Cartas a la prensa – Justicia – 2009

2009XXXX. Su soledad me avergüenza.

              Su soledad me avergüenza. Veo en la prensa la foto de un solitario manifestante ante los juzgados en huelga de Plaza Castilla de Madrid, con una pancarta: “Dictadura, ni de jueces. Pueblo callado, nunca será respetado”.  En efecto: cada pueblo tiene, no sólo el Gobierno, sino también los jueces que se merece, y las fuertes y casi unánimes protestas ciudadanas contra el poder judicial -el que menos ha cambiado desde el franquismo-, no pasan hasta ahora del bar de la esquina. Y así nos va. 

20090108. Falta autocrítica.

                              Estos días hemos podido comprobar, con una vergüenza ciudadana que parece no ser compartida por los miembros del poder judicial, por qué esa corporación está tan atrasada, empezando y terminando por lo principal, la justicia.

                               En efecto: si en el Congreso la crítica entre parlamentarios es tarea fundamental, e incluso en el poder ejecutivo observamos divergencias y choques entre los ministros, en el poder judicial los principales técnicos y conocedores del paño, los mismos jueces, hacen gala del más descarado corporativismo. A veces parece incluso que superan en taparse sus propios fallos al cuarto poder de facto, cuyos errores y corrupciones muy rara vez son destapados por los demás medios de comunicación.

20090112. Malestar y hartazgo de los jueces.
                              Las asociaciones de jueces han convocado una manifestación en sus sedes para el próximo 18 de febrero. Me parece una ocasión estupenda para que la ciudadanía manifieste en ese día y lugar el “malestar” y “hartazgo” que también ella tiene hace mucho, mucho tiempo, de la situación de la Justicia, y concretamente de esos mismos jueces, que son los responsables directos –si no únicos, y sin negar que tengan razón en  algunas de sus reivindicaciones- de que en España la Justicia suela ser cualquier cosa menos justicia.

20090205. Detener al que no debe.

                              Debe tratarse de un grave error de imprenta, que ruego rectifiquen cuanto antes, para que nadie crea que España es un país sin más ley que la del embudo. Leo, en efecto, que un empresario se declaró dispuesto a quemarse –él, no a otro- “a lo bonzo” ante el Ayuntamiento de Loeches, que lleva cuatro años sin pagarle una obra, lo que ha arruinado a su empresa y a su familia.

                               Ante su protesta, el Ayuntamiento ha cumplido por fin, empezando a pagarle. Pero lo más increíble es que, al final, al que la policía ha detenido por escándalo público no es al alcalde, sino a su desesperada víctima. ¿A qué “orden” sirve esa policía, que leyes y justicia hay aquí, si esto no es un error de imprenta?

20090207. Una pregunta para todos.

                        Yo quisiera que alguien me ayudara a responder a la pregunta que me hizo mi hijo al ver la noticia en televisión: “Mamá, ¿por qué el que dos aviadores militares entrenándose choquen y se maten es tan bueno que les dan a ambos la medalla al Mérito Aeronáutico?”.

20090221. Bárbara venganza.

 “Con el ojo por ojo, todos terminaremos ciegos”, nos recordaba Gandhi. En pleno salvajismo, ciertos pueblos primitivos intentaban incluso, en lo posible, hacer pagar cien ojos por uno, condenando al trasgresor a morir entre tormentos en manos del clan de la víctima.

 Esa ferocidad inhumana es la que intenta recobrar cierto sector social, incitado por el amarillismo de algunos medios de comunicación, cuando se les ofrece la ocasión, ya sea en Alcácer o en Sevilla. Ya hemos oído a la madre de la víctima sevillana desear que “cada día de cárcel del asesino le sea un infierno”, palabras de infinito odio que difícilmente se pueden interpretar sino como una invitación al linchamiento por parte de otros reclusos.

 Muy pocos son los líderes que se atreven a disentir, aunque sea tímidamente, ante esa oleada devastadora de barbarie que en vano intenta disfrazarse de justicia, y que acabará, modificando leyes o no, por perjudicarnos a todos. Y también es significativo el silencio en estos momentos por parte de quienes dicen representar una religión de perdón y caridad.

