20040111. Preocupaciones ciudadanas.
Cuando de modo claro y rotundo, mantenido a lo largo del tiempo, las principales preocupaciones de los ciudadanos no coinciden con las de sus gobiernos, difícilmente se puede hablar de un buen funcionamiento de la democracia. Mes tras mes, año tras año, consultado sobre sus principales preocupaciones, el pueblo español responde que son el paro, la delincuencia, las drogas o la carestía de la vivienda.
Sin embargo, el Gobierno, para no tener que solucionar esos problemas –de los que no pocas veces se lucran sus principales sostenedores- y lastrado por la amarga experiencia de un presidente víctima de un atentado, se empeña en decir, contra la opinión de los ciudadanos, -que, excepto en momentos muy puntuales, lo relegan a un rango inferior- que nuestro principal problema es el terrorismo, obligando estos días al mismo rey a proclamarlo así.
Esa antidemocrática estrategia de Aznar es una copia vulgar de la de otro gobernante tocado personalmente por atentados terroristas (tanto el 11 de septiembre como por un Husein “que quiso matar a mi papá”) y que, en vez de contribuir a resolver los principales problemas del mundo, como la paz, el hambre o el SIDA, los agrava robándole los recursos a favor de unas guerras que favorece su personal fortuna petrolera. Y todo esto en nombre de la libertad, obligando a tantos millones, y aun miles de millones de las víctimas actuales del Terror estatal –como ya a las de la Revolución Francesa del siglo dieciocho- a denunciar a estos gobernantes antidemocráticos que se llenan la boca hablando de seguridad: “¡Libertad, libertad, cuantos crímenes se cometen en tu nombre!”
20040114. Nacionalismos sobre representados.
“¡Bárbaros! ¡Han pitado a Molière!” se quejaba un mal comediante ante el sonoro rechazo del público a su pobre actuación. Tras la merecida pitada, también Rodríguez Ibarra se desahoga diciendo que “parece que los nacionalismos no preocupan a nadie en este país” y que el plan Ibarretxe tampoco es para quienes le critican “un problema grave”.
A quien quiere desmontar un edificio peligroso desde lo más cercano al suelo, éste se le cae encima. Hay que ir a las causas de la evidente sobre representación que los nacionalistas tienen en la política, y no a sus consecuencias, para no provocar, como aquí, reacciones contraproducentes.
20040118. Pocos bancos y partidos, poca democracia.
Los banqueros denuncian al colega que les perjudica demasiado a ellos, pero callan con la más estricta ley del silencio, con omertà, aquellas prácticas injustas que les favorecen a ellos, perjudicando así mucho más al público; su eliminación vendrá sólo de la presión externa de jueces, políticos, de
la opinión pública o, sobre todo, de la multiplicación de las empresas bancarias, cuando en España la corriente es inversa, a la concentración en pocos bancos, y así nos va.
En modo parecido los políticos callan sobre las raíces de los escándalos que denuncian en otros, pero no quieren ir a la común raíz de donde se aprovechan. Este compadreo es más fácil cuando sólo hay dos partidos, que comparten alternativamente el poder, como ocurre en la España de sólo dos partidos con posibilidades de gobernar, que mantienen un régimen antidemocrático en que un voto puede valer por tres o cuatro, que favorece la división territorial del país, y que cada u no tiene el descaro de denunciar que lo aproveche el otro cuando así puede gobernar. El remedio, por supuesto, es que haya más partidos que hagan más difícil esa traición a los votantes y al país.
20040120. Pasado pesado.
Reflexionemos sobre el pasado, para que sea eso, pasado, no tan pesado, repetido, sino actual. Siglo XIX: “La buena conciencia es la obra maestra del diablo” (Cardenal Newman) Siglo XX: “La buena conciencia es señal de mala memoria” (psicoanalistas). Siglo XXI: “Me voy con la conciencia tranquila” (Aznar).
