Política – General – 2002

20020112. Corrupción militar.

A mí me parece mal la estafa de Gescartera, que no sólo robó a unos cuantos inversores más o menos ávidos de beneficios especiales sino, lo que es aún más grave, con ayuda de ciertos mecanismos financieros oficiales, a todos los españoles, que acabaremos pagando como siempre los vidrios rotos.

Peor aún me parece el que se facilite la fuga de narcotraficantes y hasta de su cajera por parte de unos jueces vagos confesos –“no leímos lo que firmamos”-, incapaces o/y corruptos, delitos que esperemos la fiscalía investigue, como ha prometido, realmente pronto y bien.

Pero ¿qué decir de quienes ponen en peligro la vida de 20.000 soldados, comprando para nuestro ejército veinte mil portaequipos sin protección contra aparatos de visión infrarroja, contra las normas de todos los ejércitos europeos, y encima por un precio muy superior a otras ofertas que sí incluían dicha protección? ¿Qué debe considerarse traición a la patria, acusar y condenar como se merece: denunciar a quienes,  protegidos –ellos sí- por un uniforme,  realizan esos manejos o exponer así, como hacen ellos,  a nuestros soldados,  dentro y fuera de España, a la muerte, por intereses inconfesables?

20020117. Redondo, con Múgica.

El escándalo de la entrevista secreta de Redondo con Aznar hubiera sido, sin duda, menor, si no hubiera estado por medio un especialista en entrevistas, digamos, “dudosas”, desde la tristemente célebre que mantuvo con el general Armada antes del golpe del 23-F.

Porque este mismo especialista, Enrique Múgica, ya había mostrado su inalterable vocación chaquetera, de fidelidad hacia el poder de turno cuando, ya nombrado por él Defensor del Pueblo, se dedica de hecho a defender al pueblo… opresor, Israel, contra el oprimido, el palestino –según reconocen tanto la ONU como, estos días, en nombre de la UE, el mismo ministro Piqué-; empleando para ello expresiones tan impresentables como que Israel no puede ser más generoso de lo que es (en lo que se destapa también su descarada parcialidad hacia sus propios orígenes étnicos).

Múgica es el mismo Defensor del fuerte contra el débil que se negó, incluso presionado por ochocientas demandas de organizaciones y personalidades, a recurrir la impresentable y, como se ha visto, inaplicable Ley de Extranjería. Y la lista de entuertos sería casi interminable. Malas compañías, señor Redondo.

20020123. Ex presidentes arbitristas.

                                             Siguiendo la noble tradición de los arbitristas, que hace siglos elevaban memoriales al Rey con arbitrios o métodos para solucionar los problemas del Reino, algunos ciudadanos hemos orientado en este sentido hasta nuestra moderna preparación profesional en ciencias sociales. Aunque, como es lógico, defendamos cada cual nuestros particulares puntos de vista, la honestidad científica y el espíritu democrático nos obliga a admitir la posibilidad de que otras propuestas sean mejores que la nuestra, y a sentir cierta afinidad con nuestros colegas-competidores.

                                                Esto último resulta con todo muy difícil en el caso de esos reyes, hoy ya no vitalicios,  que al pasar a ser ex presidentes se presentan a su vez como “arbitristas”, y no tienen rubor en intentar vendernos ahora maravillosos planes para mejorar su ex reino sin explicarnos antes muy bien por qué no hicieron esas maravillas que proponen durante su largo reinado, con lo que parecen tomarnos por tontos o desmemoriados, desprestigiando así nuestra tarea de arbitristas, que con tan malos ejemplos la gente toma a cachondeo. Esta indignada denuncia por intrusismo y menoscabo profesional, la dirijo de modo especial, en razón de sus recientes extensas propuestas tras sus también recientes y larguísimos –casi interminables- reinados, a Clinton y a Felipe González.

20020201. El PP, sin oposición.

               La actual preponderancia del PP se debe en buena parte a la ausencia de una oposición seria. Apenas vale la pena mencionar a los partidos nacionalistas, reducidos a un solipsismo, violento en el caso vasco, tranquilo, en el catalán; o el peculiar solipsismo ideológico del PC -“IU” (¡!)- que, de purga en purga, va camino de solucionar  del todo sus problemas por autofagia. Limitándonos al PSOE, dos hechos de estos días muestran hasta qué punto está aún anclado en un pasado justamente derrotado.

