20000420. El hembrismo de Pilar Rahola.
En la irónica sección “”Sin ánimo de ofender” Pilar Rahola nos ofende al decir que el varón, “el hombre actual es un mutante, un hombre a medias que aún se tiene que encontrar”, y al responder a “-¿Cómo será el hombre del siglo XXI?” con un “-Será mujer”, en vez de un equilibrado, democrático, “será mujer y varón”. La inmadurez de “nuestras” feministas les hace luchar contra el machismo propugnando un simétrico, no menos injusto y tiránico hembrismo, ya superado hace tiempo en países de nuestro entorno.
Esas “radicales” –Rahola presume, aunque tenga que hacerlo en tono irónico, de ser “la única roja que queda”- sólo consiguen con ello desprestigiar y retrasar la emancipación femenina. Así lo hemos visto recientemente en las manifestaciones contra el maltrato familiar, que ellas han reventado, tras expulsar de esas concentraciones a los varones, con lemas sexistas como “El feminismo, la única solución”, o el signo de la vagina con las manos. ¿Qué diríamos del varón que dijera “El machismo, la única solución” o hiciera con la mano un signo fálico?
20000526. Falsas defensoras de las mujeres.
“¡Bárbaros! ¡Han pateado a Molière!”, exclamaba un pésimo actor, sin querer reconocer que era precisamente también por respeto a un maltratado Molière por lo que el público le había rechazado. Las pocas docenas de feministas radicales que el 25 de mayo se concentraban en la Puerta del Sol, en vez de los muchísimos hombres y mujeres de hace uno o dos años, achacaban esa enorme disminución de participantes al machismo, cuando en realidad han sido ellas las que han deshecho el movimiento contra el maltrato, manipulando las manifestaciones para sustituir el machismo por otro sexismo, el suyo, el hembrismo.
Así han pervertido y anquilosado un movimiento a favor de la igualdad y democracia sexual al estaban dando cada vez más su apoyo los hombres y mujeres de nuestro país. Esas feministas radicales, y sus concentraciones no son, pues, parte de la solución, sino, y no pequeña, del problema sexista que tanto contribuyen a mantener, justificando no pocos el mantener su machismo ante su también agresivo hembrismo.
20000527. Encuesta manipuladora sobre la prostitución.
Los sociólogos recordamos con frecuencia que hay tres clases de embustes: “Las mentiras, las grandes mentiras y las estadísticas”. Existe todo un arte (anticientífico) de seleccionar a entrevistados y entrevistadores, opciones y formulaciones de preguntas, etcétera, lo que permite presentar como “rigurosa conclusión” de un cuestionario casi cualquier resultado.
Estos días, por ejemplo, una encuesta así amañada permite presentar como un “hecho” el que casi ninguna mujer escoge voluntariamente ser prostituta, lo que satisface tantos al puritanismo de la derecha como a cierto radicalismo, no menos puritano, de izquierda. De ahí su amplia difusión interesada por esos grupos, a pesar de contradecir tal “descubrimiento” los resultados de otras encuestas más serias. También le quita toda verosimilitud la obvia existencia, comprobable sin necesidad de encuestas, de no pocas prostitutas que prefieren serlo, incluso en una sociedad aún tan puritana, que tanto les persigue y denigra, cuando obviamente tienen abiertas otras salidas laborales, o incluso no tienen extrema necesidad económica, como generalizan sus lacrimosos “salvadores” de distinto color. Éstos, en vez de pretender hipócritamente echarles una mano, mejor harían en quitarle la que le tienen puesta encima.
20000601. Feminismo ultra.
Pocas cosas más repugnantes que los carroñeros de extrema derecha que querían medrar a costa de los cadáveres de ETA, propugnando la pena de muerte y otras «soluciones» al terrorismo político. Ahora, desde el otro extremo (los extremos se tocan) otros carroñeros pretenden aprovechar los cadáveres del terrorismo familiar para imponer sus tesis dictatoriales, rezumando odio al sexo «opuesto».
Así, según se ha denunciado ya en la prensa, esas feministas radicales, se ha infiltrado en las manifestaciones contra la violencia, hasta casi hacerlas desaparecer, ya que la inmensa mayoría de mujeres y hombres no es tonta ni manipulable, quiere una igualdad y democracia sexual, no cambiar una tiranía y violencia por otra, y no acepta los lemas y pancartas de esos corpúsculos, que acusan a todo un género, y no a una ideología, y que propugnan, frente al machismo, un -en su contexto propio- no menos fascista «feminismo, única solución», hacen gestos sexistas de vaginas (tan reprobables como los de penes), etcétera.
En su obsesión de poder personal, esas pocas exaltadas pretenden que el gobierno les tenga en cuenta para legislar «como a los sindicatos» que, ellos sí, representan a millones de personas; personas, además, equilibradas y democráticas, sin esos extremismos que agravan en vez de resolver, el maltrato familiar. Sólo denunciando y excluyendo esas corrupciones interesadas podremos avanzar en la solución de este problema.
20001127. Maltrato.
“Tomarse la justicia por su mano”. Es explicable que algunas feministas, ante la pervivencia del maltrato familiar, se hayan sentido atraídas, incluso inconscientemente, por Tani, que mató a su marido. Pero Tani no sólo no intentó justificar su acción como defensa contra el maltrato, sino que intentó negar que lo hubiera matado (“se le escapó a él mismo el tiro”), a pesar de haber sido cogida “con las manos en la masa”, por la prueba de la parafina.
Ni matar ni mentir son “ejemplos” que sea legal, ni justo ni eficaz seguir para acabar con el maltrato familiar, por lo que el enorme esfuerzo realizado por esos grupos feministas en favor de Tani, hasta hacerla protagonista del día contra el maltrato, es de lo más contraproducente a ese tan loable fin, para cuya promoción habrían podido escoger muchísimos casos mucho más adecuados.