20090223. Jueces y país sin suerte.

                           Los jueces tampoco han tenido suerte, como yo. Hace años, unos políticos propusieron mejorar España presentando como candidato a otro que, al perder, dijo esa movida no tenía nada que ver con él; es decir, dio la cara de modo que se viera que era tan dura como la Roca, su acertado apellido; no lo hemos olvidado, especialmente quienes le entonces le votamos.

                            Ahora los jueces han hecho una huelga que tiene su inequívoco origen en su movimiento solidaridad, vergonzosamente corporativa, con un colega, que también les ha dejado Tirado, haciendo asimismo honor a su apellido, al no sumarse a la huelga. ¡Qué país, que elige (elegimos) tan mal a sus íconos!          

20090223. Ni Bermejo.

                            Puede seguir haciéndonos mucho daño el ya ex ministro de Justicia, aun después de su indebida dimisión; y digo indebida, porque debería haber sido cesado, por su antológica excelencia en incapacidad y soberbia, “cualidades” que suelen ir unidas, para tapar con la soberbia su incapacidad (¿verdad, Magdalena Álvarez?).

                             El gran perjuicio que aún nos puede hacer Bermejo es que su dimisión haga creer a los jueces huelguistas que tienen toda la razón, o llevar al Gobierno arrugarse ante ellos, posponiéndose de nuevo esa transición de la Justicia hacia la justicia, proceso que ya lleva más de treinta años de retraso.

20090224. Adiós a la ley del embudo.

                             Me contaba un testigo presencial el inmenso asombro que se pintaba en la cara del gran maestro de Luís Roldán en el saber robar lo público, Gabriel Urralburu, atónito el día que comenzó su juicio. No podía comprender que él, el señor y cacique navarro, doblemente sagrado por sus orígenes y por ser del partido dominante, se tuviera que sentar en el mismo banquillo de acusados que antes estaba reservado a los pobres ladrones de gallinas.

                             En modo, por desgracia, aún demasiado parecido, encontramos ahora a un cazador ilegal que, habiéndose movido en las altas esferas de sus “señorías”, apenas podía creer que, siendo ministro de Justicia, le exigieran cumplir con la ley que él creía era sólo para los de abajo, y balbuceaba excusas tan increíbles como que no sabía que tal pueblo estaba en Andalucía. Por supuesto, como Urralburu, es evidente que había perdido pie, no sabía el terreno que ya pisaba: el de una Estado realmente de derecho y una sociedad democrática que, poco a poco, se está imponiendo a la vieja España de los caciques, señores de caza y justicia, sin más ley real que la del embudo.

20090303. Manifestación contra los jueces.


                           Según las encuestas, parecía difícil que pudiera ser aún mayor la desconfianza que los ciudadanos tienen ante la administración de la Justicia. Pero la lamentable pertinacia de los jueces lo han conseguido, al convocar una increíble huelga, para ocultar su parcialidad y mal hacer en tantos casos; en particular, ahora, su “ejemplar” corporativismo a raíz del impresentable juez Tirado.

                             En vano intentan tapar sus vergüenzas con razonables reivindicaciones para un mejor funcionamiento del sistema, que tendrían que haber ido reclamando y consiguiendo ya desde hace decenios. De ahí que me parezca excelente y apoye la propuesta de que el 18 de febrero también nos manifestemos los ciudadanos ante los juzgados, que ha recogido incluso un conocido político, para reivindicar unos jueces y una Justicia adecuados.

20090306. “Trapos sucios” políticos.

                            Estoy en parte de acuerdo con el PP cuando se queja de que se investigue por corrupción por sólo “unos trajes” a Camps. Claro que el PP, y muchos, pusimos ya el grito en el cielo por unos jerséis, y regalados a otros, por una directora del TVE del PSOE (aunque lo malo de Pilar Miró, como de Bermejo, fue su chulería).

                            Yo sigo creyendo que hay que investigar todos los “trapos sucios” realmente tales, por sí mismos, por su valor simbólico y porque suelen ser indicio de otras corrupciones peores. En lo que coincido en quejarme con el PP es que anuncios de grandes corrupciones se queden con demasiada frecuencia en esos “trapos sucios” físicos, y no se juzguen y condenen las mayores corrupciones de personas y partidos.