               Su portavoz Caldera, si no toda su dirección, tiene el “valor” de afirmar que los jueces han inocentado a Barrionuevo, cuando en realidad estos jueces han dicho bien claro que han faltado sólo pruebas concluyentes para condenarlo; y el mismo Barrionuevo sigue presentándose como si fuera a la vez Inmaculada Concepción y el mártir san Sebastián, en vez de reconocer al menos sus innegables responsabilidades políticas.

               El otro “ejemplo” lo dan al alimón el periodista J. L. Cebrián y el político F. González. En los años ochenta, Cebrián declaraba que González “cambiaba de postura y se autoconvencía de que no cambiaba” y “que el poder lo había maleado”. Diagnóstico bien exacto, que podría aplicarse hoy también el mismo olvidadizo Cebrián, que, reconciliado con González, acaba de publicar estos días con él una obra para –si nos descuidamos- reconquistar ambos su poder, volver a las andadas.

20020404. Culturas belicistas

                                     Cierta sociedad caníbal alcanzó un alto grado de sofisticación. Su antropofagia, debida quizá en sus orígenes a extremas hambrunas, se convirtió en rito central de su cultura, sacramento fundamental de su religión, transformando a sus habitantes en un pueblo guerrero para conseguir “materia prima” para esos sacrificios humanos que le pedían sus dioses, como ocurría entre los aztecas.

                                       Tan atroz liturgia les procuró incontables enemigos, que finalmente consiguieron vencerles, esparciéndose el resto de sus miembros, en cuanto esclavos o fugitivos, por muchas partes. Como otros pueblos vencidos, esclavizados y desterrados –los africanos de Haití o Brasil, por ejemplo- algunos grupos de esos caníbales conservaron los restos de su cultura, “espiritualizada”, puesto que ya no podían hacer guerras ni conseguir víctimas para sus banquetes sagrados.

                                        Pasados los siglos, habiendo prosperado sus descendientes, y creyendo los pueblos en los que se encontraban que las nuevas circunstancias les permitirían reunirse de nuevo sin recaer en sus prácticas nefandas, toleraron o incluso les ayudaron a restablecerse en parte de su antiguo territorio. Pero, en vez de adaptarse al paso de los tiempos, fue predominando cada vez más entre ellos el grupo más tradicionalista, hasta reemprender la práctica del canibalismo ritual de sus antepasados, y las consiguientes interminables y feroces guerras para obtener su “materia prima”.

                                              En forma semejante, muchos fueron los pueblos pastores nómadas que a lo largo de los milenios invadieron las entonces nuevas civilizaciones agrícolas neolíticas, imponiendo a sangre y fuego sus dioses monoteístas, solteros y celosos de su unicidad, sobre los múltiplex dioses neolíticos honrados por sus fieles con ritos de fecundidad. Si no por su número, sí por su pertinacia en conservar sus rasgos culturales sobresalió entre esos pueblos nómadas el pueblo judío, el “elegido de Yahvé”, que, como su divinidad, no se casaba con nadie, dedicándose cuando podía y con la bendición de su dios al genocidio más completo, incluso de mujeres y niños, y resistiéndose hasta el límite, cuando vencido, a mezclarse con nadie, en Babilonia, Egipto, Roma o resto del mundo. Cuando después de dos milenios de conservar “religiosamente” su cultura de único pueblo escogido otros pueblos le facilitaron volver a sus antiguos territorios, esperando que el asentamiento normal le permitiera tornarse también en un pueblo normal, la experiencia resultó finalmente fallida, pues ganaron realmente el mando los zelotes, reemprendiendo la interminable lucha de pueblo elegido en irrenunciable intento de conquista de la “tierra prometida”.

                                              Quienes le habían facilitado la vuelta se resistían y se resisten aún, de un modo tan explicable como insensato, a confesar su gravísimo error y repararlo. Esa rectificación es  aún más difícil por cuanto su principal valedor, Estados Unidos, repitió con asombrosa similitud la historia de Israel, al emigrar masivamente también a otro continente para poder practicar “puritanamente” su religión, justificando por ese sagrado fin el exterminio de los pueblos nativos americanos de los territorios que ocuparon; más aún: Estados Unidos que está compuesto –cuando no directamente por judíos, situados estratégicamente desde Wall Street hasta Hollywood– por grupos cristianos, herederos directos de la ideología de “·pueblo elegido” por Dios para salvar y dominar el mundo, misión divina que Bush cree tiene personalmente encomendada con mucha más fe que muchos judíos.

