20160119 El rey, libre.
Sorpresa para muchos: nos encontramos ante lo que hay quieres declaran ser el único momento en que la Constitución da al rey libertad de decisión, nada menos que para proponer un Jefe de Gobierno. Pero es evidente que el monarca es libre en muchos otros actos políticos, como en estos días, al no recibir a Forcadell, y siempre es libre de firmar o no las decisiones del Gobierno, como lo es de abdicar. Y por ser libre es, como todo ser humano, imputable, por más que se diga, se escriba o se promulgue mil veces lo contrario.
La democracia es radicalmente incompatible con cualquier presunto misterio, sinrazón o servilismo. Bien caro hemos pagado el mantener durante casi cuarenta años más la impunidad del Jefe del Estado, que conquistó, con una cruelísima guerra, Francisco Franco. Reconozcamos que Felipe VI no es autómata teledirigido, un monigote, sino que goza de la máxima dignidad del hombre, ser libre, y por tanto es responsable de sus actos; y reformemos en ese punto de un modo adecuado ese anacronismo vergonzoso de nuestra Constitución.
20160122. Soberanos embustes.
Quedará en la historia de los más soberanos embustes el de la abogada que, para defender a una Infanta, no tuvo empacho en atacar los fundamentos de nuestra convivencia basándose en que “Hacienda somos todos” es mentira, un mero lema publicitario. Bien escogida ha sido por quien, teniendo estudios superiores de economía y alto cargo de un Banco, al que durante muchos años presentaba un presupuesto detallado de su departamento, tuvo el valor de declarar ante el juez que no entendía prácticamente nada de economía. Caiga sobre ella una sentencia ejemplar, que evite que quienes en el futuro ocupen tan altos cargos los utilice para hacernos tanto daño económico y moral.
201602XX. Con Noos, nos juzgan a todos.
En el juicio Noos los investigados coinciden en lo evidente: se aceptaban sin discutir los contratos más abusivos porque los proponían miembros de la Casa Real. ¿Quién iba a enemistarse con la jefatura del Estado, presidida por un hombre inimputable, lo que le convierte de hecho –más que la infalibilidad al Papa- en un dios? Seguía la línea del anterior Jefe del Estado ¿quién le iba a negar algo al general Franco, o a la consorte Collares, cuando saqueaba almacenes y joyerías?
Unos más y otros menos, por supuesto, la culpa de fondo está, pues, en la Constitución que aprobamos y aún sostenemos, en el silencio obsequioso con que se ha aceptado, durante también casi otras cuatro décadas más, con fidelidad de súbditos de Su Majestad, los desmanes familiares, políticos y económicos del padre de la Infanta. Impulsando o apoyando a su marido, Cristina, así educada por el ejemplo paterno, no hizo sino imitar, con más descaro que torpeza, un modo tan indiscutible de actuar. Sólo que su ambición no le permitió parar a tiempo, cuando ya un lento afianzamiento de la democracia va consiguiendo que seamos algo más iguales ante la Justicia, como ante Hacienda.
201603XX. Amor a la monarquía.
¿Quién puede decir que no es rentable amar a la monarquía? La princesa Corinna ha reaparecido para mostrar su apartamento de 11 millones de euros en Londres. Eso sí, hay que agradecerle que lo haya hecho en una revista francesa, para evitarnos la molesta duda sobre cuanto hemos contribuido los españoles a proporcionarle tan modesto techo.
201603XX. Crítico criticable.
Un comentarista apunta con razón que las críticas a la Infanta Cristiana son mayores para desahogar así la mala conciencia pública por no haber criticado antes a su padre. Pero dicho comentarista –que, por su profesión, debería aplicarse modo especial ese fallo- sigue cayendo directamente en la servil censura cortesana, afirmando con aplomo que lo de la a aun Infanta es sólo el problema de una persona corriente con Hacienda. ¿Cómo puede decir eso, cuando se trata no sólo de una declaración de Hacienda, sino todo el conjunto de millones de euros sacados a los ciudadanos precisamente porque eran pedidos por personas entonces directamente parte de la Casa Real?
20160304 Otra locura de amor.
Un cierto juicio que se está celebrando en Mallorca me recuerda el famoso “Los ladrones somos gente honrada” de Jardiel Poncela. Sólo que aquí la enamorada es la doncella, y el hombre sólo se convierte en ladrón después, tentado por la soberana riqueza del suegro. Pero ella, inocente, inocente, loca de amor como la regia Juana por Felipe el Hermoso, sigue confiando en su marido, un deportista muy cachas que vale más que un reino. Incluso cuando le pregunta el juez cuantos hijos tiene responde que esos temas los lleva su marido, según comenta un diario capitalino. Detalles plebeyos aparte, la romántica historia de amor se repite, y al por mayor.
20160305 Ratero realmente ridículo.
Hablando de otro siglo y país, el genial biógrafo Stephan Zweig escribió: “Todos los reyes (hoy diríamos políticos) roban; pero los Borbones se pasan”. Intentando recuperar la tradición, raterillo real, de cuyo nombre no quiero acordarme, parece que ha afanado también, pero, erre que erre, en cantidades tan pequeñas para su rango y apelando a subterfugios tan rebuscados como los niños discapacitados, en lugar del clásico mayestático “porque me llamo león”, que ha acabado por poner en ridículo a la institución.
