Monarquía – 2006

20060116. Bautismo con respingo.

                       Quizás ayude a concienciar sobre la gravedad de nuestra sequía el que la infanta Leonor haya tenido que ser bautizada con agua del Jordán. Pero, desde el punto de vista religioso, puede inducir a creer que la bautizada es así más católica que nadie y líder natural, por tanto, de los católicos; como el aparato oficial con que se ha rodeado la ceremonia, incluida la asistencia de las principales autoridades, así se ha contribuido a fomentar la idea de que se bautiza, no ya a una persona, sino –como con las antiguas leyes- a una futura Jefe de Estado.   No sólo, pues, fue la infanta Leonor la que, dicen, dio un respingo ante esa agua simbólica; fue también un sobresalto, una ducha de agua fría, para lo que muchos pensamos y sentimos que deben ser la religión y la Constitución.

20060122. Un jefe real.

                   Tras haber esperado con ilusión en la acera que llegaran, un niño protestó indignado: “-¡Esos no son los reyes! ¡si hasta uno de ellos es negro!”. Su “modernización” le había hecho desear ver a los reyes políticos, más publicitados aún por televisión, que aquellos reyes antiguos, tan desplazados también por papá (Noel) y hasta por la madre (Iglesia), que nos viene ahora con que ni eran tres, ni reyes, ni magos, ni santos, dispuesta a desmitificarlos casi, casi, como al Limbo que, más que al Limbo, ha enviado al cubo de basura inreciclable.

                  También los mayores tenemos nuestras desilusiones, y cuando vemos en Francia un Jefe de Estado que hace contrapeso útil a los vaivenes de los Gobiernos, y que en Italia, como estos días, pone coto a los desaguisados de Berlusconi, no podemos menos de hacer comparaciones y lamentarnos de lo que pasa o, mejor dicho, no pasa por aquí.

                   Tenemos, en defecto -o, mejor dicho, defecto- un Jefe de Estado, y encima Jefe de las Fuerzas Armadas, que no pudo al parecer decir ni “mu” ante una desdichada participación española en una intervención armada que provocó un casi unánime rechazo de los ciudadanos. O que ahora, ante la lamentable crispación que nos amarga la vida, no consiga más que pronunciar unas vagas palabras de buena voluntad que no tienen más eficacia que un sermón sobre la caridad en la conducta de un prestamista.       

                    Incluso independientemente de las personas concretas, y por más o menos “juancarlistas” que en aquellos momentos de transición de la dictadura muchos fuéramos, los hechos prueban, y cada vez lo reflejan más las encuestas, que hoy necesitamos tener, como los países de nuestro entorno, un Jefe de Estado real, funcional, eficaz, aunque para ello lógicamente haya que cambiar también de verdad las hoy contraproducentes normas de elegirlo, y no sólo las relativas a su sexo.

20060228. El real cordón umbilical social.

                   Un gran revuelo, vecino al escándalo, ha provocado la noticia del cordón, y no de honor en este caso, de Leonor. Y es explicable, dado que se trata de una desigualdad y privilegio real manifiesto en tema tan delicado como la salud e incluso –quien sabe- la misma vida. También la opacidad en muchos aspectos científicos, y aún más para los profanos, de los alcances de esa precaución sanitaria, han ayudado a ampliar las interrogantes de los ciudadanos. Ojalá todo esto sirva para interesarnos y conocer todos más las nuevas alternativas de las ciencias de la salud, y para mejorar nuestra legislación al respecto.

                    Dentro del terreno político y social, aquí y ahora, no basta, como la Ministra de Sanidad, intentar “echar balones fuera”, y decir que es la decisión de una familia sobre la que no opina, porque se trata de “la” familia prototípica, por tratarse del Jefe del Estado, y por la estructura esencialmente genética de la monarquía, e incluso de este cordón umbilical. Muchos ciudadanos, e incluso el editorial de EL PERIODICO, consideran la decisión de los príncipes como “inoportuna y poco informada”, sin que falten quienes la tachen directamente de “frivolidad insolidaria”, como Jaime Peñafiel.

