Epitafio

Aquí descansan los restos

De un afortunado mortal,

Jorobado, manco y tuerto

De belleza sin igual.

Jamás en su corta vida

(noventa años, no más)

Probó licor o bebida,

Si no es licor el coñac.

Sabio, cauto y prudente,

No le consiguieron quitar

Ni un céntimo arteramente,

Pues no lo tuvo jamás.

En la guerra fue valiente,

Intrépido, osado y audaz;

Lástima que en el frente

Se quedara siempre atrás

Jamás en su corta vida

(de la que hablamos ya)

Robó una sola peseta

Cuando dos pudo robar.

Jamás golpeó a nadie

Que le pudiera pegar.

Nunca profirió mentira

Que no pudiera ocultar.

Así transcurrió la vida

De este ángel terrenal;

Aquí dormitan sus restos

¡No se vaya a despertar!



    Martín Sagrera.  1935-202…

          www.mimejor.info

“Os dejo solos. Un descanso para todos”