Cartas a la prensa – Manifestaciones – 2018

20180416. Manifestación de pensionistas interrumpida.

                          Cuando los pensionistas se iban reuniendo a las 12, hora señalada en la plaza de Neptuno en Madrid para reclamar sus haberes, apareció una comitiva de autoridades que, para realizar un acto protocolario en la plaza de la Lealtad, aparcaron ostentosamente en plena vía de Recoletos le impidió con sus guardias la reunión de los manifestantes. No se sabe que indigna más de esa provocación, si la incapacidad de programar dos actos incompatibles en el mismo lugar y hora, o la inhumanidad de no resolver la situación circulando y aparcando sus vehículos en otro lugar de la redonda plaza de la Lealtad. Menos mal que los soliviantados pensionistas se contentaron con gritarles todo ese tiempo “¡Fuera!” y, recordándoles el recorte de la pensión, “¡Ladrones!”.

                        Testigo a mi pesar de ese bochornoso suceso, recordé el que también tuve que presenciar casi en el mismo lugar, durante el cortejo fúnebre de Adolfo Suárez, cuando, al paso de esas mismas autoridades, una mujer les gritó: “¡Aprended, aprended!”, lo que fue coreado y repetido casi todo el recorrido por el pueblo a esos mismos (mi)populares gobernantes que, como seguimos comprobando, no han aprendido ni los más elementales modales de respeto a los ciudadanos.

20180421. Manifestación liliputiense, manifiestamente revisable.

                           “Decenas de personas”, reconoce hasta la prensa amiga, han secundado la manifestación por la prisión permanente revisable, alternativa, por supuesto, tan discutible como legítima. El “detalle” es que sus promotores habían previsto que serían más de cien veces más los participantes -15.000- y exigido un recorrido privilegiado: Sol, Cibeles, Neptuno, Parlamento, lo que supone unos costes públicos elevados.

                            Por supuesto, es difícil predecir el éxito de una manifestación. Pero aquí se trata de más de cien veces menos, sin que intervenga ninguna tormenta, terremoto u otro caso de fuerza mayor. Quizá los promotores confiaban en el apoyo de la medida por parte del PP, lo que sin duda ha contribuido a lo sucedido, pero muy a la baja.  En casos tan disparatados, o incluso mucho menores, previendo asistencias, digamos,  veinte veces superiores a las reales, parece justo que los promotores tuvieran que responder con parte de los gastos ocasionados.

20281028. El bluf del 22M.

                               La convocatoria del 22 de marzo de 2014 logró reunir en Madrid una ingente multitud porque prometió copar Madrid y quedarse en él hasta mejorar España. Pero sus promotores no supieron ni hacer guardar el orden, disolviéndose ante la tan previsible actuación de provocadores.

                               Tampoco tuvieron lo que hay que tener para cumplir su más importante compromiso -como bien lo señaló Anguita-. el quedarse después del 22. Los pocos que quisieron hacerlo fue en una pequeña acampada en el paseo del Prado, huyendo despavoridos ante la más que previsible intervención de la policía, sin que se les viera más el pelo. 

                                En los aniversarios del 22M -como el 15M, hasta que desapareció- sus conmemoraciones han decaído radicalmente. Este año incluso, en el colmo del desorden, unos grupitos, en su afán de protagonismo, se adelantaron de Atocha a Neptuno en incluso salieron 20 minutos antes de la hora para no perder su tramposa ventaja. Otros engreídos, como la CNT, fueron sólo con banderas de propaganda de sus siglas, escondiendo tras ellas los problemas reales expuestos en la convocatoria, como feminismo, pensiones y el medio ambiente. Vamos, como UGT y CCOO. Basta ya de engaños del bluf del 22M.