                     Por desgracia, esta conducta está en línea con otra, menos señalada en su día, debido al mayor protagonismo de otras circunstancias del nacimiento y sexo de Leonor. Porque si los demás Jefes de Estado europeos, incluso para operaciones quirúrgicas en que se juegan la vida, acuden a la Seguridad Social, aquí, en cambio, vimos acudir para un parto normal a una clínica privada, e incluso con resonancias extranjerizantes, como es la “Ruber Internacional”. Recordemos que rey y reina nacieron en el extranjero, y que durante muchos años en su familia se habló en inglés, como todavía revela su habla y acento; que sus relaciones, no sólo profesionales, sino de amistad, e incluso su fortuna, están muy ligadas al extranjero. No es, pues, de extrañar que ahora, cuando hasta ese cordón umbilical de Leonor se nos va hasta Arizona, los españoles sintamos en nuestras entrañas que se remueve negativamente ese cordón umbilical social que se pretende que, a pesar de todo, mantengamos con esa familia inmigrante y la reimplantada institución monárquica que representa.

20060421. Reyes remozados, modernizados.


        ”Isabel II cumple 80 años sin planes de irse” leemos en titulares. El alargamiento general de la vida crea un problema adicional para los países que aún tienen monarquías. Al no existir jubilación real legal, los reyes siguen en activo cuando, según se reconoce para otras profesiones, han superado el tiempo razonable para ejercer con plena eficacia su oficio. Esto acarrea también otro problema: si deben pasar el cargo a sus hijos o ya a sus nietos. Y sus arcaicas tradiciones matrimoniales chocan con muchos de los hoy considerados derechos humanos fundamentales.

         Algunos monarcas pretenden modernizarse y justificarse con hazañas deportivas, como Alberto II, que estos días ha llegado hasta… el Polo Norte. Quizá sería el momento de apelar a la sensatez, a “no poner el vino nuevo en odres viejos”, como nos recuerda el Evangelio, renunciando aquí también a encontrar la cuadratura del círculo, conforme al cada vez más citado aforismo de que. “Democracia con reyes, Porsche con bueyes”.

P.D. Tal y como están las cosas a finales 2021, la duda es si Isabel II dejará la corona a sus nietos o a sus bisnietos.

20060516. Regio chupar cámara

                       Con toda ingenuidad, me resultó difícil el adivinar, tan cerca estaban sus cabezas en todas las imágenes, si el que había ganado en Montmeló había sido Alonso, el rey del automovilismo, o Juan Carlos, el rey los españoles. Gracias a un periodista de renombre, esta vez Marcelo, comprendí ese afán real de “chupar cámara” gratis, al revés que los patrocinadores que, como Marlboro y Fortuna, tan caro han tenido que pagar a ambos reyes para que lucieran sus distintivos.

                        La raíz de esto no reside sólo en que Zapatero haya mostrado ciertas veleidades republicanas, aunque nada serio, en realidad, sino que la mayoría de los españoles declaran ya en las encuestas que la monarquía es un régimen del pasado, y las banderas republicanas aparecen cada vez más en las más distintas manifestaciones ciudadanas.

                        De ahí que el rey multiplique sus asistencias públicas, incluso a espectáculos que la mayoría de los españoles consideramos ya como lamentables, como el toreo. Y que, en defensa del empleo familiar, y de su más o menos cerca herencia, don Felipe fuera a hacerse ver en la Copa de la UEFA ganada por el Sevilla, después de haber sacrificado su amada soltería para casarse con la mismísima presentadora de noticiarios de televisión, Letizia. ¡Eso sí que es una manera regia de chupar cámara a perpetuidad! Al menos, mientras el pueblo español no adopte definitivamente otros canales de comunicación y administración del Estado más acordes con lo que ellos mismos declaran ya en las encuestas debería hacerse en el siglo XXI.

