Política – Cataluña – 2009

20091215. De Gil a Laporta.

                              Siempre ha habido arribistas que no han tenido escrúpulos en desnaturalizar, por ejemplo, la religión, para escalar el poder. Ahora utilizan cada vez más el deporte. Así un empresario sin escrúpulos manipuló al Atlético de Madrid para tapar sus sucios negocios, e incluso fundar un partido político lleno de corrupciones.

                                Hoy los catalanes sufrimos también las maniobras de otro empresario que, tras apoderarse del C. F. Barcelona, y de emplear métodos poco escrupulosos, como el espionaje a su propio equipo dirigente –según hemos visto hacer  a ciertos políticos en la Comunidad de Madrid-  intenta manipular, también como Gil, “su” equipo de fútbol, como trampolín para alcanzar el poder político; y este peligroso demagogo no duda en arrojar en provecho propio gasolina al fuego, con declaraciones tan incendiarias como su reciente: “Están matando a Cataluña”.

                               La historia europea del siglo pasado muestra como cuatro cabezas locas, que sigan en un momento de crisis a un iluminado de estos, han conseguido provocar desgracias incalculables para su tierra, para sus vecinos, e incluso para el mundo entero. Ojo pues a esos pseudo patriotas que constituyen en realidad, ellos, la mayor amenaza para su propio país.

20091208. Ecología y nacionalismo.


                         En Copenhague se está dilucidando estos días en gran parte nuestro inmediato porvenir ecológico, nuestra subsistencia e incluso nuestra pervivencia. La presión de las poblaciones está obligando a los políticos a despertar de su limitada visión, ligada a sus compromisos y próximas elecciones. Los medios de comunicación contribuyen eficazmente a despertar esa conciencia ante creciente caos climático, y 58 diarios del mundo entero han publicado una misma editorial alertando de esa necesidad.

                          En Barcelona, sin embargo, el director de un periódico que yo consideraba hasta ahora bastante responsable, ha aprovechado este editorial conjunto para tachar de inconsecuentes a los periodistas que criticaron el reciente editorial conjunto de 12 diarios catalanes, iniciativa de la que él fue el promotor. ¿Cómo puede ser tan ciego su nacionalismo como para osar comparar ambas cosas y criticar de inconsecuentes a sus colegas? El cambio climático está reconocido por casi todos como un gravísimo y urgente problema de supervivencia; el Estatuto, incluso algunos de sus promotores reconocen hoy que era innecesario, y ni siquiera fue aprobado por la mayoría de los ciudadanos censados. La presión para remediar el caos climático se hace a pesar de las presiones que los periódicos reciben de poderosos grupos económicos y de sus mismos gobiernos; el editorial catalán se hace contra el Tribunal Constitucional y a favor de grupos económicos y del Gobierno del que tanto dependen los periódicos que lo publican.

20091125. El valor de la honra.

                                           A los catalanes se nos ha acusado de muchas cosas, pero no de despilfarrar el dinero. Algunos foráneos se quejan de que cada uno de los diez miembros del Consejo Audiovisual de Cataluña, un órgano censor típico, según prestigiosas organizaciones internacionales independientes, vaya a cobrar más que el presidente Zapatero. Sin embargo, yo considero que ese sueldo es comprensible, pues pone de manifiesto el alto valor que se da en Cataluña a la pérdida de la honra, ya que en otras partes se cotiza por menos. Además, es lógico el interés que ponen nuestras autoridades catalanas en perfeccionar, con ese organismo censor, el creciente pensamiento único propio de todo nacionalismo, incluso del nacional-socialismo, como el del PSUC, que debe demostrar, como todos los convertidos, que es más nacionalista que CiU. Una vez más queda tristemente probado que nuestros mayores enemigos podemos ser nosotros mismos.

20091115. Referéndums antidemocráticos.

                           Como del voto en general, el demócrata es partidario de referéndum. Pero de los de verdad, no de los que ya padecimos en España durante el franquismo, para intentar tapar una dictadura real. Todo referéndum legítimo debe decidir en favor de una mayoría real, la del censo de votantes, como está legislado en las democracias maduras. Y un cambio transcendental, como de Constitución o Estatuto, requiere una mayoría cualificada, legislada también en muchos países en torno a los dos tercios. Todo ello, por supuesto, después de una campaña, y de una situación general del país, de plena libertad, durante un tiempo suficiente.

                          El ciudadano ilustrado puede y debe, pues, mostrar su indignación ante los distintos montajes de referéndums independentistas en Cataluña, hasta en mi nativa Gerona. No son meras payasadas, sino deliberados intentos de legitimar y ampliar la creciente dictadura de hecho que, bajo capa de lo contrario, nos va empobreciendo cultural y económicamente a los catalanes. Dictadura tan clara como en el idioma, porque “quien emplea métodos fascistas, es fascista”. Primero fueron las amenazas, después la acción directa de tachar o romper cuanto no estuviera escrito en catalán; ahora ya, la ley, increíble en la Europa del siglo XXI, de multar lo que no esté escrito en catalán. ¿Cabe oficializar algo más antidemocrático, más antológicamente fascista, que los intereses de algunos y la cobardía de muchos han permitido instaurar, y que esos hipócritas referéndums intentan en vano tapar?

