admitían el cristianismo por las limosnas que recibían de los misioneros. Mucho más culpables, por no estar acuciados como aquellos chinos por el hambre, estos dirigentes europeos que aceptan ese nuevo “american way of life”, esa “nueva democracia”, merecen ser llamados con toda propiedad “demócratas de arroz”, por someterse voluntariamente a la misionera de esa “buena nueva”, la señora Rice, la “señora Arroz”, como traducía irónicamente hace ya tiempo el rey Juan Carlos. “Señora Arroz” que es, ella misma, un lamentable ejemplo de cómo ese imperio machista y racista llega a encontrar fieles cómplices en quienes, como ella, debería ser vitalmente solidaria de esos grupos marginados que son, en su mismo país, las mujeres y los negros.

20060418. República denostada por el franquismo.


                             El carácter español no está hecho para la democracia, repetía de mil maneras y por sus mil conductos, para auto justificarse, el franquismo. No importaban las razones, achacando esta pretendida peculiaridad nuestra a veces a que éramos demasiado pícaros, y otras a que éramos especialmente buenos, como lógico resultado del amor a la verdad, que no podía ser sino una, y de la santa intransigencia contra el mal de los españoles.

                             Muerto en su cama el dictador, el deseo de algunos y la presión internacional llevó a una milagrosamente repentina conversión masiva a la democracia. Claro que, para justificar el cambio, hubo que negar toda apariencia democrática a la anterior república, con lo que la dictadura había resultado inevitable, un mal menor, y más natural el cambio a una, ahora sí, auténtica democracia.

                              Sólo con el paso de los años, con la mayor madurez colectiva y la desaparición física de muchos responsables de la dictadura, se va empezando a reconocer el carácter exagerado, simbólico, de esa demonización de la república, y rescatando sus relativos –como en todo régimen- logros en aquella época. Un paso más, y recobraremos un juicio más equilibrado, que tenemos ya cuando hablamos de otros países, admitiendo lo obvio: que, si un régimen republicano no garantiza una plena democracia, una plena democracia pide lógicamente un régimen republicano, como ya han reconocido todos los países americanos y cada vez más los de Europa, donde las pocas monarquías que aún quedan son sólo nominales, auténticas reliquias históricas, meros símbolos de un pasado, sin trascendencia política. Es ya la monarquía realmente tal, no la república, lo que no es viable hoy en nuestro continente.

20060425. No hace falta Judas.

                      El problema de fondo del Evangelio de Judas es que de rebote reaviva un escándalo capital subyacente a nuestra cultura. Porque, aparte de Judas, y por más que se afirme en abstracto que “no hay que hacer el mal para que venga el bien”, el hecho es que todo el Nuevo Testamento, tanto los hechos narrados en los Evangelios como su ideología, subrayada después mil veces por san Pablo, se basa en el sacrificio del inocente para salvar al mundo culpable. Es el mismo sacrificio humano en que también se basaba el Viejo Testamento, aunque allí Yahvé detuvo en el último segundo el golpe ficilida del creyente Abraham. “Conviene que un hombre muera por todo el pueblo”, leemos en el Evangelio que dijeron los sacerdotes y escribas del Templo para sacrificar a Jesús.

                       Hoy cambia no sólo la cantidad, sino la calidad, y se justifica que mueran 17 inocentes por si con ello se hubiera podido matar a un culpable de Al Quaeda, o  que perezcan docenas de miles de iraquíes para prevenir atentados  a muchos menos estadounidenses. Y no se trata sólo de Bush, o de los Estados Unidos: el bienestar y paz social interna del hemisferio Norte justifica también en Europa las guerras y muertes por hambre del Sur. Una oportuna religiosidad, una divinidad hecha “a imagen y semejanza” del Pueblo Elegido “occidental” vuelve a permitir, incluso ordenar, como en tiempos de Yahvé, el genocidio, incluidas mujeres y niños, de los pueblos paganos, acusados ya entonces de ser “el eje del mal”, los únicos que sacrificaban gente a los ídolos. Y lejos de arrepentirse pronto hasta suicidarse, los que medran titulándose discípulos de Jesús, con mayor fe que Judas en el valor redentor del sacrificio… ajeno, son los más fieles colaboradores de los más poderosos beneficiarios de ese sistema que sacraliza el sacrificio de los inocentes.

