20040823. “El grito” secuestra el arte.
En nombre propio, y de las personas cuyos valores estéticos no han sido aplastados por la presión social de la moderna moda feísta, quiero agradecer a los ladrones que por segunda vez secuestraron el cuadro “El grito” del Museo de Oslo. Esperemos que continúen y triunfen en su empeño, hasta que todos esos productos se encuentren situados, como el arte rupestre, en el sector que les corresponde; aunque más bien habría que comparar ese arte “abstracto” (del arte) al regresivo arte medieval, con la agravante de que hoy ese triste retroceso ha sido más voluntario y feísta aún, constituyendo ese chirriante grito de estéril, retrógrada y contraproducente protesta ante el arte “tradicional” y “conservador” (¡!) el más completo desprecio histórico que conocemos a las Bellas Artes.
20040907. Arte realmente abstracto.
«Yo me esfuerzo por hacer lo que no sé hacer», repite muy satisfecho estos días Chillida. Esto parece una hermosa frase de quien busca superarse, pero si miramos lo que ha producido durante cincuenta años Chillida (y otros, digámoslo suavemente,artistas «abstractos»), veremos por los hechos que lo suyo no es un racional deseo de superación, sino tozudez e insana pertinacia. Sí, el rey no lleva un nuevo vestido mágico y maravilloso, como pretenden hacernos tragar, sino que está ridículamente desnudo. No es, pues, extraño que Chillida, como otros muchos especialistas de su género, padezca enormes y frecuentes depresiones.
Se dirá que no entendemos lo que es ese arte. Nosotros respondemos son ellos los que no entienden lo que es arte, cualquiera que sea su manifestación en cualquier cultura y que su postura (por ignorancia, interés o papanatismo) no resiste el menor análisis científico. Por ejemplo, esos artistas o sus defensores son incapaces de ordinario de distinguir una obra abstracta realmente desconocida de un colega de otra forjada como burla por alguno de sus críticos.
Estamos en un país libre y democrático. El que quiera practicar o «creer» en ese llamado arte, con su pan se lo coma. Pero es un abuso antidemocrático que se le conceda encima un apoyo económico por parte de entidades que sacan sus fondos de personas que muy mayoritarios estamos contra ese modo de sacarnos dinero con arte…; que creemos que, si esos «abstractos artistas», que no concretos y reales, merecen alguna distinción, sería en el libro de los records; y que si sus obras merecen ser expuestas, sería en un laboratorio psicológico, como un nuevo tipo de test Roschard, no en un museo.
20040907. Bibliotecas anémicas..
Se nos ha informado profusamente que el Alcázar de Toledo se ha convertido en la segunda biblioteca de España, con 260.000 volúmenes. Sin duda, es una muy buena noticia que un lugar tan notorio por hechos de tan distinta naturaleza quede conectado ahora a la cultura.
Sin embargo, es una mala noticia que se pueda repetir durante tantos días, sin desmentidos, que es «la segunda biblioteca» de España en número de volúmenes cuando es obvio que, además de la Biblioteca Nacional, la superan en cantidad algunas bibliotecas. Peor aún es que baste ojear el Directorio Mundial de Bibliotecas de Seur para comprobar que en otros países son muchas las ciudades, incluso pequeñas, cuyas bibliotecas públicas superan ese cuarto de millón de volúmenes, no sólo en Alemania, Francia o Gran Bretaña, sino, por ejemplo, en el Canadá.
El colmo es que si, con fines comparativos, consultamos el Directorio de Bibliotecas editado por el Ministerio de Cultura español, encontraremos «bibliotecas» de ciertos Institutos y Colegios que no tienen empacho en confesar un número de volúmenes inferior a diez («No me regales un libro, que ya tengo otro»). Esa «anorexia» de libros -que también se refleja en la bajísima tirada de la prensa- muestra hasta qué punto estamos aún lejos de haber superado nuestro subdesarrollo cultural y cuanto nos falta para ponernos al nivel de los países de nuestro entorno.
20040907. Biblioteca Nacional con poca cultura.
Como usuario de la Biblioteca Nacional quiero corroborar la denuncia del señor Navas sobre el trato discriminatorio y vejatorio a que se nos somete a la entrada. Aunque el representante de la Biblioteca reconoce, en su respuesta a esa denuncia, que son muchas las bibliotecas que ni siquiera piden dejar las prendas más voluminosas, intenta refutar… lo que Navas no dijo.
En la Biblioteca, en efecto, no se obliga a quitarse prendas en razón de su volumen sino de criterios caprichosos de «elegancia» o «estilo PP»: eso es lo vejatorio, como bien denunciaba Navas. Tampoco Navas llamó «servil» al comportamiento de los empleados (a veces, sí, groseros al respecto) sino al de uno de los usuarios. Lo cual prueba de nuevo que el representante de la Biblioteca ni se entera, incluso cuando son publicadas en la prensa, de las críticas que se hacen a su «servicio». Menos aún podemos razonablemente esperar que rectifique esa conducta impropia…propia del PP.
20040907. Autoritarismo burocrático.
¿Somos los españoles menos honrados que los demás? En ninguno de los doce países donde he investigado me he visto sometido a tal indignidad. No llevando la chaqueta «del PP», -sospechoso, pues, de ladrón-, al entrar en la Biblioteca Nacional me han obligado a quitarme mi cazadora, lo mismo que vi hacían a una señora, con chaqueta… pero de cuero y no redondeada abajo.
A nuestras protestas, no faltó el servil, producto de décadas y siglos de autoritarismo, que dijera que «por algo lo harían los de arriba». Por supuesto que lo hacen por algo: porque todavía hay demasiados serviles, como él o como quienes se limitan a protestar… en la cafetería. Mientras no haya más convencidos de que vale la pena luchar en serio contra esos abusos, seguiremos teniendo esos «servidores» públicos, en una España aún diferente y, excepto para ellos, peor.
20040907. ¡Viva la (in)cultura!
La Biblioteca Nacional se está convirtiendo un escaparate de la política cultural del PP. Los servicios se están restringiendo y dificultando hasta lo imposible para los usuarios. La hemeroteca de prensa reciente (la más importante, diaria, semanal o mensual) lleva cerrada «por obras» casi un año y ahora ya reconocen que van prácticamente a suprimirla. Hasta la señora encargada de la información, sin duda por órdenes superiores, para espantar a los valientes que aún quedan, se dedica a lanzar sus humos en plena sala de consulta. «¡Viva la (in)cultura!»