Paz – 2017

20170404 Banderas que nos enfrentan.

No son las banderas, por supuesto, sino las banderías las que siguen dividiendo, debilitando y dañando a todos los españoles; porque muchos, demasiados, prefieren seguir empleando la cabeza para embestir, como denunciaba Machado y practicaba orgulloso el reciente Ministro de Educación… al enfrentamiento, Wert.

Dentro de pocos días algunos saldrán a la calle en el aniversario de la Segunda República. Y en casi todas las marchas de la izquierdo vemos cada vez más ondear orgullosa la bandera de la segunda (que no la primera) república. Esos “progresistas” reaccionarios dan así a entender que para conseguir otra hay que imitar a la que, junto a indudables aciertos, tuvo enormes fallos; el peor de todos contribuir con ellos a condenarnos  a cinco generaciones a sufrir un franquismo hoy increíblemente revigorizado.

La república no exige más bandera que la que decidan en cada momento los españoles. Por supuesto, sin águilas imperiales ni coronas, e incluso con cruces hoy ya tan descaradamente anticonstitucionales como sería una media luna y son por tanto lógicamente rechazados por la mayoría de los españoles. Pero negarse incluso a emplear los colores vigentes durante siglos, sin esos parches ideológicos, y cambiarla desacertadamente por un centralista color morado castellano (¿por qué no el verde andaluz u otro?) no hace sino reforzar a la derecha. Porque ella puede denunciar así a los nostálgicos de un pasado afortunadamente irrepetible y presumir con cierta base de ser la única defensora de verdad de los símbolos patrios; cuando, al profanar con propios parches, ella contribuye también a enfrentarnos.

02082016 El títere policial.

                                             Casi todos hemos sido engañados, incluso la policía, por testigos falsos (o tontos, los pobres) que han crispado la opinión pública sobre el “caso titiriteros”. En realidad, todos partíamos de que no había que enaltecer a ETA. Pero era el títere que hacía de policía el que llevaba la pancarta pro ETA para “plantársela” a un manifestante anarquista.  Esto también es escandaloso pero -por desgracia- probado en más de una ocasión. Además el espectáculo estaba programado sólo para adultos, que introdujeron niños por su cuenta.

                                            Sin embargo, cuando el río suena, piedras lleva. Porque ese bulo contra esos titiriteros no hubiera sido creíble si muchos e influyentes personas y medios del anarquismo no hubieran tenido claras vinculaciones con el entorno de ETA y con otros nacionalismos, mientras que el anarquismo auténtico es lo más contrario al nacionalismo y al Estado que los nacionalistas pretenden crear. Ese es el tema de fondo que hay que denunciar con claridad, como no se suele hacer; que cada palo, pues, aguante su vela.

20170511 La paz del Papa Francisco.


                        Hoy, cuando son los cristianos los que padecen persecución por islamistas, el Papa recuerda con Jesús que nunca es lícito matar en nombre de Dios. Sin embargo no ha pedido perdón por lo sucedido cuando los crímenes eran del otro lado por las Cruzadas, algunas tan recientes como la de Méjico o España. Incluso este mismo 13 de mayo 2017 eleva  a los altares a ocho sacerdotes españoles, como “mártires de la fe”, cuando no murieron “por odio a Dios” como pretende, sino por estar identificados –cualquiera que fuera su opinión personal-, como miembros de su Iglesia. Institución que no sólo no hizo nada por la paz, sino tomó partido militante con quienes explotaban a los pobres y mataban con saña a los oprimidos y violaban a sus mujeres, ayudados incluso por mercenarios islámicos.

                           Más aún: que ese apoyo de esa Iglesia no fue sólo con bendiciones a unos y condenas e incluso delaciones mortales a otros, sino incluso empuñando las armas con unas manos que debieran bendecir, como muestra , entre mil otras, la tristemente famosa foto de centenares de sacerdotes con sotana entrenándose con fusiles dentro de una plaza de toros. ¿Cabe, Francisco, estampa más contraria a lo que Jesús exigía que fueran sus discípulos?

20170101 La paz gratis.

   El estado avanzado de alarma, los soldados armados con ametralladoras, las trincheras disimuladas con carros militares o distintos artilugios, han marcado los festejos de fin de año. Como nunca, los medios y el público invocan la paz ante el temor de que cualquiera de nosotros puede morir en esta guerra mundial no declarada.