20090312. Reig jueces.

                     ¿Cómo puede saberse que los muertos amenazaron con cuchillo al homicida, si no hay testigos? Y todo el comportamiento bien comprobado con huellas del homicida -acuchillando por la espalda, rompiendo una puerta para rematar- va en sentido contrario a su tan interesada declaración. ¿No se le ocurre al periodista Reig que es él quien quizá, en plena proyección freudiana, oculta o imagina lo que le interesa para demoler a quien elige, como a esos dos homosexuales asesina dos en su casa, como víctima de su ataque cotidiano?

                     Por lo demás, los jurados no son un invento de la Constitución, sino que existen en muchos países; sus errores, como los de tantos jueces, y políticos etcétera, corresponden al nivel del conjunto del pueblo, que hay que mejorar, y no quitar a jurados, ni a jueces, ni a…

P.D. El juicio fue repetido y el asesino castigado. Reig pasó de “Público” a “ABC”, etc.

20090320. Informe sobre Garzón. 

                              Un periodista revela que el juez Garzón es cliente de una casa de chaquetas antibala. No sé si esa noticia puede interesar más  a los traficantes de drogas o a los terroristas de ETA, a los políticos corruptos o a los seguidores del dictador  que Garzón consiguió detener. Cualquiera de ellos puede estar muy agradecido a esa noticia, que puede ayudarle a afinar su puntería contra ese juez que tanto ha defendido el que tengamos una sociedad más decente, de la que disfruta incluso el periodista que publica esa reveladora información.

20090505. La justicia, tarea de todos, no sólo de Garzón.

                              Un conocido caricaturista tiene el humor de criticar a Garzón por no realizar lo que no hace ni un dios: conseguir una perfecta y final justicia en este mundo, puesto que “sus pelis acaban todas igual”; y cita el caso de Pinochet, ETA, la corrupción, Franco, Guantánamo y Bin Laden, y sin incluir otros tan importantes como el de la droga.

                              Esa mera lista es ya impresionante, por la variedad y envergadura de los temas. Y, por supuesto, si hay algo claro, es que cada “película” terminó de modo diferente, siendo sólo “igual” el que en ninguna hubo ese mítico “juicio final” y perfecto con que sueñan quienes poco o nada actúan.

                                Si en vez de sólo criticar, -ese destructivo deporte nacional-, se hubieran apoyado más a ese imperfecto juez “estrella”, – ningún hombre es el divino y perfecto sol-, se habría conseguido aún mucho más, como sucedió cuando la ciudadanía lo apoyó contra Pinochet, contra ETA y, en menor escala, en otros casos. Hacer justicia es cosa de todos; en nuestra incipiente democracia es aún demasiado frecuente querer echar el muerto a otro, a un mítico Papá-Estado o Papa-Juez omnipotentes.

20090511. Justicia mundial.


                                     Todo lo que se diga del pésimo funcionamiento de la Justicia española es poco, y bien lo sé yo, como profesional, y como víctima suya. Pero, para solucionarlo de verdad,  se trata a veces de suprimir “el chocolate del loro”, pidiendo que no se juzguen sucesos de otros países. Porque, al no  “distraer” esto sino una diezmilésima parte de nuestros recursos judiciales, presentarlo como una causa seria del problema, es, eso sí, una “distracción” que impide ir a las verdaderas raíces del problema. Y porque, encima, sería  cometer una injusticia más, ya que esos problemas no nos son “extraños” en este mundo globalizado, puesto que, directa o indirectamente, como miembro activo del sistema,  España ha contribuido a agravarlos.

                                     A semejanza del 0, 7, aun tan incompleto, de ayuda al desarrollo, no se trata, pues,  de una iniciativa gratuita, sino de una debida devolución parcial de la deuda contraída por las muchas injusticias, económicas, políticas y sociales, que ese “libre mercado”, –sostenido con tantas presiones políticas e incluso guerras-, que tanto nos ha enriquecido, ha perpetrado en el resto del mundo.

20090521. El fin de los intocables. 

                                        Buenas noticias en la India y España para los amantes de la justicia y la democracia. Allí, las recientes elecciones han supuesto un paso importante para la abolición de la discriminación socioeconómica al grupo más marginado y empobrecido, los “intocables”.