20060515. Peligros de la paz rota.

                          ¡La que nos puede caer encima, a todos y, con toda justicia, a nuestro Gobierno, con una mayor PAZ ROTA! Porque es bien conocida la desmesurada ansia de protagonismo, de colgarse medallas, del ministro Bono. Lejos de España, en América, acaba de ponerse, dice un comentarista, una “triple corona”: la de su ministerio de Defensa, la del de Exteriores e incluso la de Zapatero. Reculando, de un modo tan vergonzoso como contraproducente, para hacerse “perdonar” la salida de Iraq, y como demuestran otros gestos suyos, cabe poca duda de que habrá cedido en sus conversaciones secretas, por encima de los mismos deseos de los Estados Unidos, respecto a sus bases militares aquí.

                          Sabemos que Bush quiere concentrar en Rota su principal fuerza militar “contra el terrorismo”.  Hay especialistas que han señalado el peligro de que se monte así en Cádiz una especie de “Guantánamo español”. Y para quienes no les importe mucho los derechos humanos… ajenos, hay que añadir que, por el  “simple” hecho  que desde nuestro suelo partirán aún más aviones y barcos que los que ya que mataron a docenas de miles de inocentes en Afganistán  y en Iraq, España atraerá cada vez más la venganza de quienes –terroristas de entrada, o no-, se sientan identificados con las víctimas –inocentes o culpables- de esas acciones bélicas, posibles o “sólo” facilitadas gracias a nuestra colaboración con esa Base, esa permanente PAZ ROTA.  Porque de ese modo España participará de hecho, más que en tiempos de Aznar, en la acción bélica estadounidense.

                             No es pues de extrañar que, más pronto que tarde, volvamos a ser víctimas, dentro o fuera de Andalucía, de nuevos y peores atentados que los que han culminado, por ahora, en el 11-M. Y si unos nuevos centenares o incluso miles de muertos serían una terrible desgracia  para nuestro país ¿cuál sería el estado en que quedaría nuestra situación social y política tras esos  nuevos atentados, no habiendo ya ninguna organización política capaz de ser una alternativa real ante la situación catastrófica a la que nos habría abocado también esa nueva nefasta política de colaboración bélica con los Estados Unidos emprendida por este otro Gobierno, que se habrá mostrado incapaz de escarmentar en cabeza ajena?

20060520. Matrimonios políticos, sexuales o no.

                         Las recientes declaraciones de Leguina de que sólo admitiría ser candidato a alcalde de Madrid si no lo fuera Gallardón me han hecho recordar, salvadas las obvias distancias, incluso sexuales, el casamiento, hace menos de un año, entre un parlamentario del PP y otro (otra) del PSOE.

                         Ese matrimonio parece, de entrada, una feliz confirmación de la democracia. Pero si analizamos de cerca, quizá no sea tan positivo. Porque una cosa es respetar las ideas del adversario político, e incluso alcanzar pactos puntuales para realizar una parte de su programa,  y otro entregarse amorosamente a él en matrimonio, lo que, como es obvio, de ir bien, facilitará el que el otro pueda realizar mejor su propio proyecto, no sólo distinto, como Coca-Cola y Pepsi-Cola, sino parcialmente distinto y hasta contrario, incompatible. Y cuando, como aquí y ahora en España, uno de los dos sostiene que el partido al que representa el otro miente, se corrompe y destruye el país, sólo caben dos hipótesis: o que se lo cree, pero está esclavizado por el amor y pasa por todo indignamente, traicionando su ideología política y la representación que de ella ha conseguido de los ciudadanos; o que en realidad no cree lo que sostiene ante la ciudadanía de la que es diputado, en una no menos  vergonzosa y socialmente dañina corrupción.

20060522. Construcción, 1-Constitución, 0.


                         Sería ingenuo pensar que iban a actuar de otro modo los poderosos intereses económicos y políticos que han perpetrado el mayor robo de la historia de España, estafando, sobre todo, a la juventud. Para ocultar su latrocinio y quitar credibilidad a quienes les denuncian por ello, han intentado denigrar y marginar de muchos modos a la juventud, haciendo, por ejemplo, una propaganda durante semanas de los botellones, pero callando o ridiculizando las convocatorias para reclamar el derecho a techo que reconoce nuestra Constitución, anulada por los actuales dueños de la Construcción. Su censura ha llegado hasta el extremo de inutilizar “por defectos técnicos” hasta las cámaras de televisión de los lugares donde se han celebrado las sentadas de protesta.