20060523. Defender mal la monarquía.

                      Así no se defiende la monarquía. Un chico y una chica, hermanos, aún casi adolescentes, exhibieron en Móstoles una bandera republicana al paso del cortejo de los príncipes. La policía los detuvo, los insultó por su opción política, los golpeó repetidamente dejándoles graves secuelas, y los encarceló hasta el día siguiente.

                      Sin embargo, a pesar de esa directa actuación como policía política, y de que en este caso de que no cabe discutir que se trató de una detención e incluso de repetidas agresiones físicas a las víctimas, esos policías no han sido castigados, ni ha habido dimisiones a alto nivel. Los chicos, pobres, eran militantes “rojos”, no azules, como los del PP.

                      Más aún, la Casa Real no ha hecho el menor gesto para desmarcarse de quienes tan flaco favor le hacen “defendiéndola” como si fuera una monarquía absoluta, dictatorial, de hace siglos, felizmente superados.

                       De ahí que en la visita de esta semana, ahora a Fuenlabrada, en la que los príncipes no dieron el menor indicio de lamentar tamaño ataque a los derechos humanos y a la democracia, ni siquiera cuando los concejales de IU le entregaron una carta de protesta, se realizó la primera manifestación, que yo conozca, que se haya hecho en Madrid, de protesta ante los miembros de la familia real. No sólo enarbolaron medio centenar de personas banderas republicanas al paso de la comitiva real, sino que también se pudieron leer pancartas alusivas a los hechos: “Ni Bono ni Rey; pero no me toquen: soy del PP”, “Con Franco o con Borbón, republicanos a prisión” o, la aún más lacónicamente contundente: “Reinan porque amordazan”.

                        Basta ser demócrata, sin necesidad de ser republicano, para lamentar esa cadena de quebrantamiento de sus deberes por parte de las distintas autoridades encargadas de defender los derechos de los ciudadanos, comportamiento que tanto dañan a la democracia y, por supuesto, también a la monarquía.

20060528. Rey de Copas.

                         Don Juan Carlos I ha renunciado, en la Constitución, a ser Rey de Bastos, a llevar el bastón de mando, el cetro, en manos hoy del Gobierno de turno. También ha renunciado a ser Rey de Espadas, a pesar de su título de Jefe de las Fuerzas Armadas, como hemos podido comprobar en la guerra de Iraq. Esas renuncias le han permitido concentrarse más en llegar a ser, según las revistas financieras internacionales, un destacado Rey de Oros; aunque, como suele suceder, la misma magnitud del éxito ha supuesto problemas, visto donde han terminado algunos de sus principales cooperadores económicos, y el descenso en las encuestas, en parte quizá por ese motivo, de su popularidad.

                 Ahora, pues, se está concentrando, para afianzar su puesto, y bien secundado por el resto de su familia, en ser un notable Rey de Copas, conforme a lo que hemos visto, entre otros famosos hechos recientes, en la Copa de Alonso. Incluso, en la foto publicada por un diario monárquico, parece salir de la misma Copa europea –no la Copa del Rey- que acaba de ganar el (aún no Real) Barcelona, repitiendo lo del la Copa del Rey. Conseguir ese título para mantener su puesto es algo, por supuesto, mucho más rentable que el ser Rey Botella, como llegó a ser conocido, sin haber hecho tantos méritos para ello, otro rey de origen franco y de Franco.

20060608. Mala presentación.

                      Los príncipes de Asturias cumplen con la tradición y presentan a la infanta Leonor ante la Virgen de Atocha, nos informan los medios. Es decir, que oficialmente seguimos como siempre. No se cumplen las leyes y la Constitución. Sigue la unión del trono y del Altar, como si fuera el antiguo matrimonio legal entre ambos, y no un mero concubinato de conveniencia. La Iglesia católica, la institución menos valorada por los españoles, al menos en sus representantes, los obispos, espera así sacar tajada, convertirse en la Real Iglesia católica, como el Real Madrid; y la monarquía, como acaba de hacer en los recientes acontecimientos deportivos, chupar cámara al máximo.