                                        Por si todo esto fuera poco, los habitantes expulsados o sojuzgados por el nuevo Israel pertenecen al tercer principal avatar de la misma feroz ideología de pueblo elegido por un dios único, el del islam, lo que hace el choque doblemente brutal. Ya lo dijo bien claro el principal protagonista de un anterior enfrentamiento, que el actual conflicto puede incluso dejar pequeño: “Entre intereses puede haber componendas; entre concepciones del mundo, no. El pueblo elegido no son los judíos, sino nosotros” (Adolfo Hitler).

                                            ¿Quién no recuerda las interminables guerras religiosas que durante tantos siglos ensombrecieron Europa? Sólo el triunfo progresivo de “las luces”, de las ciencias humanas, de laicismo, ha podido acabar con esa fratricida carnicería. A nivel mundial, sólo un desarme ideológico podrá librarnos realmente de esos integrismos resucitados de un tenebroso pasado por iluminados como Bush, Bin Laden o Sharon, que aprovechan o incluso provocan auténticas hecatombes para tentar reinstaurar, ahora a escala planetaria, sus funestas, inhumanas, fascistas concepciones de la vida social.

20021116. Responder al bofetón de Sharon.

                         No puede quedar impune el bofetón que Sharon nos dio, especialmente a los españoles, negándose a la mediación de la Unión Europea personificada hoy por Aznar, bofetón agravado por su negarse a que el enviado por la EU pudiera entrevistarse con el recluido Arafat y agravio por su permitir horas después que visitara a Arafat el enviado de Estados Unidos. No sólo ya sólo por la paz en la región y sus consecuencias posteriores, políticas y económicas, para nosotros, sino porque ha sido un agravio de tal calibre que minimizarlo, como pretenden algunos, dejaría menoscabada por mucho tiempo nuestro prestigio.

                         Es cierto, como el último gesto israelí desvergonzadamente indica, que no podemos competir ahí con la influencia militar de Estados Unidos; pero somos con mucho el primer proveedor económico de Israel, por lo que podemos, y nos debemos, no dejar pasar ese gravísimo, público y repetido desaire, sino tomar, con la premura y amplitud que requiere el caso, las represalias económicas y boicot comercial que exigen nuestra dignidad y nuestros intereses.

20020408. Batasunos nazis.

                            Son como las cucarachas que, asustadas al dar la luz, se mueven alocadamente, revelando su posición. Los batasunos, alarmados ante la inminente ley que permitirá, por fin, limpiar la democracia de quienes se refugian en sus esquinas para socavarla, acaban de pedir poder cambiar de nombre, por otro “que revela mejor su naturaleza: el de socialistas aberzales”. Tienen toda la razón: al escoger para su partido el mismo nombre que los secuaces de Hitler, el de socialismo nacional, ponen aún más al descubierto lo que realmente son: nazis.

20020424. Democracia falseada.

                             El “terremoto francés” no es sino uno más de los que, fuera y dentro de Europa, vamos padeciendo como resultado, no sólo ya de los abusos prácticos, sino de los usos oficiales y reglamentados impuestos desde arriba para impedir que funcione realmente el sistema democrático.

                               Recordemos, por un lado, la ausencia o falseamiento de las primarias o las listas cerradas; por otro, el “adecuado” diseño de los distritos electorales, la ley d’Hondt y otras triquiñuelas que hace que un tipo “conveniente” de votos valga mucho más que otros, o que estos últimos sean despreciados, anulados, no obtengan representación alguna.

                                Así tenemos gobernando Estados Unidos al candidato menos votado; en Italia, uno (otro) vinculado con los bajos fondos y detentor ilegítimo de los medios de difusión; etcétera. No es que fracase la democracia, sino que oficialmente se impide su puesta en práctica.

20020603. Policía sexy.

                           Llega a extremos increíbles la militarización implantada a nivel planetario por unos Estados Unidos que no supieron –hasta el punto que cabe sospechar que algunos de sus jefes no quisieron- evitar los atentados del 11-S. Y hoy el mundo entero se emplea los atentados reales o posibles para justificar el predominio de la “seguridad” de los gobernantes sobre la libertad, el bienestar e incluso la vida de los gobernados.