                      Para completar la faena, de un modo tan lógico y planificado como lamentable, ahora han enviado sus policías para reprimir violentamente la protesta en Madrid, a pesar de que una semana antes, tras sentarse, los jóvenes se habían levantado y se había manifestado –por sorpresa entonces, claro- ante el Parlamento, Palacio Real, etcétera, sin provocar incidentes. Pero tenían que acallar sus justas reclamaciones, precisamente por serlo, con el único argumento contundente de los que no tienen otro más razonable: una policía a su servicio, “privatizada”, politizada. La policía que ya al empezar esta última protesta por una vivienda digna se exhibió masiva e intimidatoriamente, pidiendo incluso el DNI a quienes estaban en la Puerta del Sol. La que después secuestró a centenares de personas, incluso a una pareja de viejecitos, no dejándoles salir de esa plaza, “no fueran a desmadrarse”.

                     Esos caciques del siglo XXI se ceban, después, especialmente contra los más débiles, contra la juventud y, después de haberlos dejado sin casa, ahora no les dejan ni la calle. “La calle es mía”, repite la policía a las órdenes del partido fundado por quien nunca renunció a esa frase suya ni a su pasado franquista. De modo que, con las casas y las calles cada vez más “privatizadas”, inalcanzables, lo está siendo, por eso mismo, una democracia real.

20060603. Democracia aplastante.

                           Dos grandes diarios, en Madrid y Barcelona, han proclamado en grandes titulares: “Arrasó Uribe”.  La realidad es que su victoria representa sólo al 22 por ciento de los electores colombianos. Aquí en España, Zapatero calificó de “aplastante” su victoria en el referéndum sobre la Constitución europea… que obtuvo el respaldo de sólo el 31 por ciento de los electores; aunque sí fue aplastante por el trato que el Gobierno dio a los partidarios del no, y por su campaña, en la que la Junta Electoral tuvo que hacerle rectificar, por juego sucio, hasta su lema central. Los “dueños del adjetivo” muestran, pues, de modo aplastante, arrasador, el respeto que tienen a la democracia.

20060623. Políticos extraterrestres.

                         Hemos tenido que comprobar con indignación muchas veces hasta qué punto son distintas y distantes las preocupaciones de los políticos de los problemas los tan mal “representados” ciudadanos normales; por ejemplo, con todo el proceso de gestación y aprobación del Estatuto de Cataluña. Hoy me entero de otra “perla”: El intento de algunos políticos “de trapío”  montar nada menos que en el Senado una asociación taurina, de la que sólo a última hora se han desmarcado, ante la enormidad del intento, y las presiones recibidas, algunos “representantes” nuestros. ¿Cómo es posible que, primero, no tengan mejor cosa que hacer, problemas más acuciantes de nuestro país a los que prestar atención, y después, que tengan el “valor” de promocionar una actividad cruel, rechazada con indignación ya por la mayoría de los españoles, y que pronto, esperamos, será prohibida por le UE, ante la incapacidad de nuestros políticos en poner coto a esa salvajada?

20060704. La tragedia de Valencia.


                         Unos dirán que, lejos de escandalizarnos, como los que no tienen fe, Dios trata así a sus elegidos, como le reveló a Santa Teresa cuando ésta se le quejó por haberse roto un hueso en un accidente. Otros, en cambio, pensarán que el mejor homenaje a las víctimas es buscar sus causas evitables y ponerles remedio para el futuro. En todo caso, parece difícil negar que el número de muertos en el accidente de Metro de Valencia habría sido menor si el tráfico de superficie no hubiera estado limitado por los cortes relativos a la próxima visita del Papa.

                         A esto quizás habría que añadir, según denuncia de los sindicatos valencianos, la poca preocupación por el mantenimiento del Metro por parte de las autoridades, cuya atención y recursos están tan extraordinariamente polarizados por esa visita; o, si este accidente se debe también o exclusivamente al exceso de velocidad, como dicen ciertas autoridades, esté originados por los problemas extraordinarios del conductor, que sin duda conocía el recorrido, pero que ahora estaría quizá –repito, quizá- muy preocupado por los cambios de servicios que dicha inminente visita papal necesariamente implicaban para su vida.