                     “Allá van leyes, do quieren reyes”. Pero eso era, o debiera haber sucedido, sólo con los antiguos reyes absolutos.  Los actuales deberían decir y hacer su lema el “caminemos todos, y yo el primero, por la senda de la Constitución”. Como cualquier otra pareja, el señor Borbón y señora pueden ejercer la religión que quieran. Pero los Príncipes no pueden legalmente como tales apostar por ningún rito religioso, como –y menos aún si cabe, por ser íntimo- por ningún partido político. Iglesia y Casa Real han hecho una mala presentación y representación, y una ciudadanía, que también considera ya en las encuestas que la monarquía es cosa del pasado, no dejará de tomar nota y sacar las conclusiones que todo ello se desprenden.

20060627. Impuestos del Rey.

                          En una cada vez mayor transparencia fiscal, bajo la presión creciente del Parlamento, ha transcendido que el príncipe heredero ha pagado 4,8 millones de impuestos de su creciente fortuna. Nos referimos, es verdad, al príncipe Carlos de Inglaterra; pero al publicar esa noticia un diario tan monárquico como el ABC de Madrid, es lógico pensar que, como es lógico, sería positivo para la Corona española imitar ese ejemplo.

                           En realidad, hasta ahora, a pesar de tímidos intentos, incluso de sus partidarios, no existe la menor transparencia sobre las cuentas reales, tanto de las cuantiosas cantidades que pagamos entre todos, como de la creciente fortuna “privada” de Juan Carlos I, que, desde un cero patatero, incluso notables deudas en sus comienzos, ha pasado a ser la cuarta más cuantiosa entre las casas reales europeas. Y pongo “privada” entre comillas porque no cabe duda de que su empleo en la Jefatura del Estado ha tenido un peso decisivo en el asombroso éxito económico de la Familia Real.

                           Lo único que sabemos es que, al revés que en Inglaterra, aquí la Casa Real no paga un real, perdón, un euro, no contribuye en lo más mínimo a sostener los gastos comunes, como hacemos el resto de los mortales, incluidos, como es justo, todos los demás funcionarios del Estado.

20060805. El real sueldo regio.

                          ¡Lo que hay que llegar a hacer para mantener el sueldo! Y a todos los niveles, incluso el más alto. Sin ir más lejos, recordemos los tremendos equilibrios que tuvo que hacer para mantener su corona el jefe del Estado y también jefe del Ejército, aguantando las ganas y no diciendo nada sobre la guerra de Irak, que costó la vida a tantas docenas de miles de personas, 120 de ellas, recordémoslo, españolas. Y, dentro de los “extras” que añade a su salario propiamente tal, los gestos de hombre-anuncio que debe practicar desde hace decenios para remozar su notable “Fortuna” –si no he perdido la cuenta, creo que ya van tres o cuatro yates- que recibe de la Tabacalera (hoy, Altadis).

                          Ahora, haciendo sin duda méritos para conseguir una nueva y mejor “Fortuna” –los modelos de yate, como de auto, envejecen enseguida-, el rey se ha puesto a fumar públicamente en una comida oficial, en presencia de autoridades autonómicas valencianas y de la ministra Trujillo. Como se trata de una “comida de empresa”, un acto oficial de su trabajo real, esto entra en frontal contradicción con la nueva ley que prohíbe fumar en el trabajo, ley así pública y oficialmente menospreciada.

                           Esta conducta no favorece la disminución del número de muertos por tabaquismo, muy superior, cada año, en España, a todos los muertos en Irak en tres años; pero, aunque esto sea mucho menos importante, excepto para él, es probable que tampoco sea bueno para el empleo de tan excepcional trabajador “por cuenta ajena”, todos nosotros, que somos, aunque esto a veces resulte difícil de creer.

