201707 Burla a la Justicia.
Ante escándalos como el de ahora, el de la mano derecha y sucesor de Aguirre, González (a) el del ático, nunca falta, y ya lo hemos oído, a un cínico de su partido que intenta consolarnos diciendo que eso prueba que la Justicia funciona. Por supuesto, que funciona… muy mal, tardando demasiadas veces años –mientras siguen haciéndonos daño- en detener a los delincuentes, incluso hasta que ya prescriben sus abusos y pueden irse de rositas; otras veces, actuando tan despacio que les dan tiempo de destruir las pruebas y esconder su botín; y cuando se consigue completar juicios interminables, y las sentencias no son manifiestamente injustas, viene el tío Paco de turno con la rebaja en las penas e incluso los indultos. Bien cuidan esos descarados dirigentes que así alaban a la Justicia que ella no tenga los medios suficientes para que actúe con eficacia contra ellos.
20170104 Privilegio descarado.
El Tribunal Supremo acaba de afirmar que poner una casilla para recaudar para la Iglesia católica, pero negársela a los protestantes no es discriminarles. En su vida privada los jueces pueden creer en misterios y milagros como ese. Pero su profesión les obliga a ejercerla conforme a la Constitución, pues lo contrario sería, es, prevaricar, burlarse de ella y de todos nosotros.
En el fondo, no es que los protestantes tengan derecho a la casilla, sino que tampoco debiera tenerla la Iglesia católica, pues –al revés de lo que ocurre en un país más serio, como Alemania- el que pone esa cruz paga ni un céntimo más, y los Reyes Magos no hacen ahí ningún regalo milagroso. Así, lo único que decide ese tercio “cruzador” de esa casilla, contra todo derecho, es cuanto tenemos que pagar entre todos los contribuyentes. Y los protestantes, contra los que también debemos protestar la gran mayoría de contribuyentes que no ponemos esa tramposa cruz, son otros vivos, que quieren apuntarse al carro de ese injusto y engañoso impuesto, que atenta contra nuestro bolsillo y nuestra conciencia.
20170224 Privilegio real.
El Parlamento aplaudió como nunca cuando Juan Carlos I afirmó que la Justicia era igual para todos; soberana gracia, porque después aclaró que no se refería a Urdangarín; lo acabamos de comprobar de nuevo, al ver a su yerno salir sonriendo del Tribunal para Suiza, no para la cárcel, como hace los demás condenados a seis años de confinamiento. También es histórico lo de su inocente esposa, que se reía del juez diciendo que no se acordaba de nada de nada, realmente absuelta. Su hermano, hoy felizmente reinante, ya and solidarizándose con su amiguete López Madrid, el de las tarjetas negras que acaban, esas sí, de ser condenadas. No sé por qué recuerdo ahora lo que Stephan Zweig escribió sobre cierto rey francés: “Todos los reyes roban, pero los Borbones se pasan”. Pues ese es el que hemos elegido nosotros obedeciendo a Franco- como digno sucesor del también pronto enriquecido Caudillo y de la bien apellidada “Collares” (gratis).