EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA .011: ANTE EL GOLPE DEL 2Z DE OCTUBRE DE 1282
Hace poco más de un año, después del 23-F, enviamos a diversas instancias unas reflexiones en las que, como profesionales de las ciencias políticas y sociales, advertíamos que el peligro de golpe estaba en realidad delante de nosotros, no detrás. Los hechos se han encargado de probar que nuestras conclusiones «alarmistas» eran desgraciadamente ciertas, y solo las víctimas de un ciego optimismo (por ignorancia, cobardía, etc.) pueden ya dudar que estamos en periodo golpista, cuyo proceso de desmantelamiento será largo y difícil, aun en el caso que el nuevo gobierno que salga de las elección de este 28 de octubre muestra un mayor deseo y (o) capacidad en este sentido que el pasado.
En nuestra comunicación antecitada pasamos revista a algunas de las medidas necesarias para acabar de raíz con el golpismo, medidas que por desgracia contengan siendo de máxima actualidad, por no haber sido puestas en práctica, con el consiguiente daño para la democracia que hoy comprobamos. De ahí que adjuntemos por entero aquella comunicación.
Añadiremos ahora, por parecernos de gran utilidad, algunos puntos de: «El Anti-golpe. Manual para la respuesta no violenta a un golpe de Estado» de Gonzalo Arias; tanto más cuanto que, por encontrar 12 editores «casualmente» imposibilitados de editarlo, ha tenido que hacerlo y distribuirlo el mismo, con lo que es poco conocido.(Su dirección: G. A. Casatuya. El Zabal. LA LINEA. Cádiz).
Introducen el tema dos capítulos sobre «El antigolpe como paso particular del combate noviolento» y «El fenómeno del golpe militar y sus causas», con frecuentes referencias al 23-F, que es analizado en el capitulo tercero con otros seis casos, entre los que destacan, por la respuesta no violenta que se les opuso, el putsch de Kapp en 1920 y, sobre todo, el de los generales de Argel en 1961, comentado aquí por Adam Roberts.
El capitulo cuarto, «Estrategia a largo plazo», analiza el mito del ejercito popular comunista, el sueño anarquista de la destrucción violenta del ejercito, el tipo de ejercito «civilizado» occidental, el ejercito profesional británico y la posibilidad de una supresión pacifica del ejercito.
Detengámonos en el quinto y último capitulo, «Estrategia a corto plazo», sin duda el mas urgente. Destaquemos dentro de el:
– MEDIDAS PREVENTIVAS (antes del golpe). 1) En el ejercito: informarlo y acercarlo al pueblo, educándolo en general y en lo relativo a la democracia. 2) En la administración civil: evitar vacíos de poder, instruir sobre la respuesta al golpe en cada nivel, insistiendo en que no se obedezca sino a la autoridad legal, aclarando el orden de sucesión en la autoridad, cuidar de las comunicaciones, de modo que, por ejemplo, la radio y TV puedan funcionar burlando a posibles ocupantes de los edificios. 3) En el pueblo, cuyas distintas organizaciones pueden instruir para acciones concretas que ellas deberán encuadrar contra el golpe.
– MEDIDAS DEFENSIVAS (durante el golpe). 1) En los gobernantes: Elección de las medidas no violentas, que deben dirigir. Evitar el vacío de poder. Organizar la «no claudicación», entendida no solo como una «no cooperación» pasiva, ni como una mera desobediencia, que presupone órdenes y deja pues la iniciativa a los golpistas, sino también como el seguir cumpliendo su función social en cuanto físicamente se lo permitan. 2) En el pueblo: mantenimiento de contacto constantes con los gobernantes, sobre todo por radio. Recordemos que ya en el caso de Argel 1961 se habló de «victoria de los transistores» contra el golpismo. Difusión, si necesario, de consignas de movilización novio lenta, explicada suficientemente, con encuadre de dirigentes que contrarresten la acción de posibles provocadores violentos.
Concluyamos esta síntesis parcial de tan interesante trabajo con un ejemplo practico puesto por Arias: Tres columnas rebeldes avanzar hacia el capital. El gobierno convoca a los ciudadanos (as) que estén dispuestos a defender la Constitución a los puntos a donde se prevé han de llegar. La resistencia será solo no violenta: nadie Ilevará armas, ni objetos que se asemejen. Se evitará toda provocación verbal, insulto. Se darán instrucciones mediante la radio (a transistores que se pide Ileven) y megáfonos. No habrá más barrera que la de ciudadanos sentados en la calzada (sin barricadas). Se aprovechar5 toda detención o vacilación del enemigo pare tratar de dialogar con la tropa, mediante comandos de dialogantes, que se sustituirán por otros si no tienen éxito. Todos, de moverse, lo harán despacio, y evitaran gestos, acercamientos, voces, etc. que hagan temer a los soldados por sus vidas o seguridad personal. Pero se intentara ir «marcando» a cada soldado con un resistente que intente convencerle sin cesar que desobedezca a los golpistas y obedezca a gobierno legal. En las barreras humanas, pónganse en primera filas los que se sientan con ánimo de recibir estoicamente golpes. Si hay tiros, evitar el pánico y desbandada en lo posible. Enarbolar bandera blanca para que se permita que intervengan ambulancia, etc.