20060904. Dónde estaba el rey.

                          “¿Dónde estaba el rey?” se preguntaban muchos, y lo repite en titulares un diario capitalino. Muy notoria fue su ausencia en la victoriosa final de España, que ha conseguido por vez primera la medalla de oro en el Mundial de Baloncesto de Japón. La respuesta es que estos días el rey estaba muy ocupado en una visita “privada” (¡!) a un país geopolíticamente vecino del Japón, Rusia, para “cazar” en provecho de su regio bolsillo personal negocios relacionados con la energía. Es una lástima que un servilismo cortesano pueda aún más que el servicio a los ciudadanos, por lo que muchos grandes medios de comunicación hayan ocultado a sus audiencias estas y otras curiosas visitas “privadas” suyas a Rusia, así como el espectacular aumento del patrimonio personal de la familia real en los últimos tiempos. ¡Si ni siquiera los ciudadanos podemos saber cómo se emplea de hecho el dinero que oficialmente recibe el rey, salido directamente de nuestros bolsillos!

20061025. Cazar el oso y el oro de Moscú

                         En otra época habrían acusado de cripto comunista al rey, por sus frecuentes viajes a Rusia. Pero en realidad es todo lo contrario: va allí a acabar con el oso ex soviético, el real, esté o no emborrachado para evitar percances reales.  “Así se lo ponían a Fernando VII” para que acertara en las carambolas del billar, y después a Franco en el Azor para que picáramos creyendo que era un gran pescador, y ahora a su heredero en estas cacerías. Y tras estas cacerías oficiales, lo que también está ahora como antes francamente detrás, son los grandes y fáciles negocios de los políticos; el rey parece querer rescatar el “oro de Moscú”, y de hecho lo está haciendo, gracias a su cargo, “a todo gas” para su patrimonio personal, si no para el Estado que tan simbólica como invisiblemente representa.

200611XX. Dedicación exclusiva del rey.

                         Se nos ha querido vender la petición de mediación del rey de España por parte del presidente uruguayo como una muestra del gran prestigio internacional de la Corona. Pero ¡ay! la realidad política es que el Uruguay pretende así conseguir con la fuerza de las influencias lo que no puede obtener por la vía de la razón, por el carácter tan contaminante para toda la tan poblada región del Río de la Plata que supondrían las fábricas papeleras que quiere instalar para enriquecimiento de unos cuantos.

                         Más aún: entre esos pocos que piensan enriquecerse aún más a costa de la salud de muchos suramericanos está uno de los Albertos, “casualmente” compañero inseparable del monarca en sus tan famosas como cada vez más francamente discutidas cacerías reales, y tan apestosamente pringado ya aquí por sus trapicheos con la Papelera Torras, las Torres Kio, etcétera. O sea, que tanto en la petición de mediación, como, de realizarse, por la tan dudosa imparcialidad real del mediador, -el César no sólo debe ser honesto, sino parecerlo- no parece que de todo eso quepa esperar un resultado satisfactorio, y menos aún glorioso, para el prestigio de la monarquía española.

                          Todos estos negocios, como los relacionados con los de otros del entorno del rey con de la Rosa, Conde y otros delincuentes ya encarcelados, y los de políticos tan poco ejemplares como el difunto rey Fahd de Arabia Saudí o el actual zar Putin, preocupan mucho a cuantos quisiéramos mantener libre de toda sombra el nombre de España, y mantenemos “económicamente” con tantos millones de euros (ocho hermosos millones, ocho) a esa la Casa-Palacio Real, a lo que parece debiera el rey corresponder con una dedicación exclusiva a nuestros intereses, sin meterse de coronada cabeza en esos tan dudosos, o ni dudosos, negocios y mediaciones.

