20201110 Rivera, al desnudo de verdad.
Alberto Rivera, como abogado, se ha puesto al servicio de Casado, su adversario político hasta ayer. Y no para un asunto particular, lo que ya sería muy sospechoso, sino para algo impensable: impugnar una ley del Parlamento catalán que ha congelado de momento, en esta crisis, el precio “tensionado” en algunas zonas del alquiler de las viviendas.
Sí, sí, está claro. Este barcelonés, hijo de obrero, se alquila ahora para combatir el derecho a la vivienda de los catalanes más necesitados, cuando hace tan poco que sus paisanos dieron la mayoría relativa de su Parlamento al partido que entonces él dirigía. Ahora comprendemos, pues, por qué al comenzar su carrera política Rivera se exhibía casi desnudo, pero tapando con sus manos su entrepierna.
20200507 “Sostenerla y no enmendarla”.
El rechazo de Rivera, Girauta y otros dirigentes de la antigua dirección de Ciudadanos al tímido intento de Arrimadas de recobrar una posición centrista y arrinconar de paso al ERC muestra su pertinaz ceguera, un “sostenerla y no enmendarla” de libro. Porque incluso después de haber llevado a su partido al borde de la extinción, siguen mostrando que ignoran lo que es un partido de centro y refuerzan, como nadie podría hacerlo mejor, el principio de regreso a sus bases fundacionales por parte de la nueva presidenta.
20200506 La gran jugada de Arrimadas.
Al apoyar, suavizándola, la propuesta votación del PSOE sobre el confinamiento, Arrimadas ha recuperado la posición centrista de su partido, cuya pérdida le había llevado a la casi irrelevancia. Al sustituir en ese puesto al ERC, nos favorece, como también pretendía al fundarse su partido, a todos los no independentistas.
Sobre todo, su cambio -y por tanto el de quienes antes públicamente le criticábamos, nos ha beneficiado al conjunto de los ciudadanos, al sostener en un momento tan trágico un Gobierno recién elegido, y que no podría cambiarse -excepto por un golpe- sino el año próximo, al mismo tiempo que defiende la salud de todos y ayuda a suavizar las medidas de aislamiento.
Hasta el mismo anterior portavoz de su partido, Girauta, le da sin querer la razón, al dejarlo ahora afirmando que no había trabajo tanto para hacerlo un partido “bisagra”. Los partidos centristas son bisagra muy útil, que puede llegar a ser incluso Gobierno sin necesitar socios; pero hace falta mucha inconsciencia o algo peor para decir eso cuando el “trabajo” de Girauta, Rivera y otros había llevado al partido al borde de su desaparición.