                         Conforme a su ideología, pues, unos considerarán que el hecho se resuelve en un mayor número de personas llevadas antes al cielo con más meritos; para otros, la tragedia toda entera o, al menos, el mayor número de víctimas mortales y heridos –valencianos y peregrinos- son la consecuencia de una excesiva polarización por parte de los responsables oficiales en un acontecimiento que, muy lejos del espíritu evangélico, está concebido como un desproporcionado gran espectáculo destinado, según a veces se tiene el descaro de admitir, a promover determinados intereses económicos y políticos.

20060716. Seguridad y libertad.

                         Tras el varapalo que el Tribunal Supremo ha dado a Bush, obligándole a reconocer los derechos humanos en Guantánamo, un especialista estadounidense ha manifestado su esperanza de que sus conciudadanos recobren el valor suficiente para defender su libertad, que incluye la de los demás, sin entregarse a dictados como los de la infame “Ley Patriótica”, y a pánicos tan vergonzosos como los ligados al miedo al ántrax. Ya lo dijo otros estadounidenses, B. Franklin: “Quien renuncia a la libertad por la seguridad, perderá la una y la otra”, y lo estamos viendo en el desorden cada día mayor en Irak, Medio Oriente y el mundo entero.

                          Quizá también nosotros, además de criticar con toda razón a los Estados Unidos, podríamos aprender hago de ese triste ejemplo, en vez de escudarnos hipócritamente en él para considerarnos, sin más, mejores. Porque la obsesión por la seguridad que nos inculcó la crisis que culminó en el 1936-1939, y la exaltación del “orden establecido” por un régimen autoritario basado en recorte de libertades, nos llevó a hacer una transición tan suave y, en tantos aspectos casi imperceptible, que nuestras libertades reales están aún en muchos aspectos todavía congeladas. Sólo treinta años después de la tranquila muerte del dictador nos atrevemos a condenar en el Parlamento, no solemnemente, sino como de pasada, su sangrienta tiranía; fecha en la que, a pesar de hacerlo con nocturnidad o excusas de “remodelar la zona”, todavía quedan algunas estatuas públicas, para no hablar de calles o plazas, del Generalísimo. Eso sí, tenemos el valor, y la libertad, de llamar a nuestra conducta una muy prudente transición, y ponerla como ejemplar para otros países.

20060729. Caro veraneo inmoral.

                    Para mantener la ley y el orden y defender la moral y buenas costumbres, la civilización occidental creó tribunales que admitían delaciones anónimas, empleaban sistemáticamente la tortura, se lucraban de los bienes de sus condenados y los quemaban públicamente, amordazados, “por la paz y salvación de todos”, como cismáticos, herejes o brujos, tanto en el norte de Europa como en el sur; aquí con la, entonces, popular Inquisición.

                   De manera aún más sistemática, masiva y, con frecuencia, arbitraria, hoy las autoridades del principal gobierno occidental secuestran, encarcelan y matan masivamente, incluso desde el cielo, con la complicidad silenciosa e incluso el apoyo directo de sus países satélites, como somos los de Europa respecto a los Estados Unidos de América.

                   Dado que la ciudadanía no puede soportar psíquicamente tamaña complicidad en tan tremendos crímenes, hay  un constante sermoneo en los medios de difusión para acallar la voz de las conciencias individuales, de veraneo indefinido mientras se consuman las interminables matanzas en distintos países de Oriente Medio y África. Pero esa sordera voluntaria, ese “veraneo moral”, nos está pasando ya una factura muy cara, de la que la del petróleo, con ser grande, es muy minoritaria; factura que del campo económico se va extendiendo también al psíquico, comenzando por la espada de Damocles de la inseguridad en medio de nuestro confort; y que empieza a incluir hasta el coste máximo,  la vida, con la proliferación de atentados terroristas masivos en Occidente.

20060803. Herencias dictatoriales.

                       ¡Que tristeza para los verdaderos amigos de la libertad, y que bochorno para sus países, cuando sus dictadores, incluso tras muchos decenios de tiranía, sólo son vencidos por la biología, por la muerte, llámense Franco o Castro! Ni acaban lógicamente así los problemas, porque entonces los herederos de la no políticamente derrocada dictadura siguen aprovechando sus estructuras para mantener, bajo distintos disfraces, sus vergonzosos privilegios sucesorios.