20061117. Monarquía parlamentaria.  


                        Yo nunca votaría al ERC, pero, precisamente por eso, creo que hay que aceptar los puntos en que tenga la razón, para no darle la fuerza que proporciona ser el único que defiende una verdad, como la de que “en una monarquía parlamentaria, el Parlamento debe tener control sobre las actividades del Rey”. Por eso reclamo también que, al menos, se debata el escándalo internacional –y no es el primero, recordemos lo sucedido en Rumania- que ha provocado esta nueva cacería tan superflua del rey en Rusia, matando a un oso supuestamente domesticado y borracho. El representante de nuestro Estado debe estar por encima de toda sospecha de abuso e incluso de ridículo, si no queremos darle la razón a las pancartas que en las recientes y crecientes manifestaciones republicanas sostienen que “Reinan porque amordazan”.

20061121. Dedicación exclusiva del rey.

                         Se nos ha querido vender la petición de mediación del rey de España por parte del presidente uruguayo como una muestra del gran prestigio internacional de la Corona. Pero ¡ay! la realidad política es que el Uruguay pretende así conseguir con la fuerza de las influencias lo que no puede obtener por la vía de la razón, por el carácter tan contaminante para toda la tan poblada región del Río de la Plata que supondrían las fábricas papeleras que quiere instalar para enriquecimiento de unos cuantos.

                         Más aún: entre esos pocos que piensan enriquecerse aún más a costa de la salud de muchos suramericanos está uno de los Albertos, “casualmente” compañero inseparable del monarca en sus tan famosas como cada vez más francamente discutidas cacerías reales, y tan apestosamente pringado ya aquí por sus trapicheos con la Papelera Torras, las Torres Kio, etcétera. O sea, que tanto en la petición de mediación, como, de realizarse, por la tan dudosa imparcialidad real del mediador, -el César no sólo debe ser honesto, sino parecerlo- no parece que de todo eso quepa esperar un resultado satisfactorio, y menos aún glorioso, para el prestigio de la monarquía española.

                          Todos estos negocios, como los relacionados con los de otros del entorno del rey con de la Rosa, Conde y otros delincuentes ya encarcelados, y los de políticos tan poco ejemplares como el difunto rey Fahd de Arabia Saudí o el actual zar Putin, preocupan mucho a cuantos quisiéramos mantener libre de toda sombra el nombre de España, y mantenemos “económicamente” con tantos millones de euros (ocho hermosos millones, ocho) a esa la Casa-Palacio Real, a lo que parece debiera el rey corresponder con una dedicación exclusiva a nuestros intereses, sin meterse de coronada cabeza en esos tan dudosos, o ni dudosos, negocios y mediaciones.

20061125. Ante la muerte del rey.

                   Quiero felicitar a LA REPÚBLICA por la seriedad con que plantea el tema de la necesaria preparación que tenemos que tener los republicanos ante la posible muerte del actual monarca. Hay que ser prácticos, tener respuestas en momentos claves, para tener alguna posibilidad de mejorar nuestro futuro.

                      La edad del rey, su desordenada afición a los deportes de riesgo, desde las cacerías hasta los del mar, y la existencia de terrorismos de distinto tipo son, entre otros, factores que pueden presentarnos en cualquier momento una situación brusca de desaparición del actual jefe del Estado, y todo republicano serio debe plantearse qué conviene hacer en ese momento, y coordinarse al respecto.

20061206. Sabina y el rey.

                         A primera vista, parecen muy fuertes las declaraciones de Joaquín Sabina sobre el conflicto de las papeleras entre Argentina y Uruguay: “Ambos presidentes son lo suficientemente mayorcitos como para arreglarlo sin un señor con una corona ridícula por medio”. Sin embargo, a la reflexión, es verdad que, al revés que la reina de Inglaterra y otros monarcas, nunca se ve a don Juan Carlos con su corona (incluso la que le pusieron al coronarlo no estaba hecha sino para sostenerla otro sobre su augusta cabeza), objeto tan arcaico que ya no le mola ni a él; además, la mayoría de los españoles creemos –según las encuestas- que incluso la Corona con mayúsculas, la monarquía, es “cosa del pasado”.