20091108. Atacar al catalanismo.

                             Por la boca muere el pez. A pesar de que, en el caso Pretoria, la acusación por corrupción a Luís Pernafeta del juez Garzón está también avalada por el ex fiscal anticorrupción Jiménez Villarejo, el hijo del implicado lo defiende acusando al juez de “atacar al catalanismo”. No puede estar más claro su reconocer, sin querer, que muchos utilizan el nacionalismo como tapadera del bote de basuras de sus sucios negocios.

                            Escarmienten tantos ante tan pestilente olor los demasiados ingenuos que todavía quedan en mi tierra catalana, como en el País Vasco, y en el nacionalismo centralista de Madrid, para que tanto sinvergüenza y corrupto no pueda seguir escudándose tras la música y la cultura, la lengua o las pistolas, o las palabras altisonantes y los símbolos comunes utilizados partidistamente, para tapar sus corrupciones económicas y políticas bajo falsa capa de patriotismo.

20090916. Armas y puñetazos.

                                       Desde mis riñas infantiles, nunca en mi vida de profesor he dado un puñetazo a nadie. Pero si a mis 74 años, creyendo defender una causa justa, me viera atacado por un agente de la autoridad que usara para esa agresión un arma ilegal, no me extrañaría que ejerciera mi derecho natural a la defensa propia, aunque fuera respondiendo con un simple puñetazo, porque es evidente que esa desproporción, el empleo de un método no autorizado, desautoriza al que lo emplea.

                                        Nadie que se respete y esté en su sano juicio puede aceptar como razonable el argumento dado por la sentencia de Barcelona que pretende que un agente de la autoridad debe ser respetado cuando agrede de modo ilegal, intentando considerar indiferente al respecto el que lo hiciera con un arma no autorizada.  Apenas cabe manera más funesta que esa de fomentar un régimen policíaco, al que demasiados escándalos apuntan consistentemente, en particular en esa misma ciudad, y según confirman incluso otras sentencias más ajustadas a derecho. No menos grave es que se considere una falta menor, y no reciba un castigo ejemplar, el uso por parte de policías de armas no reglamentarias. La democracia exige una perpetua vigilancia y lucha, precio que demasiados parecen poco dispuestos a pagar.

20090912. Más trabajo y menos política.

                           Los obreros conseguirán sus reivindicaciones si el sistema no consigue frenarlas en las arenas del nacionalismo, dijo hace un siglo T. Veblen, testigo, medio siglo después, de la importancia de la “superestructura” política que menospreciara Marx. Debido al atraso político que hemos padecido en España, Franco pudo primero, y ciertas zonas extremas después, frenar en parte las reivindicaciones económicas con grandes dosis de nacionalismo.

                           Así ha hecho falta una gran crisis económica, como la actual, para que en la Diada catalana predominaran los gritos de “Más trabajo y menos política” y similares. Y eso que los políticos, temiendo lo que se preparaban, no dudaron este año en poner en primera línea de su acto al presidente del Club de Fútbol Barcelona, ya que el fútbol ha continuado y aumentado su papel de “diversión” de los problemas sociales y políticos que tenían durante el franquismo. Incluso –lo que antes parecía imposible- ha conseguido aumentar su importancia, para contrarrestar la mucho menor capacidad de prestar ayuda al régimen para mantener a raya las protestas de la religión politizada, el llamado “nacionalcatolicismo”, que hoy Rouco intenta aún vender al PP.

20090605. Fueros y desafueros.
                            A pesar de las obvias dificultades y errores, muy pocos son los que creen que la solución es volver atrás, desligarse de la Unión Europea. Pero todavía hay demasiados en el País vasco y mi nativa Cataluña que creen que la solución de todo es retroceder muchos siglos más, y separarse del resto de España; más aún, no se contentan con exponer sus ideas, sino que, dudando con razón de su validez, intentan reforzarlas saboteando arteramente la obra común, aprovechando  las ventajas que le proporciona esa unión nacional; por ejemplo, utilizando los recursos acumulados en gran parte gracias esa unión para negar –apelando a privilegios históricos- la contribución al resto de la unión. El nacionalismo es el la tapadera de basura de muchas miserias, y pocos se atreverían a hacer por sí lo que no dudan en hacer bajo capa de esa nueva religión laica.