20060822. Incendiarios de la política.

                        La justicia tendrá que analizar hasta qué punto el gobierno gallego y el central han cumplido con las normas antes, durante y después de los incendios en Galicia, que por su concentración y localización sin precedentes han sido en su mayoría, sin duda, obra de manos criminales, por intereses inmobiliarios o por cálculo político, y la posible conexión entre esas personas e intereses. Pero todos debiéramos, como en otros casos de terrorismo, unirnos para detener a tan dañinos criminales.

                        Es verdad que hemos visto algún intento de aprovechamiento partidista al respecto por una ministra del PSOE, achacando parte de los incendios a empleados despechados del anterior gobierno, sin tener pruebas de ello; pero tal conducta ha sido afeada desde el mismo PSOE, y su autora ha tenido que excusarse. En cambio, el PP no sólo ha más que duplicado los datos de hectáreas quemadas, y mantenido sus falsas estimaciones, en contra de las agencias internacionales, sino que ha culpado sobre todo de la tragedia, no a sus evidentes actores, los incendiarios, sino a una total inoperancia de las autoridades. El PP no habrá incendiado físicamente los montes con sus manos, pero pretende apoderarse del botín buscaban al hacerlo los delincuentes que no vacilaron para ello en quemar la tierra que les vio nacer. “Quien roba a un ladrón, tiene cien años de perdón”; pero muchos más de castigo merecen estos auténticos incendiarios de la política.

20060902. Resignaciones y rebeliones.

                     La técnica moderna ha permitido transformar en el Norte el “pan y circo” romano en “pan hasta engordar y televisión”, nuevo circo a domicilio que ofrece diversas pistas de espectáculo simultáneo al cliente, desde las telenovelas hasta el fútbol.

                          El éxito económico del Norte, trayendo materias primas y mano de obra aún más barata del Sur, ha hecho así menos necesario el inculcar una ideología de sumisión clásica, como la de la reencarnación en castas de la India o el “islam”, que significa literalmente eso: “entrega” a la voluntad de Alá.

                           La revuelta de una mínima parte de la juventud aún no bien integrada se desfoga quemando coches en París o maltratando a los aún más marginados, o más débiles por su sexo o edad en España. Miserable cobardía, pero no siempre mucho mayor que la de tantos que se rinden, murmurando sólo por lo bajo, y forman largas filas  para conseguir cualquier empleo que le permita pagar, entre otras, su cadena perpetua hipotecaria, sin atreverse a luchar eficazmente para conseguir  una mayor libertad económica y general.

20060907- Español avergonzado.

           Durante el franquismo me sentía avergonzado de estar bajo un régimen que comenzó con bendición de Hitler y terminó admirado por Pinochet. Ahora me encuentro con una España-que-va-bien… exportando ilegalmente armas a las peores dictaduras del mundo, como la los talibanes; una España cuyo presidente ha sido de los principales defensores en la Unión Europea de seguir ocultando  dolosamente los perjuicios para la salud de las vacas locas (como ha hecho también Aznar ahí con el tabaco); y donde ahora mismo hay ministro que aconseja que se vendan las harinas cárnicas dañinas… a África y América Latina. ¿No parecen nuestras autoridades demasiado empeñadas en reivindicar a su manera el pasado, el “Detrás de mí vendrá, quien bueno me hará”?

20060911. Teología.

                         Al inocente comprador de un vagón de sardinas que, al querer probarlas, protestaba al comprador porque estaban podridas, éste le respondió indignado: “-¡Usted está loco! ¡Esas sardinas no eran para comer, sino para negociarlas!”. Suelo contar esa parábola de La Codorniz para explicar lo que me pasó cuando tuve la ingenuidad de estudiar a fondo la teología en Roma para saber la verdad, cuando, como toda ideología, está diseñada para mantener unida y bien gobernada una comunidad de creyentes. Con razón los genuinos teólogos dicen que no creerían en la Biblia si no fuera por la Iglesia, que establece su canon y correcta interpretación. Quienes protestan e intentan el “libre examen” se van alejando cada vez más de la organización y de toda fe. Hoy también, lógicamente, “la teología de la liberación” desemboca en “la liberación de la teología”. En ese proceso siempre hay muchos, inteligentes y angustiados teólogos, como los agrupados en torno a la Asociación Juan XXIII, ante cuyo 26 Congreso el varias veces censurado jesuita J. M. Castillo acaba de pronunciar unas antológicas palabras: “La teología ha sido con demasiada frecuencia un pensamiento cautivo”.

