20120111. Desaciertos en Hispanoamérica.
Una vez más, por ignorancia o algo peor, España actúa de forma poco ejemplar, y al más alto nivel, en Hispanoamérica. Las acusaciones de fraude en las elecciones nicaragüenses hacen cada vez más sospechosa la nueva victoria de un retorcido y decadente Ortega, hasta el punto de provocar la ausencia de algunos de los pocos mandatarios que anunciaron iban a asistir a su investidura de posesión, como rechazó al final hacerlo el Brasil. Sin embargo, España envió al príncipe Felipe, al que, en “agradecimiento”, Ortega ostensiblemente dejó de saludar, como sí hizo con los pocos representantes de países que asistieron a tan discutible y discutida celebración.
20120504. Españoles y argentinos.
El modo en que la presidenta argentina ha nacionalizado el petróleo se presta a críticas económicas y, sobre todo políticas, por haberlo hecho en forma populista, como un acto “contra España”; hasta el punto que la parlamentaria que la criticó fue acusada de “española” (¡!). En realidad, REPSOL es una multinacional, en la que el capital español es minoritario, y en manos de unos pocos. Nuestros políticos han caído en esa trampa, y presentan esa nacionalización como un ataque a España, cuando el mismo Rajoy había afirmado antes que el país que no podía decidir sobre sus recursos era de quinta categoría.
De las trampas y fallos de esos malos políticos padecemos así, no sólo en lo económico, sino en lo personal, unos pueblos entre los que los lazos familiares y de amistad son innumerables, hasta el punto que ese daño en las relaciones humanas, ese “efecto secundario” de su mal proceder, es mucho más importante que el económico, al revés de lo que ocurriros ocurriría -con todos los respetos-, con ciertos países del Golfo Pérsico. Y víctimas especialmente perjudicadas somos los centenares de miles, de ambas orillas, que tenemos doble nacionalidad, y padecemos por su culpa ataques, como “traidores”, por nacionalistas descerebrados de ambas partes.
20120804. Sangriento fracaso en Cuba.
Sangriento y radical fracaso del PP, cuando su intento de fomentar la democracia en Cuba –ya quisiéramos que mostrara ese mismo interés aquí- se ha saldado nada menos que la muerte de dos cubanos, incluido Payá, el máximo opositor a la dictadura. Y no por un desdichado accidente, o un atentado castrismo, sino por la más rotunda incapacidad e irresponsabilidad suya.
Todo empezó hace años, cuando el PP nombró y mantuvo como su dirigente juvenil a un incívico irresponsable –incluso respecto a s propia vida y la de los demás- que acumula desde 2009 más de 42 multas de tráfico, incluidas varias por grave exceso de velocidad. Y enviarle a Cuba y permitir que condujera allí el automóvil con los cubanos fallecidos. Aun después de matar a dos políticos a los que teóricamente iba a ayudar, ese individuo, en lugar de insistir en lamentarlo, dijo que “había que centrarse” en sacarlo a él de Cuba y no politizar el caso. ¿Cabe mayor egoísmo, insolidaridad, desfachatez que la de ese doble homicida por imprudencia?
¿Y cuál ha sido la respuesta del PP? Poco ha faltado para que le defienda como heredero de un Aznar que también acumulaba muchas multas de por velocidad, y defendía el poder beber alcohol y conducir. Por desgracia nuestra, el PP está ganando a pulso la Olimpiada de ser el Gobierno más incompetente, como se ha denunciado ya en el mismo Parlamento europeo.
P.D. Ese Carromero, o mero carro siniestro del PP., tras ir subiendo por sus “hazañas” en un PP que las aprecia, ha tenido que dimitir en 2022, desde su puesto en el Ayuntamiento de Madrid, por una de ellas.
20120816. Intervenir la Justicia.
La Justicia es igual para todos. Palabra de rey. Y Juan Carlos I se sigue esforzando en ponernos aun nivel igual al suyo, de impunidad absoluta, haga lo que haga. Empieza, como es explicable, por su familia. Su hija, acaba de decir el fiscal, gozará de total impunidad, no será imputada, aunque tras tres años convirtiera 1.500 euros en medio millón, sabiendo muy bien cobrar cada mes miles de euros, en modo que conocía difícil de justificar ante Hacienda, compartiendo al cincuenta por ciento con su esposo una empresa denunciada por manejos turbio hace más de una década; asunto tan apestoso que el rey tuvo que buscarles a ambos un refugio en otro continente hasta que reventó el caso.
No sé por qué, recuerdo ahora a un humorista que dibujaba un empresario dirigiéndose sus accionistas: “Señor, yo conozco bien la Justicia española y no voy a cometer imprudencias. He delinquido”. Queda claro que, para que se pueda tener confianza en esta España, hace más falta aún intervenir antes a la Justicia para no tener que intervenir la economía.