                            Para intentar hacer tragar tanta violencia, en ocasiones se montan operaciones de maquillaje, como los burdos “bombardeos humanitarios” de migajas de alimentos en Afganistán. Así en Rusia, un Putin, ese espía de la KGB que alcanzó el poder gracias a unos no menos curiosos “atentados” chechenos, y consolidó su poder también con la guerra a ese pueblo, acaba de maquillar, hacer más sexy a su cuerpo represivo, conseguir que se nombre “miss Universo” a una teniente de policía, Oxana Fedorova.

                            En España mismo, donde dos de los tres candidatos a presidente por el PP  se han curtido en el Ministerio del Interior,  también se ha avanzado en la “feminización” de los cuerpos policiales, en el sentido indicado; y no olvidemos que las mujeres que deben mostrarse más duras en aplicar la ley, para ser aceptadas por sus pares y mandos. La misma obsesión de “seguridad” lleva maquiavélicamente a los jefes a aplicar a los cuerpos represivos una “anorexia inducida”, un austerísimo sistema de vida que ha provocado tantas protestas desde los policías municipales hasta los guardias civiles; porque bien sabido es también que los hombres peor tratados son más feroces.

20020606. EEUU manda aquí.

«-¿No me quieres prestar tu cepillo de dientes? ¡Eres un antisemita!” gritaba un judío a un amigo cristiano. He recordado esta anécdota cuando se ha hecho público que Estados Unidos ha llegado a pedir a España nada menos que inspeccionar buques en aguas españolas. Hasta ahí se ha podido llegar gracias al servilismo extremo que, para evitar ser tachado de “antiamericano”, ha empleado el gobierno de Aznar, otorgando en el nuevo Convenio de Defensa con Estados Unidos del 10 de abril posibilidades para que los servicios de ese país actúen en España. Respecto a la inspección de buques, al menos, la respuesta ha sido negativa, pero menos tajante que la ya dada por Grecia, por ir –dijo su portavoz- contra su Constitución, las leyes internacionales y los usos de la soberanía.

20020607. Múgica, servil Defensor contra el Pueblo.

Cifras cantan: el vergonzoso servilismo del “socialista” Múgica Herzog al Gobierno que le nombró como Defensor del Pueblo ha hecho descender el prestigio de la institución hasta el extremo sin precedentes de que en un año el número de ciudadanos que han acudido buscando amparo al Defensor del Pueblo se ha reducido a la mitad. Sí, al cincuenta (50) por ciento.

Cualquier político con un mínimo de pudor habría dimitido de inmediato; pero el señor Múgica está demasiado preocupado, no sólo por cobrar, sino por aprovechar el cargo para ajustar sus cuentas desde ese puesto prostituido con quienes le estorban, o por encabezar manifestaciones pro Israel, con declaraciones tan impresentables como que “nunca Israel ha sido tan generoso con los palestinos”. Eso sí, ese Defensor del Gobierno y de Sí Mismo, está arropado otros obsequiosos lacayos del mandamás de turno, que tienen el valor de celebrar esa caída en picado de los recursos ante el Defensor como prueba de la madurez de una ciudadanía, que gracias al PP, está aprendiendo a intentar solucionar sus propios problemas, en vez de buscar culpables en la Administración, según se atreve a decir por escrito  Luis Ignacio Parada, en un artículo en el ABC que merecería figurar en una antología del servilismo político.

20020612. Suárez, récord en hundimientos.

                     Una comprensible modestia le impide reclamar el título, récord mundial del Guinness, si no el de duque, porque títulos de duque hay muchos, aunque el suyo lo consiguió en uno de esos asombrosos esfuerzos que le merecieron ese récord mundial sin precedentes. Porque nadie, repito, nadie, en España ni en el mundo, ni “vivo” hoy, ni en la historia, puede ostentar el palmarés de Adolfo Suárez, quien, repetidamente, desde su posición de jefe supremo, de capitán del barco, no sólo lo abandonó, sino que así consiguió hundirlo; y esto no sólo lo hizo con dos partidos de centro, el CDS –con el “mérito añadido” de haber sido fundado por él- y UCD –con la dificultad adjunta de ser nada menos que  el partido gobernante-, como se suele recordar, sino también con un tercer partido, también gobernante e incluso único, la Falange, hundimiento que hoy podemos estimar objetivamente positivo para España, pero que no excluye contabilizarlo a efectos de ese récord de ”hundimientos”. Más aún, habría en cierto modo que atribuir al capitán Suárez CUATRO siniestros, ya que casi consiguió hundir, también como capitán, algo tan prácticamente insumergible como un Estado, al abandonar su timón en plena tempestad, provocando el 23-F.