20090322. Nacionalismo tapabasuras.

                           El ERC, tras reconocer de boquilla excesos policiales contra la manifestación de estudiantes (y periodistas, y demás gente que pasaba por allí), dedicó sus más gruesos dardos a denunciar a los medios de difusión “españoles”, que “miran con lupa” y “linchan” a los Mossos. En realidad, sin lupa alguna, es evidente que es ha sido policía autonómica la que ha linchado indiscriminadamente a los ciudadanos, como en demasiadas ocasiones anteriores, que han terminado incluso en condenas judiciales contra los Mossos.  Como editorializa un gran diario barcelonés, las imágenes “hablan de una policía violenta –su función no es pegar, sino mantener el orden-, mal dirigida e inexperta”. Ya es hora de que éstos  Mossos dejen de ser “mozos para todo” al servicio de intereses partidistas, sean responsables, adultos, y no adulteren la democracia. No puede haber ejemplo más claro de un sistemático utilizar el nacionalismo como tapadera de su propia basura, que el ERC, y otros, aprendieron demasiado bien del régimen anterior, que dicen aborrecer, pero al que imitan en provecho propio.

20090320. Los derechos humanos en Cataluña.

                          Los derechos humanos son universales. Y eso ayuda a darles fuerza, cuando se les pisotea y, por eso mismo, no pueden ser bien defendidos por un grupo humano. Lo primero que hacen los opresores, para justificarse, es apelar al nacionalismo “contra la injerencia extranjera”. Bien lo sé yo, que de niño fui inducido a asistir a mi primera manifestación, promovida por los antiguos “nacionalistas” contra la injerencia de las Naciones Unidas contra la dictadura franquista.  Ahora, como titula un valiente periodista catalán, y como expresión inconfundible de un creciente autoritarismo nacionalista, “vuelven los grises”.

                          El casi centenar de heridos en una manifestación estudiantil contra ciertos aspectos del plan Bolonia –¿cabe tema más intelectual, menos violento de suyo?- no es sino un clamoroso paso más en una progresiva escalada autoritaria policial, de arbitrariedades, maltrato, repetidas torturas e incluso cosas peores. Pero toda esa basura se tapa con el manto del nuevo nacionalismo, ahora local, que tanto ha aprendido, edípicamente, de su franco padre. Muchos son en mi tierra los que, convencidos o resignados, dicen: “Sí, son hijos de puta, pero son nuestros hijos de puta”. No se trata de depurar a algunos policías, sino toda una política que, manipulando el digno y justo impulso del patriotismo defensivo que tanto tiempo hemos debido ejercer los catalanes, acaba convirtiéndose en un feroz nacionalismo agresivo, primera y cercana etapa al puro fascismo. El problema de fondo no son unos policías, sino quienes los deforman y hacen capaces de violar abiertamente los derechos humanos como parte de su función.

20090316. Crisis, salarios y Estatut.

                              Nuestro President catalán ha tenido el valor de proponer como solución a la crisis la congelación e incluso la reducción de los sueldos de los trabajadores, mientras que él cobra 170.000 euros, el doble que Presidente Zapatero. ¿Cómo es que aún no lo hemos echado a gorrazos, y ni siquiera haya sido denunciado especialmente en la reciente masiva manifestación contra la crisis en Barcelona? Ya lo avisó hace tiempo el autor de “La clase ociosa”, T. Veblen: la clase trabajadora conseguiría obtener justicia si los de arriba no conseguía frenar sus reivindicaciones en las arenas del nacionalismo. Es decir, ya que se trata del PSOE y no de CiU, del socialismo nacionalista; por supuesto, moderno, democrático y catalanista mil por cien.

                                 Si, en vez de dejarnos manipular para que nos quejáramos sólo de los demás, los catalanes limpiáramos ese montón de abusos de Montilla, sus ministros y embajadores, no sólo aliviaríamos algo de inmediato los efectos de la crisis, sino también el tan dañino conflicto de la financiación del Estatut, puesto que ya queda claro para quienes exige tanto Montilla y Cía, mientras que se empeña en solucionar la crisis rebajando los ingresos de la inmensa mayoría de los trabajadores.

20090201. Canalla.

                               Hay canalladas, podríamos decir, menores, a impulsos de una súbita pasión, o del miedo; pero las que se van fabricando deliberadamente en el tiempo, y por ambición, son grandes canalladas. Y cuando, descubierto el pastel, todavía tiene se tiene el valor de reafirmarse en esa vileza, con argumentos tales como el que él pedía a ETA que no matara en Cataluña para no dar mala imagen del nacionalismo catalán, limitándose a ese territorio por dirigir él un partido de ámbito catalán, entonces está claro que no estamos ante un accidente, un mal paso, sino un hábito, y nos encontramos ante un perfecto canalla, no sólo un “demente”, como demasiado indulgentemente calificaba Rodríguez Ibarra al secretario general de Izquierda Republicana de Cataluña, José Luis Carod. Éste intenta también ahora defenderse, como todos los de su calaña, con un vocabulario canallesco, declarándose buenísimo (contra toda violencia) y echando la culpa de todo, esa víctima inocente, a la persecución del gobierno central. Quienes somos catalanes, republicanos y de izquierda tenemos un triple derecho y deber de condenar a quien triplemente nos deshonra.