“Esos no aciertan sino cuando rectifican” (Fraga, sobre el Gobierno anterior; no el suyo, el de Franco, sino el del PSOE). Claro que el PP no rectifica nunca. Parece que ha pedido la infalibilidad a Roma… (no a la de Berlusconi-TV, sino a la del Vaticano).
20040323. Errores electorales.
Malos tiempos corren para la democracia y para nuestro país en general cuando los partidos que pierden, como PP e IU, ser niegan a hacer la más mínima autocrítica, aprender y rectificar de sus errores, castigados por los ciudadanos en las urnas.
Por supuesto, por su importancia social, lo más grave es lo del PP. Tenemos al candidato, Rajoy, que se niega a confesar ningún error, “porque no es masoquista” y porque “ya lo harán otros”. Más aún, se empeña, por el contrario, en autoalabarse –por si eso no lo hacen otros- osando decir nada menos que él se va con las “manos limpias” y las cuentas claras” después de tantos muertos, “privaciones”, etcétera. “Manos limpias”, repite también Aznar, quien no tiene empacho en añadir que se va “con la cabeza alta”, sin duda para no ver lo que ha dejado por los suelos, e incluso exhibe en su despedida la más vergonzosa insolidaridad con el partido que ha conducido a la derrota, añadiendo que no ha perdido él, que no se ha presentado a las elecciones, sino el PP.
En forma parecida, en su ámbito, Fausto Fernández se niega a reconocer ninguna responsabilidad de IU en su pérdida de votos. La bajada es culpa –como también dice el PP de los “emotivos” votantes-, de las maniobras del PSOE, al insistir en el voto útil; “inmaculados”, no hacen ni una alusión siquiera a la situación de IU en el País Vasco, ni a su escandaloso abuso de exigencias de poder en la Comunidad de Madrid, que sirvió de excusa para el desastre que todos sufrimos, etcétera.
20040324. Sin oposición.
Es bueno para el nuevo gobierno del PSOE, pero malo, muy malo, para la democracia y para España. Como pasó en su día al caer el PSOE, nos hemos quedado sin oposición. Porque, como entonces, no es que el partido de gobierno haya concluido su ciclo natural, o haya surgido otro partido que despertara más esperanzas por sí mismo, sino que vencieron otros por el desplome, por corrupción, corrupción de los gobernantes. En el caso del PSOE, por una bochornosa, hasta por lo miserable y chapucera, corrupción económica. Con el PP –en el que hay que reconocer mucha más “clase”, lo que le ha permitido, sin provocar tanto rechazo, sacarnos, “privatizar”, cien veces más-, por la indignación popular provocada por una no menos insoportable corrupción política, con mentiras autoritariamente impuestas y calificando encima acusadora y amenazadoramente de mentirosos –en una típica proyección freudiana- a los que protestaban de ellas.
¡Cuántos años y revolcones le ha costado al PSOE salir, por los pelos, de ese cuarto de castigo! Esperemos, para bien de todos, que el PP se rehaga antes de su caída, aunque las perspectivas son muy negativas, ya que, al revés que el PSOE, en vez de reconocer el justo castigo del electorado, o al menos irse en silencio, no hace más que proclamar una y otra vez que se va con las manos limpias, las cuentas claras, la cabeza alta, injustamente alejado por un electorado “emotivamente” manipulado, en unas elecciones que –apenas se puede decir más claro- considera así ilegítimas.
20040531. Carteles virtuales.
Se ha inaugurado la campaña electoral con “la tradicional pegada de carteles” que, se advierte, es ahora “virtual”, simbólica. Hecho muy simbólico del estado “virtual” a que ha quedado reducida por unos y por otros nuestra democracia, ya que las autoridades hacen tiempo que han “limpiado” los distintos modos de expresión realmente accesibles a quienes no sean ricos y poderosos, poderosos- como son los carteles, folletos, etcétera. De la democracia “orgánica” de Franco hemos pasado a la democracia “organizada”, como en otros contextos se ha hablado de democracias “populares” o “socialistas”, por más que quieren se aprovechan de esos regímenes intenten colar su sistema como una democracia sin aditivos.
