Cartas a la prensa – Justicia – 2013

20130415. El poder de los corruptos es sistémico

                                No es que en España tengamos mala suerte y nos encontremos con grandes casos de corrupción por casualidad. Es que cada vez es más efectivo un sistema para producirlos o permitirlos. Así se reconoce por una parte que  si no hubiera tanta evasión fiscal habría que hacer menos recortes que –al hundir el poder de compra- debilita nuestra economía; pero por otra se desmantela el cuerpo de inspectores de Hacienda. Se dificulta más y más el acceso a la Justicia con tasas y poco apoyo económico a los pocos jueces que tenemos, mientras que sus órganos superiores están cada vez más subordinados a los políticos. La lentitud de los juicios y el período de sólo cinco años para perseguir los delitos económicos es un fuerte incentivo para delinquir. Ahora mismo está en prisión y juzgado para extraditar quizás a Suiza, en vez de darle un premio, al informático Falciani, que ha colaborado con la Justicia hasta el punto de haber permitido que recobremos ya trescientos millones de euros.

20130507. La ley del embudo.

                            Cuando uno ve cómo tratan los jueces a la Infanta Cristina, a la Ministra Mato o a la cantante Pantoja, y lo compara con lo que hacen con otras mujeres involucradas en los mismos hechos, queda claro con qué rigurosidad cumplen esos jueces con la ley… del embudo. Poco tiene que ver esa Justicia que se aplica a los grandes, ricos y poderosos, a los mayúsculos, con la justicia con minúscula con la que se juzga a los que son menos.

20130724. Máxima corrupción de la Justicia.

                           El que miembros del máximo tribunal, el Constitucional, declaren que su jefe puede ser juez y parte en las causas demuestra no sólo su radical desprecio de la justicia de verdad, sino su público y oficial compromiso de utilizar las interpretaciones más perversas de la jurisprudencia para impedir que se haga justicia, cometiendo, pues, la máxima corrupción posible de la Justicia.   Es la encarnación jurídica del golpe de Estado en favor de la dictadura de los poderosos por parte del poder que ni siquiera ha intentado una mínima transición hacia la democracia. Sólo la ya tan visible reacción social da esperanzas, si no afloja, de que la aparente “reflexión” del implicado no sea sólo una mera táctica para distraer y engañar a la opinión pública.

20130910. Jueces semidioses.

      “Sostenerla y no enmendarla”. La pausa veraniega no les ha hecho reflexionar ni escuchar a su conciencia. Los miembros del Tribunal Constitucional, por unanimidad, siguen empeñados en sostener que los jueces de los jueces no son jueces, y que por lo tanto, ni la ley, ni un elemental respeto a la justicia, puede impedirles ser juez y parte.

      Así creen que es justo que quien es militante de un partido pueda juzgar causas en que interviene ese partido, como ocurre nada menos que con su presidente, Pérez de Cobos. Sí, el mismo al que eligieron por unánime fallo, monumental error en unos y desvergonzada complicidad en otros, que ahora se extiende a todos, al descubrirse el pastel. Con esa contumacia no sólo defienden su jugoso empleo, sino la embriagante sensación de sentirse por encima del bien y del mal, independientes de toda justicia, como auténticos semidioses.