                    Lo más alarmante, y lo que nos obliga a denunciar hoy con especial vigor estos hechos, tan innegables como mistificados (hasta el punto de considerarse como méritos de guerra de ese capitán “insumergible” TODOS esos hundimientos, incluso los que hundió ya en el actual régimen democrático), es que la insensatez humana –o el interés de quienes se aprovechan de tan provocados siniestros- ha llevado a otro partido a recabar los servicios del hijo de Suárez. “De tal palo, tal astilla”, y por el oportunismo con que ha actuado en pocos meses, desde el País Vasco hasta Castilla-La Mancha, ese hijo puede, con el tiempo, emular –al menos, en parte- el triste récord paterno, repitiendo así el enorme daño sufrido por España y el definitivo, mortal, que puede sufrir la organización que tan suicidamente acoge en su seno a personajes con tan siniestras habilidades como la de ser “capitanes de siniestros”.

20020629. Tardío laicismo estatal.

                          Decir que el hombre es un animal racional, declaró con ironía un filósofo inglés, es la definición más prematura que se pueda imaginar. El hombre es más bien un animal de costumbres, de tradiciones, tan queridas por los mismos ingleses, aunque choquen contra la más elemental lógica en la actualidad. Los hijos de la Gran Bretaña emigrados a América tardaron un siglo y una cruenta guerra civil en darse cuenta de que la esclavitud era incompatible con la democracia, reconociéndolo incluso entonces, más que por lógica y moral, por los intereses industriales de los norteños, según prueba el que sigan esclavizando de hecho todavía hoy a tantos, dentro y fuera de sus fronteras.

                        En modo parecido, a esos puritanos emigrados a América para practicar fanáticamente su religión les ha costado más de doscientos años caerse del burro y darse cuenta que la democracia es incompatible con la confesionalidad del Estado. Y aun hoy se siguen aferrando al burro, reaccionando fanáticamente, desde Bush hasta el último púlpito, contra el juez que sentenció lo evidente: que a nadie se le puede obligar a hacer un juramento de patriotismo invocando una divinidad, como tampoco los romanos tenían derecho a exigir a los cristianos que juraran por las divinidades. El integrismo religioso monoteísta occidental -que tanto alienta hoy al integrismo islámico y judío- menosprecia así la más elemental lógica, y desafía al hecho también evidente de que la mayoría de la humanidad, politeísta –como la civilización grecorromana de la que se reclama Occidente- panteísta, animista o atea, no invoca a un dios único, por muy elástico y sincretista que se le quiera artificialmente figurar. Con razón decía alguien tan poco sospechoso al respecto como Tocqueville que los norteamericanos serían capaces de transformar positivamente el mundo si no estuvieran tan atados a las más arcaicas tradiciones religiosas, que confunden con la religión.

                       Pero ¿qué necesidad tenemos nosotros de cruzar el charco, de ver la paja (aunque sea gorda) en ojo ajeno? Tras celebrar a bombo y platillo los 25 años de democracia, y una Constitución para todos, seguimos en España, en muchos aspectos más los Estados Unidos, conculcando la libertad de conciencia de no pocos con muy gravosos privilegios a la Iglesia católica, cuya incongruencia e ilegalidad sólo poco a poco van siendo reconocidas como tales, admitiéndose ya a veces la libertad de expresión de denunciarlos en los medios de difusión; protestas que podríamos sintetizar en las expresivas pancartas que han ido proliferando en las últimas manifestaciones ciudadanas, con el lema: “¡Estado laico!”.

20020703. País mezquino.

                            Cuando uno observa por un lado los gravísimos problemas mundiales de guerras, epidemias, miseria y otros -a los que nuestro país no sólo no está ajeno, sino que añade los de terrorismo, corrupción, violación de la justicia, etcétera-, y por otro lado ve las preocupaciones de los lectores de EL PAÍS, tal y como se reflejan al menos en las cartas publicadas, no puede menos de ser pesimista en cuanto al futuro que nos espera.