20040625. Vergonzosos Gibraltares.
Los ostentosos festejos en Gibraltar para celebrar los 300 años de su conquista nos recuerdan una amarga verdad: que España, mucho antes y durante mucho más tiempo que Iraq, es un país ocupado por las fuerzas militares de la Coalición, británicos y estadounidenses. La ocupación estadounidense es aún mucho mayor humillante, porque no nos invadieron tras una debida defensa nuestra de nuestro territorio, sino por una servil entrega de diez Gibraltares, tantos que EEUU no necesitó ni entonces ocuparlos todos, y después redujo incluso aún más su número- en beneficio personal del dictador Franco.
El que ocupa manda, y bien lo hemos padecido hasta ayer con el entreguismo de ese triste peón en manos de la Coalición en que se convirtió, “elevando” a España a la condición de mejor servidora del Imperio, el señor Aznar.
Por ahora no le ha hecho falta a los amos convertir sus bases españolas en nuevos Guantánamos, pero desde ellas, en particular, desde Rota, han podido emprender también múltiples injustas agresiones a terceros países, culminando con la ilegal y cínica invasión de Iraq.
El auténtico patriotismo, el respeto a nuestra adecuada soberanía, y la responsabilidad internacional que supone tener tan dañinas bases militares, nos obligan a tomar conciencia del problema, dejando de una vez la indigna actitud predominante hasta el presente de intentar ignorar o minimizar el problema.
20040720. Declaración sobre las pancartas del 13M.
Sobre la Comisión de Investigación del 11-M, García Velencoso escribe que no pudieron improvisarse tantas pancartas el 13-M, y que si alguien saber algo de lo ocurrido, que lo declare. Por supuesto, tantas pancartas no se improvisan. Como puedo probar exhaustivamente, esas pancartas con el texto “PAZ” estaban preparadas hacía tiempo… pero para la ya antes del 11-M prevista y después celebrada manifestación mundial por la paz del 20-M (aniversario del ataque a Iraq); de la misma manera que quien suscribe había preparado otras pancartas idénticas para las manifestaciones anteriores contra la guerra, como he hecho también durante muchos años miles de pancartas contra ETA y otros problemas nuestros, desde mi posición de ciudadano y de sociólogo, independiente respecto a los partidos políticos, a los que, a todos, he criticado con frecuencia públicamente en la prensa. Y bien declaré mi autoría al ABC cuando este diario “denunció” al “Peugeot 205 gris” –el mío- de donde salieron las pancartas “muy bien plastificadas”, como insistió ese periódico para resaltar mi “premeditación”, tan real como realmente relacionada con el 20-M, no con el 13-M. Pero los hechos muestran que al ABC no le interesa la información, la verdad comprobable, sino sólo lo que puede favorecer a su propio fundamentalismo. Por ello no sólo no publicó mi aclaración, sino que propaló a los cuatro vientos, sin contrastar, el gravísimo falso testimonio de quien osó afirmar que los manifestantes del 13-M habíamos “incendiado varias sedes del PP”; conducta que no sólo constituye un enorme atentado contra la profesión periodística, sino contra la paz entre los españoles, dividiendo el pueblo y hasta el interior de las familias con falsedades y calumnias como éstas. Las autoridades y la sociedad civil deben conocer lo que realmente pasó y actuar en consecuencia.
20040907. Equilibrio informativo entre Autonomías.
¡Basta ya! Hay que respetar el pacto de convivencia nacional o, si se quiere, estatal. Una democracia sólo puede ser real si se muestra con los hechos un interés proporcional parecido por las diferentes autonomías. No es de recibo que los medios de difusión, en especial, por su misma contextura, radio y televisión, incluso estatales, dediquen mucho más tiempo siempre a Cataluña y el País Vasco de lo que corresponde a su proporción en población. Y es muy visible en radios y televisiones, donde -siendo más difícil seleccionar los contenidos concretos- cualquier desequilibrio resulta más grave.
