Política – América Latina – 2006

20060122. Cómo llamar a los indios americanos.

                                       Tema complejo es el cómo denominar a tantos millones de americanos 2de origen precolombino. Por eso he leído con placer las ponderadas reflexiones Indio e indígena del Defensor del Lector. La sensibilidad de los afectados, como queda ahí bien al descubierto, es muy distinta, según los países y grupos étnicos concernidos. Así lo he podido constatar durante casi 20 años en que residí en casi todas las Américas, escribiendo varios libros precisamente sobre los racismos en ese hemisferio.

                                        Poca duda hay que, como afirma Sebastián Serrano, hay que seguir reivindicando la denominación de “indio”, evitando dar baza a los racistas que emplean el adjetivo de modo denigratorio. Pero no podemos olvidar que proviene del gran error de Colón, y que, llevado el caso, hay que hablar de “indios americanos” para distinguirlos de los de “las Indias Orientales”. “Indígena” suena mejor que “aborigen”, alternativa casi nunca empleada, excepto para pueblos muy primitivos.

                                        Es curioso que no se cite en este análisis el sinónimo de indígena,  “nativo”, que emplean los estadounidenses, llamando a los “indios” “americanos nativos”; pero también conviene recordar que todos son inmigrantes en América, llegados de Siberia, Polinesia o Europa, en distintas épocas. La raza humana no se originó en ese continente, en el que sí se formó una variedad “cobriza”, originaria del sureste asiático, semejanza de fisonomía que excusa en parte la confusión de Colón y la pervivencia del vocablo “indio”; pero hoy sería impensable, por más de una razón, reutilizar para sustituir esa palabra por la de indio.

                                       Más que el mestizaje, esa pretendida solución mediante una “raza cósmica” a lo Vasconcelos,  que la historia prueba no ha resuelto el problema del racismo –que a veces implica, en la idea de “mejorar la raza”- la progresiva igualdad entre los grupos de distinto origen hará perder de raíz la trascendencia de su denominación. Mientras, y para ayudar a este proceso fundamental, conviene hablar con prudencia y diplomacia, según concluye Sebastián Serrano. En ese sentido podrían ser útiles un concurso internacional de propuestas, y un acuerdo internacional posterior que normalice la denominación que se acuerde, como se ha hecho respecto a otros aspectos del lenguaje.

20060130. “Hacer el indio” como Evo.

                   Me he enterado por fin por qué Mariano Rajoy no quiso recibir a Evo Morales en Madrid. Porque el nuevo presidente de Bolivia, satisfecho con su jersey a rayas, ha rebajado a casi a la mitad el sueldo de su Gobierno, y más aún el suyo propio. Vamos que Evo Morales, -moral, al menos por ahora- parece que no está en la política para forrarse. Comprendo, pues, que Rajoy, Zaplana, y otros políticos, -por supuesto, no todos, ni sólo, los del PP-, no estén dispuesto a “hacer el indio” de esa manera, aun a riesgo de que les tachen de racistas.

20060208. Franco, Castro y Bush.

                          La primera manifestación a la que asistí, siendo adolescente, fue por orgullo patriótico, contra la “ingerencia de las Naciones Unidas en nuestros asuntos internos”… de la dictadura de Franco. Acabamos de ver otra  manifestación promovida por Castro contra le ingerencia de los Estados Unidos, que pone  carteles luminosos en su delegación en La Habana, pidiendo “derechos humanos”. Claro que  esos carteles luminosos deberían verse en esa misma isla hasta en Guantánamo, y en la otra orilla, hasta la Casa Blanca en Washington, contra la tortura y muerte de tantos en tantos países, en nombre de la “democracia”. Tanto Castro como Bush tienen razón: su adversario es un impresentable.

20060218. Un Bolívar con cara de pocos amigos.

                               Como si fuera un nuevo gigantesco Bolívar, capaz de cambiar medio continente americano, un político, por añadidura extranjero a la región, acaba de declarar sin complejos: “Espero que la marea populista se detenga /…/ Yo estoy dispuesto a hacerlo”, y cuento con “muy buenos amigos”. Es curioso que ese anti populista acérrimo haya presidido, y siga ahora haciéndolo honoríficamente, el mismísimo Partido Populista español, aunque, como una estafa más, desmentida literalmente por el Diccionario por la Real Academia de la lengua, además de por los votos, insista en autodenominarse llamarse como el Partido “Popular”.