20020718. Excusas politiqueras.

                               Para ocultar su corrupción o incapacidad, o para tener más poder, muchos gobiernos crean o hinchan y prolongan hasta extremos increíbles unos problemas, condenando como antipatriotas a quienes denuncian esa perversa maniobra suya. Hoy ha sido un microscópico y incomestible trozo aislado de Perejil. Ayer, unos previsibles atentados dieron ocasión a un gobierno desprestigiado y corrupto para afianzarse y declarar libremente la guerra indefinida y mundial donde y cuando quiera. Aquí en España, una curiosa incapacidad ha impedido desde hace mucho tiempo, y no sólo desde el gobierno de Madrid, acabar con una banda de pistoleros que sirve de excusa para ocultar tantos problemas y recortar los derechos y libertades ciudadanas. ¡Cuanta manipulación arriba, y cuanto opio pseudopatriotero –incluso de efectos aparentemente contrarios- abajo!

20020824. Servilismo ante el dañino jefe saudí Fahd.

                                         El presidente Aznar repite una y otra vez que la primera prioridad para él es la lucha contra el terrorismo en todos los frentes, adhiriéndose a la política del presidente Bush. Pero cuando llega la hora de la verdad, y desembarca ostentosamente en Marbella el reconocido como principal financiador del terrorismo integrista, el rey Fahd de Arabia Saudí, cuyo pasaporte llevaban 15 de los 19 terroristas del once de septiembre, nuestro gobierno calla como muerto, cosida al parecer su boca por las humillantes propinas de ese integrista, que así ve confirmada –como aquel caudillo bárbaro tras visitar Roma- su opinión de que un podrido Occidente sin alma debe ser conquistado (España, reconquistada) para el Islam.

                                        El vergonzoso servilismo de nuestro Gobierno está llegando al punto de tolerar que ese dictador feudal corrompa a nuestras propias fuerzas de seguridad, a las que está contratando ilegalmente para que le protejan de los muchos enemigos que su tiranía y corrupción le han granjeado. ¿Cuándo le aplicará al saudí Fahd, como máximo peligro que objetivamente constituye, la Ley de Extranjería, según reclaman cada vez más ciudadanos, e incluso unos carteles en Málaga? ¿O tendremos que esperar que intervenga un juez contra ese tirano, mucho más dañino aún que Pinochet?

20020831. Marbella servil.

                               Son traidores a la patria, a todo Occidente y a su religión y cultura tradicional, de la que hipócritamente vociferan ser los principales defensores. Miserables miopes, por unas humillantes propinas lamen las botas de quien abiertamente les desprecia, insulta y pretende esclavizar, pagando a los agentes ideológicos y terroristas criminales que constituyen las avanzadillas de su ejército de fanáticos. Así son, y así hay que denunciarles, para evitar mayores males, los lacayos que hacen reverencias y se ponen al servicio del jefe de la más peligrosa y exclusiva secta musulmana integrista, el rey saudí Fahd. Y en primera línea, los serviles que han llegado al extremo de querer dedicar precisamente ahora a ese individuo, tan indeseable humana, social y políticamente, una calle de Marbella que, ella sí, mientras no consiga regenerarse y expulsar a esas mafias que la manejan, debería llevar, como justo castigo y advertencia para todos, el nombre infamante de Marbella de Gil y Fahd.

20020902. España y los terrorismos.

                           En España se ha superado el famoso “Nadie puede servir a dos señores” del Evangelio. Por una parte, en Madrid se prepara un homenaje (otro, porque ni se sabe ya los que ya van, incluso en la Semana Santa de Sevilla), como no se hace en ninguna otra parte, a las víctimas del 11 de septiembre (y no a las muchas más, no menos inocentes, que, con esa excusa, han sido ya asesinadas por los, en esa ocasión agredidos).