                                         Es verdad que en España, por culpa de la crisis, y de las maniobras que algunos “vivos” hacen escudándose en ella, no podemos decir lo mismo de los ocho millones de pobres nativos, ni de muchos extranjeros marginados; pero al menos ahora una sentencia acaba con algunos de los “intocables” de arriba, condenando, por vez primera en la historia, junto con sus cómplices, a un general, Vicente Navarro, por las falsas identificaciones de las víctimas del avión Yak-42. Felicitémonos, pues, también por ello, en espera de acabar también pronto aquí con otros intocables, incluso de aún mayor rango y responsabilidad política, y hasta en ese mismo escándalo. P.D. En 2022 todavía lo estamos esperando, o desesperando.

20090524. Justicia, 1936 y 2009.

                                    Mi abuelo era un ejemplo de “gente de orden”, empresario arquetípico de la burguesía catalana. De ahí nuestra sorpresa cuando nos enteramos que, pocos días antes del 18 de julio de 1936, había ganado un pleito al entonces Ministerio de la Guerra. Consultada la sentencia, resultó que dicho Ministerio, con mil subterfugios, incluso apelando a la “situación revuelta” de la política, no quería pagar la debida indemnización por no haber cumplido con un contrato adjudicado, tras concurso, a mi abuelo.

                                    Conviene recordar que incluso entonces funcionaba la Justicia cuando vemos que en vano llevan varias semanas de huelga de hambre ante el Ministerio del Interior tres empresarios, que construyeron una casa cuartel de la Guardia Civil, pero no fueron pagados por la empresa intermediaria, a la que el Ministerio ni obligó a cumplir con los avales legales, ni ahora quiere asumir sus responsabilidades, y ni siquiera dialogar con los empresarios víctimas de ambos. ¿Habrá que salir de nuevo, como Diógenes, buscando con un candil en pleno día un juez que ponga donde hay que poner al Ministerio; en ese caso, ¿a Rubalcaba?

20090603. Carroñeros de Marta.


                              ¡Basta ya de carroñeros, de ETA o de signo aparentemente contrario, que se nutren de cadáveres para imponer su poder, su autoritarismo! La suya es la salvaje ley del terror, usada también por ciertas mafias y etnias, de homicidios extrajudiciales.

                               Más dañinos aún, porque suscitan de entrada menos rechazo y emplean al principio medios legales, son quienes pretenden hacer cambiar no sólo nuestras costumbres, con su mal ejemplo, sino las leyes, reinstaurando la bárbara ley del talión, del ojo por ojo.

                               Estos conspiradores autoritarios aprovechan delitos clamorosos en entornos marginados para reclamar volver a un endurecimiento de las penas, que en España y muchos otros países han mostrado ser innecesarios para prevenir nuevos delitos, pero que –contra toda evidencia racional- consiguen atraer a masas “populares” manipuladas, despertando sus peores instintos de odio y venganza tras la máscara de justicia y seguridad.

                               Tal es el caso, tan evidente y triste, de las manipulaciones en torno al asesinato de Marta, en que el que, incluso antes de que se conocieran detalles que lo hacen mucho más sórdido,  reclamaban de entrada ya no sólo el cumplimiento íntegro de las penas, sino nada menos que la cadena perpetua, e incluso –destapando lo que hay detrás de todo ese montaje y hasta donde quieren llegar- la misma pena de muerte; y que pagan autobuses “gratuitos” y vuelven a montar manifestaciones en distintas ciudades y a pocos días de las elecciones europeas, con lo que se les ve demasiado la oreja.

20090612. Instructiva adivinanza.

                                       Una adivinanza instructiva para casi todos que, por eso mismo, algunos otros intentarán censurar: un periodista se arriesga y comete ilegalidades para demostrar la falta de seguridad que sufre la reina de Inglaterra… y es alabado por ello.

                                      Un conocido activista social transgrede también la ley para demostrar la falta de seguridad de los dineros que confiamos a los bancos, que arriesgan y pierden lo nuestro para ganar más ellos… y va a la cárcel.

                                     ¿Quién manda realmente en nuestro sistema, incluso en la Justicia? ¿Quién nos saca más dinero y nos hace más daño?