Por supuesto, se pueden encontrar razones que expliquen esta preponderancia, pero no justificaciones. Ese mismo desequilibrio se retroalimenta y agrava con el tiempo, mostrando la perversa rentabilidad de la violencia y el abuso en distintos campos. Exijamos a los medios estatales más atención e interés para el resto de los españoles en todos los campos, y boicoteemos a los medios privados que aceptan o incluso fomentan ese grave desequilibrio, que tanto perjudica incluso a quienes a primera vista parecen sus beneficiarios.
20040919. Dar la cara.
¡Basta ya! ¡Demos la cara! Dentro de pocos años se nos caerá la cara de vergüenza de haber caído en semejante histeria, que me recuerda a la de los Estados Unidos por los polvos de ántrax. Hay que tener un mínimo de equilibrio, temple y valentía para no dejarnos derrotar moralmente por terroristas o criminales de otro tipo, y tapar, cada vez más sistemáticamente presionados a veces por temor a demandas judiciales, la cara de todo tipo de personas en las más variadas y, a este respecto, absurdas circunstancias. Lo que en un momento dado pudo ser prudente o incluso casi necesario respecto a una persona especialmente amenazada en una circunstancia muy concreta, se ha convertido en una epidemia de pánico que nos ha hecho perder literalmente la cabeza. ¿Qué libertad, que vida es esa que tiende a convertir a todos en encapuchado con la excusa de respeto y seguridad? Excepto, también, rarísimas excepciones ¿qué locura ha hecho extender ese cortar la cabeza a los mismos niños? Sólo una sociedad muy neurótica y cobarde puede pensar puedan sufrir daño por ello y, en los casos de ser hijos de un grupo susceptible de atentados o secuestros, están ya protegidos por los guardaespaldas de su familia.
20040920. Otra libertad.
El interesante artículo de Rafael Fraguas que comparaba la estatua de la Libertad española con la posterior de Nueva York incita a ampliar y completar esa comparación. El que la Libertad española lleve un cetro, y no sólo una antorcha, revela una concepción de que la libertad no sólo debe iluminar, sino mandar. Más aún, en la otra mano la Libertad española lleva un yugo roto, símbolo también evidente de su poder contra la opresión, mientras que la norteamericana, hecho que no suele llamar la atención por no reparar en el título esculpido en su portada, sostiene una “Holy Bible”, lo que también muestra a las claras los límites de la libertad que representa, fiel reflejo de sus fundadores del “Mayflower” y sus descendientes hasta Bush. La libertad española, por último, es realmente “libertina”, como denominaban en el siglo dieciocho a los que pedían la libertad entera, sin límites en lo político, social o “incluso” lo sexual, mostrando un pecho, mientras que la Libertad neoyorquina se envuelve en gruesos ropajes.
Precisamente por ser tan pura, por exigir tanto –no olvidemos que la palabra “liberal” es de origen español-, resulta también muy significativo el que la Libertad española corone un monumento funerario de liberales, una casi “fosa común”, situada en un rincón de un patio interior de un edificio cuyas partes más “nobles” están dedicadas preferentemente a las tumbas de políticos conservadores; mientras que la Libertad neoyorquina está situada –dentro de esa su tan acentuada religiosa respetabilidad, por supuesto- como una especie “Majorette”, a modo de atractiva propaganda a la entrada del país, para atraer a los posibles inmigrantes que entonces tanto necesitaban y pedían en toda Europa los Estados Unidos.
20040921. Raíz de la violencia.
Con el ojo por ojo el mundo entero acabará ciego, nos advertía Gandhi. Apenas cabe mayor barbarie que matar moscas a cañonazos, o arrasar países para matar unos grupos terroristas. ¿Acaso aquí teníamos que haber bombardeado a Francia, refugio de etarras? No hay mayor semillero de terroristas que hacerlos mártires, y matar inocentes al perseguirlos a ellos.