                         Por lo demás, en este caso concreto, esa mediación de la Corona ha sido pedida por Uruguay, que contamina el río de la Plata con unas fábricas papeleras muy antiecológicas; un Uruguay que, falto de razones, ha recurrido a esa argucia de pedir arbitraje a una personalidad a la que no se pueda negar Argentina, esperando que el rey le favorezca, al ser tan amigo de uno de los Albertos, que tiene intereses en esa sucia empresa.  Es decir, que este arbitraje es ya sospechoso de parcialidad de entrada, por lo que, lejos de dar prestigio, va a contaminar la imagen de nuestro actual Jefe del Estado y de España. ¿Cómo es posible que con este asunto de las papeleras España pierda realmente y hasta tal punto los papeles?

20061207. Enfrentarse al problema real.

                         Lo primero para resolver los problemas en tener el valor de reconocerlos y enfrentarse a ellos. Poco podemos celebrar de verdad, con alegría, el aniversario de nuestra Constitución cuando en ese mismo acto, como han destacado los informadores, ni se han saludado el jefe del Gobierno y el del PP. Una escalada más en la gran ruptura democrática que ha supuesto el haber cuestionado la legitimidad de este Gobierno.

                         En otros países, las grandes crisis entre partidos, o entre regiones, se resuelven o suavizan con la mediación del Jefe del Estado. Aquí, por las peculiares condiciones de una transición, se dejó como mero adorno –y encima, para siempre, hereditariamente- a esta suprema representación y recurso político del Estado. Y cuando miles de ciudadanos, provenientes de toda España, se manifestaban el mismo día y hora, a pocos metros de esa lamentable escena de crisis en el Parlamento, el déficit democrático existente en tantos medios de difusión ni siquiera se preocupaba por disminuir su número o intenciones, sino que directamente los silenciaba.

                        Esta censura tanto más grave y dañina por cuando su deseo de tener un Jefe de Estado más eficaz y democráticamente elegido de forma periódica en las urnas, como los países de nuestro entorno europeo –Portugal, Francia e Italia- es compartido ya en buena parte por la mayoría de los españoles, que declaran en las encuestas que la monarquía es una institución del pasado. Con razón, pues, una de las pancartas de esa manifestación lo denunciaba de modo tan breve como contundente: “Mandan porque amordazan”.

20061222. Sin válvulas de escape.

                            El sistema democrático es el mejor porque es el que más garantiza la paz y el orden. Siempre, claro, que se respeten sus normas, la voluntad general, expresada por el voto ciudadano, y -entre muchas otras actuaciones- las llamadas “manifestaciones” por antonomasia, la reunión del pueblo en lugares públicos para expresar sus deseos.

                            Resulta, pues, muy preocupante que esas dos vías fundamentales de expresión de la voluntad popular se encuentren realmente cerradas en lo referente a un punto tan importante como es la jefatura del Estado. No se puede tapar el cielo con la mano y pretender que el caso está definitivamente resuelto por la consulta hecha hace una generación, en 1978, con aquel “o todo o nada”, “o yo o el caos”, que supuso la aprobación de la monarquía dentro de la Constitución. Y que la consulta ahora –si se hace- sea el escoger casi sólo entre Coca-Cola o Pepsi-Cola, y ni eso quiere consultarse con el pueblo por temor –descaradamente declarado por algunos políticos- de que esa consulta sólo “sexual” sirva para que el pueblo muestre ahí su creciente desafecto que revelan las encuestas a la monarquía, considerada ya mayoritariamente como “institución del pasado”.

                            Por otra parte, las manifestaciones en la calle en favor de la República han tardado un cuarto de siglo en ser toleradas, pero todavía son muy censuradas de hecho por los medios de difusión, hasta el punto que parecen invisibles los miles de manifestantes de todo el Estado que periódicamente se concentran con ese motivo en la capital, como, una vez más, el pasado día de la Constitución. Incluso un par de jóvenes han llegado a ser encarcelados este mismo año por manifestarse con una bandera republicana, sin que la justicia haya puesto las cosas en su sitio. En problema afecta no sólo a los republicanos, sino a todos, pudiendo dar a la larga resultados globalmente muy indeseables.