20090701. Jackson, falso pedófilo.

                                            Tras la muerte de Michael Jackson, y lleno de remordimientos, el niño cuya acusación de pedofilia arruinó en gran parte la vida profesional del cantante, acelerando su misma decadencia física y su muerte, acaba de confesar que todo fue un complot urdido por su padre para chantajearle y sacarle docenas de millones de dólares.

                                           Tan terrible e irreparable ejemplo, como otros, debe hacernos muy cautos en el pedir leyes más severas, y en el aplicar penas por ciertos presuntos delitos sexuales, cuya gravedad psíquica ha sido exagerada en los últimos tiempos por el triste contubernio de los intereses de ciertos profesionales con puritanos y talibanes de distinta procedencia. Están aún en la memoria de todos otras crueles cazas de brujas y brujos que, como ésta, han destrozado la vida de inocentes, o banalmente “pecadores” -ya sean artistas, o políticos, científicos, etcétera-, linchados por una turba de “moralistas” que, bajo capa de justicia, dan rienda suelta a sus más bajas pasiones.

20090720. Ley fomentadora de crímenes.

                             Las repetidas violaciones múltiples por bandas de adolescentes, a los que sus crímenes resultarán prácticamente gratis, destapando muchos otros horrores similares, parece que por fin ha despertado a la sociedad de su sopor y preparado para ir a la raíz del problema.  Porque hay leyes mal hechas, inútiles para evitar los males; pero otras son incluso contraproducentes, fomentando los delitos, como ocurre, hasta un grado increíble, con la que ahora padecemos.

                            En efecto: a adolescentes hoy muy emancipados de tutela de padres, profesores y otros mentores de antaño, y dotados de más medios económicos y con conocimientos jurídicos, se les ofrece una impunidad casi total para cometer toda clase de robos, atropellos, violaciones e incluso asesinatos… si la aprovechan a tiempo. La tentación de  delinquir prácticamente gratis es ya  irresistible para algunos, y la sensación de impunidad, o el deseo de recuperar después la ocasión perdida a quienes no aprovecharon ese “santuario temporal” , lleva a muchos más a convertirse en delincuentes de por vida.

20090721. Justicia en Caciquelandia.

                                                  La sentencia, aunque confirma que hubo enriquecimiento ilícito, por información privilegiada del ex presidente de Telefónica, dice que no puede condenar a Alierta y a su sobrino cómplice, debido a la negligencia en asumir la causa por parte del juez instructor; es la norma legal inventada no hace mucho para impedir que otros caciques fueran a la cárcel.

                                               ¿Creen ustedes de verdad que se va a revocar esa ley injusta, o poner una multa ejemplar al juez, aunque se demuestre que su negligencia no se debió a la corrupción? La Justicia está en perpetuas vacaciones –en parte porque tantos ciudadanos lo están también, contentándose con criticarla en el café- en esta  Caciquelandia.

20090724. Estos son otros adolescentes.

                                                    Algunos legisladores parecen guiarse aún por el imaginario de un adolescente marginal de la época de Dickens o Galdós, sin familia, analfabeto, hambriento, que delinque predispuesto por una pesada herencia social, familiar e incluso biológica, y arrastrado por una extrema necesidad, por lo que hay que disculparle y hasta absolver, debido a esos irresistibles condicionantes.

                                                    Sin embargo, la gran mayoría de los adolescentes delincuentes de nuestros días vienen de familias estructuradas, no son víctimas de elementales necesidades económicas, y no sólo conocen perfectamente lo que están haciendo, sino que en parte actúan porque saben de antemano que su delito les resultará barato, incluso si son descubiertos. Esas leyes contraproducentes, lejos de hacer justicia, favorecen así la comisión de delitos, al defender a los delincuentes en vez de a sus víctimas, por lo multiplican el mal que tan mal intentan atajar.

20090724. Impunidad legal.

                               Algo se tiene que estar haciendo mal, y muy mal, cuando los medios de comunicación nos presentan una y otra vez casos de adolescentes que citan la ley para apoyar su “derecho” a realizar con una impunidad prácticamente total una serie de delitos. Y el colmo es que haya una serie de políticos (ir)responsables que digan que no hay nada que mejorar a unos ciudadanos que están sufriendo, incluso directamente, como es mi caso, esas agresiones.