20160305 Otra crisis muy real.
La crisis de Gobierno no debe hacernos olvidar otra crisis muy real, la de la Jefatura del Estado, hoy descarnadamente visible en los juzgados. El yernísimo Urdangarín acaba de afirmar que “no daba un paso” sin consultar con la Casa Real. Ante personaje tan poco recomendable, y para evitar enfrentarnos a un problema mayor, es tentador el negarlo. Pero es evidente que la Casa Real conocía tantos y tan notorios hechos, y que él consultó y recibió aprobación para muchos –si no todos esos actos durante mucho tiempo. Y que sus lucrativas “intermediaciones” se parecen demasiado –en pequeña y casi miserable escala- a las que su suegro efectuaba desde hacía décadas ante dirigentes de otros países, “prudentes inversiones” _como las calificaba la Casa Real- que le proporcionaron una enorme fortuna, además de yates Fortuna y otros regios regalos. ¿Cuándo se aclararán esos hechos y seremos todos iguales ante la Justicia, Hacienda, etcétera?
20160314. Jefes votados, responsables y temporales.
En la evolución de los sistemas sociales, como en la de las especies, se dan productos híbridos, que no por ser relativamente efímeros dejan de producir graves daños. En su tránsito hacia la democracia, hoy España es un complejo híbrido de los tres sistemas posibles de posesión del poder: monarquía, mayormente simbólica, caciquismo, tan visible en regiones periféricas, y democracia.
Para consolidar esa democracia en lo referente a la monarquía, la experiencia, incluso la más reciente, exige que con urgencia que se regule –si no se suprima aún, como en tantos países- la figura del Jefe del Estado. Es decir, que sea una persona votada, responsable de sus actos y por un periodo limitado de tiempo. Porque de esos polvos vienen estos lodos en que estamos embarrados hasta la coronilla.
20160403. El rey está desnudo.
Casi todos los españoles hemos sido (mal) educados bajo una férrea dictadura franquista y, hasta hace muy poco, en una casi tan completa exaltación siguiente hacia el sucesor elegido por él, Juan Carlos I. La costumbre y la vergüenza por haber aceptado tan humillante censura lleva a muchos a continuar negando el yugo pasado o a decir que ahora sí, el nuevo rey, es el que se merece el homenaje que dábamos a los anteriores.
De ahí que se intente pasar página sobre el escándalo literalmente sin precedentes que nos ha revelado que el hijo y sucesor en el empleo paterno sigue –con su matiz propio, por supuesto-, el mismo camino. Dime con quién andas y te diré quién eres. Todavía no ha tenido tiempo de ver a sus íntimos en la cárcel, pero, varios días después destaparse el caso de las tarjetas negras, que le llevaron a hacer dimitir a Spottorno, hemos sabido que la reina y después él, confirmando su postura, apoyaron a López Madrid, le invitaron a cenar y continuaron haciéndolo durante meses, menospreciando con palabras chabacanas a la opinión pública. Pero ¿cómo criticarles, si les seguimos pagando?
20160607. Vivir como reyes.
Como ya sospechábamos, “Los papeles de La Castellana” prueban que los familiares más cercanos a los monarcas de turno viven como reyes, a costa de los ciudadanos, con maniobras financieras (ya menos) ocultas. ¿Qué de extraño tiene esa conducta, digamos, poco ejemplar, si hasta los tan opíparamente reinantes han disfrutado demasiado así hasta de bienes testamentarios, por no hablar de otras “Fortunas” que echan humo y con las que han saludo lujosamente a flote? Más aún, los reyes actuales bendicen que hagan lo mismo hasta amiguetes no biológicamente ligados a ellos, como López Madrid, despreciando las críticas a unas tarjetas de (des)crédito, literalmente “black”, negras, como mierda de envidiosos. Ya hace más de un siglo, en una de sus famosas biografías, Stephan Zweig constataba que, si “Todos los reyes roban, los Borbones se pasan”. Mirando el lado positivo, todo esto prueba, entre otras cosas, la pureza, la legitimidad dinástica de sus actuales descendientes.
20160618. Rey, PP, PSOE y Podemos.
El joven Juan Carlos I pidió diez millones de dólares al entonces sha de Persia, hoy Irán, para evitar que España cayera en manos del comunismo, que para él sería el que ganara el PSOE. Y Fraga juraba que si triunfaba F. González eso equivaldría a una nueva invasión de los moros, a lo que este respondió que la última invasión de ese tipo en España la protagonizó el general del que él fuera ministro, Franco.
Hoy el PSOE denuncia los muy inferiores pagos de Venezuela e Irán a Podemos, “olvidando” la estrechísima relación de F. González (entre otros, como con Flick) con el funesto presidente venezolano C. A. Pérez, y los peor que turbios negocios con Cisneros. Por supuesto que Podemos tiene defectos, como todos, pero esos críticos harían bien en sacarse primero las vigas que tienen en sus ojos antes que empeñarse varias veces al día en acabar con las pajas de su prójimo para que olvidemos sus enormes abusos.
201608XX. Rey sobón.
Se acaba de filtrar que la princesa Diana se quejaba de que Juan Carlos I era demasiado sobón. Así como suena. Por desgracia, nada cuadra mejor con la posición ultra machista de este personaje, incluso y sobre todo con su propia mujer y principal víctima. Pero es el colmo que su irresponsabilidad llegara hasta ese extremo, que en su momento podría habernos causado un más grave bochorno nacional. La culpa se debe en gran parte a la impunidad que gozaba por una censura servil durante décadas a sus “hazañas”, que encima nos han costado tantos millones de euros, que seguimos pagando para proteger su indigna conducta.