20080226. Error mayúsculo.
“Se empieza escribiendo un concepto con mayúsculas, y se acaba matando en su nombre”. Confieso que la primera vez que leí esta frase de un conocido autor, me pareció exagerada. Pero, reflexionando, he tenido que darle la razón. El singularizar, el priorizar un concepto, el hacerlo mayúsculo, el gritarlo –que todo eso viene en el fondo a ser parecido-, es un mal asunto.
En efecto: cuando Yo escribo siempre “Yo” con mayúscula, y “tú” con minúscula, eso huele, con razón, muy mal; y eso es lo que hacen, y han contagiado con su mala costumbre a tantos, los individualistas ingleses. Y es útil empezar reconociendo la paja en ojo del vecino; recordemos ahora que también nosotros ponemos con mayúsculas nuestro nombre y apellidos, sin falsa humildad. No nos importa escribir con minúscula sobre el “dios” de los griegos, Zeus, pero, poca broma, nuestro “Dios” se tiene que escribir con mayúsculas (aunque éstas ni siquiera existieran en tiempos de la “Biblia”); y algunos de los nacionalistas, esa religión moderna, son capaces de agredirte, y no siempre sólo verbalmente, si no escribes con mayúsculas el nombre de su respectiva Nación.
Se le da una importancia mayúscula, se substantiviza, se absolutiza un concepto, y se acaba ofreciendo sacrificios humanos en el altar de esa divinidad, aunque se trate nada menos que de la Diosa Razón: la Libertad, Igualdad e incluso Fraternidad… ¡o la muerte! ¡Jesús con estos animales racionales, lo que –como decía Oscar Wilde tras sufrirlo tanto- es al menos la definición más prematura que pueda concebirse!
El lenguaje reproduce, con la tremenda eficacia de lo que se hace de modo inconsciente, como natural y necesario, una determinada filosofía, nacionalista, sexista o de cualquier otro tipo. Esperemos que acabe triunfando un mundo realmente más fraternal, más relativista, más pacífico, que renuncie a ese funesto invento de escribir con mayúsculas, un auténtico error mayúsculo e incluso, como vemos, tan contraproducente. Su supresión ayudaría a disminuir el número de crímenes integristas, e incluso las pesadas y nocivas horas hoy empleadas en aprender y practicar esa duplicación mayúscula de nuestro abecedario.
20080322. Aznar y los demás.
Más papista que el papa Bush, las últimas declaraciones de Aznar ponen de manifiesto, aún más que otras parecidas, la alarmante intensidad de su fe. Porque si ya se considera tan meritorio tener fe en el paraíso celeste, ¿qué será el creer que Iraq es ya casi, casi, un paraíso terrestre, cuando los datos e imágenes de los medios nos muestran a diario que es un infierno?
Sería demasiado cómodo hacer de Aznar el único chivo expiatorio, el cabrito pascual popular en estas fechas. Porque hace muy pocos días casi un tercio de los españoles, – casi la mitad de los votantes-, ha expresado su deseo de ser regidos por quienes apoyaron unánimemente en esa guerra a Aznar en el Congreso. Y otro tercio de españoles ha escogido a quienes, oponiéndose, lo han hecho tan mal -en ese y en otros temas- que apenas han podido vencer en las urnas a los anteriores. Y casi todos los del otro tercio de españoles ni siquiera han tenido el mínimo gesto de intervenir echando una papeleta para evitar el retorno del partido de Aznar, ya sea por crasa ignorancia, ya incluso por un vomitivo “elitismo de marginalidad”, como esos falsos relativistas que afirman que “todos son iguales”, organizados incluso en pseudo opositores al sistema, desde los ”ingenuos” anarquistas hasta quienes ponen su mente en blanco en forma de voto en blanco; todos ellos , por supuesto, tan respetables… como Aznar, y tan incapaces, como muestran los hechos, de evitar su nefasta obra y herencia.
20080325. Feroz inhumanidad.
¿Qué sentiríamos los españoles si los estadounidenses y sus amigos se lamentaran tanto de que hubieran muerto cuatro mil de sus soldados por invadir –con mentiras, sin haber sido atacados- España, mientras que esas sus tropas mataban a más de cien veces más españoles, más de 400.000, la gran mayoría de ellos civiles? ¿Cómo es posible tanta ceguera, tanto racismo, tanta inhumanidad?