                         La permanencia de estos grupos ingenuamente disidentes, como lo fui yo en mi época, es tolerada por la jerarquía eclesiástica, entre otras razones, por serle útiles, porque dan la esperanza a muchos de que “por fin” su Iglesia va a cambiar “de verdad”.  Bien lo sé yo, que tengo buenos amigos en esos “evolucionistas”, como entre los “evolucionistas” dentro de la ideología marxista, de la que nunca participé, aunque es tan fácil  y atrayente pasar de una a otra, e incluso compartirlas; no en vano Marx era también un judío escatologista, deseoso de contribuir a un ya cercano milenio sin contradicciones, como Jesús; aunque dieciocho siglos no pasan en vano, y el mismo Marx se declaró no marxista, por lo que resulta más contradictorio, y por lo tanto menos factible, establecer Iglesias marxistas ortodoxas duraderas.

20061010. Actos de un ejército democrático.

                           Hace pocos días tuve el placer de visitar por vez primera el jardín del Cuartel General del Ejército, en la Plaza de la Cibeles de Madrid, disfrutando, más aún que de sus árboles centenarios y de la coral que nos acogió en aquella Noche Blanca, del simbolismo de apertura y democratización que ello suponía por parte de la institución. También, aunque a primera vista pueda parecer paradójico, me parece positivo el que ahora los ciudadanos se atrevan a reclamar sus derechos –y los medios de difusión a recoger sus protestas- ante los ensayos que a horas intempestivas hacen en vuelo rasante sobre el centro de Madrid los aviones del desfile del 12 de octubre.

                            Hechos así revelan que todavía hay algunos que no se han enterado bien que la misión primordial del Ejército es velar por el sueño de los ciudadanos, no el perturbarlo; el tranquilizarlos, no el alarmarlos. Pero esas mismas protestas y su eco público, repito, muestran que vamos por el buen camino y que pronto dejaremos atrás esas reliquias de un lamentable pasado.

20061013. Japonesa, amor.

                       El que no hayan cantado victoria las mujeres de unos pandilleros colombianos tras su huelga de amor para apartarles de ese delito hace sospechar que no tuvieron mucho éxito. Un sexólogo les habría aconsejado el hacer una huelga, sí, pero en sentido contrario, incrementando su actividad amorosa; es decir, una “huelga a la japonesa”. No sólo hubiera sido más placentero de hacer, y la habrían admitido con mayor facilidad sus esposos, sino que física y psíquicamente esa huelga de celo, si podemos emplear esa palabra en este contexto, habría sido mucho más persuasiva, dejándolos sin ganas ni fuerzas para ninguna otra actividad, al contrario que esta huelga ya realizada. Esperemos de esas mujeres colombianas, famosas por su hermosura, que el calor lleva a mostrar en casi todo su esplendor, lo que no hace sino facilitar la realización de este nuevo método, encuentren pronto, gracias a él, una solución a su problema familiar y al de toda su comunidad.

20061017. Distintas violencias.

                          En una democracia normal sería incluso impensable que unas personas impidieran hablar al fundador del principal partido de la oposición, y le calificaran de dictador y asesino. En España acaba de suceder, y el acusado, Manuel Fraga, ha respondido que “si hay algo que no he hecho en mi vida es asesinar a nadie ni haber quitado la palabra a nadie”.

                         A mí, por supuesto, no me gusta la violencia; pero, por eso mismo, me gusta menos que esa violencia verbal una violencia aún mayor, y previa. Y no cabe mayor ni más intolerable embuste que el que ahora venga el angelito de Fraga pretendiendo que no ha quitado la palabra a nadie cuando ha sido Ministro de Información y responsable directo de la censura de la dictadura de Franco, censura y dictadura de las que encima nunca, repito, nunca ha mostrado arrepentimiento, ni ha condenado. Y en cuanto miembro del Consejo de Ministros de Franco ese ángel de la muerte ha sido responsable de muchas ejecuciones absolutamente injustas, auténticos asesinatos legales; e incluso después de Franco, ha sido de nuevo responsable de otras muertes por brutal represión de la policía bajo su mando, crímenes por los que tampoco ha sido nunca juzgado.