Sin embargo, la paz no vendrá por un milagro del Niño Jesús ni un regalo de los Reyes Magos, como pretenden hacernos esperar quienes nos inculcan que somos víctimas inocentes de cuatro locos terroristas. Mientras aquí derrochamos, y más en esos días, los recursos que están destruyendo el planeta, en el llamado sur mueren docenas de millones de hambre, miseria y enfermedades evitables o curables. Por cada muerto aquí por un terrorista hay mil allí por esas causas y por los conflictos provocados y muchas veces directamente  mantenidos por los intereses económicos y políticos de aquí.  El negarlo, cegados por esos intereses, creernos inocentes e impotentes ante ese terror que se nutre de esa injusticia, nos aleja cada día más a todos, repito, todos, de la paz y de un sistema de vida digno de ese nombre.

20170108 Mayor nivel de alarma

                                             El nivel de alarma oficial se elevó hace un año, el 8 de enero, al grado tres; y el 26 de julio, al cuatro; e estas fiestas de fin de año, sin elevarlo al grado máximo, cinco, han estada rodeadas de un aumento espectacular de vigilancia con armas reforzadas, e incluso, como en Madrid, “trincheras” formadas con bloques de cemento y autobuses cruzados para impedir el paso a los lugares concurridos en Nochevieja y la Cabalgata.

                                               Como es natural en ese ambiente de alarma, hemos visto a ciudadanos portando distintivos en favor de  la paz, como en la guerra de Irak; con más razón si cabe que entonces, porque ahora las víctimas podríamos ser nosotros mismos. Sin embargo, para conseguir la paz no basta desearla, ni organizar una defensa militar, poco eficaz en circunstancias como esta. Sólo obtendremos una paz segura cuando hayamos conseguido respetar ideológica, política y económicamente los derechos humanos fundamentales en muchos países, de donde surgen –dándole una aparente argumentación, aunque sus resultados sean contraproducentes- quienes ahora cometen aquí e incluso allí actos tan bárbaros e indiscriminados.

20170416 “Pasaré a la historia como un malvado”

                                      Por primera vez estoy de acuerdo con Xavier Arzallus, que acaba de confesar que sabe que “pasaré a la historia como un malvado”. Traicionando  a una ideología que no excluye a nadie “ni a griego ni a judío”, que no conoce odio ni fronteras, ese ex jesuita se entregó a la pésima ideología política que lleva siglos tiñendo de sangre el mundo; es decir, se convirtió al más feroz y egoísta nacionalismo, de raíz racista, con el Arzallus que justificó la violencia de quienes unos terroristas que sacuden el árbol para que otros, –políticos sin escrúpulos como él- recojan las nueces. En una Iglesia que fuera, como antes,  mínimamente cristiana no le admitirían que volviera todos los domingos a misa sin hacer pública, larga y fuerte penitencia.

                                     Su maldad al frente del PNV y del País Vasco hizo que todos los españoles perdiéramos gran parte de nuestras fuerzas en defendernos de la violencia asesina de ETA, que frenó la consolidación nuestra democracia social y política. Un franquismo nada residual limitó usó esa coartada terrorista de ETA para recortar “por seguridad” nuestras libertades. Con su funesta ideología, Arzallus contribuyó también a dividirnos y debilitarnos también en otras zonas de nuestro país, desde el Mediterráneo hasta el Atlántico. Sin embargo, hay que subrayarlo, ni siquiera hoy,  a sus 84 años, no se arrepiente para nada de ni procura reparar mínimamente su pasado, para no perder su fama de haber sido un notable, y mucho, por esa su perversidad.

 04152017 TRAS SIRIA, A QUIÉN TOCA.

                            Durante la Semana Santa he presenciado en la Puerta del Sol de Madrid una manifestación pidiendo la paz en Siria, “de moda” tras el ataque con gas letal.  Muchos turistas e incluso asistentes a las cofradías “pasaban” con aire indiferente. Grave error de cálculo, además de ser inhumano.

                            En efecto: ya no se trata de un remoto genocidio centroafricano sino  del mucho más cercano, geográfica y culturalmente, Oriente Próximo. Y de un conflicto que dura ya el doble, con el doble de muertos que el que tuvimos en España, así como muchos  millones de los mal llamados refugiados, porque no han encontrado un refugio digno de personas humanas. Más aún: para llegar a la Puerta del Sol, esos transeúntes tan indiferentes tuvieron que pasar por diversas medidas de control, debido a un grado de alerta antiterrorista casi máxima que se va haciendo ya habitual en España y países vecinos, lo que revela el agravamiento de una guerra global, que estos días parece cada vez más en peligro de extenderse a otros países del mundo.