20080409. Menos cruzadas.
Nada, que no aprende de sus errores. El señor Blair, ahora enviado especial para Oriente Medio, acaba de reivindicar el papel de la religión para solucionar los problemas mundiales. Parecería que, después de la experiencia que él mismo, reciente “cristiano renacido” como católico, –con ese otro ese “cristiano renacido” y “cruzado” que es Bush, en Irak, y del fanatismo rampante que cada día Blair palpa en tantos lugares del Oriente Medio, como en un Jerusalén siempre en guerra entre distintas religiones, que tendría que haber sido un poco más prudente. Lo que se necesita en las negociaciones internacionales son menos dogmas y absolutos, menos religiones, no más, porque insistir en ellas es como intentar apagar un fuego con gasolina, según ha comentado Terry Sanderson. En España, donde tanto hemos padecido, con tantos muertos, por tantas cruzadas, lo sabemos de sobra.
20080630. Terrorismo antiterrorista.
Los extremos se tocan. El mundo ha contemplado estremecido cómo aquél país que para muchos significó en más de un sentido la libertad y la democracia se ha ido convirtiendo en estos últimos años, bajo el nefasto Bush y su camarilla, en un sistemático violador de los derechos humanos dentro y fuera de sus fronteras, quebrantador sin escrúpulos de las convenciones de Ginebra, siniestro fautor de Guantánamos y Abu Ghraibs, múltiple invasor y genocida en guerras interminables, todo eso en nombre de la libertad y la democracia, sembrando el terror para salvar al mundo del terrorismo.
No han faltado en Europa los cómplices a esta desastrosa espiral de terrorismo antiterrorista. Los primeros fueron Blair y Aznar. Pero, con el tiempo, con un insidioso contagio mental, ese terrorismo antiterrorista fue encontrando aliados cada vez más numerosos.. Desde los vergonzosos, y largo tiempo secretos, vuelos de la CIA hacia las cámaras e tortura, hasta las medidas de “seguridad” que han ido restringiendo la libertad y la dignidad de los ciudadanos.
20080717. Fe, laicidad y paz.
En estos mismos días se considera un gran triunfo que judíos de Israel y musulmanes de Palestina acepten el intercambiar cadáveres y prisioneros, y el que superen el rechazo a hablar de sus religiones en Madrid. Y los “cruzados” cristianos, como se autodenominó Bush — los adjetivan no pocos musulmanes- siguen matando masivamente “moros”, tras invadir sus países, mientras que por la otra parte se sigue llamando a la “guerra santa”.
Hay que tener, pues, mucho, mucho valor, y una fe ciega, muy ciega, ante estos choques sangrientos, que no hacen sino reproducir una trágica historia milenaria, para afirmar, como estamos oyendo repetidamente estos días en Madrid, que las religiones, y concretamente los intrínsecamente excluyentes monoteísmos, son elementos de paz que ayudan a la convivencia.
Algunos, cuyos intereses están profesionalmente ligados a esas religiones, tienen incluso el valor añadido de denunciar la laicidad como incapaz de proporcionar un marco de paz, cuando muchos laicos –los realmente tales, no contaminados todavía por el absolutismo destructor de esas religiones- han contribuido tanto, tras siglos de grandes esfuerzos, instaurar la “libertad, igualdad y fraternidad” en buena parte de Europa y zonas de influencia cultural.
20081013. Banderas de paz.
Como bien indica Macías en LA RAZÓN, la crisis hizo bajar el precio de las banderas que se vendían en el Desfile del 12 de octubre; también influyó, comentó Macías, la menor crispación. A ese respecto cabe destacar las banderas de papel, con la paloma de la paz, que se distribuyeron gratuitamente, y fueron muy bien acogidas por el público asistente. Ojalá esa modesta iniciativa patriótica augure un futuro con una cada vez mayor paz dentro y fuera de nuestras fronteras.
20081020. Traidores de verdad.
¿Quién es traidor de verdad? ¿El que con deliberadas mentiras mete a su país en una guerra injusta, que provoca la mayor crisis política y económica de su historia, que ya perjudica gravemente al mundo entero, como hizo Bush? ¿O el que “traicionó” a Bush, renunciando al puesto privilegiado que le había dado en esa guerra, como Colin Powell?
Hoy vemos las cosas aún más claras, hasta el punto que el mismo diario madrileño que más apoyaba a Bush tuvo que titular de “Traición a Occidente” las torturas de Abu Ghraib, cometidas por quienes invadieron Irak en nombre de la libertad y la democracia. Pero ese diario, ignorando el abc de la justicia, y hasta de la coherencia propia, vuelve hoy a las andadas, titulando “Colin Powell traiciona a los republicanos” el hecho que éste haya declarado estar más a favor de Obama que de un McCain, quien va continuar a toda costa esa guerra especialmente maldita. ¿O es que hay que preferir los intereses del propio partido a los de la patria y de la humanidad? Y ¿qué pensar de algunos otros medios de difusión, que tanto critican, con tanta razón, el perjuicio que causa a España el corporativismo de los jueces, pero que se niegan a denunciar y exigir responsabilidades a sus propios “colegas”?