            ¿No tienen, pues, ninguna razón quienes siguen pidiendo justicia a gritos -¿qué otra instancia les está abierta?-, denunciando tan gravísimos como impunes hechos? Al revés de lo sucedido en Chile, Alemania o Sudáfrica, aquí no se han pedido responsabilidades a los puntales de la dictadura; más aún, se les ha mantenido, y hasta se ha condecorado a torturadores y asesinos. Esa ha sido lo que sus fautores se atrevieron –cada cual se enorgullece de lo que carece- a presentar al mundo como ejemplo de “transición modélica”. Y, como siempre, lo barato está resultado a la larga muy, muy caro.

20061021. Políticos violadores.

                         Los actos de las personas revelan sus verdaderos sentimientos. En vano uno se proclamará “honorable” y “demócrata” si después roba los bienes de las personas e incluso les atropella violando sus mismos cuerpos. Moshé Katva, presidente y máximo representante de Israel, está acusado de desfalco y violación de múltiples subalternas, mostrando –como Sharon y otros- quienes son realmente esos máximos dirigentes de Israel en sus relaciones personales, que luego trasladan a la política, robando, violando y hasta matando a los pueblos circunvecinos: Palestina, Líbano, etcétera. Trágicamente reveladora también ha sido la increíble admiración y solidaridad con ese “macho” violador que se ha atrevido a manifestar, creyendo tener el micrófono cerrado, el siniestro ex espía de la KGB y violador de Chechenia y tantos otros países, hoy zar de Rusia, Putin, quien dijo literalmente: “Vaya machote! ¡Violar a una decena de mujeres! Todos le tenemos envidia”. Apoyar a esos políticos violadores, como en demasiados aspectos aún están haciendo algunos de nuestros representantes (desde los acuerdos comerciales de Esperanza Aguirre con Israel hasta las repetidas visitas privadas del rey a Putin), es hacernos cómplices de sus crímenes y abrir la puerta para que aquí también se cometan cada vez más y más graves violaciones a los derechos humanos.

20061102. Sistema electoral perfecto en Cataluña.

             El sistema, como acaban de comprobar y comentar con explicable satisfacción sus responsables a propósito de las elecciones en Cataluña, funciona a la perfección. Las posibilidades de que surja una opción y partido realmente distinto son las mismas prácticamente que en tiempos de Franco. Y con menos –apenas- presión física, en la calle, y algo menos de censura mediática, activa o pasiva, con crítica o silencio respecto a los “amigos de novedades”. Se ha conseguido, pues, pasar, y suena mejor, de la democracia orgánica a la organizada; de la democracia Generalísima a la democracia monárquica; lo que permitirá a algunos medios incluso el lujo de publicar esta protesta, para, rizando el rizo, demostrar así con hechos que esta queja es ridícula.

20061207. Enfrentarse al problema real con un jefe de Estado adecuado.


                         Lo primero para resolver los problemas en tener el valor de reconocerlos y enfrentarse a ellos. Poco podemos celebrar de verdad, con alegría, el aniversario de nuestra Constitución cuando en ese mismo acto, como han destacado los informadores, ni se han saludado el jefe del Gobierno y el del PP. Una escalada más en la gran ruptura democrática que ha supuesto el haber cuestionado la legitimidad de este Gobierno.

                         En otros países, las grandes crisis entre partidos, o entre regiones, se resuelven o suavizan con la mediación del Jefe del Estado. Aquí, por las peculiares condiciones de una transición, se dejó como mero adorno –y encima, para siempre, hereditariamente- a esta suprema representación y recurso político del Estado. Y cuando miles de ciudadanos, provenientes de toa España, se manifestaban el mismo día y hora, a pocos metros de esa lamentable escena de crisis en el Parlamento, el déficit democrático existente en tantos medios de difusión ni siquiera se preocupaba por disminuir su número o intenciones, sino que directamente los silenciaba.

                        Esta censura tanto más grave y dañina por cuando su deseo de tener un Jefe de Estado más eficaz y democráticamente elegido de forma periódica en las urnas, como los países de nuestro entorno europeo –Portugal, Francia e Italia- es compartido ya en buena parte por la mayoría de los españoles, que declaran en las encuestas que la monarquía es una institución del pasado. Con razón, pues, una de las pancartas de esa manifestación lo denunciaba de modo tan breve como contundente: “Mandan porque amordazan”.