                           Al mismo tiempo, en Marbella, se dedica una calle al rey del país cuyo pasaporte llevaban tres cuartas partes de los terroristas del 11-S, dirigidos por un conocido miembro de su familia, y financiador a escala mundial del más xenófobo integrismo que, más aún que el petróleo, ha sido el combustible que alimentó esa salvajada y prepara muchas más; incluso el rey de España, cambiando radicalmente el protocolo, ha recorrido centenares de kilómetros para ir a rendir homenaje al “pobre” rey de Arabia Suadí, sin duda por esa “amistad particular”  que le ha llevado  también a otras “visitas privadas” y gestos de amistad mucho más allá de lo que le pide (o incluso le recomendaría) su cargo con dictadores y fomentadores de terrorismos de distinto signo.

                            Mientras, el gobierno repite con todo énfasis y hasta el aburrimiento que combatir el terrorismo constituye, no faltaría más, su primera prioridad. Sabio equilibrio, acentuando ambos extremos, o inmoral maquiavelismo, esos son los hechos, que cada cual adjetivará conforme a su conciencia o falta de ella.

20020911. Enfrentarse a ETA.

                                    Se ha prohibido una manifestación sobre ETA, ha dicho Ibarretxe, para evitar evitar “que los vascos no se rompan la cara unos con otros en nuestras calles”. ¿Qué prefiere, pues? ¿Que sea ETA la única que rompa la cabeza y mate a vascos y demás españoles? Si más vascos, empezando por autoridades como él, hubieran dado más la cara, no estaríamos como estamos. El problema no es sólo ETA, sino el que haya habido tantos que no han tenido lo que hay que tener para enfrentarse a esos asesinos. Ya es hora de que la sociedad vasca se fracture abierta y decididamente entre los asesinos y quienes estén dispuestos a acabar con esa mafia, cambiando el actual vergonzoso panorama de un gran rebaño de víctimas resignadas, e incluso de aún más cobardes colaboradores, que ahoga a una pequeña minoría de dignos resistentes a esa criminal opresión, demasiados de los cuales han pagado incluso ya con su vida su entereza.

20020919. Planes sin dineros.

                              “Lo que el viento se llevó”. El recadero de mi pueblo, contaba mi abuelo, apuntaba en un papel los encargos que le daban para comprar en la ciudad, poniendo encima las monedas que le entregaban para pagarlos. Al momento de viajar, soplaba, con lo que quedaba sobre el tapete sólo “la demanda solvente”, que diría un economista.

                              He recordado esta anécdota ante los bellos planes que nos presenta ahora también la nueva ministra de Sanidad… sin poner encima de la mesa la dotación económica correspondiente. Un gesto demasiado habitual y demagógico en los últimos tiempos, que ya no provoca en los ciudadanos, cada vez más escarmentados, sino un mayor rechazo ante esos engañosos “brindis al sol”, esas vanas promesas que se lleva el viento.

20021022. Cruce de extremismos.

                           Nada puede llevar más rápido a la catástrofe, a una cruel e interminable guerra fratricida, que el que los miembros de un grupo se crean ser los buenos, los puros, los elegidos de Dios. A escala mundial lo estamos viendo entre los integrismos islámicos (“Pakistán” mismo significa “el país de los puros”, y su reciente fundación exigió millones de desplazados y muertos) y la “Cruzada” contra “el eje del mal” de quienes también se sienten pueblo elegido y pretenden imponer al mundo por la fuerza un sistema social “divino”, por el que hace tan poco que sus antepasados puritanos emigraron al Nuevo Mundo. En la misma España todavía quedan demasiadas huellas de las múltiples “cruzadas”, hasta la de 1936-1939, de los “buenos” contra los “malos”, cuya mayor secuela bélica sigue siendo aún ETA.

                          Una ley sociológica muestra que una larga lucha sólo es posible en quienes tienen algunas características en común, forjadas en parte por ese mismo largo enfrentamiento. El nacionalismo excluyente de ETA y de sus cómplices ha tenido y aún tiene su contrapartida en un intolerante nacionalismo español que, vencedor un día con ayuda del “Eje”, parecía derrotado por la posterior historia europea y los votos ciudadanos, pero que está resurgiendo al calor de este combate contra ETA, que resulta “providencial” para los intereses políticos de grupos ligados a los de aquellos “cruzados”.