No hay justificación alguna al terrorismo, metodología tan contraproducente como esa desproporcionada respuesta “antiterrorista”, que ha roto los más sagrados tratados internacionales para humanizar las guerras, situándose a un nivel de barbarie demasiado parecido al que decía combatir. Y pocos terroristas se atreverían a planear sus atentados, ni recibirían los apoyos para realizarlos, si no existiera ya en el mundo una situación explosiva creada por una cada vez mayor y más conocida injusticia. De ahí la esperanza, por primera vez en mucho tiempo, que supone la iniciativa de esos ya 113 gobiernos que acaban de comprometerse en la lucha contra el hambre y la pobreza extrema de una gran parte de la humanidad. Si no la solidaridad, al menos el “egoísmo ilustrado”, la búsqueda de una seguridad real, ha de llevar a sostener y procurar que se cumpla y amplíe este pacto a cuantos no ha dejado del todo ciegos ya la bárbara espiral de violencia que nos ha venido arrasando en los últimos tiempos por culpa de esos falsos combatientes contra el terrorismo, esos “bomberos incendiarios” a lo Bush.
20040921. Burocracia.
Un reciente estudio europeo ha mostrado que tenemos el triste récord burocrático de exigir más de cincuenta (50) trámites y veintiocho (28) semanas para crear una empresa. El «Papillón» que venció a la cárcel y selva de la Guayana fue vencido por la selva burocrática española cuando sólo lleva 18 papeles para abrir un bar, huyendo también de esta cárcel administrativa. ¿Cómo se puede ser competitivos o, simplemente ser, vivir, con esa soga burocrática al cuello? Siempre estamos en falta, y por eso medran (casi) sólo los que tienen padres o padrinos, los pícaros, o los demasiado pobres para poder ser perseguidos con provecho por su casi inevitable ilegalidad.
Todos los gobiernos prometen luchar contra la burocracia… del gobierno anterior, acabando por aumentarla, tanto por no poder echar a los anteriores como por meter a los suyos. Más que de ningún gobierno, pues, parece que la solución de este grave mal nuestro provendrá de la convergencia de tres factores: Primero, la Unión Europea, con su competitividad y racionalización (relativa, al menos) de la administración. 2. La mayor cultura, que hará menos envidiable la vida tan improductiva, frustrante y frustrada, de tanto burócrata que hoy la acepta a falta de nada mejor. 3. El acentuado descenso de la natalidad, que quizá será la más profunda y rápida vía para eliminar esa masiva y aplastante burocracia, cuyo mero número -según nos recordara Ortega y Gasset- es ya un crimen.
20041003. “Marciano” gana a “saltimbanqui”.
Ni sus peores enemigos podían esperar un resultado tan favorable para sus intereses como han sido las conclusiones del Congreso del PP. Y tienen razón a corto plazo, el único que aprecian los miopes de uno y otro bando celebran cómo se ha desarrollado ese cónclave. Porque pocas cosas puede hacer más daño a la larga a España que tener una oposición débil, recién derrotada y no renovada, que no pueda servir de eficaz contrapeso y creíble alternativa a un poder del PSOE que, por esa razón al menos, se vea obligado a cumplir con sus compromisos, evite la corrupción, etcétera.
“Conservador es el que mantiene lo que se puede conservar”. Nadie sensato podía esperar milagros, a pocos meses de lo sucedido y con un “Almunia” también elegido a dedo -aunque el del PSOE dimitió, no sólo pensó hacerlo tras una derrota en la que perdió el Gobierno-; nuevo “Almunia” que ha tenido incluso el humor negro, la audaz ironía de presentarse ahí, no como el Mariano que todos conocemos, sino como un “marciano”, un autoproclamado independiente; aunque tiene razón en decir que no es un “recomendado”, habiendo sido impuesto por Aznar. Pero, si no grandes mejoras, tampoco se esperaba el que, con una única excepción, reprimida en seco por ese “marciano”, al descalificarle como “saltimbanqui”, los dirigentes del PP no tuvieran el valor de mover ni un dedo para rectificar nada serio, ni en personas, ni en ideas, ni siquiera en los hechos donde más trágicamente se estrellaron, se desprestigiaron, perdieron la política externa e interna, fracasos convertidos en palabras impronunciables, tabúes, en ese Congreso. Empezando por el fallo más grave, que les opuso a más del noventa por ciento de los españoles, como fue la guerra de Iraq y el catastrófico cambio de alianzas internacionales y nacionales de todo tipo que supuso y terminando por el reciente aborto de un intento de modernización ideológica, aplicando al menos la reforma realizada por la Internacional ex Democristiana, hoy de Centro, a la que pertenece el PP, pues se mantuvo a última hora una apelación estatutaria al cristianismo, que le aleja de entrada de entrada de una cuarta parte de la juventud y de un número creciente de posibles votantes; actitud que ellos reprobarían si la hubiera adoptado un partido turco respecto al Islam.