20090804. Importante lección política.


                                             Resumamos:   Un juez, De la Rúa, no se inhibe de juzgar a un amigo íntimo; éste, F. Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, miente probadamente al decir que ha pagado trajes por más de dos millones de pesetas, abonados por quienes se benefician de múltiples contratos millonarios, que ni son llamados a declarar, a pesar de que están siendo investigados por corrupción. La resolución judicial exculpa a Camps porque el que daba los contratos no era él, sino un subordinado. Ante esta resolución tan “amigable”, el presidente del PP, Rajoy, dice que así ha triunfado la justicia.

                                              Bueno, al menos, así ya sabemos la noción que tienen de lo que es justicia y corrupción el PP y algunos jueces, noción bien ajustada –como los trajes- a sus personas, y podemos actuar en consecuencia. La lección ha sido tan importante y clara como relativamente barata.

20090812. Policías transgresores.

                                           Constituye un gravísimo fallo a la justicia y al respeto debido a los ciudadanos el negarles el derecho de defensa, ni con un puñetazo, ante un ataque desproporcionado de un policía que empuña un arma ilegal. Y sostener que el uso de un arma no autorizada no desautoriza al agente, que el uniforme lo tapa todo, que el fin de conseguir el orden justifica cualquier medio que se emplee, es una de las mejores maneras de fomentar un Estado policíaco, que sentencias más justas en la misma Barcelona han venido denunciando y combatiendo. También es escandaloso que se considere una falta leve el uso de un arma ilegal, que debiera dar lugar a un castigo ejemplar. La libertad exige una perpetua vigilancia contra quienes, desde distintos estamentos y maneras, pretenden de nuevo secuestrárnosla.

20090820. Justicia “imparcial”.

                                     Reloj, calendario, hemeroteca, e incluso libro de historia en mano, nadie puede discutir que la Justicia española es récord en lentitud, es decir, ya por ese tan medible parámetro, no es justicia: recuérdense, por ejemplo, los pocos meses que tardó la Justicia estadounidense en sentenciar la mayor estafa de la historia, la de Madoff, y los muchos años, hasta prescribir el delito, con que se han “juzgado” aquí tantas estafas, como ahora la de Alierta.

                                    Sólo hay una excepción, en la que la Justicia española es rápida y no conoce ni vacaciones, como acabamos también de comprobar, y es además imparcial, favoreciendo sin discriminación a quien está en el poder en cada lugar. Así tenemos, en Valencia, por la derecha, la absolución de Camps por un juez “amigo del alma” del pobre acusado. Y ahora, a la izquierda, la absolución en Barcelona de un policía que atacó a un ciudadano con un arma prohibida, lo que, según el juez “no tiene nada que ver” ni da ninguna razón al ciudadano para alegar legítima defensa, colaborando a fomentar un Estado policial.

20090905. Culpabilidad o desgracia.

Yo, profesor como Jesús Neira, también defendí a una mujer maltratada en la calle por su pareja, aunque pude huir en mi coche de aquel energúmeno que la arrastraba por los suelos, y que asimismo me agredió. Y me indignaron también las declaraciones de la maltratada a la que auxilió Neira, de que se trataba sólo de “un forcejeo”, y que el agresor era “una bellísima persona”. Me pareció un ejemplo clásico del amor masoquista que tanto dificulta la emancipación femenina, por la que he luchado desde mi cátedra, libros y medios de comunicación.

                              Pero ¿está todo tan claro, en blanco y negro? Pronto tuve que reconocer había mil complicados matices, que con razón no quería conocer el rey de una obra de Sartre, “porque con detalles resulta difícil distinguir una victoria de una derrota”. En efecto: el “forcejeo” parece que se debió a que él no quería tomar una medicación contra la enfermedad que le tornaba violento, siendo, en ese sentido – según declaraba su mujer -, alguien necesitado a quien había que ayudar más que condenar. Por supuesto, los jueces determinarán, en lo posible, la responsabilidad que él pudiera tener en un primer momento en no tomar la medicina, y cuando y cuanto eso le quitó su libertad después, y hasta qué punto pretendió dañar al profesor. Lo ya cierto es que el estado de coma en que cayó días después Neira es responsabilidad en parte de los médicos que no supieron atenderle, y a los que demanda la familia del profesor.