                           Si queremos realmente la paz, debemos, pues, denunciar y combatir ambos integrismos que, gracias a su mismo enfrentamiento, encuentran recursos económicos y humanos para seguir cosechando “victorias” a costa de nuestras vidas y libertades. Desde fuera del País Vasco vemos muy claro el integrismo maniqueo de ETA y sus cómplices, pero cerramos demasiadas veces los ojos ante quienes desde esta parte siguen alimentando, consciente o inconscientemente, “con la mejor intención”, como tantos fanáticos, esa hoguera que quema herejes de uno y otro bando.

                         Baste citar el mismo nombre del grupo “Manos Blancas”.  Es cierto que a las tan ensangrentadas manos de ETA podemos oponer unas manos mucho más limpias –no totalmente, por desgracia- de sangre, pero en modo alguno, como los fariseos, podemos pintarlas de blanco total; también hay que reconocer y combatir la suciedad moral que, como la física, nos debería obligar a limpiar repetidamente cada día las manos de nuestro organismo social… si queremos realmente solucionar la crisis, conseguir una vida colectiva sana y en paz. Así lo advertían unas pancartas y folletos en la reciente manifestación de San Sebastián: “Contra ETA, más manos, más blancas, más eficaces”.

20021125. La unificación europea.

                                        “Quienes olvidan la historia se ven obligados a repetirla”. Las últimas guerras civiles en Europa tienen un tan claro como trágico componente religioso: por ejemplo, en Irlanda y en el País Vasco (como nuestra guerra civil 1936-1936, las carlistas y de ahí para atrás hasta las visigodas). Europa entera se dividió y luchó durante siglos en guerras bendecidas por los protestantes contra los católicos y viceversa, como ya había hecho “religiosamente” durante tantos siglos contra herejes, cismáticos y paganos.

                                        La religión sí está, pues, íntimamente ligada a la historia de Europa, pero como incitadora y sacralizadora de una feroz desunión de sus pueblos, a los que sólo la modernidad, debilitando los tradicionales sangrientos fanatismos, está consiguiendo unir en el respeto a la diversidad, demostrando la relatividad de las creencias, y promoviendo el laicismo, la vigencia de los derechos humanos independientemente de la religión o irreligión de cada cual. Demuestran, por consiguiente, mucho valor quienes hoy, en defensa de sus obvios intereses personales, se atreven a exigir que Unión Europea, declarándose heredera agradecida de una determinada religión, se convierta en cierto modo en un arcaico Estado confesional, integrista, discriminador de sus ciudadanos, porque esa mención que privilegiaría a una creencia reduciría automáticamente, a los que no fueran miembros de esa ideología o de ninguna otra, a ser unos ciudadanos de segunda. ¡Ya tenemos bastante con un Bush que todavía emprende bárbaras Cruzadas contra quienes son tan integristas como él!

 

20021129. Políticos buenos.

                                  Resulta difícil juzgar la buena voluntad de los gobernantes, ya que están tan condicionados en su actuación, dependiendo en cierto modo de todos, “debiendo sonreír incluso a quien desearían dar una patada en el trasero”, como declaraba, con la sinceridad propia de quien se sabe a las puertas de la muerte por enfermedad incurable, el último Perón. Ese mismo político ¿tenía buena voluntad? ¿quería realmente a su pueblo? Muchas veces me lo pregunté, viviendo yo aquellos años en la Argentina, hasta que un hecho inequívoco me dio la respuesta: al dejar como presidenta del país a “Isabelita”, a quién él sabía incapaz para el cargo, demostró que su rencor personal por lo ocurrido con “Evita” le importaba más que el porvenir de su país, según hoy todavía constatamos.

                                  Hecho revelador, también, es el protagonizado hace poco por presidente de Perú, Alejandro Toledo, que sólo tras diez años, y por la presión insoportable de su pueblo, ha tenido que reconocer su paternidad respecto a su hija extramatrimonial Zaraí. Está claro, pues, que se oponía al corrupto presidente anterior, Fujimori, sólo para sacar él tajada. ¿No ha tenido también que rebajarse a la mitad, asimismo por una fuerte presión popular, el altísimo sueldo que se había autoasignado? No es de extrañar que quien tiene esa curiosa noción de la democracia familiar y económica fuera, cuando se proclamó presidente del Perú, a pedir inspiración, en una ceremonia semi-mágica, a los antiguos jefes incas que, por más que interesadamente se les haya intentado crear una leyenda dorada, eran un ejemplo mundial de despotismo poco ilustrado y menos aún igualitario.