Victoria pírrica, pues, de los ultras, no de los buenos conservadores, ni de tanta gente ponderada y valiosa como hay entre los militantes y votantes del partido. El “marciano” ganó al “saltimbanqui”, lo que augura malos tiempos, no sólo para el PP, sino, indirecta pero muy real y eficazmente, sean conscientes o inconscientes de ello, para todos los españoles, que debemos así sentir en parte como propio ese nuevo fracaso de esa importante organización social de nuestro país.
20041022. Regeneración democrática.
Hablemos claro: la gran mayoría de los españoles no votamos al partido que deseamos, sino contra aquel que consideramos el partido peor de los que tienen posibilidades de gobernar. De ahí que nuestra vida política sea tan raquítica, con tan poca adhesión positiva y colaboración de los ciudadanos.
Las razones son bien claras: la escasez artificialmente fomentada de partido, las listas cerradas, etcétera. Eso mismo explica la dificultad existente en una auténtica “regeneración democrática”, ya que va contra los intereses de los partidos dominantes, por más que éstos, para evitar que surjan movimientos suficientemente potentes como para romper este círculo vicioso, prometan hipócritamente liderar ellos esas reformas electorales y democráticas. A los hechos me remito.
20041110. Raíces del terror.
20041110. Trafalgar, olvidado.
Se queja un ciudadano en la prensa del olvido en que tenemos nuestra historia, al constatar que en la zona del cabo de Trafalgar “sólo las ruinas de un viejo faro lleno de basura honran la memoria de las cinco mil víctimas de la batalla”; y que él sentía “sana envidia de ver como un grupo de escolares ingleses atendían las explicaciones” sobre el tema. Sin ser falso, ese ejemplo quizá no sea el mejor, dado el resultado y consecuencias de aquella batalla para españoles e ingleses; aunque, como no hace ni la menor alusión a esta actitud española se explica –no digo que se justifique- por un tan humano “hay cosas que más vale olvidar”, se pueda llegar a sospechar que ese comentarista desconoce tales circunstancias, lo que sí constituiría un óptimo ejemplo de ese olvido de nuestra historia de que con tanta razón se lamenta.
20041122. Corrupciones varias.
No nos conviene, como intentan los más corruptos y sus cómplices, perder el sentido de una justa proporción. Por supuesto, sería fatal la amnistía a un Vera que, como Roldán, ni se ha arrepentido ni devuelto lo robado; y quienes piden tanto su indulto, como González, o el, además, incivilizado Ibarra, quedan con el trasero al aire, revelando torpemente que están bajo la misma manta que no quieren que Vera destape. Pero algunos de los que más gritan contra esa corrupción y amnistía no lo hacen en beneficio de los que somos ciudadanos de a pie, sino para mejor ocultar sus propias y no pocas veces mayores corrupciones y complicidades. Recordemos, entre mil otras, las complicidades oficiales, y dimisiones, en el caso Gescartera; el “affaire” –sin dimisiones ministeriales, a pesar de las promesas- de las subvenciones al lino; para no hablar de los mucho más graves –económica, social y políticamente- “robos legales” como el de Telefónica, cuyos responsables políticos más inmediatos, como Rajoy, siguen estando al frente del PP, al revés de lo que ocurre con el PSOE. Cada palo que aguante su vela.