                 De ahí que, por mucho que me disguste, y sin que eso modifique mi decisión de intervenir si la ocasión se me presenta de nuevo, y del mérito que hay que conceder a la acción de Neira, tenga yo que reconocer la posibilidad de que tuviera razón la agredida al concluir que “no hubiera pasado nada si el profesor no hubiera intervenido”. La vida, el destino, la suerte, o una inescrutable divinidad, nos ofrece, con mayor frecuencia de lo que quisiéramos, esas crueles desventuras, que no podemos achacar siempre y por entero a determinadas personas.

20090908. Controlar más a quienes tienen armas.

                             Un guardia civil ha matado a su esposa con su arma reglamentaria en Utiel. De éste y demasiados casos parecidos hay que aprender para prevenir otros crímenes. Hay que establecer como agravante muy penalizada el utilizar armas que, para que la defienda, la sociedad confía al individuo, para abusar hasta el extremo de agredirla con asesinatos, robos, etcétera.

                                También es necesario perfeccionar los exámenes psicológicos de admisión de personas a quienes se confían esas armas y las comprobaciones periódicas de su idoneidad, como se hace ya para otras armas y máquinas peligrosas; máxime cuando, como en el caso de este guardia civil, había estado ya de baja por depresión. Y, por supuesto, hay que hacer efectivas las sanciones a quienes, encargados de hacer cumplir  normas tan elementales de seguridad,  actúan con negligencia, dando pie a que se comentan crímenes contra los ciudadanos.

20090910. Un juez torticero.

                           Las huelgas a reglamento, la aplicación tan estricta de las normas hasta hacer imposible su aplicación, están ya descritas en la clásica frase de Terencio: “Suma justicia es suma injusticia”.   Pero el colmo es que sea el mismo juez, encargado de hacer respetar las leyes, el que se burle de ellas intentando aplicarlas de manera torticera y ridícula, que hace que la ciudadanía les pierda el respeto debido.

                              Por eso mismo, -aun aparte de manipular para un fin tan innoble como la defensa de una dictadura-, el mero utilizar ese viejo truco tramposo constituye, desde el punto de vista puramente profesional, una gravísima falta del magistrado Luciano Varela, que quedará marcado como uno de los mayores responsables del desprestigio que padece la Justicia española.

20090914. Testigo de asesinato.

                         Yo soy testigo ocular del asesinato de Carlos Palomino, con la objetividad y distancia que me da el haberlo contemplado del modo más perfecto posible, a través de las cámaras de vigilancia, reproducidas por televisión a millones de españoles. Ahí se constata con toda claridad cómo, antes de que entrara nadie en el vagón, el acusado se pone de pie y saca y esconde su cuchillo en su espalda, es decir, no lo exhibe para disuadir a un eventual atacante, sino que se prepara para actuar a traición; y cómo después lo emplea, en efecto, no para repeler  a un nivel adecuado una presunta agresión a mano limpia, sino procurando y consiguiendo matar, como sabía perfectamente, dada su profesión militar, lo que agrava aún más su actuación, deshonrando en lo posible al Ejército.

                          Ahora, en el juicio, confirmando su comportamiento abusivo y traicionero, se ha atrevido nada menos que a acusar  a su víctima mortal de ladrón, pretendiendo atribuirle el que le dijera que quería quitarle su dinero. Y nos insulta a todos queriendo identificarse con nosotros, al declararse “patriota”, “que le gusta que gane la selección española”. Los españoles no somos ni tan  abusones que procuremos matar a quien presuntamente nos ataca desarmado, ni tan cobardes que neguemos nuestra responsabilidad y pretendamos deshonrar la memoria de un muerto que no puede defenderla.

20090917. Insultos explicables.

                                           El cantante Farruquito, conduciendo a toda velocidad, sin tener carnet, mató a un padre de familia, y quiso atribuir el homicidio a su hermano, menor de edad. No contento con ello, aún tuvo la desvergüenza de demandar a un periodista que le llamó  hijo de puta, y al que la jueza absolvió porque, sentenció, esas palabras describían perfectamente a Farruquito.