20061210. De reyes y partidos.

                                              Yo quisiera pedir a los Reyes Magos que trajeran un poco de sinceridad a los políticos, actualizando al menos sus propios nombres. Así, al PSOE, que hoy tiene menos (ex) obreros que (ex) clérigos. También a IU, partido único más que unido ya al fundarse, y hoy tan solo e incluso internamente tan subdividido. Y al PP, que se declara “popular” como cualquier folklórica, oponiéndose así hasta a la mismísima Real Academia, que define explícitamente que los partidos políticos deben llamarse “populistas”, lo que ya supone una admirable dosis de imaginación. Y no sigo porque me parece que ya estoy teniendo menos posibilidad de que esta carta sea publicada que la que tiene un ateo de que le dejen expresarse en Radio Vaticana.

20061219. El caro milagro de la Transición.


                               Si yo fuera responsable de Tráfico, estaría muy preocupado de que alguien dijera que “los espejos retrovisores impiden ver lo que nos viene de frente”; y más aún, si lo dice un conductor de autobús. El señor Manuel Alcántara, que escribe de continuo para muchos,  es conductor de autobús intelectual, utiliza ese ejemplo para decirnos que nos ocupamos demasiado del pasado, y esto nos llevará a chocar con el futuro.

                              Sin embargo, los hechos son muy tozudos: no ha habido ningún país de los más cercanos a nosotros, ya sea  Italia o Alemania por una parte, o Chile y Argentina por otro, que, después de haber pasado por una dictadura, aunque fuera mucho menos larga y cruenta que la nuestra, no hayan depurado responsabilidades a los asesinos y torturadores, y sus cómplices. Aquí, por imposibilidad o cobardía, y cada vez más lo último que lo primero, no sólo no depuraron responsabilidades hizo, sino que se ha permitido hasta hoy continuar en la administración del Estado, y hasta se ha condecorado a torturadores y asesinos.

                               El “milagro” de nuestra transición en que en demasiados casos y aspectos no la hubo. Y lo barato, por más que resulte atrayente a primera vista, e incluso se intente exportar, a lo largo resulta muy, muy caro, como las actuales crisis políticas prueban, por desgracia, demasiado bien. Y todavía hay quienes pretenden ocultar, impedir que se reabran heridas no curada, sino infectadas, con la excusa de que –contra toda evidencia- ya están curadas, o de que la cura pudiera ser quizá peor que su presente infección.

20061220. “Manos limpias”… de autocrítica.

                         Yo quiero agradecer a sus miembros la sinceridad con la que pusieron a su organización, copiándolo del ya existente en un país extranjero, el nombre de “Manos Limpias”. Y eso que en ambos países, de tradición cristiana, son conocidas las advertencias de Jesús de que “nadie es bueno, sino sólo Dios”, de que todos somos pecadores, de que “el que esté sin pecado, tire la primera piedra”, y que hay que desconfiar de los que se visten de blanco y se consideran puros, menospreciando a los demás, los hipócritas y feroces hasta perseguir y matar al mismo Jesús, los untuosos fariseos.

                            Esta mentalidad dualista, maniquea, de “buenos y malos”, como en el más salvaje Oeste, siempre da los mismos resultados: enfrentar a los que se creen limpios y puros con los demás, en guerras sin fin. ¡Qué cruz!

20061222. Miedo alienador.

                         Lo que más temían los antiguos galos es que se les cayera el cielo encima. Después Europa temió que se abrieran los suelos y se cayera para siempre en unos infiernos ardientes, felizmente devaluados por el difunto Juan Pablo II, cuando ya ni un cuarto de los españoles, según las encuestas, cree en modo alguno en su existencia.

                         Tras los terrores del año mil, los terrores del dos mil se centran en el pánico al polvo de ántrax, al líquido de un misterioso explosivo, o a las radiaciones de un polonio, entre otros. Por ello los pueblos que se auto proclamaban libres y hasta misioneros de la democracia han aprobado increíbles restricciones de los derechos humanos, severas censuras, humillantes ritos en los aeropuertos, torturas “por si acaso” a los sospechosos, y hasta guerras preventivas. Terrores de los que algunos vivos políticos sacan no menos provecho que del infierno y hasta del purgatorio sacaban los clérigos.

                         Una vez más tiene plena actualidad ante esta época de “pensamiento débil” (entre otras notorias debilidades en otros órganos humanos) la advertencia que ya hacía Benjamín Franklin a los propensos a dejarse llevar por la cobardía: “Quienes sacrifican la libertad a la seguridad no tendrán ni la una ni la otra”.