En nuestros días la radio y la televisión son medios de comunicación óptimos para llamar la atención y crear actitudes favorables a la lucha contra el SIDA, y por ello han de ser utilizados del modo más eficaz, conforme a las posibilidades políticas, sociales y económicas de cada país.
Con todo, la palabra escrita sigue siendo muy importante para concretar, pormenorizar y explicar el conjunto de vías de difusión y prevención del SIDA, direcciones útiles, etc. Aparte de los libros, de más complicado acceso económico e incluso intelectual, esa palabra escrita se difunde sobre todo por los panfletos, que pueden ser distribuidos en cualquier momento y lugar, alcanzando a algunos de los grupos más marginados y de mayor riesgo, en circunstancias políticas y sociales poco favorables, a bajo coste, etc.
Por ello queremos insistir en la importancia de luchar contra el SIDA difundiendo folletos que explique bien la enfermedad, sus vías de contagio y sus remedios. Nosotros lo hemos hecho difundiendo unos diez millones de ejemplares de un folleto, con tanto mayor éxito y eficacia en cuanto que hemos utilizado fórmulas que permiten superar en gran medida dos limitaciones de este sistema de difusión por el desinterés y el temor.
1) EL DESINTERÉS: Hay una serie de personas que, en un momento determinado, no están preparadas para recibir, leer o conservar un folleto sobre el SIDA, por una variedad de razones, como el no estar sexualmente activas por su edad, salud, soledad afectiva, etc. o porque creen que el SIDA debe preocupar sólo a gays, drogadictos, etc. Es una práctica corriente en publicidad, para vencer ese desinterés, incluir otras informaciones, como calendarios, teléfonos útiles, horóscopos, etc. Sin excluir esos recursos, y por su valor intrínseco, nosotros hemos ido utilizando, ya desde antes del SIDA, en nuestras campañas sobre anticoncepción, informaciones sanitarias tales como nociones de eugenesia, primeros auxilios y masaje digital chino contra el dolor, incluyendo además nuestros actuales folletos información sobre la vida sexual y enfermedades venéreas. De este modo el folleto, como el sedal de múltiples anzuelos, capta al lector de toda edad y condición, interesado en ese momento en alguno de los temas propuestos, a veces complementarios en sus métodos (como anticoncepción, SIDA, enfermedades venéreas, vida sexual y eugenesia).
2) EL TEMOR. Un folleto puede ser incluso demasiado interesante, despertando el temor a conservarlo o mostrarlo, como ciertos folletos políticos en circunstancias revolucionarias. En modo parecido, el tabú existente en determinados ambientes contra temas como el SIDA o la anticoncepción puede dificultar que quien reciba el folleto lo muestre a otros, o incluso lo conserve, por temor a que padres, superiores, cónyuge, etc. puedan pensar que se es sexualmente activo de un modo no socialmente aceptado, que se tiene miedo fundado a haber contraído el SIDA, etc. Sin embargo, si el folleto tiene otras informaciones «buenas», como primeros auxilios, etc., esto proporciona una excusa válida para conservarlo o incluso mostrarlo a los demás. Lejos pues de diluirse el mensaje preferentemente deseado al difundirlo entre varios, el dar información sobre el SIDA o anticoncepción junto a temas prestigiosos, como lo son muchos sanitarios (incluyendo, en ciertas regiones, nociones sobre el cólera, la malaria, etc.) esos dos tipos de informaciones se complementan y se facilita la difusión del conocimiento de todas ellas.