                                            Ahora, otro tribunal ha declarado improcedente el despido de un trabajador al que su patrono, no sólo no pagó lo pactado, ni tras repetidas reclamaciones, sino que encima lo despidió por insultarle tras su repetido abuso.

                                              Sin duda, los insultos no son la mejor manera de resolver los conflictos, pero son explicables en ciertas circunstancias. Algo muy distinto de algunos titulares sensacionalistas que inducen, distorsionando este caso, a quitar importancia a los insultos, fomentado indirectamente la falta de modales que facilitan la convivencia, según se han quejado ya hasta algunos maestros ante esta errada presentación del hecho. También está ya demasiado desprestigiada la Justicia por otros casos para aumentar indebidamente esa mala fama presentando tan mal una sentencia bien razonada y justa.

20090920. Imputación reveladora.

                                                 Si en Alemania, aprovechando la complicidad de algunos miembros de la judicatura con los grupos ultraderechistas, se imputara, con la excusa de discutibles defectos de forma, a un juez que quisiera investigar los crímenes del nazismo, el mundo entero consideraría ese país como poco serio e incluso peligroso. ¡Los más afines al nazismo juzgando a los demócratas!

                                                Esa imagen de poca seriedad y peligro antidemocrático es la que acabamos de dar en España, con la irrebatible contundencia de los hechos, al hacer comparecer como imputado por ese motivo al juez Garzón, contra las advertencias de los más prestigiosos juristas internacionales.

                                                 Tan increíble inversión histórica, posible sólo gracias a la cobardía de unos y la añoranza del franquismo de otros, muestra hasta qué punto, y no sólo en la judicatura, gran parte de nuestra transición al postfranquismo está aún por realizar.

20091009. País sin Justicia.

                                Sólo los malpensados conectarán la huelga de los jueces con el Día por un Trabajo Decente. Otros, teniendo en cuenta que para hacer huelga lo primero es trabajar, explicarán el escaso seguimiento y repercusión de su huelga por la tradicional vagancia de no pocos jueces, que convierte a España en país sin ley aplicada, ya que “Justicia lenta no es justicia”; aun suponiendo, que no es poco suponer que sea ajustada a derecho, hoy que cada vez resulta más difícil pronosticar razonablemente cual pueda ser una sentencia.  “Quien lo sufrió lo sabe”.

                                   Vagancia tan característica que lleva a algunos jueces a criticar sin pudor, e incluso condenar, a los pocos jueces que destacan… por trabajar mucho. Cambiar para bien la situación exige urgentemente, no sólo más medios materiales, sino, como en su día en el Ejército, un profundo cambio de mentalidad y, para ello, en gran parte, de personal.

20091023.  Contra los crímenes de la dictadura.

                            Residente hace tiempo en Alemania, leí por Internet en un diario español que una gran manifestación apoyaba el proceso del poder judicial para anular la amnistía a los crímenes contra los derechos humanos cometidos durante la dictadura.

                              Mi desilusión fue enorme cuando pronto descubrí que la noticia se refería a Uruguay, mientras en España no hay manifestaciones ni cuando ocurre lo contrario, que los afines a la dictadura llevan a los tribunales al juez que se atreve a indagar en los crímenes de la dictadura.

20091104. Esposados de categoría.

                            Nadie se extraña al ver esposados a quienes roban un bolso; pero estos días hay múltiples protestas, a derecha e izquierda, por ver esposados a quienes nos roban millones a todos, y sin la posible excusa de extrema necesidad para dar de comer a sus familias.

                           Todavía hay clases, como en tiempos de “el Lute” roba-gallinas; y quizás más, sin tener ahora la disculpa de total censura e ignorancia. Muchos ya no se portan bien ni rechazan la corrupción por temor a la Guardia Civil o al infierno, pero todavía no han aprendido el respeto y amor al prójimo que enseñan todas las religiones y morales, como fundamento de cualquier civilización digna de ese nombre. Sufrimos el periodo de “anomía”, o falta de normas de conducta racionales, que los sociólogos encuentran en los tiempos de cambio de régimen social, que esperemos sepamos culminar felizmente cuanto antes.