                               Sería nada menos que Suramérica una hazaña de mucho bigote, porque, por “muy” amigos que sean suyos, no le quedan muchos amigos a Aznar, con ese historial que le ha ido conformando en el último lustro esa cara de pocos amigos que, en círculo cada vez más vicioso y estrecho, aleja de él hasta a los pocos que le quedan allí de esa derecha suramericana que el mismo define hoy, para acabar de alienársela, como “callada, desaparecida y acomplejada”. ¿De qué le puede servir, pues?

                             Por lo demás, ¿quién no recuerda el vergonzoso papel de botones de Bush que en su día hizo Aznar, alejando para siempre incluso al mismo conservador presidente mejicano Fox? Su comportamiento, aún más extremoso en el fallido golpe de Estado contra Chávez, dan credibilidad a la denuncia de éste, de que Aznar le propuso que entregara el petróleo venezolano a Bush, traicionando a su pueblo y a los demás de Sudamérica, ya que éstos estaban, “condenados a desaparecer”, mentalidad racista que envidiaría el mismo Hitler.

20060223. Escuchar a los ciudadanos.

                         ¡Evo Morales, escucha y no amordaces al pueblo de Bolivia! Poco durará la esperanza de cambio, si sigues haciendo discursos de cuatro horas y media. ¿Qué diálogo cabe después de semejante lavado de cerebro, entontecimiento de los ciudadanos? Sólo queda callar y asentir. Pocas cosas señalan con mayor claridad el grado de democracia real de un país que la duración de los discursos oficiales, y del espacio que sus dirigentes y medios de difusión dejan para verdadera libertad de expresión, el diálogo, el pluralismo, la disidencia, no el mero amén, el aplaudo cerrado y ritual de los incondicionales, miedosos o desesperanzados de todo.

20060315. El gato del comunista.

                               Arthur Koestler, aquel agudísimo crítico desengañado del comunismo y de tantas otras creencias, observaba, en una célebre frase, que la fe es admirable, capaz de mover montañas, pero también de hacer creer que un arenque es un caballo de carreras.

                                Yo, que espero que un día deje de ser una definición muy prematura la del hombre como animal racional, con indicaba Oscar Wilde, he recordado esto cuando he visto como algunos partidarios de Fidel Castro españoles están tirando cohetes al difundir, con tono triunfante, el notición de que en el 2005 Cuba ha registrado la tasa de desempleo del dos por ciento, “la más baja del mundo”. Con razón circulaba por Polonia esta anécdota: “Filósofo es el que busca la verdad como un gato negro en una habitación pintada de negro, a oscuras. Difícil lo tiene. El teólogo hace lo mismo, pero en una habitación donde no hay gato. Y el comunista, como el teólogo, pero con la particularidad de que grita entusiasmado: “¡Ya lo tengo, ya lo tengo!”.

20060507. Milagros cubanos.

                        Hace poco, ante la información de que Cuba era el país del mundo con menor índice de paro, no faltaron en España quienes exaltaron ese logro del socialismo. Hoy otra estadística, de la revista Forbes, coloca a Fidel Castro como el séptimo entre los gobernantes más ricos del mundo. No faltarán tampoco quienes vean ahí –como ocurrió con el hermano de Alfonso Guerra- la prueba de que el socialismo lleva al austero trabajador al triunfo económico. La fe, incluso en la izquierda, hace milagros.

20060827. Papa de revolucionarios.

                             No se puede decir más con menos palabras. Hugo Chávez acaba de calificar a Fidel Castro de “Papa de los revolucionarios”. Magnífica definición… de la clase de revolucionarios con la que nos encontramos hoy en el Caribe.

20061203. Dos dictadores enfermos.

                        Estos días están gravemente enfermos dos grandes, es decir, dos pésimos dictadores latinoamericanos. No deseo para nadie la muerte, que tampoco siempre soluciona los problemas que ellos crearon. Pero la historia juzgará, y muy duramente, a los que tanto daño hicieron a esos dos hermosos países, tan cercanos a nosotros, y tan estudiados y conocidos de primera mano por mí. Contra ambos dictadores me he manifestado largos años, en los medios e incluso en medio de la calle, en España, donde tanto conocimos y sufrimos la dictadura franquista. Ojalá ambos países se repongan de ese golpe bajo y deshonroso para su historia, como todavía estamos haciendo nosotros, con tantas dificultades, de esa triste historia nuestra. Chile va, por supuesto, mucho más adelante en esa vía. Cuba sufre todavía una tiranía de quienes traicionaron a casi todos, dentro y fuera de su país, confundiendo unos grandes ideales de mejorar el mundo con el empleo sistemático de unos métodos tan violentos y despiadados como, la historia los ha ya juzgado, ineficaces e incluso contraproducentes, pero que todavía seducen y engañan a ciertos grupos de iluminados fanáticos.