20080605. Dólares en la Feria del Libro.
La Feria del Libro es uno de los principales encuentros culturales de España. No se limita a los libros, sino que incluye revistas y folletos, no siempre de pago. Este año había incluso quien regalaba dólares, «el impreso más exitoso de la historia; por eso se han editado tantos ejemplares y hay tanta inflación», como explicaba su autor, que advertía, eso sí, que esos dólares eran «más falsos que Bush», cuya efigie, «cambiando sangre por petróleo» en la guerra de Irak, figuraba en el centro de ese billete en favor de la paz.
20080605. Esperanzador Obama.
La victoria de Obama constituye una gran alegría para los muchos amigos de verdad que tienen los Estados Unidos. Somos los mismos hemos sido declarados “antiamericanos”, en una grosera proyección freudiana, por quienes, ellos sí, han traicionado sus valores patrios: la democracia, el respeto a los derechos humanos y la paz; valores que, con las contradicciones propias de las cosas humanas –que Bush llevó a su peor límite- han caracterizado la vida de ese país. Ojalá Obama pueda conseguir la presidencia y mejorar pronto la catastrófica situación económica, política y social actual de Estados Unidos y, en parte por ello, del mundo entero.
20080617. Respaldar a Bush.
Sí: la historia prueba que ha habido algunos Papas, como el Borgia, que han cometido horrendos crímenes a escala individual o familiar. Sin embargo, dando un gigantesco paso más, el apoyar a estas alturas a un Bush y agradecerle (sic) “su compromiso con los valores morales fundamentales” hace cómplice de su genocidio y ecocidio al Papa que así solemne y oficialmente lo respalda, y a cuantos tienen el valor – literalmente blasfemo- de llamarse cristianos y, al mismo tiempo, seguidores suyos.
20080630. Terrorismo antiterrorista.
Los extremos se tocan. El mundo ha contemplado estremecido cómo aquél país que para muchos significó en más de un sentido la libertad y la democracia se ha ido convirtiendo en estos últimos años, bajo el nefasto Bush y su camarilla, en un sistemático violador de los derechos humanos dentro y fuera de sus fronteras, quebrantador sin escrúpulos de las convenciones de Ginebra, siniestro fautor de Guantánamos y Abu Ghraibs, múltiple invasor y genocida en guerras interminables, todo eso en nombre de la libertad y la democracia, sembrando el terror para salvar al mundo del terrorismo.
No han faltado en Europa los cómplices a esta desastrosa espiral de terrorismo antiterrorista. Los primeros fueron Blair y Aznar. Pero, con el tiempo, con un insidioso contagio mental, ese terrorismo antiterrorista fue encontrando aliados cada vez más numerosos. Desde los vergonzosos, y largo tiempo secretos, vuelos de la CIA hacia las cámaras y tortura, hasta las medidas de “seguridad” que han ido restringiendo la libertad y la dignidad de los ciudadanos.
20080903. El futuro americano y el nuestro.
Si Obama es elegido y cumple, Estados Unidos volverá, -a pesar de sus clásicos puntos negros, ya mejorando mucho en uno de ellos-, a ser un punto clave positivo en el mundo, y particularmente útil para Europa y en el resto de América, en esta época de la globalización, con potencias como China, India y la “nueva” Rusia.
Mucho más dudoso será el porvenir si eligen a un McCain, de antecedentes aún más desdichados que lo que evoca su mismo nombre. Lo acaba de confirmar su elección de su posible vicepresidenta, tan cercana al fundamentalismo evangélico, que tan amargos frutos está dando con Bush y Rice, en un claro intento de compensar su poco atractivo ante esos extremistas religiosos. Como ha sido inútil, dado que ahí no funcionan los promedios, sino que resalta aún más el problema, el elegir una mujer tan joven, y con tanta inexperiencia política, para contrarrestar la tan avanzada edad para empezar el cargo del mismo McCain, lo que constituiría un obstáculo más, en lo físico y en lo mental, para un real y vigoroso cambio y actualización de los Estados Unidos tras el atraso que ha supuesto la oscura Edad Media provocada por Bush.
20081020. Traidores de verdad.
¿Quién es traidor de verdad? ¿El que con deliberadas mentiras mete a su país en una guerra injusta, que provoca la mayor crisis política y económica de su historia, que ya perjudica gravemente al mundo entero, como hizo Bush? ¿O el que “traicionó” a Bush, renunciando al puesto privilegiado que le había dado en esa guerra, como Colin Powell?
Hoy vemos las cosas aún más claras, hasta el punto que el mismo diario madrileño que más apoyaba a Bush tuvo que titular de “Traición a Occidente” las torturas de Abu Ghraib, cometidas por quienes invadieron Irak en nombre de la libertad y la democracia. Pero ese diario, ignorando el abc de la justicia, y hasta de la coherencia propia, vuelve hoy a las andadas, titulando “Colin Powell traiciona a los republicanos” el hecho que éste haya declarado estar más a favor de Obama que de un McCain, quien va continuar a toda costa esa guerra especialmente maldita. ¿O es que hay que preferir los intereses del propio partido a los de la patria y de la humanidad? Y ¿qué pensar de algunos otros medios de difusión, que tanto critican, con tanta razón, el perjuicio que causa a España el corporativismo de los jueces, pero que se niegan a denunciar y exigir responsabilidades a sus propios “colegas”?
20081028. El adiós a Bush.
La actual crisis económica, debida fundamentalmente a la crisis política y económica estadounidense, explica el enorme impacto emocional, hasta provocarme un accidente doméstico, que tuvo la reelección de Bush. Lo he recordado ahora, cuando la prensa se hace eco de la propuesta de un ciudadano de celebrar una gran fiesta el día que Bush tenga que abandonar la presidencia. De hecho, también recuerdo que en un acontecimiento parecido, la manifestación por el aniversario de la guerra de Iraq, pocos días después de la pérdida del Gobierno por parte del PP, en la que el lema más coreado fue: “¡Qué felicidad, vivir sin Aznar!”.
Como nunca faltan listillos aguafiestas, un periodista, “contreras” profesional, se ha opuesto a dicha iniciativa del público, diciendo que supone servilismo (¡!) a lo que pasa en Estados Unidos, con el fácil recurso de exagerar hasta el ridículo lo que el oponente podría pensar si fuera tan tonto como se le quiere presentar. No se sabe qué admirar más: si llamar “servilismo” a una manifestación de alegría por liberarse de tal tirano, o el negar la (en eso, pésima) influencia que ha tenido y tiene aún su política en nuestro mundo.